Visibilidad de una pareja LGTB adolescente
Michael Martin, izda, y Logan Westrope – Foto de Jodi Brotman Westrope
Como contábamos hace unos meses, el joven Michael Martin se daba a conocer por bailar con el que entonces era su novio en un baile del instituto. Jugador de fútbol, su ejemplo de visibilidad LGTB se hizo viral. Ahora pone broche final a su etapa escolar con el baile de primavera.
Recuperamos la historia de Michael Martin para narrar su continuación. Martin, de 18 años, jugador de fútbol en un equipo local de Virginia Occidental, se hacía visible con el que entonces era su novio en un baile de Homecoming (una celebración tradicional de institutos y universidades que reúne a antiguos alumnos y que suele celebrarse en otoño). Ahora lo ha hecho en el baile de fin de curso (Prom), más emblemático, si cabe, de la cultura estudiantil norteamericana.
El baile de su escuela, la Mussleman High School, tuvo lugar en el Heritage Hall de la localidad de Inwood (Virginia Occidental). Allí estaban los protagonistas de nuestra historia: Michael Martin y su actual compañero, Logan Westrope, con quien lleva saliendo cuatro meses y que juega al tenis por el Hedgesville High School. Michael y Logan hicieron lo que suelen hacer las parejas en estos bailes: disfrutar y mostrar públicamente su afecto. Esto no sería noticia si no habláramos de una pareja del mismo sexo y de que hacer lo mismo supone aún grandes dificultades para otros adolescentes en su misma situación.
No fue este el caso. Pudieron disfrutar del baile sin problemas. En palabras del novio de Michael, Logan:
“Sabíamos que sería una noche que recordaríamos (…) Al principio estábamos los dos un poco con dudas a la hora de tomarnos de la mano. No sabíamos cómo lo recibirían los demás estudiantes. Pero al poco estábamos todo el rato juntos y bailamos toda la noche. Algunas de las canciones que bailamos fueron ‘Stay With Me’ (Sam Smith), ‘See You Again’ (Wiz Khalifa), and ‘All of Me’ (John Legend). Cuando la canción lenta sonó, simplemente nos miramos a los ojos y pensamos en lo afortunados que éramos de tenernos el uno al otro. No escuchamos ningún comentario negativo sobre Michael o sobre mí. Mucha gente se acercó a nosotros (sobre todo las chicas) y decía: ‘los dos sois tan guapos’. Cuando dejamos el baile, recuerdo a Michael diciéndome en el coche: ‘Logan, éste es nuestro último baile juntos y estoy muy feliz de haberlo tenido contigo’. No podría haber pedido una noche más perfecta”.
Como contaba hace unos meses el joven Martin, su proceso no ha sido fácil. Inwood es una localidad rural caracterizada por su conservadurismo. A pesar de este relativo aislamiento, desde muy pronto advirtió que se sentía atraído por los chicos. Sin embargo, al crecer en una familia conservadora y religiosa, mantuvo su sexualidad en secreto. Las dificultades continuaron al empezar la escuela secundaria. Jugaba al mismo tiempo en los equipos de fútbol americano y de fútbol europeo (que en Estados Unidos llaman soccer).
Temeroso de que su sexualidad pudiera ser advertida por sus compañeros, dejó el equipo de fútbol americano. En el equipo de soccer las cosas fueron distintas. En buena parte gracias a su entrenador, que dejó claro que no toleraría ningún tipo de discriminación sobre la base la raza o la sexualidad (y ello a pesar de que desconocía que entre sus jugadores había un chico gay). Eso creó un ambiente de respeto que le hizo sentirse seguro. Es más, parece que benefició el rendimiento del equipo, finalista en los campeonatos estatales durante tres años seguidos.
En breve Michael Martin iniciará sus estudios universitarios de Sostenibilidad Medioambiental en el Wilson College de Pensilvania y seguirá jugando al fútbol. Logan, por su parte, irá a la Penn State University y estudiará Meteorología. Les deseamos que siga yéndoles tan bien en sus caminos de visibilidad.
Fuente Dosmanzanas
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