El papa Francisco ha nombrado 17 nuevos cardenales, de los cuales 13 son cardenales electores, esto es, con derecho a voto en un cónclave. Nombramientos que según las primeras interpretaciones suponen un reforzamiento del “ala moderada” de la Iglesia católica. Sin entrar en estas valoraciones, lo cierto es que algunos de los nuevos cardenales han destacado en sus declaraciones sobre la realidad LGTB en un sentido más o menos positivo, lo que no deja de ser un pequeño avance. Eso sí, sin alejarse en ningún caso de la doctrina oficial de la Iglesia.
Sin ánimo de exhaustividad, hacemos hoy un breve repaso de aquellos con derecho a voto el el cónclave que han hecho las declaraciones, a nuestro juicio, de mayor relevancia. Incluimos también a Carlos Osoro, que no ha hecho afirmaciones tan explícitas como las de sus compañeros, pero sobre el que teniendo en cuenta el particular contexto español no podemos pasar por alto.
Jozef De Kezel, arzobispo de Malinas-Bruselas (Bélgica)
Cuando Jozef De Kezel fue nombrado arzobispo de Malinas-Bruselas y primado de Bélgica, en noviembre del año pasado, destacó la necesidad de respetar a las personas homosexuales: “Hay que respetar a quienes son homosexuales. La Iglesia tiene sus razones para no reconocer un matrimonio homosexual, que yo acepto. El respeto de unos y otros es un valor importante del Evangelio pero también de la cultura moderna”. De Kezel, por cierto, sustituyó en su cargo al polémico André-Joseph Léonard, quien llegó a calificar el sida como una forma de “justicia inmanente”.
Bien es cierto que con un antecesor así se entiende que ya en su momento las asociaciones LGTB belgas recibieran con alivio el nombramiento de De Kezel para la principal archidiócesis del país. Así lo hizo por ejemplo la Rainbow House, federación que reúne a 45 colectivos. O la Communauté du Christ Libérateur (asociación LGTB cristiana de Bruselas), que aseguró tener un recuerdo positivo de su periodo como obispo auxiliar de Bruselas, cargo que ocupó años atrás, y recordarlo como “un hombre curioso, abierto y lleno de respeto hacia todas las personas”.
En este contexto no está de más recordar que el que junto a De Kezel es posiblemente el jerarca católico más importante del país, el obispo de Amberes Johan Bonny, se ha manifestado en dos ocasiones a favor de un reconocimiento litúrgico de las parejas del mismo sexo, la última vez hace pocos días.
Blase J. Cupich, arzobispo de Chicago (Estados Unidos)
Otro nuevo cardenal que merece nuestra atención es Blase J. Cupich, arzobispo de Chicago. Con ocasión del pasado Sínodo de la Familia, Cupich afirmó en rueda de prensa que debía escucharse a las personas LGTB: “De hecho, conté con sus voces como parte de mis consultas. Pero creo que nos podríamos beneficiar de las voces reales de personas que se sienten marginadas antes que recibirlas filtradas a través de las voces de otros representantes o de los obispos. Si realmente vamos a acompañar a la gente, tenemos primero que involucrarnos con ellos. En Chicago, me reúno regularmente con gente que se siente marginada, ya sean personas mayores, divorciados y vueltos a casar, gais y lesbianas como personas individuales y también parejas”.
Igualmente, con ocasión de la masacre homófoba de Orlando, Cupich destacó por dirigirse explícitamente a las personas LGTB en una carta y mostrarles su apoyo: “A vosotros hoy aquí, y a toda la comunidad gay y lesbiana, particularmente afectados por los espantosos crímenes cometidos en Orlando, motivados por el odio, conducidos quizá por la inestabilidad mental, y ciertamente estimulados por una cultura de la violencia, sabed esto: la archidiócesis de Chicago está con vosotros”.
Maurice Piat (arzobispo de Port Louis, Mauricio)
Otro nuevo cardenal con menor repercusión en los medios pero cuyas posiciones resultan interesante desde nuestro punto de vista es Maurice Piat, que procede de Mauricio. Por un lado, el arzobispo de Port Louis hace una valoración inequívocamente negativa de la realidad LGTB (sin llegar a los extremos de otros jerarcas), mientras que por el otro insiste en el “sufrimiento” que según él viven las personas homosexuales y la necesidad de “acogerlas”: “Personalmente, creo que las personas homosexuales viven un gran sufrimiento. No pueden formar una familia con hijos nacidos de ellos mismos. Creo que no es fácil para un hombre o una mujer asumir esta situación y puedo comprender que defiendan el matrimonio para todos. Pero la verdad que hay que decir a los homosexuales es acompañarles en su sufrimiento, acompañarles donde están, allí donde nos encontramos con ellos”.
Estaría por ver, en eventuales discusiones sobre la realidad LGTB, en qué se traduce concretamente esta idea de que las personas LGTB se definen, según él, por su “sufrimiento”…
Carlos Osoro, arzobispo de Madrid (España)
Incluimos en esta lista al arzobispo de Madrid, Carlos Osoro. En este caso, la valoración tiene que ser ambivalente. Osoro entró en el arzobispado de Madrid presentándose como obispo de una Iglesia en la que nadie “sobra”, lo que se leyó como adhesión al estilo pastoral de Francisco. Y una de sus primeras decisiones como sucesor de Antonio María Rouco Varela fue la de poner fin a la conocida “misa de las familias” en la madrileña plaza de Colón. Un evento que empezó en 2006 como una muestra de fuerza de Rouco Varela frente a las reformas sociales del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (muy especialmente la aprobación del matrimonio igualitario) y en el cual siempre tuvieron un papel fundamental el Camino Neocatecumenal (los ”kikos”).
Más recientemente, Osoro destaca en sentido positivo por algo que no hizo: no secundar las cartas conjuntas de otros tres obispos de la archidiócesis de Madrid sobre la ley de transexualidad y la ley contra la LGTBfobia, aunque confirmó que tiene a un grupo de expertos estudiando sus posibles repercusiones… Esto se interpretó en su momento como una negativa a seguir el estilo de confrontación que había marcado en años anteriores a muchos obispos, y que sigue bien presente en algunos, que se resisten al “nuevo estilo” promovido por Francisco. Habría que añadir el gesto de enviar su pésame al viudo de Pedro Zerolo…
Sin embargo, en una reciente entrevista tras su nombramiento, Osoro ha mostrado su perfil más conservador al asegurar que la familia es el mejor antídoto “contra la ideología de género”. Ciertamente, poco antes subraya el valor de la “misericordia” ante la mención por el periodista del acompañamiento a “homosexuales” de que habla Jesús. Con todo, esto no es impedimento para decir que “Toda ideología nos separa, nos rompe, elimina a unos para poner a otros. Busca el interés personal o los intereses de un grupo. ¿Cómo se elimina? Tengo mi teoría. La familia es el mejor antídoto para eliminar esta ideología”.
Se suman a los arzobispos de Viena y Berlín
Estos nuevos cardenales, en cualquier caso, refuerzan el grupo de los “moderados” en el cónclave. En clave LGTB, los cardenales De Kezel y Cupich, sobre todo, engrosan un grupo en el que ya están Christoph Schönborn, de Viena, y Rainer Maria Woelki, de Berlín. El primero avaló a un gay con pareja para que formara parte del consejo parroquial, y posteriormente felicitó a Conchita Wurst por su triunfo en Eurovisión, afirmando entonces que: “En el colorido jardín de Dios hay una variedad de colores. No todos que han nacido como seres masculinos se sienten como hombre, y lo mismo del lado femenino. Merecen como persona el mismo respeto al que todos tenemos derecho”. Woelki, por su parte, afirmó que las parejas del mismo sexo debían considerarse análogas a las heterosexuales: “cuando las personas aceptan una responsabilidad mutua, cuando viven en una relación de pareja homosexual duradera, eso se debe considerar de manera similar a una relación de pareja heterosexual”.
Si bien siguen constituyendo un grupo pequeño, estos cardenales abiertos a la realidad LGTB tienen ya un peso específico significativo, sobre todo por las importantes diócesis que representan (Malinas-Bruselas, Chicago, Viena, Berlín). Está por ver qué efecto puede tener a medio y largo plazo. Con todo, y aunque los arcanos de las elecciones papales los dejamos para los expertos vaticanistas, merece destacarse que, de cara a la elección de un nuevo papa, aumenta el número de electores que buscarían un perfil moderado. Solo el tiempo dirá en qué desemboca la combinación de estos elementos.
Fuente Dosmanzanas
General, Iglesia Católica
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