La policía australiana reabre un caso de suicidio de hace 30 años que investiga como un crimen de odio
Como resultado de la decisión de la policía australiana de investigar 88 muertes sospechosas para saber si fueron crímenes de odio, se ha reabierto el caso de Scott Johson, cerrado hace 30 años como suicidio y que podría haber sido víctima de la homofobia a manos de jóvenes pandilleros. Ofrecen 1 millón de dólares australianos como recompensa a quien pueda facilitar algún dato. También se investigan hasta 88 muertes producidas en circunstancias similares entre 1976 y el año 2000.
Estudiante de doctorado en la Universidad de Nacional de Australia, en Camberra, el cuerpo sin vida de Scott Johnson era encontrado en un acantilado de Sydney hace 30 años, el 8 de diciembre de 1988. Al tratarse de un lugar recurrente para los suicidios, la policía no lo investiga, pero un forense declara ahora que habría fallecido como consecuencia de un delito de odio al ser obligado a tirarse por el acantilado al igual que otras víctimas en una serie de crímenes motivados por la homofobia que tuvieron lugar en los años 80 y 90 perpetrados por jóvenes pandilleros. Tras reconocer la hostilidad hacia los hombres homosexuales por parte de sus funcionarios en aquel entonces, la policía reabre el caso ofreciendo una recompensa de un millón de dólares australianos a quien pueda tener información que pueda aclarar su caso.
«La muerte de Scott es posiblemente una de las investigaciones más difíciles que he visto, y se cree que uno de los mayores obstáculos ha sido la falta de voluntad para que los testigos se presenten», declara Mick Fuller, comisionado de policía del estado de Nueva Gales del Sur. Johnson tenía 27 años de edad en el momento de su asesinato. Se había mudado a Australia para estar con su pareja y había solicitado la residencia permanente.
«La recompensa de un millón de dólares está hablando a la comunidad de que la policía se está tomando esto en serio y necesita la ayuda de la gente», declara Steve Johnson, hermano de la víctima, que ha luchado por la reapertura del caso tras tener constancia de una investigación realizada en 2005 sobre la muerte de tres hombres en el mismo período y en las mismas circunstancias que su hermano. En 2012 se investiga el caso de nuevo, descartando el suicidio, pero atribuyendo la caída a un accidente fortuito, hasta que el año pasado un forense dictamina que había muerto «como resultado de un ataque de odio gay».
«Las personas que mataron a Scott están probablemente vivas y viviendo en las playas del norte, gratis (…). Esto no se trata solo del caso de Scott. Creo que todos estos casos deben ser revisados», explica Johnson, refiriéndose a un área de Sydney en la que la policía busca pistas que conduzcan a la identificación de posibles sospechosos. En septiembre de este mismo año se establece una investigación parlamentaria estatal para investigar los delitos contra personas homosexuales y transexuales desde 1970 hasta 2010, incluyendo las muertes de hasta 88 personas fallecidas de manera similar entre 1976 y el año 2000. Una película documental, Deep Water: the real story (Amanda blue, 2016, Australia), explora lo que se esconde detrás de estos crímenes no investigados en su momento como asesinatos.
Fuente Universogay
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