¡María, la Santa jornalera, tu vecina y hermana!
Del blog de Alfonso J. Olaz El Rincón del Peregrino:
¡María, la Santa jornalera, tu vecina y hermana!
¡María, ruega por nosotros, por todos nosotros!
Que cada día peleas para sostener a tu familia
Tu marido murió hace unos meses, jornalero del campo,
y por una rara y avanzada enfermedad: te ha dejado sola con tus cinco hijos
Todas las mañanas, al salir el sol madrugas mucho para que el patrón te dé trabajo
Hoy te ha querido contratar
¡Y como no has caído en las redes de sus amores como muchas veces, hoy no has trabajado!
Una mujer mayor del pueblo te ha comentado que hay trabajo en el norte, para la recogida de la fruta, y a casi dos mil kilómetros de tu casa
Doscientas personas del pueblo se van a ir a trabajar al norte de Francia.
El dinero no es mucho después de doce intensas horas cada jornada
¡Y el domingo, por ser el día del Señor, se descansa!
María.
Si acepta el trabajo, los servicios sociales cuidarán de sus hijos
¿Y de ella, quién cuidará?
No quieres estar con ningún hombre, porque ninguno es todavía hombre
Trabajando en la fruta tendrás trabajo para cuatro meses
María.
¡Qué dolor en el corazón de la madre!
¡Sin besar a tus hijos, sin que te besen y acaricien!
Con el dolor del emigrante esclavo, condenado a cadena perpetua, sin remisión de la pena
En las calamidades de cada día
Donde se sobrevive porque no hay otra
Y la esperanza de la lucha por tus hijos te sostiene y te da paz
Cuando no reconoces la lengua extraña.
La lengua del egoísmo humano, voraz y sórdida
Con el ansia de mejorar un poco la vida, dejándose la salud y la vida para ello, en un medio hostil de falta de fraternidad
Donde uno ya ha sido condenado al infierno de por vida
¿Dónde están los cristianos de María?
La fraternidad, la solidaridad
¿Dónde está la justicia humana?
El emigrante, con el grave peligro de retrasar dos pasos al equivocarse al discernir y tomando la decision equivocada hundirse en la miseria
Cuando ha peleado hasta la extenuación por conseguir dar un paso adelante…
Analfabeta, sin dobleces y sin papeles
Sin conocer la lengua extranjera
¡María, la jornalera, ruega por todos nosotros!
¡Tú no necesitas mucho las oraciones, las tuyas son verdaderas!
Solo sabes rezar con la Virgen el Ave María y hablar con ella
Así te lo enseñó tu anciana madre
¡Casi nada, menudo ejemplo!
Y por esa fe que tienes es más que suficiente
Tu muy dura vida es también oración, de la abnegación por ser mujer hoy en día y madre para sacar adelante a tus cinco hijos
¡Los Santos están aquí!
María es una de ellas
¡La Madre Santa María está contigo!
Ya reza ella por ti
No temas, no te preocupes más, ella ha alcanzado ya tu oración y ahora la va a prolongar para que su hijo te dé lo que precisas
Pronto, muy pronto, alcanzarás misericordia.
¡El favor de Santa María!
La Virgen María pasó también muchas calamidades cuando emigró con su hijo y su esposo a Egipto, tres años y medio viviendo en una cueva, solos los tres, en tierras extrañas, atravesando desiertos, mesetas y valles, venciendo muchos obstáculos en cada momento, salvando a su hijo
de una muerte segura
Madre María
Así das la vida cada día por todos tus hijos
Salvandonos de mil muertes seguras cada día…
¡María, la jornalera, por tu vida ya has hecho Oración, ya has hecho Oración…!
Ya nos has enseñado a todos a rezar
Qué rezar es amar mucho, mucho, para ser oración verdadera
Oración activa que se convierte en Amor de Santa María, ya nada ahora te podrá negar ella
¡Y cuántos nos atrevemos a decir que somos de María!
¡Que alguien me diga de que María somos!
¡De María, la Santa María, la Madre de Dios, que no amamos y no vemos!
¿O somos de la que vemos todos los días?
¡De la Madre Santa María, que está en María la Jornalera, y amamos y podemos verla siempre que queramos!
María
La que ruega por todos nosotros cada día
La de corazón puro y amor enorme, casi divino, por ser hija de Santa María
La luchadora por sus hijos, como su madre, la Santa María
Y la hermana nuestra de cada día, que no está ahora en los Cielos, sino en la durísima tarea de conseguir un trabajo estable, y unas dignas condiciones de vida, dejando de pasar ya calamidades
¡Bendita seas, Madre María!
Porque has amado tanto, tanto, que hoy estarás con Santa María
Y por lo que has rogado, tus cinco hijos te acompañarán contigo
Lo que no hagáis por uno de estos, mis hijos, será juzgado con el poder divino que nada lo corrompe y es sabio y justo
Madre
¡Del espanto de nuestro egoísmo libranos!
Y por un instante, haznos ver el corazón miserable de lo peor que tiene el hombre, para así volver a ti y nunca más pecar
Y no nos dejes llevar a nuestros hermanos: al terrible espanto de la cueva negra de nuestra agonía perpetua
De la insolidaridad del hombre
¡Esto te lo pedimos con confianza y paz!
Santa María.
Madre de todas las Marías
Madre de todos los oprimidos del mundo: de techo, pan y sal
Santa María!
Danos tu fuerza, toda tu fuerza para hacer justicia contigo
Justicia de la divina, que no se corrompe
Acompañados cada día
Para qué optemos por los más pobres, por todos esos que son por ti muy predilectos
Bendita seas María, con nuestra madre Santa María
Del Evangelio a la Vida
De la Vida al Evangelio
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