Orange retira su publicidad de un tabloide homófobo ugandés.
Leemos en Dosmanzanas que la empresa francesa de telecomunicaciones Orange ha comunicado que cesará de insertar publicidad en el semanario ugandés Red Pepper, desde donde se alienta a la persecución pública de los homosexuales. La organización de defensa de los derechos LGTB All Out insta a las empresas ubicadas en Uganda a que actúen del mismo modo, retirando su publicidad de los medios homófobos y comprometiéndose a proteger y apoyar a sus trabajadores LGTB.
Como informábamos hace unas semanas, tras la promulgación por el presidente Yoweri Museveni de la ley que endurece el trato penal a gais y lesbianas, en Uganda se ha instalado el horror homófobo. Uno de los que han contribuido a esa exacerbación de la homofobia es el tabloide Red Pepper, que ha publicado lo que ha llamado “el top 200″ de los homosexuales de Uganda, dando a conocer 200 nombres entre los cuales hay conocidos activistas LGTB (como Pepe Julian Onziema) pero también personas que nunca han expresado públicamente su orientación sexual y otras que sin ser LGTB han apoyado la igualdad de derechos. No hay que olvidar que el asesinato en enero de 2011 del activista gay David Kato se produjo tras ser uno de los 100 ciudadanos homosexuales cuyo nombre y fotografía habían sido publicados por Rolling Stone (otra publicación local), acompañados de la leyenda “Hang Them” (“a la horca”).
Desde la organización de defensa de los derechos LGTB All Out se constató que Red Pepper exhibía publicidad de la empresa francesa de telecomunicaciones Orange, iniciándose el pasado miércoles 5 de marzo una petición para que tanto la multinacional francesa como el resto de empresas implantadas en Uganda cesen de colaborar con una publicación empeñada en una cruel caza de brujas contra un colectivo tan desamparado como el de gais, lesbianas, bisexuales y transexuales. La petición ha recogido hasta el momento más de 70.000 firmas.
Dos días más tarde, el jefe de prensa de la empresa francesa, Jean-Bernard Orsoni, comunicaba que Orange había tomado la decisión de cesar su colaboración con el tabloide homófobo. Orsoni explicaba que “nos anunciamos en todos los países donde operamos, y, por desgracia, nuestra publicidad se publicó en esa revista. Nos ha impactado, pero no tenemos ningún control editorial sobre los medios de comunicación en los que insertamos nuestra publicidad”.
Instan a seguir el ejemplo de Orange
Guillaume Bonnet, responsable de la campaña de All Out en Francia, cree que “Orange puede desempeñar un papel importante tomando la iniciativa y mostrando las consecuencias que puede tener el proyecto de ley contra la homosexualidad en Uganda para los negocios. Si Orange y otras compañías actúan de este modo, enviarán un mensaje inequívoco a los medios de comunicación y al gobierno de Uganda”. Desde All Out también se insta a que tanto Orange como las demás empresas protejan y apoyen a sus trabajadores en Uganda, incluidos los trabajadores LGTB.
En este sentido, la asociación de trabajadores LGTB de Orange, Mobilisnoo, remitía el mismo viernes 7 de marzo un comunicado al comité ejecutivo del grupo de telecomunicaciones, en el que recordaban que la empresa es “signataria de la carta de compromiso LGTB desde enero de 2013 y que desde el año 2000 la carta deontológica de las Naciones Unidas obliga a condenar enérgicamente estos actos”. El jefe de prensa de Orange aseguraba que “tenemos por costumbre proteger a nuestros trabajadores, sean quienes sean”.
Guillaume Bonnet no dejaba de señalar que la ley recientemente aprobada castiga también a las empresas y multinacionales que apoyen de algún modo a los homosexuales, pudiendo sus responsables ser condenados a penas de prisión de hasta 7 años. “Si Orange defendiera a sus trabajadores LGTB, la empresa sería culpable según la ley”, afirmaba el responsable de All Out, constatando lo absurdo y desproporcionado de la legislación homófoba ugandesa.
Hasta ahora, tan solo una gran empresa ha protestado públicamente contra dicha legislación. El pasado mes de diciembre, el presidente de Virgin, Richard Branson, comunicaba su negativa a hacer negocios en Uganda como consecuencia de la aprobación de la ley homófoba e invitaba a otras empresas a hacer lo mismo. “Los Gobiernos tienen que comprender que las personas deben poder amar a quienes quieran. No es asunto de ningún Gobierno (ni de nadie) juzgar la sexualidad de las personas. En su lugar, deberían celebrar que las personas construyan relaciones amorosas que fortalezcan la sociedad, sin importar quiénes son”, expresaba Branson en una entrada publicada en su propio blog.
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