La ciudad indonesia de Depok quiere evitar “la propagación de personas LGTB”
Muhammad Idris, vicealcalde de Depok
El mes pasado, en esta misma ciudad, dos hombres fueron arrestados por presuntamente hacer un video sexual juntos y luego subirlo a internet. Si son condenados, pueden enfrentarse hasta a 12 años de cárcel.
Depok, una ciudad cercana a la capital de Indonesia, Yakarta, siguió los pasos de la policía provincial en Java Occidental para establecer el grupo de trabajo para, en palabras del vicealcalde de la localidad, Muhammad Idris, “anticipar la propagación de personas LGTB”.
“Hemos creado un equipo integrado por trabajadores sociales, policías y grupos de la sociedad civil para manejar el tema de las personas LGTB”, dijo Idris a los medios.
Idris dijo a los medios que el grupo de trabajo no criminalizará a las personas LGTB, pero añadió que ser LGTB era “inmoral” de acuerdo con el Islam: “La religión ha acordado que los actos LGTB están prohibidos, por lo que legalmente superaremos este problema para que no se extienda”, dijo.
A pesar de que la homosexualidad no es ilegal en Indonesia, la comunidad LGTB se ha enfrentado a una represión sin precedentes sobre su propia existencia. De hecho, actualmente se está tramitando una reforma del Código Penal indonesio que criminalizaría todas las relaciones sexuales fuera del matrimonio, por lo que las relaciones mantenidas entre personas del mismo sexo estarían prohibidas por ley.
Posible criminalización de la homosexualidad en todo el país
La noticia tiene lugar en un contexto especialmente hostil, dada la discusión que se ha abierto sobre una posible criminalización de las relaciones entre personas del mismo sexo, de la que también hablamos hace pocos días, y que ha desencadenado una auténtica espiral de LGTBfobia. De hecho, un diputado indonesio proponía la semana pasada modificar la legislación nacional para no solo castigar las relaciones homosexuales con cárcel, sino incluir además la pena de muerte para el colectivo LGTB (o, como mínimo, la cadena perpetua). El artífice de tal propuesta es Muslim Ayub, miembro del Partido Mandato Nacional Islámico (PAN).
Hanafi Rais, otro diputado del mismo partido, aseguraba que el debate sobre la criminalización de la homosexualidad está siendo acordado “por la mayoría de los partidos políticos indonesios”. Los seis partidos seculares, que controlan a la mayoría en la presente legislatura, no parecen, en todo caso, querer ponerse en contra a los extremistas islámicos antes de las elecciones de junio, en las que 171 regiones votarán por nuevos gobernadores, alcaldes y jefes de distrito.
Realidad LGTB en Indonesia
El pasado mes de diciembre recogíamos la condena de diez hombres a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta “fiesta gay” en Yakarta, la capital de este país asiático. Como decíamos hace ahora poco más de un mes, esta la noticia suponía un paso más en la escalada de LGTBfobia de estado que vive Indonesia. A diferencia de Aceh, en Yakarta las relaciones homosexuales no son ilegales, por lo que los detenidos fueron condenados por violar la ley contra la pornografía.
El hecho de que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente esta no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (En Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos.
Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo de 2017, que desembocó en la citada condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay” en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia, el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales.
En diciembre también aludíamos al “respiro provisional” que había supuesto la decisión del Tribunal Constitucional de Indonesia de rechazar una propuesta de criminalización de las relaciones sexuales entre personas no casadas, cuyo objetivo principal no era otro que el de castigar por vía indirecta las relaciones homosexuales. Poco duraba el respiro, por desgracia.
Fuente Cáscara Amarga/Cristianos Gays
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