Egipto condena a cuatro homosexuales a penas de hasta 8 años pese a que la homosexualidad no está oficialmente perseguida.
Un tribunal egipcio ha condenado a cuatro hombres homosexuales a penas de cárcel de hasta ocho años. Se da la circunstancia de que Egipto no castiga de forma expresa la homosexualidad, pero sí persigue a sus ciudadanos LGTB a través de figuras legales como la indecencia, la conducta inmoral o la ofensa a los sentimientos religiosos. El presidente del tribunal, de hecho, ha incluido referencias religiosas al leer la sentencia.
Los cuatro condenados habían sido detenidos pocos días antes. Según la sentencia, la policía encontró ropa de mujer y productos de maquillaje en la redada que llevó a cabo en la casa de uno de ellos, lo que habría sido considerado prueba suficiente. Uno de ellos ha sido condenado a tres años de cárcel y trabajos forzados, mientras que los otros tres pueden pasar hasta ocho años en prisión, al haber sido acusados de crear una supuesta red de prostitución homosexual.
La detención y condena de los cuatro hombres se enmarca en el contexto de la grave situación que vive Egipto tras la caída del régimen de Hosni Mubarak, el triunfo del islamista Mohamed Morsi en las primeras elecciones democráticas de la historia del país y el posterior golpe de estado contra Morsi por parte del Ejército egipcio, seguido de la represión de los islamistas. Una situación en la que los homosexuales aparecen como perfectas cabezas de turco para el nuevo régimen. “Tristemente, la sentencia contra los gays en Egipto no es más que un intento de demostrar que este régimen no es menos islámico que el de los Hermanos Musulmanes de Morsi”, opinaba en Twitter la bloguera y comentarista política egipcia Nervana Mahmud.
La organización estadounidense de defensa de los derechos humanos Human Rights First ha mostrado su preocupación por la condena y ha pedido al Gobierno de Estados Unidos que se pronuncie y que haga uso de su privilegiada relación con las autoridades egipcias para que estas respeten los derechos humanos en general y los de las personas LGTB en particular. “Egipto es un referente para la región y lo que sucede en Egipto muestra al mundo árabe la tendencia a seguir”, ha declarado, preocupado, Shawn Gaylord, experto en temas LGTB de la organización. Human Rights First destaca en su comunicado que desde la caída del presidente Morsi las detenciones de personas LGTB se han disparado en un país en el que supuestamente mantener relaciones homosexuales consensuadas entre adultos no es delito.
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