Un informe de la National Gay & Lesbian Chamber Commerce (Cámara de Comercio Nacional de Gays y Lesbianas, en español, o NGLCC, por sus siglas en inglés), un grupo comercial que representa negocios pertenecientes a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, informa de que los negocios tradicionalmente relacionados con el público LGBT constituyen un importante pilar de la economía estadounidense. Tras 12 años en activo, las empresas centradas en este sector aportan más de 1.7 trillones de dólares a la economía nacional, creando además más de 33.000 empleos.

Este informe sirve como un recordatorio del enorme y creciente papel que los negocios y empresarios LGBT tienen en los Estados Unidos, pero también sirve para enviar un mensaje a la comunidad: puedes obtener el certificado LGBT creado por la NGLCC hace más de 10 años y que forma parte de un programa para reconocer a sus mejores miembros. Según el comunicado de prensa de la cámara, «más de un tercio de la Fortune 500 —una lista publicada anualmente por la revista Fortune que representa las 500 mayores empresas estadounidenses de capital abierto a inversores según su volumen de ventas—, muchas agencias federales (incluyendo la Administración de Pequeños Negocios, el Departamento de Transporte y el Departamento de Agricultura), las mancomunidades de Massachusetts y Pennsylvania, muchos condados (incluyendo King en Washington, Essex en Nueva Jersey, y San Francisco en California), y la Comisión de Servicios Públicos de California buscan activamente empresas LGBT certificadas».

La Asociación de Empresas de Texas advertía recientemente sobre los peligros de copiar las leyes discriminatorias contra la comunidad LGBT de estados como Indiana, Tennessee o Carolina del Norte, que de hecho han visto como muchas empresas LGBT se llevaban su actividad a otros estados, además de la pérdida de eventos deportivos y culturales que de gran impacto económico. Esta misma semana, Fitur advertía sobre las posibilidades que ofrece el turismo del colectivo LGBT, tanto en los destinos orientados al colectivo, como aquellos que simplemente se presentan como gay firendly. Por ese mismo motivo el gobernador de Georgia, Nathal Deal, vetaba finalmente la ley de libertad religiosa después de la amenaza de multitud de empresas que habían amenazado con abandonar su estado, incluyendo a empresas cinematográficas como Disney y Marvel.

El debate está ahora en la propia comunidad LGBT y en si merece la pena que los establecimientos y los negocios salgan del armario, al menos en un país como los Estados Unidos. Esa homofobia soterrada de los estadounidenses, que se desataba tras la elección de Donald Trump como presidente, parecía quedar legitimada indirectamente en el momento en que todas las alusiones al colectivo LGBT desaparecían de la página oficial de La Casa Blanca, entre otras cosas, pero, por otro lado, una encuesta reciente asegura que se ha producido un notable incremento de las personas que se identifican abiertamente con algún aspecto con la comunidad LGBT. Si bien la publicidad podría ser perjudicial, lo cierto es que podría ahuyentar principalmente a los mismos que en estados como Indiana se acogen a la infame Ley de libertad religiosa para rehusar dar servicio a personas homosexuales, bisexuales o transexuales en base a sus creencias religiosas, lo que perfectamente podría compensar a todos los clientes que podrían ganar.