Una madre de Minnesota demanda a su hija de 17 años (y a sus médicos, profesores y varias organizaciones) por haber transicionado su género sin haberle pedido permiso.
A esta señora de Minnesota alguien tenía que haberle hecho pasar un test o algo para comprobar si estaba capacitada para tener hijos. Anmarie Calgaro ha decidido demandar a su hija de 17 años por haber transicionado su género sin haberle consultado. La demanda la anunció en una rueda de prensa transmitida por Facebook Live en compañía de su abogado y de la Minnesota Child Protection League, una organización anti-trans, y de la antiabortista Sociedad Tomás Moro.
Desde los juzgados de Saint Paul, Anmarie se presentó ante la prensa explicando el caso y refiriéndose a su hija (ella y su abogado) siempre en masculino: “Llegó a mi conocimiento que mi hijo había comenzado a recibir tratamientos hormonales por parte de los Servicios de Salud de Park Nicollet para transicionar de hombre a mujer, con la asistencia médica haciéndose cargo de los costes. Las noticias de que las agencias del condado y los proveedores de servicios de salud, el instituto y otros agentes del condado y del estado me habían puenteado completamente me supusieron un auténtico shock. ¿Por qué nadie me lo notificó?”
Según explicó la madre todo comenzó en 2015 cuando la hija se fue a vivir con su padre, que está divorciado de Calgaro. Según explica Anmarie el padre también apoya esta demanda y se opone a la transición de su hija, pero no estaba presente durante la rueda de prensa.
Aunque a la madre la apoyan algunos grupos ultraconservadores, también están los grupos de apoyo a personas trans que se han llevado las manos a la cabeza. No sólo por el hecho de que la madre demande a la hija y a los médicos, sino porque durante toda la rueda de prensa se referían a la chica constantemente utilizando pronombres masculinos. David Edwards, de la organización Transforming Families, ha dicho que “confundir el género de una persona trans de forma intencionada es un acto de violencia. Hacérselo de forma continuada a tu hija no es sólo insensible, es tremendamente dañino.”
Algunos expertos legales han revisado la demanda y, cómo no, también se han llevado las manos a la cabeza. Como explica Phil Duran, el Director Legal de la organización OutFront Minnesota “a los 17 años una chica trans consigue, como mucho, acceso a asesoramiento y hormonas. En la nota de prensa hay una referencia a una cirugía u operación. Sería increíblemente extraño -absolutamente extraño- que una menor consiga acceso a una cirugía.” La nota de prensa, por cierto, la envió la Sociedad Tomás Moro y hablaba de una “operación que cambia una vida.”
Green, además, señala que es posible que el hecho de que la menor tenga documentos que representan el género con el que se identifica no implica que se haya operado nada, sino que la clínica que trata a la chica ha empezado los trámites para reconocer legalmente que es una chica y así “minimizar los daños y reducir su ansiedad.”
Pero además de ese absurdo, Duran remarca que según las leyes del estado, hay casos en los que los menores no tienen que notificar a sus padres sus decisiones médicas. De hecho la ley del estado especifica que cualquier menor que viva separado de sus padres o tutores legales, ya sea con el consentimiento o no de los padres o tutores e independientemente del tiempo que dure esa separación, y que además es responsable de sus asuntos financieros (sin importar el dinero que gane), puede ofrecer su consentimiento a cualquier servicio médico, dental, mental o lo que sea sin que haga falta que otra persona lo autorice. Eso se contradice con lo que el abogado de la madre dijo en rueda de prensa, cuando no paraba de hacer referencia a que “tomar decisiones médicas por tu cuenta no es lo mismo que estar emancipado.”
El problema de fondo, según destaca Duran, es que Annmarie está utilizando este tema para luchar por una cosa totalmente diferente. Básicamente, lo que está haciendo la mujer es “cogerse a un clavo ardiendo para intentar argumentar que la decisión de su hija es una violación de sus derechos constitucionales impuesta por el estado.”
El propio hecho de que en la demanda de Annamarie figure su propia hija y no sólo los que, se supone, le han ayudado a transicionar, deja claro que a ella el bienestar de su hija le importa muy poco y que cree que ella es la víctima. La propia Annmarie lo dijo en la rueda de prensa: “El tema de la transición no es siquiera el problema, el problema es que él sea capaz de tomar esas decisiones.” Con una madre así no extraña que la hija se fuera de casa y haya decidido tomar las riendas de su propia vida aún no siendo mayor de edad. Hay que tener mucho valor para hacer algo así.
Homofobia/ Transfobia.
Anmarie Calgaro, Asociación Profesional Mundial por la Salud Trans (WPATH), David Edwards, EE.UU., Homofobia/Transfobia, Jamison Green, Minnesota, Minnesota Child Protection League, OutFront Minnesota, Phil Duran, Sociedad Tomás Moro, Transforming Families
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