El Parlamento de Austria vota a favor de prohibir las «terapias» de conversión en menores de edad
El socialdemócrata Mario Lindner con Conchita Wurst
El Consejo Nacional, la cámara baja del Parlamento austriaco, ha adoptado una propuesta de resolución para prohibir las mal llamadas «terapias» reparadoras o de conversión que pretenden modificar la orientación sexual o la identidad de género en menores de edad. El texto, aprobado con los votos a favor de todos los partidos salvo la extrema derecha del FPÖ, insta al Gobierno a redactar un proyecto de ley para vetar estas prácticas. La vecina Alemania estudia mientras tanto la prohibición total de estos procedimientos, también en adultos.
Ya en diciembre del año pasado, el portavoz socialdemócrata (SPÖ) de Igualdad, Mario Lindner, presentó una propuesta de prohibición de las «terapias» de conversión en menores. El detonante fue el descubrimiento de que la organización ultraconservadora TeenSTAR estaba promocionando estas peligrosas prácticas en los colegios austriacos. Los partidos de la coalición gubernamental entre los conservadores del ÖVP y la extrema derecha del FPÖ impidieron entonces la tramitación de la iniciativa.
Tras la caída del Gobierno a raíz del caso Ibiza, Lindner volvió a presentar su proposición el pasado miércoles. Esta vez, el ÖVP votó a favor junto al SPÖ, los liberales de NEOS y la Lista Ahora (una escisión de Los Verdes), facilitando su aprobación. Solo el FPÖ se opuso. El texto insta al Ejecutivo provisional de la magistrada Brigitte Bierlein a presentar, «de manera inmediata» un proyecto para prohibir las «terapias» reparadoras o de conversión en menores de edad. Los tiempos parlamentarios, sin embargo, obligarán probablemente a retrasar la discusión del asunto hasta después de las elecciones del próximo 29 de septiembre.
Con todo, Lindner, que es abiertamente gay, se mostró satisfecho por el «éxito inmenso» que supone la declaración del Parlamento en la semana en la que Viena ha acogido la celebración del Europride. También los activistas han saludado el apoyo a una medida que combatirá los riesgos para «la salud psicosocial de niños y adolescentes» que suponen estas dañinas pseudoterapias.
En la vecina Alemania, mientras tanto, el Gobierno de gran coalición también está dando pasos en la dirección de vetar estas prácticas. El ministro de Sanidad, el socialdemócrata Jens Spahn (SPD), se ha propuesto presentar un proyecto de ley antes de final de año. Los informes que ha encargado su departamento recomiendan una prohibición total de las «terapias», también en adultos. De seguir sus indicaciones, Alemania se convertiría en el segundo país de Europa, solo después de Malta, en adoptar una ley de este tipo.
Una tendencia creciente a la prohibición
Además de Austria, Alemania y Malta, país donde la ley lleva en vigor desde 2016, también Irlanda y el Reino Unido están dando pasos en la misma dirección. En Estados Unidos ya son 18 estados, además de Washington D.C. y Puerto Rico, los que han vetado las «terapias» de conversión. En España, mientras tanto, la prohibición de este tipo de intervenciones ha sido ya contemplada en varias normas autonómicas y es una de las disposiciones que preveía la prometida ley en favor de la igualdad y no discriminación de las personas LGTBI (aunque el PP intentó «colar» una proposición alternativa, en forma de enmienda a la totalidad, que no contemplaba este aspecto). Un proyecto que naufragó con la convocatoria de elecciones anticipadas.
En cualquier caso, conviene recordar que el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de toda España, emitió ya en 2017 un comunicado en el que recordaba que las intervenciones que prometen «curar» la homosexualidad carecen de fundamento. No es ninguna novedad, pero en estos momentos en los que la promoción de este tipo de intervenciones parece reverdecer en nuestro país (y no solo debido al escándalo de la diócesis de Alcalá: otros casos recientes como el de la “terapeuta” Elena Lorenzo o las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen así parecen indicarlo) toda aclaración es bienvenida. Mientras, el año pasado sufrimos un seminario sobre “ayudar a cambiar sentimientos homosexuales”. En todos casos, nuestros amigos de HazteOir estuvieron ahí apoyando a los homófobos…
Mientras tanto, el Parlamento Europeo ha exigido la prohibición de estas terapias.
No” rotundo de los especialistas a las “terapias” reparadoras.
“Terapias” reparadoras: no solo inútiles, también peligrosas
La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. Precisamente en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.
Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
Comentarios recientes