Las parejas australianas se niegan a oír textos LGTBfobos en sus bodas
Las parejas australianas que deciden casarse están obligadas a oír en su ceremonia de boda la definición de matrimonio que recoge la ley actualmente en vigor, que lo describe como “la unión de un hombre y una mujer”. Pero muchas de ellas no están dispuestas a escuchar un texto que simboliza la discriminación de parte de la ciudadanía australiana, para lo que deben echar mano de algún que otro subterfugio. Uno de ellos: taparse los oídos.
En 2004 entró en vigor la reformada Ley de Matrimonio australiana, concebida a propósito para prohibir los enlaces entre personas del mismo sexo. La Ley además incluía la exigencia de que en todas las ceremonias de boda el oficiante tuviera que leer un texto en el que se explica a contrayentes e invitados la “naturaleza” del matrimonio:
El matrimonio, según la ley de Australia, es la unión de por vida entre un hombre y una mujer, excluidas las demás parejas.
Pero cada vez son más quienes no desean que en su ceremonia de boda se tengan que escuchar unas palabras tan cargadas de discriminación e intolerancia. Entre ellos se cuentan Abbey y Mitchell Johnston, quienes declaraban que se trataba de “una cuestión de igualdad. No podemos entender que vivamos en un país en el que esté bien que no haya los mismos derechos para todos”. Para la novia, “el hecho de que nuestra ceremonia personal tenga que incluir un comentario tan intolerante… No podía creer que eso tuviera que ser parte de nuestra ceremonia, que estaba tan llena de amor.” Por ello decidieron pedir a sus invitados que, al igual que harían ellos, se taparan los oídos cuando el oficiante estuviera obligado a recitar el texto discriminatorio.
La protesta de los Johnston por la discriminación recogida en la Ley de Matrimonio quedó clara, de una manera divertida, pero contundente. Otras parejas han optado por soluciones como toser mientras se lee el texto, o pedir al oficiante que apague el micrófono en esos instantes. También hay quienes han decidido añadir un texto propio al obligado por ley, con palabras a favor de la igualdad como estas: “esperamos que llegue el día en el que todas las parejas de enamorados puedan casarse y celebrar su amor de la manera que lo hacemos hoy”. Algunos incluso han llegado más lejos, como el jugador de rugby David Pocock y su novia Emma Palandri, que declararon en su día, y lo han mantenido hasta la fecha, que no se casarán hasta que puedan hacerlo también las parejas del mismo sexo.
Abbey y Mitchell Johnston, y las demás parejas que protestan contra la desigualdad, representan a la perfección la actitud de los jóvenes australianos. Según las encuestas, el 68 % de los australianos aprueba el matrimonio entre personas del mismo sexo, cifra que asciende al 86 % entre los menores de 25 años. Abbey Johnston reflejaba ese talante con las siguientes palabras: “Estoy entusiasmada con el matrimonio igualitario y quiero vivir en un país donde todo el mundo sea igual”.
Esperemos que ese día llegue pronto, y que prospere la iniciativa parlamentaria para aprobar el matrimonio igualitario en Australia, que se presentará el próximo mes de agosto.
Fuente Dosmanzanas
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