Pakistan abre una escuela pública para personas trans y ayudarles a obtener un empleo estable
Pakistan acaba de abrir una nueva escuela pública para personas trans que proporcionará capacitación vocacional para ayudarles a encontrar un empleo estable. Alrededor de 20 estudiantes asistirán a la escuela.
La escuela, financiada por el gobierno en Lodhran, en la región de Punjab, abrió sus puertas la semana pasada.
‘Escuela transgénero establecida en la ciudad de Lodhran bajo el departamento de Alfabetización. “Bajo el liderazgo de Usman buzdar, Punjab crecerá y prosperará en el estado”, escribió el portavoz del Ministro Principal, Shabaz Gill en Twitter.
Transgender school established in lodhran city under Literacy department. Under Usman buzdar’s leadership Punjab will grow and prosper inshallah. pic.twitter.com/zgadhWW5B6
— Dr. Shahbaz GiLL (@ShabazGil) 20 de febrero de 2019
La nueva escuela sigue los pasos de la primera escuela trans que abrió en la capital de Punjab, Lahore, en 2018.
El Departamento de Educación Escolar de Punjab (SED, por sus siglas en inglés) ordenó a todas las escuelas que trataran por igual a los estudiantes trans en escuelas privadas y públicas en toda la provincia. También legisló que el verdadero género de un estudiante debería ser registrado en su inscripción.
El SED aprobó la ley “para alcanzar el 100% de objetivos de inscripción y retención” para los estudiantes trans.
Según el Pakistan Daily, la provincia de Punjab alberga aproximadamente el 64% de la población trans oficial de Pakistán. Debido a la transfobia y al estigma, muchas personas trans se ven obligadas a mendigar, a realizar trabajos sexuales o bailar para obtener ingresos.
Los defensores de los derechos LGTB y el funcionariado del gobierno esperan que las nuevas iniciativas de educación ayuden a las personas trans a encontrar un empleo más estable.
La organización no gubernamental Exploring Future Foundation (EFF) ayudó a construir el plan de estudios para las escuelas trans y su director gerente, Moizzah Tariq, dijo que las escuelas también proporcionarán capacitación vocacional en moda, belleza y diseño gráfico.
“Proporcionaremos capacitación basada en habilidades y un plan de estudios a la comunidad transgénero que se ha inscrito con nosotros”, dijo Tariq.
El año pasado, el gobierno pakistaní contrató a su primer empleado transexual. El Programa de Apoyo a los Ingresos de Benazir, un programa federal de reducción de la pobreza mediante transferencias monetarias incondicionales, anunció la contratación histórica en una carta en la que afirmaba que el nuevo empleado se incorporaría a la sede de Islamabad como cocinero de una cafetería.
“Todavía es increíble que conseguí un trabajo respetable en el gobierno por méritos y ahora podré ganar dinero con pleno respeto y dignidad”, dijo el nuevo empleado, conocido como Nomi, hablando con el periódico pakistaní. La Tribuna del Expreso.
Nomi describió la cocina como una de sus pasiones. No tiene ningún título formal, pero aprendió a cocinar de su madre. Se sintió validada por la oferta de trabajo, ya que a menudo le decían que no podría ganarse la vida a través de un empleo legal. “Mi nombramiento es una respuesta a aquellas personas, especialmente mis vecinos y familiares, que creen que una persona como yo sólo puede ganar dinero a través de medios ilegales”, dijo. “Espero que ahora la gente se sienta orgullosa de mí en lugar de degradarme”, añadió.
Derechos legales de las personas transgénero
El pasado mes de mayo, el parlamento pakistaní aprobó una ley que garantiza los derechos básicos de las personas transgénero, en una medida que los defensores de los derechos humanos calificaron de histórica para el país.
La Ley de protección de los derechos de las personas trans permite que las personas se identifiquen como hombres, mujeres o no binarias y que se registre su identidad en documentos oficiales, incluidos pasaportes y tarjetas de identidad.
Los activistas de derechos humanos elogiaron el proyecto de ley por ayudar a allanar el camino para una mayor aceptación e inclusión en un momento en que los miembros de la comunidad trans siguen enfrentándose a una violencia y discriminación desproporcionadas.
Las luces y sombras del colectivo LGTB de Pakistán
A lo largo de este último año, las personas transgénero han conseguido varios logros en la lucha por sus derechos en Pakistán: Se produjeron avances históricos en los derechos de las personas de zonas tribales y transgénero. Cinco mujeres trans concurren como candidatas en las elecciones generales de Pakistán. Marvia Malik, hacía historia al convertirse en la primera presentadora transgénero de un noticiario de la cadena Kohenor, en el mes de abril; pocas semanas después abre sus puertas Gender Guardian School, un centro educativo orientado a la capacitación laboral de las persona trasngénero en Lahore; al que sigue la aprobación de la Ley de Personas Transgénero, que otorga amplia protección legal a las personas transgénero al prohibir la discriminación por parte de empresarios, tanto públicos como privados. La Asamblea Nacional de Pakistán aprobaba el pasado mes de mayo la Ley de Protección de Derechos de las Personas Transgénero. Una norma que reconoce el derecho a decidir sobre la propia identidad de género y prohíbe la discriminación laboral y en otros ámbitos y que fue presentada en la cámara baja del parlamento bicameral pakistaní en agosto de 2017 por la diputada Naeema Kishwar. En el articulado se agrupan bajo el término «persona transgénero»realidades diversas como las personas intersexuales, los eunucos (varones de nacimiento sometidos a castración), los hombres y mujeres transexuales y «cualquier persona cuya identidad o expresión de género difiera de las normas sociales y las expectativas culturales basadas en el sexo que se les asignó al nacer».
A pesar del gran avance de la nueva ley, las condiciones de vida de la comunidad LGTB en Pakistán son muy duras. Las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo siguen siendo ilegales a día de hoy en este país. El Código Penal se remonta a 1860, cuando formaba parte de la India colonial y ambos Estados compartían la ley de sello británico. Tal y como reza el texto en su artículo 377, están perseguidos los «delitos antinaturales», que cometerá «quien voluntariamente tenga relaciones sexuales carnales contra el orden de la naturaleza con cualquier hombre, mujer o animal».
Los condenados por estos «delitos» «serán castigados con pena de prisión de por vida o con pena de prisión de cualquiera de las dos categorías por un término que no podrá ser inferior a dos años ni superior a diez años; también será responsable de multa». La ilegalidad de las relaciones homosexuales ha provocado, aparte de injustas persecuciones motivadas por la orientación sexual, situaciones tan ridículas como la censura de una fotografía de dos hombres besándose en la portada internacional del New York Times distribuida en Pakistán el 29 de enero de 2016.
En la parte norte de Pakistán, los miembros de la comunidad transgénero siguen viviendo de forma muy insegura después de repetidos ataques a manos de personas cisgénero. La Dirección de Derechos Humanos de Khyber-Pakhtunkhwa se ha tomado muy en serio el peligroso incremento de los incidentes de violencia contra las personas transgénero, por lo que ha ordenado a todos los departamentos interesados a que compartan a diario su investigación sobre el asesinato de personas transgénero.
En cambio, como publicó también dosmanzanas en su momento, ya en julio de 2009 la Corte Suprema de Pakistán daba un paso hacia un cierto reconocimiento oficial de las personas transgénero y a finales de ese mismo año ordenaba que se reconociera oficialmente la existencia de un «tercer sexo». Este mismo año, el senador Babar Awan presentaba en la cámara alta un proyecto de ley similar al aprobado ahora para proteger al colectivo trans y que también contenía disposiciones antidiscriminatorias. En marzo de 2017, una histórica sentencia condenaba a cadena perpetua a los dos asesinos de una mujer trans.
No obstante, la igualdad real de las personas trans también sigue estando muy lejana, ya que todavía son vulnerables a los abusos físicos y verbales, tienen que soportar la actitud humillante de los policías, médicos en los hospitales y funcionarios públicos y los informes de palizas y otras formas de violencia dirigidas contra estas personas son comunes. En abril recogíamos el asesinato de Sheena, una mujer trans de origen afgano, que no pudo recuperarse tras ser víctima de cinco disparos. Shena era en la quincuagésimo sexta persona trans muerta como consecuencia del odio tránsfobo en Pakistán desde 2015. Entre ese año y 2017, además, contabilizaron un mínimo de 1.131 casos de violencia contra este colectivo (208 de los cuales corresponden al año pasado).
Fuente Oveja Rosa/Cristianos Gays
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