Reclaman justicia para Mikhail, el joven bielorruso gay que ayer murió tras sufrir un salvaje ataque homofóbico
Mikhail Pischevsky, de 33 años, le apalearon brutalmente y dejaron en coma después de salir de una fiesta gay en un club nocturno en Minsk, Bielorrusia, en mayo 2014. Su atacante, Dmitry Lukashevich, le gritó insultos homofóbicos primero pero, cuando Mikhail no le hizo caso, Dmitry empezó a pegarle salvajemente. Mikhail sufrió lesiones graves en la cabeza, y después de varias cirugías, los médicos se vieron obligados a retirarle el 20% de masa cerebral en un intento por salvarle la vida. Entró en coma y murió anteayer, 27 de octubre. ‘Mikhail ya no está con nosotros’, dijo el activista LGBTI, Sergei Androsjenko, en Twitter.
Dmitry fue condenado a una pena de prisión de dos años y ocho meses por causar ‘lesiones graves involuntariamente’. Además la sentencia incluye el pago de 7.500 euros a Mikhail y 3000 euros a su madre. Pero, por desgracia, el pasado 20 de agosto, Dmitry fue amnistiado tras cumplir sólo 11 meses de prisión.
En la ciudad de Nueva York se va a organizar una protesta para que el asesino de Mikhail sea acusado por un tribunal por ser el autor material de su muerte: “Exigimos justicia para Mikhail Pischevsky. ¿Por qué el asesino de Mikhail no ha sido acusado de asesinato? Exigimos la respuesta”, reclaman desde un grupo de activistas ruso-americano LGBTI.
“Únete a nosotros en una protesta y una vigilia cerca del Consulado General de Bielorrusia en Nueva York el jueves 29 de octubre a las 10 horas. Trae flores, mensajes de solidaridad y fotografías”, explican en la convocatoria.
Ser homosexual en Bielorrusia dejó de ser ilegal en 1994 pero ya está; hay algunos bares gays en Minsk, pero eso es todo. La discriminación se aprovecha del vacío legal: sigue presente en la vida pública, en los medios, a la hora de buscar casa o empleo. A diferencia de sus vecinos Rusia y Ucrania (donde la homosexualidad también padece trabas públicas), Bielorrusia no permite ninguna organización que reivindique los derechos de gays, lesbianas y transexuales (LGBTI). Esa es la triste realidad y casos como los de Mikhail se pueden repetir.
Fuente Ragap
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