No hay ningún condenado
Del blog de la Communion Béthanie:
No hay hombre condenado
Si alguien se encuentra sin Dios,
sin pensamiento, sin imágenes, sin palabras,
queda por lo menos para él
este lugar de la verdad:
amar a su hermano al que ve.
Si no llega a amar
porque está atado en su desamparo,
sólo, amargo, enloquecido,
queda por lo menos esto:
desear el amor.
Y si el mismo deseo
le es inaccesible,
a causa de la tristeza y la crueldad
donde está como engullido,
todavía queda que puede desear
el desear el amor.
Y puede que este humilde deseo,
precisamente porque perdió
toda pretensión, toca el corazón
del corazón de la divina ternura.
*
Maurice Bellet,
Incipit (DDB)
***
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