Esta entrevista creo puede suscitar interés por varias razones:
-Porque de Polonia apenas nos llega la escasa noticia de su resistencia a cumplir ciertas normas de la Unión Europea, que le obligan por ser miembro de ella.
-Porque, tras esa resistencia, se esconde deliberadamente el escándalo y la vergüenza de una vida sexual disoluta de una parte de la Jerarquía eclesiástica, presumidora además de fidelidad cristiana bajo la guía superonservadora de su Papa Juan Pablo II.
– Porque aún siendo objeto de comentario en el conversar diario, apenas aparece crítica que desenmascare el esperpento de esa vida cristiana aparente.
Para la entrevista, disponemos de la información y testimonio de Zofia Marzec, que conoce de cerca el proceso socioeclesial de Polonia, ha sido doctora y profesora en la Universidad de Varsovia, en el Instituto de Estudios Ibéricos e Iberoamericanos, es autora de numerosos artículos y de , entre otros, del libro “El Obispo Pedro Casaldáliga: poeta de liberación. Defensor del otro. El contexto de su poesía y pensamiento” (Ed. Nueva Utopía, Madrid 2011).
Zofia Marzec, definida como no creyente, me visitó en Madrid por los años 1990. Junto con su esposo lleva muy adentro la experiencia latinoamericana del Chile de Allende y de otros países. La recibí entre sorprendido y gozoso y enseguida nos enfrascamos en el tema que le traía: informarse a fondo de la Teología de la Liberación. Le expuse casi de inmediato la posición relevante del obispo Pedro Casaldáliga: poeta, místico y profeta. “La poesía de Pedro, me escribiría luego, me ha llegado a lo más hondo del corazón, su poesía y pensamiento en un mundo globalizado ven los problemas universales, trascienden las fronteras”. Y añadía : “No sabes Benjamín lo que me has ofrecido, nuestra amistad, incuestionable, nacida por mediación poética de Pedro Casaldáliga, va para toda la vida”.
Dejando ya aparte el rico y mutuo itinerario de nuestro Varsovia-Madrid, Madrid-Varsovia, ahí va la Entrevista.
Benjamín Forcano.- La primera pregunta, Zofia, me sale casi sin poder evitarlo: ¿cuanto vas a contar, no crees que va a ir conectado con la figura polémica de Juan Pablo II, primer Papa polaco de la historia?
Zofia Marzec.-Sin duda, su largo pontificado de 26 años trastocó profundamente la marcha de la Iglesia. Casi nadie lo esperaba, pero se alineó con la parte inmovilista de la historia, que avanzaba a la defensiva, con apego al pasado y miedo al futuro.
B.F.- No me extraña que lo afirmes segura, después de haber escuchado tus aportaciones en algunos de nuestros Congresos de Teología.
Z.M.- Sí, pronto se vió que su opción iba a ser restaurar, cristianizar a Europa, reconducir todo el pasado, introduciendo la imagen de una Iglesia preconciliar: una Iglesia centralizada, androcéntrica, clerical, compacta, bien uniformada y obediente, antimoderna. Un diseño muy distinto al del Vaticano II.
B.F.- ¿Crees entonces que esta traición al espíritu del concilio Vaticano II reforzó la línea conservadora del Estado y Gobiernos de Polonia?
Z.M.- Absolutamente, de no caminar a la par, hubiesen surgido conflictos en la resolución de muchos problemas. Aunque en el caso de los inmigrantes la iglesia polaca se pronunció tímidamente “a favor de una solución cristiana”, no ha hecho suficiente y su voz prácticamente no ha llegado a los creyentes. Es importante, no obstante, que se sepa que en ese punto la ciudadanía polaca ha manifestado pública y masiva protesta contra la acción del Gobierno y el consenso silencioso de la Iglesia.
El dictador Lukaszenko de Bielorrusia, por venganza contra Polonia, ha ideado todo un montaje de acogida de inmigrantes de diversos países: Irán, Irak, Afganistán, Senegal, Kenia, etc. , ofreciéndoles estancia en su país y posibilidad de viajar a Europa. Las líneas aéreas traen a diario a miles de esos inmigrantes. Pero ocurre que, al llegar se les traslada a la frontera con Polonia y se les empuja a que la pasen. Al pasar, se encuentran en los pantanos, en el bosque , expuestos a una muerte casi segura, pues ni el ejército de Polonia ni el de Bielorrusia les permiten salir de la trampa.
B.F.- ¡A qué se debe el silencio frente a los abusos sexuales de los representantes de la Iglesia?
Z.M.- A una convergencia ideológica entre el Gobierno y la Iglesia polaca, al hecho de que prácticamente no existe la separación de la Iglesia del Estado. Además, la Iglesia polaca sigue ocupando un lugar materialmente privilegiado, sin darse cuenta de la pérdida de su prestigio anterior en la sociedad polaca.
Además, los hechos son muy graves:
* Ante los abusos sexuales que se van descubriendo, hay una absoluta indiferencia por parte de la Jeraquía. Como si nada hubiera pasado. Y son casos de obispos, arzobispos, nuncios apostólicos, sacerdotes vinculados con “Solidaridad”, incluso el confesor de Walesa. En Gdańsk, sede de la “Solidaridad”, por la noche, hace ya unos meses, un grupo de ciudadanos derrumbó el monumento del cura emblemático para la “Solidaridad”, padre Jankowski, por abusos a los menores. Y los autores de la protesta en lugar de ser apoyados están siendo juzgados en los tribunales, por iniciativa de las autoridades.
La cosa es tan deplorable que los concejales de Gdańsk, le han quitado al cura el título del ciudadano honorífico de Gdańsk y no han admitido la reinstauración del monumento.
* 18 sacerdotes, obispos y arzobispos polacos fueron castigados por el Papa Francisco. ¿Con qué castigo? Ninguna suspensión a los culpables de abusos probados y a los que los encubrían.
* Tan solo el castigo de no aparecer en público, retirarse de la parroquia/diócesis o lo que fuera.
* Depositar una “multa” sin cuantificar a una organización católica de caridad. Caridad que nunca llega a las víctimas.
¿El Resultado? El arzobispo Głódź, famoso en Polonia, porque durante años fue capellán de las Fuerzas Armadas de Polonia y llegó a ser general de división (sic!), fue castigado por Francisco. Se retiró a su hacienda, cuidando a las manadas de venados que le fascinan. Vive como Pablo Escobar en su hacienda y burlándose del Papa Francisco, se dejó elegir alcalde del pueblo en que vive, con 9 votos, incluído el suyo. En el pueblo hay 36 personas con derecho a voto. Cuando le preguntaron por las sanciones impuestas por el Papa, sobre todo la prohibición de aparecer en público, respondió que el Vaticano no elige alcaldes en Polonia.
B.F.- Muy grave, la autoridad civil y religiosa unidas en complicidad para esquivar su responsabilidad.
Z.M.- Quiero ahora recordar que cuando tú y yo discutimos sobre la responsabilidad de Juan Pablo II, si lo sabía o no, tú me lo negabas rotundamente. Para mi, no era posible que no lo supiera, pues él ponía como ejemplo para los jóvenes a los Legionarios de Cristo y a Maciel Degollado, y lo hacía teniendo de tiempo muy atrás documentos que los denunciaban claramente. ¿Qué piensas ahora?
B.F.- Me cuesta admitirlo por ser muy grave y por suponer sinceridad en Juan Pablo II, justo por la seguridad de su actitud tradicionalista y antimoderna. Visto ahora en su totalidad, admito que prefiriese resguardar con su ocultamiento y silencio el prestigio de la Iglesia frente a hechos que tanto la podían dañar.
Z.M. Mi última pregunta: ¿ Esta situación de la Iglesia de Polonia, tan degradante y perniciosa, cómo ha podido seguir manteniéndose?
B.F.- Mi explicación, compartida por otros científicos y teólogos expertos en el tema, podría ser la siguiente:
– Un modelo tan enormemente autoritario se consolida porque a la clase clerical en sus diversos grados, se le sustrae el derecho a un pensar personal y libre, mediante una obediencia ciega. Tal desposeimiento se la recompensa con la participación gratificante del erotismo del poder.
Y como resulta que ese poder está participado de una u otra manera en todos los que pertenecen a la clase dirigente, se propicia la necesidad de apoyarse unos a otros sin denunciar los desvaríos y abusos posibles.
Sin embargo, esa apostasía aunque férreamente defendida, no puede justificarse ya en un mundo moderno, que proclama una misma dignidad humana, justicia y derechos para todos y mucho menos para los que, como cristianos, profesan que la primacía del dirigente está en el servicio,no en el poder y en la preferencia por los más pobres y desechados.
Z.M.- Antes de acabar, Benjamín, te voy a pedir una cosa: que cuando se hable de Polonia como un problema y un ejemplo fatal en la Unión Europea, que digas simplemente que no se trata de Polonia, se trata del Gobierno actual. Polonia no es el Partido gobernante. Es otra, por mucho que los gobernantes distorsionen su imagen.
B.F. – Faltaría más, plenamente de acuerdo y puedo ratificar lo que dices con lo que viví en mis días de Polonia.
Fuente Religión Digital
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