Con su contundente lenguaje, pero es que ya está bien de aguantar estupideces… Hidroboy, de EstoyBailando nos comenta la última muestra de transfobia desde el ambito periodístico ¿serio?:
Ojo al tremendo pedazo de mierda transfóbica que han publicado hoy en La Vanguardia (y que evidentemente no os voy a enlazar):
Seguramente ya conocerás la historia de Shiloh, la hija mayor del matrimonio entre Brad Pitt y Angelina Jolie. Aunque visto lo visto hay que empezar a cambiar el discurso: no es la hija mayor, es el hijo. No es la mayor de los hijos biológicos de la pareja, es el mayor de los hijos biológicos. Y no es Shiloh, es John.
O al menos así (en masculino y como John) es como el chico ha pedido que se le trate y como su familia le trata. Así que nosotros, que no les conocemos de nada, respetamos eso y punto en boca. ¡Hombre ya!
Hace muchos años que se especula sobre la identidad de género de John, un tema delicado sobre el que ni sus propios padres (lógicamente) quieren hablar en público. No porque les avergüence, sino porque entienden que se trata de la vida de un menor de edad (tiene 10 años) y porque, básicamente, a nadie le importa una mierda si quiere llamarse John o si se identifica como hombre o como mujer o se viste como le dé la real gana.
Aunque claro, John no es el hijo de Will Smith, Jayden, que lleva años vistiéndose con ropa de mujer porque le da la gana. A la prensa le da igual cómo te vistas siempre y cuando los chicos sean chicos y las chicas sean chicas. Y si a los chicos les gustan las chicas y a las chicas los chicos, mejor aún. Como te salgas de ahí, prepárate que ni tus 10 años te van a salvar del despelleje.
Pero parece que a La Vanguardia sí le importa. O más bien a “Muy”, el folletín del corazón del Diario “El Clarín” del que La Vanguardia ha republicado la noticia a través de un acuerdo editorial. Que, por cierto, ya que han castellanizado el texto cambiando los “varón” por “hombre”, podrían haber tenido un poquito más de cuidado con los pies de las fotos que no han incluído; porque el corta/pega resultante es bastante cutre.
A lo que iba: alguien en el diario El Clarín ha decidido que tiene derecho a hablar sobre este tema y alguien en La Vanguardia estaba tan de acuerdo que cree que nos importa. Importa tanto que no tienen problema en publicar un artículo cargado de transfobia, prejuicios y mucho sensacionalismo. Para empezar, el lamentable titular (“La increíble transformación de la hija“, cuando no sólo no es increíble -es lógica si realmente es un chico transgénero y sus padres no viven en el siglo XIV- sino que “la hija” ha pedido que se le trate en masculino) va precedido de un “¿Transgénero?” que no sé muy bien qué pinta ahí. Pero ¡elucubremos sobre la identidad de género de alguien que tiene 10 años! ¡Sus padres son famosos!
Y a pesar de que en el propio texto dicen esto: “La niña de rizos dorados se viste como un hombre desde hace años. Además, quiere que la traten como a tal y que la llamen John“, quien sea que ha escrito el artículo ha decidido pasarse ese mismo dato por el forro de los cojones y se refiere continuamente a John como Shiloh y habla de “la niña” y no de “el niño“.
La transfobia (y la ignorancia) del tontoalastres que ha escrito el texto va más allá cuando habla de “la controversia” que genera el hecho de que un niño de 10 años se manifieste como transgénero (si es que lo es). Ojo a esto:
“Algunos expertos opinan que no (es transgénero). Y que podría ser normal que un niño que tiene hermanos mayores del sexo opuesto quiera imitarlos, además de intentar explorar roles diferentes. Por eso, motivan a padres de familia a considerar a sus chicos con la identidad con la que se auto-perciben, en beneficio de su estabilidad emocional. Pero otros señalan que es necesario hablar de una manera más seria con los pequeños que toman este tipo de determinaciones.”
O lo que es lo mismo:
“No tengo ni puta idea de lo que estoy escribiendo, pero he hecho una búsqueda rápida en Google sobre el tema y he cogido un par de cosas de la Wikipedia. Pongo la palabra “expertos” porque así parece que me he documentado pero en el fondo lo único que quiero es generar una noticia donde no la hay para ver si consigo que se viralice y mi jefe está contento con las visitas que genere. Y qué más da que esté hablando de una persona que tiene 10 años y cuyos padres cuidan y quieren como cuidan y quieren al resto de sus hijos biológicos o adoptados: yo voy a seguir hablando de ella en femenino porque me sale de los cojones y al que le moleste que le den.”
Por que claro, ahora resulta que los menores transgénero (da igual sí John lo es o no, pero el “periodista” deja caer el término un par de veces para que se sepa que habla de ello) lo que hacen es “imitar” a sus hermanos mayores. ¡Es una fase! ¡Son niños! ¡No saben lo que quieren! Y si ves que están “confundidos” sígueles el juego… ¡o habla con ellos muy seriamente! Ya verás cómo les quitas la tontería
¿Y de quién es la culpa? ¡La culpa es del lobby gay! ¡¿Quién no ha tenido una amiga que se vestía de chico y pedía que la llamaran Pedro porque quería imitar a su hermano mayor?! ¿¿QUIÉN?? ¿Nadie? Anda, será que ese argumento es una gilipollez.
Que ya lo dijo el Papa: estamos confundiendo a los niños haciéndoles creer que pueden elegir si son chicos o chicas.
De paso, ya que estamos, hablemos un poco de Corey Maison, una niña transgénero de Carolina del Norte. Seguramente porque cuando ha buscado en Google “menores trans” ha salido su nombre y se ha leído algún artículo por encima. ¡Y ya es todo un experto!
Por si todo esto fuera poco, el texto termina con la preciosa frase: “la niña cada vez es más masculina“. Que digo yo que es que tal vez no es una niña, pero ¿para qué tratarle con respeto si puedo dejar que la transfobia campe a sus anchas? Y se cierra con la asombrosa pregunta: “¿Ya es John?”
La respuesta es fácil: sí. Si John dice que es John y que se le trate como un chico, es John. Y punto. Como menor de edad que es, sus padres son los que velarán por su seguridad emocional y por su salud; y puesto que Angelina Jolie y Brad Pitt están forraos y además tienen otros cinco hijos sobre los que nadie especula (porque son como tienen que ser, ¡hombre ya!) y nada me hace presuponer que sean malos padres, doy por hecho que así lo hacen. Porque por suerte John tiene unos padres bastante más comprensivos y ejemplares que muchos otros que condenan a sus hijos transgénero a vivir identidades que no les corresponden con el consecuente daño emocional que eso supone.
Tal vez eso es lo que le resulta “increíble” a “Muy Clarín”
P.D.: Lo de que en “temas relacionados” metan el VIH porque en un párrafo del texto hablan de la lucha de Pitt y Jolie contra el SIDA no sé si me indigna o me parece una de las ridiculeces más aberrantes que he visto en un medio de comunicación. Ahora en serio ¿los títulos de periodista los regalan? Porque si es así que nos avisen a mí y a Sara Carbonero que vamos a buscar el nuestro.
Fuente EstoyBailando
General, Homofobia/ Transfobia.
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