Cae asesino en megaoperativo policial por crimen de odio
Y Manuel Avelino de Sousa es acusado de asesinar a una persona no binaria en Brasil. / Foto: O Día
El asesino fue detenido durante un operativo policial en Brasil por cometer un crimen de odio contra una persona no binaria.
Siguiendo la política de «mano dura» contra los criminales, del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, autoridades policiales desplegaron un megaoperativo para detener a sospechosos de homicidio y feminicidio. El operativo se realizó en 23 de los 27 estados que conforman la nación sudamericana. Y Río de Janeiro fue la entidad donde se llevaron a cabo la mayor cantidad de detenciones.
Según el Consejo Nacional de Jefes de la Policía Civil, en la segunda fase de la «Operación Cronos» se detuvieron a 968 personas. Entre ellos se encuentran 31 menores de edad. Del total, 912 detenidos están acusados de cometer homicidios y 56 más por feminicidios.
Uno de los aprehendidos es el asesino Manuel Avelino de Sousa, conocido en los barrios de la ciudad como «el perro carnicero». Él es el principal sospechoso del asesinato de Matheus/a Passarelli, en abril de 2018. La víctima de 21 años se identificaba como una persona no binaria y era conocida como «Matheusa». El responsable confesó haber participado en el cruel asesinato de Passarelli, así como de deshacerse del cuerpo.
Manuel Avelino de Sousa asesinó a la joven Matheus/a Passarelli en abril de 2018. / Foto: OUL
«Matheusa» era estudiante de Artes Visuales en la Universidad Estatal de Río de Janeiro. Además, era activista LGBT+. La última vez que se le vio con vida fue la tarde del domingo 29 de abril de 2018. Passarelli había acudido a una fiesta en la región norte de Río de Janeiro. A las 19:30 de ese mismo día, la joven se retiró a su casa. Sin embargo, nunca llegó. A partir de ese momento, familiares y amigos iniciaron una búsqueda por toda la región y por redes sociales con el hashtag #DondeEstaMatheusPassarelli.
Después de siete días de búsqueda, autoridades policiales informaron la triste noticia a la familia: «Matheusa» había sido asesinada. Aunque no revelaron más detalles, confirmaron que el cuerpo de la víctima había sido quemado. Aunque los responsables de la investigación señalaron que pudo ser víctima de una banda de narcotraficantes, no descartaron la posibilidad de un crimen de odio por homofobia.
En Brasil aumenta de manera alarmante cifra de crímenes de odio contra personas LGBTIQ
Los asesinatos con personas LGBT+ en Brasil han ido en aumento en años recientes. / Foto: El Diario
El colectivo integrado por personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Intersexuales, Queers y más (LGBTIQ+) ha visto vulnerados sus derechos en los últimos años en esta nación ante el incremento de la violencia por razones de orientación sexual, identidad y/o expresión de género.
Desde 2013, Brasil se ubica como el país más peligroso para la comunidad LGBT+ en todo el orbe. Según datos de Grupo Gay Bahía, en 2017 murieron 445 personas de la diversidad sexual. Sin embargo, la cifra puede ser mayor tomando en cuenta que no todos los crímenes son registrados ni denunciados.
Del total de víctimas, 44.6% fueron gays, 43.9% trans, 9.7% lesbianas y 1.3% bisexuales. Los crímenes contra la comunidad LGBT+ han aumentado en los últimos años, especialmente durante la «administración homofóbica» del actual presidente.
Según datos publicados por la Organización No Gubernamental Grupo Gay de Bahía (GGB), entre los años 2016 y 2017, el número de asesinato de miembros de la comunidad LGBTIQ+ se incrementó en 30 por ciento. De acuerdo a los casos registrados en un año se pasó de 343 a 445 muertes, lo que equivale a más de un caso por día.
Otro dato alarmante dado a conocer por GGB, es que en menos de 20 años se ha cuatriplicado el número de caso, ya que en el año 2000 se reportaron 130 asesinatos.
El Grupo Gay de Bahía denuncia la falta de estadísticas oficiales que puedan orientar políticas públicas para frenar la violencia homofóbica. Sus estudios los realizan a partir de noticias publicadas en los medios de comunicación y en las redes sociales, así como de las informaciones que suministran otras organizaciones no gubernamentales.
De acuerdo a la segmentación realizada por esta ONG, el 44,6 % de las víctimas del año 2017 fueron gays; el 43,9 % transgénero (un segmento que en 2016 era el 37 %); el 9,7 % lesbianas y el 1,3 % bisexuales. Entre tanto, reportes periodísticos informan que en actualmente en Brasil las expectativas de vida de una persona trans es de 35 años.
Brasil, donde existe una comunidad LGBTIQ estimada en 20 millones de habitantes, lidera el ranking en América de ser el país donde más se producen asesinatos contra miembros de este colectivo.
La homosexualidad existe en Brasil incluso antes de la llegada de los europeos, siendo además el primer país de América en despenalizar los actos homosexuales. Sin embargo, los prejuicios y la discriminación parecen haber resurgido desde las últimas décadas del siglo XX.
Un nuevo caso de crimen de odio sacudió al gigante suramericano al confirmarse el asesinato de Matheus /a Passareli, estudiante de 21 años de edad, activista del colectivo LGBTI, quien se autopercibía como “no binario”, es decir, se identificaba tanto del género femenino como masculino. Según los primeros reportes policiales se presume que su asesinato fue motivado por la homofobia, una epidemia que se expande por Brasil.
En Brasil se producía uno de los asesinatos más terribles y desgarradores contra una persona transexual, Dandara dos Santos, de 42 años de edad, cuyos agresores han sido ya condenados.
Precisamente en marzo del pasad9 año nos hacíamos eco del asesinato de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Su lucha en contra de la militarización del estado de Río de Janeiro, impuesta por el gobierno del presidente Michel Temer, y su enérgica batalla a favor de los derechos de las clases más desposeídas fue silenciada por las balas que entraron al vehículo que la transportaba al salir de un evento pro feminista. Y aunque su condición de mujer bisexual quizá no fuese en este caso el factor determinante del asesinato, no puede dejar de tenerse en cuenta que Brasil sufre las consecuencias de una brutal LGTBfobia. Según datos del Grupo Gay de Bahía, entre enero y septiembre de 2017 un total de 277 personas LGTBQ fueron víctimas de homicidio en ese país, la cifra más alta desde que este colectivo comenzó hace ya más de tres décadas a hacer este recuento.
Un deterioro al que también nos hemos referido en fechas recientes al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología (el organismo que regula el ejercicio de esta actividad profesional en Brasil) que prohibía desde hace años las “terapias” reparadoras de la homosexualidad.
No debe perderse de vista el papel que la pujanza de los grupos evangélicos está jugando. A finales de 2016, en las mismas elecciones en las que Marielle Franco conseguía su acta de concejal de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, un obispo evangélico con historial homófobo, se hacía con la alcaldía de Río de Janeiro. Y en estos momentos Jair Bolsonaro, un homófobo recalcitrante que pese a ser católico defiende sin tapujos la agenda conservadora del frente parlamentario evangélico (transversal a diversos partidos políticos) ha conseguido hacerse con la presidencia del país en las elecciones que tuvieron lugar en octubre de este año. Unas elecciones que tienen lugar, recordemos, después de un periodo de profunda regresión política tras la polémica destitución de Dilma Rousseff y su sustitución por el conservador Michel Temer, vinculado a varios casos de corrupción.
Sin embargo, miles de personas se manifestaban en septiembre del pasado año en Sao Paulocontra la sentencia del juez Waldemar Claudio de Carvalho, mediante la que autoriza la aplicación de terapias de conversión, siempre que se realicen de manera privada y reservada y sin hacer publicidad de ellas.
«Es un discurso que destruye la solidaridad e iguala a las personas LGBT con los animales (…). Los programas de televisión vinculados a iglesias evangélicas a menudo comparan la homosexualidad con el diablo», afirma Luiz Mott, antropólogo y presidente del Grupo Gay de Bahia, convencido de que el incremento de la violencia hacia las personas homosexuales, bisexuales y transexuales, se debe en gran medida la influencia de los políticos ultraconservadores, vinculados en su mayor parte al caucus evangélico del país. «En la última década, Brasil buscó producir políticas que pudieran proteger a grupos vulnerables como gays y personas trans, pero fracasaron en su mayoría, debido a la falta de inversión o cambio en la visión de la política», declara Jurema Werneck, director ejecutivo de Amnistía Internacional Brasil.
Un informe elaborado por la organización Transgender Europe ubica a Brasil, México y Estados Unidos como los países más inseguros para la comunidad trans. Datos de la organización mexicana Letra S confirman que más de 261 personas trans fueron asesinadas en nuestro país del 2013 al 2018.
Fuente SoyHomosensual/Cristianos Gays
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