“Naomi Campbel, no es fácil convertirse en otra persona” es un largometraje que narra la historia de una transexual que vive en un barrio marginal de Chile y pretende participar en un reality show para conseguir una restructuración sexual.

El film, obra de dos jóvenes cineastas chilenos, Nicolás Videla y Camila José Donoso, se estrenó ayer en Argentina, Uruguay y Colombia. El argumento mezcla la realidad y la ficción, una película-documental con tintes dramáticos que cuenta la historia de Paula Yermén. La protagonista es una trans de origen humilde que se presenta a un programa de televisión cuyo premio es una intervención de cirugía plástica. “Desde los reality shows se fomenta la posibilidad de que gente sin recursos pueda lograr sus deseos. Era la única posibilidad de Yermén, y debía vender su historia haciéndola televisiva. Era interesante pensar cómo se construyen esas historias, muchas veces desde el morbo, algo que nos preguntamos como directores”, explica Camila.

La dualidad ficción-realidad que no sólo se plasma en la historia, sino también en el lenguaje audiovisual emplazado en dos marcos diferentes. El primero, como grabaciones caseras de la propia Paula, donde muestra su visión de la vida, un enfoque subjetivo que introduce al espectador en la piel del personaje. El segundo, el externo, la filmación de los directores con un montaje más cinematográfico. Esta mezcla, muy propia del género documental, ayuda a otorgarle esa identidad a la obra. “Lo primero fue el registro casero. Al inicio del proyecto, Paula comenzó a grabar vídeos de su autoría que nos sirvieron luego para retomarlos en otras escenas”, confirma Nicolás.

La mayoría del metraje transcurre en el barrio de La Victoria de Santiago de Chile, de donde es nativa la protagonista. “Nos interesaba anclar la película en ese espacio por el significado que tiene en función de la organización social. Aunque hoy no sigue tanto esa idea, funciona de símbolo para los demás barrios marginales. Es importante ver cómo en ese lugar aceptan a Yermén en su condición de trans y, si bien no hay violencia explícita, hay una tensión más subterránea que existe constantemente”, declara Camila. Ese contexto ensalza, sin duda, la fuerza interior de Paula y su lucha incansable para llegar a su objetivo final.

La proyección ha tenido buena acogida por los colectivos LGBT de los países donde se ha visualizado. La cinta ya ha ganado varios premios en el festival de Libercine y se le augura bastante éxito en salas de todo el mundo.