Ecuador aprobó la unión homosexual como un estado civil
Pequeño paso adelante para la igualdad LGTB en Ecuador. La Asamblea Nacional aprobó la semana pasada una modificación del Código Civil para reconocer a las personas integrantes en una unión de hecho con un quinto estado civil (que se añadirá a los existentes de soltero, casado, divorciado y viudo y sus correspondientes femeninos). Los colectivos LGTB celebran la medida, pero advierten que seguirán luchando por el matrimonio igualitario.
Lo adelantábamos en verano del año pasado: el presidente ecuatoriano Rafael Correa anunciaba entonces la enmienda legal para que en los documentos de identidad se reflejara con un nuevo estado civil la situación de las personas en una unión de hecho. Correa ha declaró, tras reunirse con representantes de la comunidad LGTB, que “si había una duda sobre el derecho a registrar una unión de hecho ya sea de heterosexuales o personas del mismo sexo, ya no queda ninguna duda. Es su derecho”.
Hasta entonces, el Registro Civil se negaba a cambiar el estado civil de estas personas, alegando que el matrimonio solo está permitido a las parejas de distinto sexo. La situación fue corregida temporalmente con una resolución del propio Registro Civil para hacer constar la unión de hecho como un dato complementario al estado civil. Desde entonces, se han registrado 76 uniones entre personas del mismo sexo y 759 de distinto sexo. La reforma aprobada el pasado 21 de abril en segunda lectura fija definitivamente estas parejas como un nuevo estado civil y elimina, además, el requisito de dos años de convivencia para poder formalizarlas.
Con un total de 89 votos a favor y solo uno en contra, Ecuador aprobó la unión de hecho homosexual y heterosexual la cual la elevó a estado civil, es decir casi con los mismos derechos que el matrimonio.
A partir de ahora en ese país existe un quinto estado civil, el cual se agregará al soltero, casado, divorciado y viudo. Además, las parejas ya no tendrán que esperar dos años para poder acceder a este estado civil.
“Ya no será un simple registro, como consta hoy, sino que asimila mucho a lo que es el matrimonio. Si se consolida una sociedad de bienes, en los actuales momentos con la unión de hecho hay problemas. Pero hoy, al elevarse como un nuevo estado civil, tiene casi las mismas consecuencias que el matrimonio, sólo con la excepción que no se ha casado a través de un Registro Civil ni ante la iglesia”, señaló el presidente de la comisión de Justicia, Mauro Andino.
Esta nueva ley se aprobó en medio de aplausos por parte del oficialismo, ya que este debate tuvo que esperar cerca de seis meses para ser retomado luego que fuera suspendido en septiembre del 2014.
La aprobación de esta ley es aún más meritoria debido a que el presidente Rafael Correa siendo evangélico no se opuso a esta sino que apoyó esta unión de hecho.
“Si había una duda sobre el derecho a registrar una unión de hecho ya sea de heterosexuales o personas del mismo sexo, ya no queda ninguna duda. Es su derecho”, declaró en agostó del año pasado.
Los representantes de la campaña Matrimonio Civil Igualitario han aplaudido la medida por cuanto otorga mayor seguridad ante la ley a las parejas del mismo sexo, pero han avisado de que no van a cejar en su empeño de conseguir la igualdad completa. Los activistas contrastan la situación en Ecuador con la existente en otros países latinoamericanos como Argentina, donde además del matrimonio igualitario existen también derechos de paternidad que se niegan a las parejas ecuatorianas.
Ecuador introdujo la figura de la unión civil para las parejas del mismo y de distinto durante la elaboración de la Constitución de 2008, que establece la igualdad de derechos y obligaciones de estas parejas y las casadas, salvo la adopción de menores. El texto constitucional también consagra la discriminación en el acceso al matrimonio, definido como “la unión entre hombre y mujer”; una exclusión que contradice la prohibición explícita, en la misma Carta Magna, de toda discriminación por razones de identidad de género u orientación sexual. El propio Correa ha mostrado en repetidas ocasiones su rotunda oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo y a la adopción homoparental.
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