Archivo

Entradas Etiquetadas ‘Mundo’

Tu verdadera identidad

Lunes, 22 de octubre de 2018
Comentarios desactivados en Tu verdadera identidad

Del blog de Henri Nouwen:

a_14-001

Tu verdadera identidad es la de ser hijo de Dios. Es la que debes aceptar. Una vez que la hayas reivindicado y te hayas afianzado en ella, puedes vivir en un mundo que te regala mucho gozo y mucho dolor a la vez. Puedes asumir con el mismo talante constructivo la alabanza y la crítica, la cual te ofrece la oportunidad de reforzar tu identidad básica, porque la identidad que te hace libre está anclada más allá de toda alabanza humana y de toda crítica. Perteneces a Dios y como hijo de Dios eres enviado al mundo”.

*

Henri Nouwen
“La voz interior del amor”

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , ,

Karl Rahner: El mundo como sacramento

Sábado, 13 de octubre de 2018
Comentarios desactivados en Karl Rahner: El mundo como sacramento

Del blog Amigos de Thomas Merton:

020417-mc-6-30-34-660x330

De un libro sobre el teólogo alemán Karl Rahner, de Ignazio Sanna (San Pablo), tomo estas notas, ideas importantes que ayudan a explicar mejor la fe que vivimos. El autor del texto habla, entre otras cosas, de las dimensiones de la teología de Rahner: mística, ignaciana, filosófica, mistagógica y pastoral, y por ultimo una dimensión orante. Acerca de los temas teológicos (ignacianos)en la obra de K. Rahner, escribe, y me resultan iluminadoras estas claves que aquí comparto:

1. Meditar la propia vida a la luz de los misterios de la historia de la salvación. Rahner procura de mostrar que la historia de la salvación es un recorrido obligatorio por el que pasa todo sendero de vida y de amor humanos, y como esa historia de la salvación ofrece una multiplicidad de claves que permiten al hombre abrir los espacios secretos del corazón y de la mente, y descubrir la dimensión radical y sustentante del amor de Dios.

2. Discernimiento de los espíritus para reconocer la voluntad de Dios en las circunstancias concretas de la vida. “El cristianismo es todo lo contrario a una explicación del mundo y de la existencia; es más bien la prohibición de considerar definitiva o comprensible en si misma cualquier experiencia o conocimiento, por muy aclaradores que puedan ser. Menos que cualquier otro, el cristianismo dispone de respuestas definitivas, dignas de llevar esta etiqueta: Ahora la cosa esta clara. No puede insertar a su Dios como una partida clara en el cálculo de su vida; lo puede aceptar solamente como misterio incomprensible en adoración silenciosa, como inicio y fin de su esperanza y por tanto como su salvación única, definitiva y total”.

3. Comprensión y organización de las verdades de fe en una unidad mística: Rahner experimentó en la oración que el cristianismo es una realidad unitaria, una orientación global y no ya la superposición de verdades reveladas y compromisos éticos. Por eso hizo de todo para crear formulas breves de fe, de los catecismos de corazón, que reduzcan a la unidad del amor de Dios la complejidad y diversidad de las unidades dogmáticas de la fe cristiana. Para Santo Tomas, todos los artículos de fe tendrían que ser vistos como contenidos, explícitamente, en dos afirmaciones esenciales: Dios existe y se ocupa providencialmente de nuestra salvación.

4. Un programa: Encontrar a Dios en todas las cosas. Rahner, a partir de la tesis de que el hombre es un espíritu en el mundo, no elabora una teología de una pura interioridad mística, sino que favorece una teología caracterizada por la mística de la vida cotidiana. Todas las cosas son mediaciones del encuentro del hombre con Dios. Esas otras realidades, como el trabajo, el dormir, el comer, el beber, el mirar, el sentarse o estar de pie, etc., no pueden ser eliminadas de ninguna manera. La silenciosa llegada de Dios puede cumplirse en todas partes en la historia humana, en innumerables épocas, lugares y figuras, envuelta siempre en la equivocidad radical de toda realidad humana. Rahner llega hasta atribuir a esas realidades mediadoras la condición de “sacramento”;

El mundo es para nuestro autor el sacramento de Dios, el medio concreto con el que y en el que Dios se nos da. Ninguna de las realidades mundanas tiene un carácter absoluto; son simples dones de Dios y no pueden ocupar su puesto. Dios sigue siendo más grande que cualquier cosa mundana, que toda realidad creada, y sigue siendo más grande que el corazón del hombre. Pero ellas, aun en su relatividad, son el camino obligado para llegar al corazón de Dios.

La idea de Rahner del sacramento como símbolo es una consecuencia inevitable del papel mediador del mundo en la relación del ser humano con Dios. Los hombres encontramos a Dios en las personas, en las cosas, en los acontecimientos de la historia. Todas estas realidades son sacramentos del encuentro del hombre con Dios. Y si las cosas del mundo son sacramentos, Cristo es el sacramento primordial del encuentro con Dios, es el acontecimiento sustentante respecto a cualquier otro acontecimiento. Por eso, la estructura sacramental del encuentro del ser humano con Dios en último análisis, se basa en la “estructura encarnatoria” de la realidad en general…

Desde el momento en que el Logos tomo un cuerpo humano, las cosas del mundo no son ya simples medios para llegar a Dios. Son cuasi-sacramentos que hacen de intermediarios de la presencia misma de Dios.

karl_rahner_-_monochrome_representation

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , ,

“El silencio cómplice”, por José Mª Castillo, teólogo.

Sábado, 2 de junio de 2018
Comentarios desactivados en “El silencio cómplice”, por José Mª Castillo, teólogo.

silencio_compliceUno de los factores más determinantes del malestar, que se palpa (en España y fuera de España) en tantos ambientes, es el silencio de miles de cosas, que habría que saber y no se saben. Porque nadie se atreve a tirar de la manta. Y que, de una vez, nos enteremos de lo que realmente está pasando en este país.

Hay un hecho que es incuestionable: la corrupción está cimentada en el silencio; y el silencio es lo que la ha hecho posible. Cada año que pasa, España es más rica. Y cada año que pasa, el 90 % de la población se ve más apurado para salir adelante o simplemente para llegar a fin de mes. ¿Dónde se meten la cantidad de millones de euros que entran continuamente en este país? Esta pregunta no tiene respuesta porque hay demasiada gente, que sabe cosas que habría que decir, pero se las calla.

Yo no soy político, ni economista, ni jurista, ni sociólogo. Yo he dedicado toda mi vida a la teología. O sea, a las cosas de la religión. Por eso me pregunto muchas veces: ¿no es responsable también en esto la religión? Claro que lo es. Y mucho. La Iglesia tiene que mantener y proteger los privilegios que el Estado le concede. Pero eso tiene un precio. Que se paga con dinero o con silencio. ¿Por qué las mujeres se han tirado a la calle cuando se ha sabido el escándalo de “La Manada”? ¿Han hecho algo parecido los obispos y los curas? Unas monjas carmelitas de clausura han dicho lo que tenían que decir. Y los que nos hemos quedado tan tranquilos en nuestras casas, ¿por qué nos quedamos calladitos? ¿para no complicarnos la vida? ¿Por qué nos tranquilizamos la conciencia pensando que “esto a mí, ni me va ni me viene”?

Los cristianos tendríamos que saber – y tenerlo siempre muy presente – que en el Evangelio hay una palabra fuerte y clara, que fue dicha por Jesús cuando lo llevaban al tribunal para condenarlo a muerte. “Yo lo he dicho todo con libertad” (“ego parresía leláleka tó kósmo”) (Jn 18, 20). Aquí el término clave es “parresía”, que designa propiamente la libertad para decirlo todo (H. Balz).

En misas y sermones, los hombres de la religión predican contra los peligros del sexo, la falta de fe y de piedad, las amenazas del pecado, la muerte y el infierno. Y no cabe duda que todo eso, si se hace como Dios manda, es importante. ¿Pero han escuchado Vds muchas predicaciones que nos expliquen con claridad los peligros que entraña el silencio de tantas cosas que habría que decir y no las decimos?

El Papa Francisco ha sacado a la luz tantos y tantos escándalos de la Iglesia y sus clérigos por abusos que nos dan vergüenza ¿No es esto el mejor servicio que se nos puede hacer a todos para sanearnos desde lo más hondo de nosotros mismos?

Espiritualidad , , , ,

“Acercarnos a la luz”. 4 Cuaresma – B (Juan 3,14-21)

Domingo, 11 de marzo de 2018
Comentarios desactivados en “Acercarnos a la luz”. 4 Cuaresma – B (Juan 3,14-21)

04_cuar_bPuede parecer una observación excesivamente pesimista, pero lo cierto es que las personas somos capaces de vivir largos años sin tener apenas idea de lo que está sucediendo en nosotros. Podemos seguir viviendo día tras día sin querer ver qué es lo que en verdad mueve nuestra vida y quién es el que dentro de nosotros toma realmente las decisiones.

No es torpeza o falta de inteligencia. Lo que sucede es que, de manera más o menos consciente, intuimos que vernos con más luz nos obligaría a cambiar. Una y otra vez parecen cumplirse en nosotros aquellas palabras de Jesús: «El que obra el mal detesta la luz y la rehúye, porque tiene miedo a que su conducta quede al descubierto». Nos asusta vernos tal como somos. Nos sentimos mal cuando la luz penetra en nuestra vida. Preferimos seguir ciegos, alimentando día a día nuevos engaños e ilusiones.

Lo más grave es que puede llegar un momento en el que, estando ciegos, creamos verlo todo con claridad y realismo. Qué fácil es entonces vivir sin conocerse a sí mismo ni preguntarse nunca: «¿Quién soy yo?». Creer ingenuamente que yo soy esa imagen superficial que tengo de mí mismo, fabricada de recuerdos, experiencias, miedos y deseos.

Qué fácil también creer que la realidad es justamente tal como yo la veo, sin ser consciente de que el mundo exterior que yo veo es, en buena parte, reflejo del mundo interior que vivo y de los deseos e intereses que alimento. Qué fácil también acostumbrarnos a tratar no con personas reales, sino con la imagen o etiqueta que de ellas me he fabricado yo mismo.

Aquel gran escritor que fue Hermann Hesse, en su pequeño libro Mi credo, lleno de sabiduría, escribía: «El hombre al que contemplo con temor, con esperanza, con codicia, con propósitos, con exigencias, no es un hombre, es solo un turbio reflejo de mi voluntad».

Probablemente, a la hora de querer transformar nuestra vida orientando nuestros pasos por caminos más nobles, lo más decisivo no es el esfuerzo por cambiar. Lo primero es abrir los ojos. Preguntarme qué ando buscando en la vida. Ser más consciente de los intereses que mueven mi existencia. Descubrir el motivo último de mi vivir diario.

Podemos tomarnos un tiempo para responder a esta pregunta: ¿por qué huyo tanto de mí mismo y de Dios? ¿Por qué, en definitiva, prefiero vivir engañado sin buscar la luz? Hemos de escuchar las palabras de Jesús: «Aquel que actúa conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se vea que todo lo que hace está inspirado por Dios».

José Antonio Pagola

Audición del comentario

Marina Ibarlucea

Biblia, Espiritualidad , , , , , , ,

¿El futuro del mundo? ¡El monasterio interior!

Lunes, 5 de febrero de 2018
Comentarios desactivados en ¿El futuro del mundo? ¡El monasterio interior!

mindfullness-meditationStefano Cartabia, Oblato
Uruguay

ECLESALIA, 19/01/18.- Arde el mundo en la búsqueda de la verdadera paz y de la alegría. Gente corriendo por la rutas de la vida, persiguiendo frágiles sueños. Todo se mueve y no se sabe por qué y hacia donde. La frustración y el cansancio nos ganan.

Pero hay otros y consoladores signos.

Hay signos, poderosos signos, de luz y novedad. Signos que revelan nuestra Casa de origen. La Casa del Silencio y del Amor. La Casa del Ser.

En nuestro contradictorio y herido mundo se entrelazan y acompañan los signos y los anhelos.

El sin sentido, la desesperación, la pobreza, la violencia, el egoísmo, el consumismo van de la mano – conviviendo (a veces pacíficamente y otras en conflicto) – con la solidaridad, la ecología, la defensa de los pobres, el progreso de la ciencia, las esperanzas y los sueños de un mundo unido y fraterno.

¿Adonde va nuestro mundo? ¿Cuál futuro espera a nuestros descendientes?

¿Podemos aportar algo que marque un hito?

Sin duda la humanidad evoluciona. Evoluciona desde muchos campos y la historia – nuestra humana historia teñida de sangre – está ahí, evidenciándolo.

Crecimos en la comprensión del valor del ser humano y de la vida en general. Crecimos en la tolerancia y en el respeto al diferente de cualquier clase. Los avances de la ciencia y la medicina son extraordinarios.

Crecimos en la conciencia de nuestra raíz espiritual y divina.

Todavía falta, lo sé. Siguen presente en nuestro mundo tanto egoísmo y tanto dolor inútil y evitable. Pero el salto de conciencia en realidad está siempre ahí, al alcance de la mano, porque la conciencia no conoce de tiempo y espacio.

Los grandes espíritus siempre lo supieron: Francisco de Asís había visto – hace 800 años – que la hermandad define el Universo.

Gandhi había visto y vivido que la clave de la convivencia era el respeto y la no violencia.

Y muchos antes, Buda, Confucio, Lao Tse, Jesús, habían experimentado y compartido con sus contemporáneos que la salida del sufrimiento y la vivencia de la plenitud radicaba (y radica) en el amor.

Muchos, muchísimos, estamos de acuerdo con estos descubrimientos e invitaciones de estos grandes espíritus. Tal vez la mayoría de la raza humana, con sus distintas culturas, aprueba y comparte esta visión.

¿Por qué entonces nos cuesta tanto vivirlas, practicarlas, compartirlas?

El desafío se vislumbra en el mismo proceso evolutivo de la humanidad. El amor que nuestros pensamientos y sentimientos aprueban y anhelan, es todavía vivido como algo exterior. No caemos en la cuenta que el amor es, en definitiva, lo que somos.

Es un problema antropológico/espiritual, un problema de identidad.

Perdidos en el pensamiento y zarandeados continuamente por sentimientos y emociones andamos angustiados por el mundo anhelando migas del mismísimo Amor que nos define, nos sostiene, nos crea, nos alimenta.

Nuestro mundo necesita identidad. Necesita descubrirse. La humanidad necesita descubrirse. Apenas hemos entrado en una veta cuya profundidad desconocemos.

Todas las demás “identidades” por cuanto psicológicamente y socialmente sean importantes, son secundarias y relativas: varón, mujer, rico, pobre, europeo, americano o asiático, campesino o doctor, creyente o ateo, de tal o cual apellido.

Identidades” relativas a nuestra experiencia humana y terrestre, pero “identidades” que se diluirán para dejar lugar a la sola, única y auténtica identidad: el Amor.

El desafío, el único desafío verdaderamente importante es entonces el desafío que nos conduce a descubrirnos amor, amados, amantes.

Hay un camino privilegiado. Un camino directo, una autopista. Un camino que muchas personas “logradas” recorrieron y señalaron.

Es el camino del silencio.

¿Por qué tan esencial y tan directo este camino?

En la experiencia cristiana – por citar una sin desmerecer a las demás que tanto tienen para enseñarnos en este camino – tenemos la gran tradición de los monasterios.

Los monasterios eran y son, lugares de identidad. Lugares de búsqueda de nuestra verdadera identidad. Por eso son lugares rodeados y empapados de silencio.

Monjes y laicos iban a los grandes monasterios – cartujas, benedictinos, carmelitas, cistercienses, por citar unos pocos – para palpar lo eterno. No se conformaban con lo transitorio y lo pasajero. Transitorio y pasajero que tanto nos atrapa y distrae en nuestro tiempo.

Buscaban (y buscan) el Ser que no pasa. Buscaban (y buscan) lo Invisible que se manifestaba en las maravillas visibles.

El Ser eterno que se manifiesta en el tiempo y lo Invisible que late en lo visible, lo permite y lo sostiene tienen una misma característica: se palpan en el silencio.

Por una simple y exquisita razón: pensamiento, sentimientos y emociones son transitorios y pasajeros. Solo el silencio es eterno. El silencio es el espacio donde todo aparece y toma forma. El pensar surge del silencio y vuelve a él. Así los sentimientos.

Entonces ponernos de lado del silencio es optar por la sabiduría. Es optar por lo eterno y por ser verdaderamente libres. Solo el silencio es el espacio de pura libertad. Esta libertad tan aclamada y proclamada en nuestras culturas y desde las clases políticas, pero no encontrada. Porque es una seudo-libertad, una libertad siempre dependiente y condicionada por el frágil pensar y las heridas emocionales.

Solo desde el silencio aprendemos la única libertad. Desde él aprendemos a manejar y disfrutar del pensar y del sentir. En otras palabras de la vida.

Porque hay una Vida y una vida. La Vida silenciosa es la que permite y crea esta nuestra vida terrenal, empastada del pensar y del sentir. Qué pueden ser – y lo son si dudas – enormemente hermosos y disfrutables. Como también sumamente dolorosos.

Hay que volver a los monasterios. Con un cambio por cierto.

Un cambio dictado por la evolución de la humanidad.

Volver y construir el monasterio interior. Hacer del corazón humano un monasterio, un lugar – el lugar – donde el silencio susurra y revela lo que somos.

Se terminarán los templos exteriores o pasarán a ser secundarios. Descubriremos otro templo, otro imponente monasterio en nuestro frágil corazón. Un monasterio que siempre estuvo presente en realidad. El maestro de Nazaret lo había vislumbrado cuando dijo:

Pero la hora se acerca, y ya ha llegado,
en que los verdaderos adoradores
adorarán al Padre en espíritu y en verdad,
porque esos son los adoradores
que quiere el Padre.
Dios es espíritu,
y los que lo adoran
deben hacerlo en espíritu y en verdad” (Jn 4, 23-24).

Podemos acelerar este cambio de época. Podemos crear comunidades espirituales – monasterios sin paredes – que viven desde el silencio y desde el monasterio interior de cada cual.

Monasterio interior que algunos llamaron “Santuario interior”, otros “alma”, otros “intimidad más íntima”, otros “sala del rey del castillo interior”.

Poco importa el nombre. Utiliza el que más te inspire y guste, el que más se ajuste a tu historia y perfil psicológico.

Hermosa es la metáfora del “Debir”. El “Debir” era el lugar más sagrado de Templo de Jerusalén, donde se guardaba el Arca de la Alianza y donde el Sumo Sacerdote entraba una sola vez al año. Es el Sanctasanctorum (Santo de los santos). El término hebreo “Debir” significa “lo que está detrás” y por eso algo oculto, escondido. También viene de la misma raíz de “palabra” (“dabar”). El Debir entonces es el lugar más íntimo, donde todo es silencio y donde se escucha la verdadera palabra. Es nuestro lugar más sagrado, nuestro Monasterio interior.

El futuro de la humanidad pasa por el monasterio interior, pasa por la experiencia de silencio. No tengo duda.

Porque solo enraizados en el silencio podremos descubrir y vivirnos desde lo que somos: el Amor. Porque solo el silencio permite y engendra la vida.

Cuando nos instalamos en el Silencio de nuestro monasterio interior, el Amor aparece. Misterio inagotable que se esfuma a la mínima tentativa de ser atrapado y retenido. Sumamente libre el Misterio nos hace libres, a la única condición de no intentar poseerlo.

No podemos manipular el Misterio, como no podemos decir el Silencio. Solo los podemos ser. Siendo, desde el Silencio interior, el Amor te transforma y transforma la realidad.

Podemos hacer algo. Debemos: por el bien de nuestro mundo maravilloso y de los que vendrán. Podemos hacer algo: haciendo del silencio nuestra Casa y anunciando el silencio por doquier .

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Espiritualidad , , , , , , , , , ,

Abierto al mundo

Sábado, 6 de enero de 2018
Comentarios desactivados en Abierto al mundo

En el día de la Epifanía Dios se muestra al Mundo, a todas las personas, a todos los hombres y mujeres sin distinción de lugares, etnias, condiciones, religiones, ideologías, orientación sexual, invitándonos, como dice Francisco  a reconocer que “La humildad de Dios se esconde en el hermano y la hermana que sufren, en el pesebre, en la cruz“… Estemos atentos.

bernard-faucon-parco-2

“Estar abierto al mundo

es una peligrosa forma de vivir,

porque nos amenaza con la posibilidad

de aprender cosas

que siempre nos han enseñado a rechazar.”

*

Joan Chittister

***

322e665f-2420-458f-9488-69df04ef15cf

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , ,

“Una gran familia”, por Gema Juan OCD

Domingo, 31 de diciembre de 2017
Comentarios desactivados en “Una gran familia”, por Gema Juan OCD

15873186599_4a47509696_mEchando una vista atrás, hacia lo acontecido en este año que hoy acaba y mirando hacia el nuevo que comienza… Un sugerente artículo que hemos leído en su blog Juntos Andemos:

Los evangelios fueron escritos para transmitir una buena noticia y –como diría Juan en el suyo– para despertar la fe y dar vida. Pero, a veces, inquietan profundamente. Nada que ver con la angustia o la tristeza, sino con el impulso y la fuerza que da descubrir las huellas de Jesús.

Son textos capaces de despertar los sentimientos más profundos del ser humano y hacerle mover en la dirección de la luz. Teresa de Jesús decía que siempre los había preferido a otras lecturas espirituales y, consciente de la alegría y el valor que de ahí venía, exclamó: «¡Bendito sea el que nos convida que vamos a beber en su Evangelio!».

El relato evangélico que cuenta que María y José, con un niño recién nacido, tuvieron que huir a Egipto –un texto muy dado a las leyendas y a la imaginación– despierta algo de inquietud. Egipto era la tierra donde solían refugiarse quienes huían de la tiranía en Palestina… era lo que hoy son los países del primer mundo, adonde huyen quienes se refugian de las innumerables tiranías del siglo presente.

Teresa de Jesús se hacía eco del sufrimiento que había vivido la familia de Jesús, recordando la casi invisible presencia de José, que sostenía a la familia. Y Teresa de Lisieux se preguntaba: «¿Por qué no fueron transportados a Egipto en virtud de un milagro?… ¡cuántas penas, cuántas decepciones! ¡Cuántas veces se le habrán hecho reproches al bueno de san José!».

Al volver a este evangelio es casi imposible no pensar en lo que sucede en la actualidad… o bien, al ver lo que sucede en este siglo XXI, es inevitable volverse al evangelio a buscar luz. Porque la desazón que suscita el presente puede apagar su malestar en la inquietud que despierta el evangelio.

Teresa había comprendido que los evangelios muestran quién es Jesús y que con Él se puede dar una respuesta a los males del mundo: «Este Señor nuestro es por quien nos vienen todos los bienes. Él le enseñará. Mirando su vida, es el mejor dechado». La vida de Jesús es un pozo de bondad, sabiduría y esperanza.

Y en un poemita, Teresa había escrito: «Vino del cielo a la tierra para quitar nuestra guerra». El camino de vida que abre Jesús es un cambio de dirección hacia lo más humano, es creer que las cosas pueden cambiar, si no se sofoca el Espíritu que Dios da, que no es «un Espíritu cobarde, sino un Espíritu de energía, amor y buen juicio» —como decía Pablo.

La vida de Jesús estuvo llena de inconvenientes y dificultades desde el principio, como la de tantísimos seres humanos. Por eso, la Buena Noticia que Él es, se agranda al comprender su proximidad, su identificación con los menos favorecidos en el mundo. Y desvela cómo se deshace cualquier distancia con Dios.

Teresa de Jesús percibió esa proximidad y se sintió sacudida, dándose cuenta de que ella no se hacía tan «próxima», como Jesús. Decía: «No hace Él diferencia de Él a nosotros; mas hacémosla nosotros, para no nos dar cada día por Él».

Y entendió que lo que borraba las distancias con Dios era el amor: «Si amamos a Dios no se puede saber, aunque hay indicios grandes para entender que le amamos; mas el amor del prójimo, sí. Y estad ciertas que mientras más en éste os viereis aprovechadas, más lo estáis en el amor de Dios».

La huida de Egipto evoca las innumerables huidas que causan las opresiones de este mundo, donde los que tienen –decía Teresa– sucumben a la tentación de «procurar más y más». Y aún añadió: «Así es este mundo, que él nos da bien a entender sus desvaríos si no estuviésemos ciegos».

Y la estremecedora imagen de unos inmigrantes intentando saltar la valla de Melilla, mientras algunas personas juegan en un campo de golf, evoca otra imagen impresionante: aquella en la que Jesús, colgado ya de la cruz, veía cómo se repartían sus cosas o se reían de Él, los que estaban por allí.

Ni los golfistas ni los transeúntes del Gólgota tienen mayor responsabilidad que quienes no aparecen en esas escenas. Unos y otros son como los personajes de una escena evangélica, al término de la cual reaparece la pregunta fundamental: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?».

El Jesús del Gólgota es aquel niño que tuvo que emigrar con sus padres a Egipto, pero también un hombre tierno que despertó la alegría de los más sencillos y la esperanza de tantos desechados en el Israel del siglo I. Su vida no fue fácil, pero lo que aviva todo eso no es dolor y, menos aún culpa, sino una gran esperanza: la confianza de que Él alienta otra vida posible.

El gran reto que plantea Teresa de Jesús es: «¿Cómo haré mi condición que conforme con la suya?». La condición de Jesús es la que «no hace diferencia», la que no excluye, ni rechaza… ni deporta a los huidos, ni tasa su número por conveniencias económicas*. La condición de Jesús es la acogida, la disponibilidad y la fraternidad.

Nadie ha dicho que todo eso sea sencillo, ni personal ni socialmente, pero como decía Teresa: «La medida del poder llevar gran cruz o pequeña es la del amor… si le tenéis, procurad no sean palabras de cumplimiento las que decís a tan gran Señor, sino esforzaos a pasar lo que su Majestad quisiere». Y lo que Dios quiere es una gran familia, una fraternidad sin fronteras.

Espiritualidad , , , , ,

“El Misterio del mundo”, por José Arregi

Miércoles, 13 de diciembre de 2017
Comentarios desactivados en “El Misterio del mundo”, por José Arregi

fb22e506-sLeído en su blog:

Quien mira de verdad, no puede menos que admirar el Misterio del mundo, tan infinitamente complejo y armonioso a la vez: que haya amanecido esta mañana lluviosa y tibia de otoño, que nuestros pulmones respiren por sí mismos y nuestro corazón siga latiendo sin saberlo nosotros, que esas grandes gaviotas vuelen tan plácidamente, que el mar y la montaña estén ahí, siempre iguales y cambiantes, que exista la Madre Tierra que nos engendra y nutre a todos los vivientes gracias al sol y sea nuestra casa común, a pesar de que nosotros, los pobres humanos, nos empeñemos tan insensata y dramáticamente en romper la comunión y la armonía de todo lo que es.

Que nuestra Tierra y nuestro sol no seamos, sin embargo, más que una parte infinitesimal de nuestra galaxia, que haya en ella entre 200 y 400 mil millones de estrellas con sus respectivos planetas, muchísimos de ellos habitados sin duda por seres vivientes tal vez menos o tal vez más inteligentes que nosotros, que la estrella más cercana esté a más de 4 años luz –es decir, que la luz, a 300 mil kilómetros por segundo, necesite más de cuatro años para llegar desde dicha estrella hasta nosotros–, que la estrella más lejana visible a simple vista esté a 11.600 años luz, que nuestra galaxia tenga un diámetro de 100 mil millones de años luz, y que existan hasta un billón de galaxias similares a la nuestra y otras nuevas se estén formando, que el universo se esté expandiendo y la expansión se esté acelerando, que el diámetro del universo actual mida 93 mil millones de años luz… Nos faltan ceros. Se nos corta el aliento.

Que todo este universo esté formado de los mismos átomos, y que dentro de cada átomo –formado a su vez de electrón, núcleo y centenares de partículas atómicas– se abra otro universo inmensamente pequeño que se mide en micrómetros, nanómetros, picómetros, femtómetros, attómetros, zeptómetros y yoctómetros, millonésima, milmillonésima, billonésima, milbillonésima, trillonésima, miltrillonésima y cuatrillonésima de metro respectivamente… Dentro es fuera. Nos trastorna el vértigo.

Todo lo que es son formas que emanan o emergen de eso que llamamos materia –genial palabra que, no lo olvidemos, viene de mater, madre–, pero ¿qué es la materia, esa matriz universal de todas las formas? Es una forma de energía, pero no sabemos qué es la energía, solo sabemos que por ella se produce todo movimiento y transformación de los cuerpos físicos. De menos sale más. De los átomos emerge la conciencia. La realidad es, pues, absolutamente misteriosa. Y lo más misterioso es que sea.

No podemos dejar de preguntarnos, pero toda respuesta nos lleva a nuevas preguntas y a un gran silencio. Todo lo que sabemos nos sitúa en la frontera de lo desconocido. Las mismas ciencias nos vuelven más ignorantes, pues cuanto más conocemos, tanto más sabemos lo que queda por conocer. Las ciencias nos permiten quizás entender lo que, según afirmaba Galileo, constituye el lenguaje mismo en que se expresa el universo, la matemática, “sinfonía del universo” (D. Hilbert), la ciencia más clara y la más mística; gracias a ella podemos describir y manejar todo lo que se puede medir, pero solo lo que se puede medir y manejar.

Las ciencias nos conducen a la frontera y a la conciencia del Infinito, del Misterio que no podemos manejar, que nos envuelve y habita. En esa frontera final, también las ciencias, ellas sobre todo, se llenan de asombro y se vuelven humildes, más conscientes que nadie de los peligros de su inmenso poder, y nos invitan a la sabiduría suprema: la humildad y la humanidad, las únicas que salvarán del abismo la arcilla preciosa y vulnerable que somos, el humus común de todos los seres.

¿Y Dios? Es el Misterio absoluto del mundo, más allá de todos los nombres e imágenes personales o impersonales, del dualismo y del monismo, del teísmo y del ateísmo. Dios no explica nada, pues toda explicación es un constructo humano. “Dios” en cuanto explicación o fundamento del mundo o de la moral también es un constructo humano.

A Dios no lo concibo como el Ente supremo y creador, anterior y exterior al mundo, sin materia ni energía. Se expresa en todo lo que es o somos, pero en cuanto Todo que trasciende todas las formas del ser. Todo lo bueno lo encarna, pero nada lo agota. La bondad de Jesús lo encarnó de un modo paradigmático para los cristianos, pero no lo agotó en cuanto individuo histórico y particular que fue de la especie Sapiens, especie que más pronto que tarde desaparecerá y será reemplazado por otra forma viviente hiperhumana o transhumana, más poderosa que nosotros, espero que también más inteligente en el sentido pleno, es decir, más espiritual, más libre y fraterno, más bueno y feliz. Creer en Dios es creer en ese futuro, a pesar de todo. Y creer en ese futuro es crearlo. Creer en Dios es crearlo, se puede decir.

Dios es –dicho con meras metáforas– el Todo irreductible a las partes, Corazón sin forma de todas las formas del cosmos, Aliento vital de todo cuanto es, Origen o Fuente o Fondo eternamente presente de toda energía y materia, Conciencia universal, Puro Ser o, mejor, Interser, Relación de todo con todo, Creatividad buena sin fin de la que todo el universo, nosotros en él, es portador, para el adviento o el advenimiento o la realización del Arcoíris de la Paz.

Espiritualidad , ,

Visión

Lunes, 20 de noviembre de 2017
Comentarios desactivados en Visión

Del blog Nova Bella:

tumblr_n0hrp0am2H1r2d8pzo1_400

Para ver un mundo en un grano de arena

y un paraíso en una flor silvestre,

sostén el infinito en la palma de la mano

y la eternidad en una hora.

*

William Blake

the-sun-at-his-eastern-gate-1820

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad

El VIH alrededor del mundo

Martes, 7 de noviembre de 2017
Comentarios desactivados en El VIH alrededor del mundo

vih-alrededor-del-mundoLa epidemia del VIH es diferente en cada región del mundo y también son diferentes las maneras de prevenirla, tratarla e investigarla, por eso, te presentamos 5 datos interesantes sobre lo que está ocurriendo en diversos países con relación a esta enfermedad:

La circuncisión en Sudáfrica. El país con mayor número de personas con VIH en el mundo es Sudáfrica con cerca de 7 millones, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la gran mayoría de ellos heterosexuales. Debido a que la promoción del uso del condón y otras estrategias no han dado los resultados esperados, el gobierno promueve la circuncisión entre niños y jóvenes, la cual puede reducir hasta en un 60% la posibilidad de transmisión del virus de mujer a hombre. En países donde la epidemia está concentrada en hombres que tienen sexo con hombres como en América Latina, la circuncisión no sería tan efectiva.

La PrEP ayuda a controlar la epidemia en Londres y San Francisco. El uso de profilaxis pre-exposición (PrEP) en la comunidad gay de algunas ciudades está mostrando ser muy útil para prevenir nuevos casos de VIH. En ambas ciudades se ha dado una reducción significativa de hasta un 20% en la incidencia de dos años para acá. En América Latina se sigue esperando a que esté disponible ya que por el momento sólo en Paraguay y Brasil se puede conseguir de forma más o menos regular.

Ensayos clínicos para encontrar una vacuna que prevenga el VIH. En diversos países del mundo como Tailandia, Sudáfrica y E.U. se llevan a cabo pruebas con humanos para probar un par de vacunas que han resultado exitosas en las fases de laboratorio y con animales de experimentación. Aunque los resultados tardarán algunos años en revelarse, se espera que puedan ser útiles para que en menos de una década ya esté disponible una inyección que permita prevenir la transmisión del virus.

Cuba es el primer país de América Latina en erradicar la transmisión materno-infantil. A pesar de que en teoría es obligatorio hacerle la prueba de VIH a las embarazadas en algunos países, no se ha logrado que la aplicación sea universal. La única nación que ha podido identificar a todas las mujeres positivas durante el embarazo para poder prevenir que los bebés nazcan con VIH es Cuba. Además, contrario a lo que se creía hace años, la isla tiene una de las tasas más bajas de incidencia.

3 países que prácticamente han detenido la epidemia. Dinamarca, Botswana y Camboya se declararon como los primeros en alcanzar las metas de ONUSIDA del 90-90-90 es decir, 90% de las personas con VIH conocen su estatus, de estas el 90% toma medicamentos antiretrovirales y de estas, el 90% tiene una carga viral indetectable. Con esto, es muy probable que pronto ya no tengan nuevos casos del virus por lo que podrán dedicarse únicamente a asegurarse que el tratamiento sea óptimo para todos.

Fuente Chueca.com

General ,

Esperanza

Martes, 24 de octubre de 2017
Comentarios desactivados en Esperanza

5f83f6eaa5627fcf29a4e85b34d2c88e

La postura del cristiano frente a la esperanza es compleja y operante. Nosotros no nos alienamos con las esperanzas terrenas y dirigimos nuestros ojos exclusivamente hacia la esperanza eterna, y ni siquiera nos zambullimos en el efímero olvido de la eternidad. No perdemos de vista el hecho de que el Creador ha confiado al hombre el derecho y el deber de dominar la naturaleza y completar la creación, pero tampoco olvidamos que nosotros somos sólo cocreadores y que nuestras esperanzas ahondan sus raíces en la grandeza y en la generosidad del Padre, que nos ha querido a su imagen y semejanza y nos ha hecho partícipes de su naturaleza divina.

Nuestra esperanza no es ingenua ni tiene miedo de hacer frente a los obstáculos. Tiene el coraje suficiente para mirarlos de cerca y se esfuerza por superarlos contando con sus propias fuerzas, sin olvidar, no obstante, que el Hijo de Dios se hizo hombre y ha comenzado ya la obra de liberación del hombre, y que a nosotros nos corresponde completarla con la ayuda de Dios. ¿Es acaso una audacia excesiva, un sueño irrealizable, una esperanza vana, pensar en «la esperanza de una comunidad mundial»? Pues sí, ciertamente, es una audacia, es un sueño. Una audacia y un sueño que, sin embargo, según la decisión y el realismo con los que seamos capaces de afrontar los obstáculos que se levanten en el camino, podrán transformarse de esperanza en realidad […].

Cuando esperar nos parezca absurdo o ridículo, acordémonos de que, en la evolución creadora, el hombre brotó de un pensamiento de amor del Padre, ha costado la sangre del Hijo de Dios y es objeto permanente de la acción santificadora del Espíritu Santo.

*

Helder Cámara,
Conferencia pronunciada en Winnipeg el 13 de enero de 1970, en 
La documentación catholique 
del 1 de marzo de 1970, pp. 221 ss y 224.

helder-camara-el-obispo-rojo

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , , , ,

Claridad

Lunes, 10 de julio de 2017
Comentarios desactivados en Claridad

Del blog Nova Bella:

tumblr_olddjzgg3r1u1ki45o1_500

“El misterio del mundo

es también su claridad”

*

Andrés Ibáñez,
Brilla mar del edén

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , ,

Contemplación

Martes, 4 de julio de 2017
Comentarios desactivados en Contemplación

tumblr_nsvsiqc4jy1tn7zo3o1_500

Estamos llamados a amar al mundo. Y Dios amó tanto al mundo que le dió a Jesús (Jn 3,16). Hoy, El ama tanto al mundo que nos da al mundo, tú y yo, para que seamos su amor, su compasión y su presencia por una verdadera vida de oración, de sacrificios, de abandono. La respuesta que Dios espera de ti es te vuelvas contemplativo, que seas contemplativo.

Tomemos a Jesús tal como nos dice y seamos contemplativos en el corazón del mundo, porque, si tenemos la fe, estamos perpetuamente en su presencia. Por la contemplación, el alma dibuja directamente en el corazón de Dios las gracias que la vida activa le ha encargado distribuir. Nuestras existencias deben estar ligadas a Cristo vivo que está en nosotros. Si no vivimos en presencia de Dios, no podemos perseverar.

¿Qué es la contemplación?- Vivir de Jesús. Así la comprendo yo. Amar a Jesús, vivir su vida en el seno de la nuestra, vivir la nuestra en el seno de la suya… La contemplación no viene a encerrarse a un gabinete oscuro, sino a permitir que Jesús viva su Pasión, su amor, su humildad en nosotros, que ore con nosotros, que esté con nosotros de santificarse a través de nosotros. Nuestra vida y nuestra contemplación son una. No se trata de hacer sino de ser. Se trata de que nuestro por el Espíritu Santo, infunda en nosotros la plenitud de Dios y nos envía en toda la creación como su mensaje personal de amor (Mc 16, 15).

*

 Teresa de Calcuta

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , ,

“Busca la paz y corre tras ella”

Jueves, 25 de mayo de 2017
Comentarios desactivados en “Busca la paz y corre tras ella”

paloma_de_la_paz_by_azafranzSalmo 34, 15
Carmen Herrero Martínez, Fraternidad Monástica de Jerusalén,
Tenerife

ECLESALIA, 12/05/17.- Todos los seres humanos buscamos y deseamos la paz. Ella es un tesoro, un estado interior que nos da equilibrio, serenidad y armonía. ¿Quién no desea adquirir, vivir y permanecer en paz, en la paz? Las expresiones, familiares, como: “déjame en paz”, “no me quites la paz”, “quiero vivir en paz”. Expresan la importancia que la paz tiene para las personas. Dice San Agustín: “La paz es un bien tan grande que no puede poseerse otro mejor ni poseer otro más provechosos”. La paz es un tesoro y como todos los tesoros difícil de alcanzar; pero no imposible. Basta querer conseguirlo y darse los medios.

Vivimos en un mundo donde la paz está ausente: conflictos entre las familias, en el mundo laboral, social y entre vecinos; en las comunidades de creyentes y en la misma Iglesia; y no digamos entre las distintas religiones… Todo parece que sea piedra de tropiezo para provocar la discordia, la división y el alejamiento de unos de otros, en definitiva, la perdida de la paz. Y mirando a nivel mundial, vemos los países que están en guerra unos contra otros; con todo lo que esta guerra armada supone de sufrimiento, destrucción y desestabilización de las personas, en definitiva de pérdida de la paz, de estabilidad y bien estar de los pueblos. A todo esto se le añade el terrorismo, azote que tanto desestabiliza a las naciones y tanto sufrimiento conlleva; tantas familias heridas para siempre.

Pero, ¿qué hacer y cómo proceder para ser instrumentos de paz en un mundo en continuo conflicto? Cuando la paz se quiebra, sea a nivel que sea, no podemos echarle toda la culpa al otro ni únicamente a los acontecimientos; pues yo también tengo mi parte de responsabilidad, y si no lo reconozco estoy acentuando el conflicto y la discordia; sin jamás darme la oportunidad de llegar a la reconciliación, tan necesaria para la paz. Echando la culpa a los demás no podemos avanzar por el camino de la paz. Reconocer los errores, los fallos y desaciertos, e incluso la omisión, es un comenzar a reconstruir la paz a nuestro propio nivel y entorno. La paz se quiebra fácilmente, rehacerla es mucho más difícil, todo un arte que requiere tiempo y paciencia y empeño. Dice el salmista. “Busca la paz y corre tras ella” (Sal 34,15).

La paz tan querida y buscada es frágil y quebradiza… De aquí nuestro desvelo y cuidado en cultivarla. La paz requiere una vigilancia esmerada tanto para que reine en mí propio interior, como para que reine en mi contexto familiar, social, laboral y político etc. “Trabajen, oren, hagan todo lo posible por conseguir la paz; pero recuerden que la paz no es nada sin el amor, sin la amistad, sin la tolerancia”. Esto se les decía el papa Francisco a los africanos de Bamgui el 29 de noviembre 2015. El amor, la amistad y la tolerancia. Tres palabras fundamentales para que la paz reine en los corazones y entre las naciones.

Jesús nos ha dejado su paz, «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón» (Jn 14, 27). Tal vez, nuestros conflictos, radican en que no nos apoyamos en la paz que nos ha dejado Cristo, y lo que intentamos es construirla a nuestra manera, a la manera del mundo: superficial y pasajera. Por eso se turba nuestro corazón, porque la confianza la ponemos es nosotros mismo, y la realidad es que por nosotros mimos no llegamos a alcanzarla y menos a trasmitirla y hacer que sea estable.

En la Biblia, la paz implica estar en completa y en permanente armonía con Dios, consigo mismo, con los demás y con la naturaleza. Por tanto, la paz incluye bienestar, salud, justicia, bendición, seguridad, riqueza, amistad, felicidad, salvación; esa es la paz que nos ofrece Jesús. En la celebración de la eucaristía, antes de la comunión, compartimos esa paz de Jesús. Darse la paz en la celebración litúrgica, no es un gesto de buena educación: el Señor nos da su paz con la condición de que todos nos convirtamos en anunciadores, transmisores y constructores de paz, de Su paz.

Jesús nos comunica y nos deja su paz. No es una paz cualquiera. Es una paz que debe cambiar nuestra manera de pensar y de vivir como hermanos uno de otros. Como cristianos estamos llamados a ser anunciadores de esta paz, sembradores del amor, constructores de fraternidad, de libertad y de justicia; sin las cuales la paz no es posible. Cada uno a su manera y en su entorno propio, seamos sembradores y constructores de paz. ¡Qué maravillosa misión en medio de este mundo tan hambriento y sediento de paz!

Y termino con las palabras de San Juan Pablo II, que decía: “la paz exige cuatro condiciones esenciales: Verdad, justicia, amor y libertad”.

Oremos sin cesar para que Cristo resucitado nos alcance Su paz, para el mundo, para las familias y para cada uno de los que formamos este maravilloso planeta que es Nuestra Madre Tierra

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Espiritualidad, General , ,

Francisco: “No sé cómo funciona esto, pero estoy seguro de que Cristo ha resucitado; yo apuesto sobre este mensaje”.

Martes, 25 de abril de 2017
Comentarios desactivados en Francisco: “No sé cómo funciona esto, pero estoy seguro de que Cristo ha resucitado; yo apuesto sobre este mensaje”.

jesus-vint-parmi-eux“Mira más allá, donde no hay un muro, sino un horizonte: tu pequeña piedra tiene su sentido en la vida”

¡Cristo Vive! La esperanza que parecía sepultada detrás de la Cruz, renace con más fuerza con la luz del Resucitado, pese a las calamidades, las injusticias, los descartes. Tras la intensa e impresionante Vigilia Pascual, en el interior de la basílica, el Papa Francisco presidió, en una abarrotada plaza de San Pedro, la tradicional Misa de Pascua, previa a la bendición “Urbi et Orbi”.

Tras la lectura del relato de la Resurrección, en latín y griego, y aunque no estaba previsto, Bergoglio se lanzó a una breve e impactante homilía, en la que pidió que la Resurrección de Jesús no se quede solo en las flores o en la magnificencia de celebraciones como la de esta mañana de aguacero en la plaza de San Pedro, sino que sirva para “encontrar un sentido en medio de tantas calamidades”. “No sé cómo funciona esto, pero estoy seguro de que Cristo ha resucitado, y yo apuesto sobre este mensaje”.

“Hoy, la Iglesia canta, grita, repite que Jesús ha resucitado. Que Pedro, Juan, las mujeres han ido al sepulcro y estaba vacío. Él no estaba”, comenzó el Papa. “Habían ido con el corazón cerrado por la tristeza de un fracaso. El Maestro, su maestro, aquel al que tanto amaban, había sido ajusticiado y muerto. Y de la muerte no se regresa. Este es el camino del fracaso del sepulcro”.

Pero, tras el anuncio del ángel, “y después de la confusión, el corazón cerrado… toda la jornada en el Cenáculo, encerrados, porque tenían miedo de que les sucediera a ellos lo mismo que a Jesús”. “La Iglesia no deja de decir, a nuestros fracasos, nuestros corazones cerrados y con miedo, ‘Párate, el Señor ha resucitado'”, recordó el Papa. “Pero si el Señor ha resucitado, ¿cómo suceden tantas desgracias? ¿Por qué tantas enfermedades, tráfico de personas, trata de personas, guerras, destrucción, mutilaciones, venganzas, odio?”, se preguntó.

En ese momento, relató cómo ayer llamó a un joven que padece una grave enfermedad. “Un chico culto, ingeniero. Le dije que no había explicaciones para lo que le sucedía, y que mirara a Jesús en la cruz: Dios ha hecho eso con su hijo. No hay otra explicación. Y él me respondió: ‘Sí, pero Dios preguntó a su hijo, y el hijo dijo que sí. Y a mí no me han preguntado si yo quería esto'”. “Esto nos conmueve: a ninguno de nosotros nos preguntan si estás contento con lo que sucede en el mundo, si estás dispuesto a llevar tu cruz. Pero la cruz sigue adelante”, reconoció el Papa. “Y a veces, la fe en Jesús se nos cae”.

“¿Para qué ha resucitado Jesús?”, clamó Francisco, dirigiéndose a la multitud, y al imponente escenario, tan bellamente decorado para la ocasión. “Esto no es una fiesta para tantas flores, esto es bonito, pero es mucho más. Es el misterio de la piedra descartada, que termina por ser el fundamento de nuestra existencia. Jesús ha resucitado, y en esta cultura del descarte, donde lo que no sirve se usa y se tira, esa piedra descartada es fuente de vida. Y nosotros también somos esas pequeñas piedras en esa tierra de dolor, con la fe en Cristo resucitado encontramos un sentido en medio de tantas calamidades”.

“El sentido de mirar más allá, donde no hay un muro, sino un horizonte, ahí está la vida, la alegría. Mira hacia adelante. No te cierres. Tu pequeña piedra tiene su sentido en la vida, porque eres parte de aquella gran piedra, que la malicia del pecado ha descartado”, reclamó el Papa.

Frente a tantas tragedias, cada uno de nosotros, “piedrecitas que creen que se unen a aquella piedra, no serán descartadas, tienen un sentido. Con este sentimiento, la Iglesia repite desde dentro del corazón, Cristo ha resucitado”.

“Pensemos cada uno de nosotros: hay problemas cotidianos, en las enfermedades que hemos vivido, que nuestros parientes han vivido, pensemos en las guerras, en las tragedias humanas. Y sencillamente, con voz humilde, sin flores, solos, delante de Dios, delante de nosotros mismos, no sé cómo funciona esto, pero estoy seguro de que Cristo ha resucitado, y yo apuesto sobre este mensaje”, culminó el Papa, pidiendo a todos “volver a casa, diciendo, en vuestro corazón, que Cristo ha resucitado”.

Jesús Bastante

Religión Digital

Espiritualidad , , , , , ,

Paz en la tierra

Lunes, 9 de enero de 2017
Comentarios desactivados en Paz en la tierra

Acabado el tiempo de Navidad, no se apagan nuestros deseos… Del blog de Henri Nouwen:

aa_14

“La maravillosa visión de un mundo de paz, en la que toda violencia haya sido superada y todos los hombres, mujeres y niños viven en amorosa unidad con la naturaleza, nos exige que la hagamos realidad en nuestra vida de cada día. En vez de ser un sueño escapista, nos reta a anticipar aquello que promete. Cada vez que perdonamos a nuestro prójimo, hacemos sonreír a un niño, mostramos compasión hacia una persona que sufre, preparamos un ramo de flores, nos preocupamos de los animales salvajes o domesticados, evitamos la contaminación, creamos belleza en nuestro propio hogar y trabajamos en pro de la paz entre la gente y las naciones, estamos haciendo realidad esa visión.

Debemos recordarnos unos a otros esa visión de forma constante. Cada vez que cobre vida en nosotros, encontraremos nueva energía para vivirla allí donde estemos. En vez de hacernos escapar de la vida real, esta hermosa visión nos compromete en ella.”

*

Henri Nouwen

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad ,

Abierto al mundo

Viernes, 6 de enero de 2017
Comentarios desactivados en Abierto al mundo

En el día de la Epifanía Dios se muestra al Mundo, a todas las personas, a todos los hombres y mujeres sin distinción de lugares, etnias, condiciones, religiones, ideologías, orientación sexual, invitándonos, como dice Francisco  a reconocer que “La humildad de Dios se esconde en el hermano y la hermana que sufren, en el pesebre, en la cruz“… Estemos atentos.

bernard-faucon-parco-2

“Estar abierto al mundo

es una peligrosa forma de vivir,

porque nos amenaza con la posibilidad

de aprender cosas

que siempre nos han enseñado a rechazar.”

*

Joan Chittister

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , , ,

Uno. El número necesario para cambiar el mundo

Domingo, 11 de diciembre de 2016
Comentarios desactivados en Uno. El número necesario para cambiar el mundo

maria_jovenfamiliaAsí interpela el cartel de una ONG a los viandantes de los pasillos del metro de Madrid, arañando las posibilidades del lenguaje y, con ello, el trasiego monótono de las idas y venidas en las estaciones de las mil razones en las que cómodamente nos movemos sin que nada cambie.

A desinstalarnos y a estimular nuestra audacia contribuye la bocanada de aire fresco del evangelio de Lucas que, como aquel cartel, incide en la fuerza de un “sí” para trastocar nuestro viejo y lánguido mundo y preñarlo de novedad. Pero no de esa novedad que, disimulando el olor a rancio, en el fondo recicla un saber igual a sí mismo, sino de aquella novedad llena de vehemencia, sinceridad e intensidad.

Lucas nos propone una escena que engrandece el nacimiento de Jesús pero también realza la figura de la Madre. Ella, María, lejos de interpretar el típico papel de la mujer meliflua y huidiza de los focos, da un paso al frente y asume con autenticidad y arrojo la responsabilidad de tomar la decisión más importante de su vida. Como aquella levadura que se confunde en la masa, su cuerpo acogerá el germen que, al mismo tiempo que imperceptible, será imparable y fermentará todo produciendo un crecimiento exponencial.

De hecho, en boca de Gabriel se pone una palabra griega que generalmente traducimos por llena de gracia y que puede llevar al equívoco de pensar que ella es tan solo un sujeto pasivo.

Una apreciación que evoca aquella espontánea exclamación que desde el fondo de la escena lanza atrevidamente una mujer —Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron (Lc 11,17)— y que Jesús rápidamente puntualiza: Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan (Lc 11,12).  Y es que la “dicha” o la “gracia” no reside tanto en el seno o en los pechos (esto es, aquello que representa la maternidad física) como en la capacidad de creer. En este sentido, Jesús matiza ante la posible minusvaloración del papel de ella: no es tan solo la grandeza de Él lo que le hace grande y única a ella (El será grande, será llamado Hijo del Altísimo), sino que ella es dichosa porque ha creído que se cumplirá en ella la Palabra de Dios. María, vocacionalmente activa, asume el riesgo de ser creyente y la aventura de seguir a Dios.

Dios cambia las cosas a su manera, con gente pequeña, insignificante, pero convencida y, por eso, con gente que no se arredra ante las dificultades de la vida y es capaz de soñar.

Ciertamente podría haberlo hecho de otra manera, podría haber venido Él mismo, o hacerlo sin nuestra colaboración. Podría haberlo hecho según el modelo superhéroe que se enfrenta a este mundo solo y con sus “súper-poderes” y que, al puro estilo de hada madrina, va transformando las cosas feas en bonitas, interviniendo de una manera prodigiosa en la realidad.  

Tal vez, esta es nuestra idea de potencia, de cómo se cambia el mundo, e incluso nuestra forma de comprender cómo Dios debería usar su “poder” para construir un mundo mejor. Sin embargo, se trata de nuestras proyecciones, legítimas pero también de “película” y, sobre todo, sin ninguna implicación personal. Dios no cambia la historia sin nosotros. La vida de María es una llamada a quitarnos la carcasa de la desesperanza y a creer que nada es imposible para Dios, que Dios hace cosas grandes, que actúa a lo grande, que “uno es el número necesario para cambiar el mundo.

Marta García Fernández

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , ,

En este momento, anhelante y pensativo

Jueves, 24 de noviembre de 2016
Comentarios desactivados en En este momento, anhelante y pensativo

centros-en-el-mundoMaría teresa Sánchez Carmona
Sevilla

ECLESALIA, 11/11/16.- El problema no es Trump: irracionales potencialmente destructivos los hubo y los habrá siempre. El problema son los miles de personas que creen en los valores que él representa. Los que privilegian el capitalismo, la xenofobia, la desconfianza y sus propios intereses en detrimento del bien común. Los que apelan al brexit, el blindaje de fronteras y el separatismo. Los que se entregan a cualquier tipo de radicalismo. Los que piensan que el drama de los refugiados no va con ellos. Los que violan (en Colombia o en Pamplona) porque saben que su crimen quedará impune. Los que agreden a otros en cualquiera de las mil formas posibles (pensamos en asesinatos, pero la violencia empieza por gritar lleno de furia al que va en el coche de al lado).

El problema no es “la cabeza visible” de esa que queremos llamar “la primera potencia del mundo” (y seguimos en este juego donde sólo prima lo económico). El problema son todas las otras cabezas: las que carecen de educación y criterio propio, las que no ven/no quieren ver cómo se repite la Historia, las que lanzan la piedra en cualquier foro de internet para luego esconder la cabeza…

No sé cómo hemos llegado a esta situación. Habrá quien acalle su conciencia diciendo que vivimos/sufrimos el legado que nos dejaron nuestros padres y las generaciones anteriores. No interesa. Los que estamos ahora tenemos la ineludible misión de vivir y educar en conciencia. Vivir y educar en conciencia. A nuestros hijos. A los hijos de nuestros amigos. Al vecino. Al animal incívico que nos cruzamos por la calle.

Porque no es una cuestión de credo político: de rechazar a un candidato en virtud de otro que encarna, o no, un dechado de virtudes. El problema es avalar una serie de comportamientos que no caben en el marco de la civilización (sea en Irak, EEUU o Corea), y dejar que corran y acarreen consecuencias. Es la mediocridad de todos los días, el miedo paleolítico al otro, la precariedad material, pero también de valores y de amor, la imperdonable indiferencia ante la desdicha de los demás (que, no cabe la menor duda, acaba por ser la nuestra). Tenemos lo que tenemos: lo que ha ocurrido en las urnas es apenas el reflejo de este “pan nuestro de cada día”. Es un espejo y una bofetada a nosotros mismos. Porque ya basta de “quejarse y tragar”, o acabaremos dando este mismo alimento a quienes vengan después de nosotros. Sencillamente porque se puede dar a otros lo que no se tiene. ¿Nos acusaran las próximas generaciones de no haber hecho nada por mejorar lo recibido?

No, no hablamos de Trump ni de los Estados Unidos de Norteamérica: hablamos de la Humanidad. Y, repito, hoy más que nunca tenemos la ineludible misión de vivir y educar en conciencia. Resuenen con más fuerza que nunca los versos que escribiera el poeta Walt Whitman en su obra Hojas de hierba:

En este momento anhelante y pensativo, sentado a solas.
Me parece que en otras tierras hay otros hombres en otras tierras, anhelantes y pensativos,
me parece que puedo mirar a lo lejos y divisarlos en Alemania, Italia, Francia, España
– y más lejos aún, en China, o en Rusia, o en India – hablando otros dialectos;
y me parece que si me fuera posible conocer a estos hombres

Con ellos me uniría, como hago con los hombres de mi propia tierra,
¡oh! yo sé que seríamos hermanos y amantes,
yo sé que llegaría a ser feliz con ellos.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Espiritualidad , , ,

La calle

Lunes, 23 de mayo de 2016
Comentarios desactivados en La calle

Del blog Nova Bella:

13012755_1107200782677167_6602867449125039389_n

 

“Empieza un día más. Jesús quiere vivirlo en mí. No está encerrado. Conmigo está entre los hombres de hoy. Jesús no ha dejado de ser enviado a todas partes. Nosotros no podemos dejar de ser en cada instante los enviados de Dios al mundo. Jesús no deja de ser enviado en nosotros, a lo largo de este día que comienza, a toda la humanidad de nuestro tiempo, de todos los tiempos, de mi ciudad y del mundo entero.”

*

Madeleine Delbrêl

Bazar-1-1

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , , , , ,

Recordatorio

Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.

Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada. no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.

Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.