Puerto Rico prohíbe las “terapias de conversión” en menores
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, firma una orden ejecutiva que prohíbe las “terapias de conversión” en menores.
Puerto Rico se ha convertido en el decimoquinto estado (estado asociado) norteamericano que (junto al Distrito de Columbia) ha prohibido las mal llamadas “terapias de conversión” (porque ni son terapias ni convierten nada) en menores de edad.
El gobernador de la isla, Ricardo Rosselló, decidió firmar una orden ejecutiva prohibiendo que los menores de edad puedan ser sometidos a estas mal llamadas “terapias” que en pro de cambiar la orientación sexual o la identidad de género somete a las personas LGTB+ a torturas y les provoca un daño psicológico terrible. Rosselló decidió firmar esa orden ejecutiva después de que su propio partido, el Partido Nuevo Progresista, bloqueara la aprobación de una ley al respecto en la Cámara de Representantes.
Junto a una foto en la que firma la orden ejecutiva, Rosselló ha publicado en Twitter que “dichas terapias carecen de fundamento científico y, además, provocan daño y sufrimiento innecesario a las personas LGBTT“.
Para explicar por qué ha decidido firmar la orden a pesar de lo que apoya su propio partido, el gobernador explica que “Anhelo que la sociedad de Puerto Rico sea una en la que todo el mundo, sin importar a quién ama, sea aceptado y viva sin miedo a la persecución. Eso incluye a los más vulnerables en nuestra sociedad, los menores, que han de recibir amor y apoyo. Las terapias de conversión no benefician a nadie, solo causan un daño y un sufrimiento inimaginable.“
“Como padre, como científico y como gobernador de todos los puertorriqueños, creo firmemente que la idea de que hay personas en nuestra sociedad que necesitan tratamiento por su identidad de género o por su amor no sólo es absurda, sino que es perjudicial para tantos niños y jóvenes que merecen ser tratados con dignidad y respeto”, dijo el Gobernador en declaraciones citadas en los medios locales
Hoy firmamos una OE que prohíbe las terapias de conversión o reparativas para cambiar la orientación sexual o identidad de género de menores de edad. Dichas terapias, carecen de fundamento científico y, además, provocan daño y sufrimiento innecesario a las personas LGBTT. pic.twitter.com/AVvLZdVHmZ
— Ricardo Rossello (@ricardorossello) 27 de marzo de 2019
Carmen Yulín Cruz, alcaldesa de la capital y ciudad más grande de Puerto Rico, San Juan, expresó su apoyo a la decisión del Gobernadora y escribió en Twitter: “Las terapias de conversión son inhumanas y buscan privar a los seres humanos de su dignidad. El amor es amor. Es un concepto simple. Los compatriotas del amor comunitario LGBT+, punto. Y el amor siempre, siempre gana sobre el odio. SIEMPRE.”
Desde la Human Rights Campaign, han aplaudido el gesto de Rosselló en un comunicado y ha recordado que “la peligrosa y denostada práctica de las llamadas ‘terapias de conversión’ no solo no funciona, sino que puede tener consecuencias muy peligrosas. Por ese motivo ha sido condenada por todas las grandes asociaciones médicas de nuestro país.“
Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses incluso si la isla es considerada un territorio no incorporado y organizado dentro del Estado Libre Asociado de los EE.UU. en lugar de un estado -pueden votar en las elecciones primarias del partido pero no eligen representantes en el Congreso o el Senado.
La ley federal de los Estados Unidos se aplica a Puerto Rico, como recordó el Juez de Distrito Juan Pérez-Giménez en abril de 2016, cuando el tribunal de primera instancia trató de prohibir la implementación del fallo de la Corte Suprema que legaliza el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país.
La comunidad LGBT+ en Puerto Rico sigue siendo blanco de prejuicios y violencia. A principios de este año, el asesinato de Kevin Fret, un artista gay de 24 años de edad, conmocionó a la comunidad pero, como señaló la revista Paper, también puso de relieve la persistente homofobia contra las personas LGBT+.
El uso de “terapias” reparadoras o de conversión en menores de edad ha sido ya prohibido en dieciseis estados norteamericanos, además de en la capital federal. El último de ellos había sido Colorado hace tan solo unos días. California fue el primero en hacerlo en 2012, no sin controversia. Le siguieron el también estado de Nueva Jersey (varios meses después), Washington D.C. (cuyo Consejo legislativo aprobó la norma por unanimidad en 2014) y más tarde se sumaron los estados de Oregon, Illinois, Vermont, Nuevo México, Rhode Island, Nevada, Connecticut, Washington, Hawái, Maryland, Delaware y New Hampshire. Hay además numerosos condados y ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares.
En Europa, Malta fue pionera
En Europa la pionera fue Malta, que aprobó una ley en 2016. Irlanda y el Reino Unido también están dando pasos en esta dirección. En España, mientras tanto, la prohibición de este tipo de intervenciones ha sido ya contemplada en varias normas autonómicas y es una de las disposiciones que prevé la prometida ley en favor de la igualdad y no discriminación de las personas LGTBI, en discusión en el Congreso de los Diputados (aunque el PP intentó «colar» una proposición alternativa, en forma de enmienda a la totalidad, que no contemplaba este aspecto). Un proyecto que en cualquier caso permanece encallado por el desacuerdo entre las diferentes fuerzas políticas que en teoría lo apoyan y cuya aprobación a día de hoy no está asegurada.
En cualquier caso, conviene recordar que el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de toda España, emitió ya en 2017 un comunicado en el que recordaba que las intervenciones que prometen «curar» la homosexualidad carecen de fundamento. No es ninguna novedad, pero en estos momentos en los que la promoción de este tipo de intervenciones parece reverdecer en nuestro país (casos recientes como el de la “terapeuta” Elena Lorenzo o las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen así parecen indicarlo) toda aclaración es bienvenida. Mientras, el año pasado sufrimos un seminario sobre “ayudar a cambiar sentimientos homosexuales”. En todos casos, nuestros amigos de HazteOir estuvieron ahí apoyando a los homófobos…
Mientras tanto, el Parlamento Europeo ha exigido la prohibición de estas terapias.
“No” rotundo de los especialistas a las “terapias” reparadoras.
“Terapias” reparadoras: no solo inútiles, también peligrosas
La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. Precisamente en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.
Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
Fuente HazteQueer
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