Aaron Hernández se sienta en la sala del tribunal del Tribunal de Distrito de Attleboro durante su audiencia el 22 de agosto de 2013 en North Attleboro, Massachusetts. (Jared Wickerham / Getty Images)

Condenado a cadena perpetua por asesinato, las notas del del suicidio del jugador de fútbol americano, Aaron Hernández, revelaban que era bisexual, siendo el miedo a que se descubriera su orientación sexual el posible móvil que le lleva al asesinato de Odin LLoyd, quien le habría amenazado con exponerle ante su prometida en lo que también podría haber supuesto el final de su carrera deportiva.

Aaron Hernández, ex ala cerrada de los New England Patriots (Patriotas de Nueva Inglaterra) y asesino convicto, dijo entre lágrimas a su madre que era gay antes de morir por suicidio a los 27 años.

El hermano Jonathan Hernández compartió en una entrevista el jueves con el Dr. Oz de ABC alegando que, en medio de su relación de disputas y cerdas, el atleta se acercó a su madre.

Johnathan dijo: “Es como, ‘mamá, vas a morir sin conocer a tu hijo. Entonces, de repente, tienen esta conversación y ambos están inundados de lágrimas uno frente al otro.“

El hermano de Aaron Hernández “no puede decir” si la sexualidad fue un motivo de asesinato. Él continuó: “El peso de lo que está sobre mi hermano se está expresando y para que una madre lo esté mirando al otro lado del cristal rayado en la zona. Ver a tu hijo a quien nunca hubieras anticipado estar en esta situación”.

Terri Hernández, madre del ex jugador de fútbol de los Patriotas de Nueva Inglaterra, Aaron Hernández. (Christopher Evans / Getty Images)

Aaron murió por suicidio mientras estaba en su celda en el Centro Correccional Souza-Baranowski en Lancaster, Massachusetts en 2017.

Había sido condenado a cumplir cadena perpetua por el asesinato del ex amigo Odin Lloyd, quien fue encontrado muerto a tiros a una milla de la casa de Hernández en 2013.

El médico anfitrión Oz cuestionó si la sexualidad de Aaron pudo haber sido una motivación en el asesinato.

“Esa es una de las preguntas y, ya sabes, rasguños en la cabeza que todavía tienen con respecto a todo este caso”, dijo Jonathan en la entrevista.“Lo miras todo. Hay tantas preguntas con respecto a todo. Y, para mí, sentarme aquí y decir que era esto o aquello, no puedo decirlo. Todo lo que puede hacer es mirar la evidencia que se proporcionó”.

Más tarde, Johnathan explicó que se echó a llorar después de escuchar nuevamente la voz de su hermano en el documental de Netflix que detalla su vida, Killer Inside. “Tienen fragmentos de la voz de mi hermano que creo que es muy poderosa”, dijo. “Al menos para mí”.

Aaron Hernández, escucha mientras los abogados hacen argumentos orales. (Pat Greenhouse / The Boston Globe a través de Getty Images)

Continuó: “[Es] algo difícil de manejar pero también bello, tan conflictivo como eso, porque hay experiencias limitadas en las que escuchas eso. Al escuchar su voz […] era como si estuviera vivo. Era su voz la que era poderosa. Digo poderoso porque mi hermano aprendió a través de esta situación. Hubo relaciones, que fueron retratadas en el documental de Netflix que fueron aplastadas, [que] fueron reparadas“.

Fuente Pink News

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Un senador y un congresista de Massachusetts, ambos demócratas, promueven una ley mediante la que se prohíbe el uso de las denominadas defensas del «gay panic» y «trans panic» en cualquier tribunal federal de los Estados Unidos.

La denominada defensa de «gay panic» es utilizada habitualmente por un acusado en casos de agresiones y asesinato, quien alega haberse sentido amenazado por una insinuación sexual por otra persona de su mismo sexo, justificando de esta manera el uso de la violencia en defensa propia. Prohibida en California, Illinois y Rhode Island, sigue siendo una defensa legal en el resto de los Estados Unidos, como también lo está la denominada defensa «t rans panic», que se utiliza cuando el agresor alega desconocer que iba a mantener relaciones sexuales con una persona de su mismo género hasta el momento del coito. Un senador, Edward Markey, y un congresista, Joe Kennedy, ambos demócratas de Massachusetts, promueven desde este mes un proyecto de ley denominado Ley de Prohibición de la Defensa del Pánico Gay y Trans con el objetivo de anular estas estrategias de defensa a nivel nacional.

Según el proyecto de ley presentado por Marke y Kennedy, este tipo de defensas «pretenden disculpar parcial o completamente delitos como el asesinato y la agresión sobre la base de que la orientación sexual o la identidad de género de las víctimas es una provocación suficiente para la reacción violenta del acusado». Según un informe de 2016 del Instituto Williams de la Ley de la UCLA, este tipo de estrategias de defensa homofóbicas se han utilizado en la mitad de los estados de la unión desde la década de los sesenta, siendo utilizadas siempre para reducir los cargos a los que se enfrentaban los acusados, a pesar de que «ningún estado reconoce las defensas del pánico gay y trans como defensas independientes bajo sus respectivos códigos penales».

«Las defensas legales del pánico gay y trans reflejan un miedo irracional y una intolerancia hacia la comunidad LGBTQ y corroen la legitimidad de los enjuiciamientos federales (…). Estas defensas deben estar prohibidas para garantizar que todos los estadounidenses sean tratados con dignidad y humanidad en nuestro sistema de justicia», defiende el senador Markey a través de un comunicado, mientras que el congresista Kennedy sostiene que «asesinar o agredir a alguien debido a su orientación sexual o su identidad de género no es una defensa, sino un delito de odio». Ambos han defendido en una declaración conjunta que «las lagunas legales escritas en nuestras leyes que buscan justificar los ataques violentos contra nuestros vecinos homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales nunca deberían haber existido en primer lugar».

La propuesta de Markey y Kennedy está apoyada por 10 congresistas de la Cámara de Representantes y 5 miembros del Senado. De aprobarse esta Ley de Prohibición de la Defensa del Pánico Gay y Trans, el Congreso estaría dando un paso que la comunidad legal ha estado solicitando durante años. En 2013, por ejemplo, la American Bar Association aprueba una resolución que insta a los legisladores a «tomar medidas legislativas para reducir la disponibilidad y efectividad de las defensas de ‘pánico gay’ y ‘pánico trans’».

«Históricamente hemos visto las defensas de pánico utilizadas como caballo de Troya para tratar de llevar a los tribunales los prejuicios sociales y el odio contra las personas LGBTQ, y especialmente las mujeres transgénero y los homosexuales, en un esfuerzo por justificar tipos de violencia que simplemente no son justificables (…). Prohibir explícitamente esta práctica contribuirá en gran medida a proteger a los sobrevivientes y a los amigos y familiares de las víctimas mientras se relacionan con el sistema legal penal en un período profundamente doloroso de sus vidas», declara Yacka-Bible, director de comunicaciones en GLAAD.

Asimismo, D’Arcy Kemnitz, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Abogados LGBT, declara en un comunicado que estas defensas «han sido durante mucho tiempo un símbolo de pensamiento peligroso y obsoleto (…). La orientación sexual de un individuo o la identidad/expresión de género nunca deberían justificar un ataque violento o asesinato. Decir lo contrario envía un mensaje a la comunidad LGBT de que sus vidas son intrínsecamente menos valoradas. La continua concesión de estas defensas es un fracaso del sistema de justicia».

Fuente Universogay

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Condenado a cadena perpetua por asesinato, el suicidio del jugador de fútbol americano, Aaron Hernández, revelan que era bisexual, siendo el miedo a que se descubriera su orientación sexual el posible móvil que le lleva al asesinato de Odin LLoyd, quien le habría amenazado con exponerle ante su prometida en lo que también podría haber supuesto el final de su carrera deportiva.

La que fuera estrella del equipo de fútbol americano de los New England Patriots, Aaron Hernández, se suicidaba a los 27 años de edad el pasado 19 de abril en su celda de la prisión de Massachusets, donde cumplía cadena perpetua por el asesinato de un colega. Tres notas encontradas en su Biblia revelan que el miedo a que se revelara su condición de bisexual podría ser el origen del asesinato que habría cometido en 2013, no tanto porque se revelara su orientación sexual, sino porque habría supuesto el final de su carrera deportiva.

En agosto de 2012, Aaron Hernández firma un bono de 12,5 millones de dólares, el mayor bono económico jamás firmado a un tight end de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL por sus siglas en inglés: National Football League), que le aseguraba su futuro profesional hasta el año 2018. Sin embargo, su contrato es rescindido exactamente un año después, cuando en agosto de 2013 es acusado del asesinato de Odin Lloyd, jugador semiprofesional de Boston, quien mantenía una relación sentimental con su cuñada en ese momento, y cuyo cuerpo aparece sin vida y con dos disparos en el pecho a menos de 2 kilómetros del domicilio de Hernández. Tras dos años de juicio, Hernández es condenado a cadena perpetua por asesinato en primer grado, sin derecho a libertad condicional. El juicio le pone en el punto de mira de otros casos de violencia que habían tenido lugar en Florida y en Massachusets, de los que sería finalmente declarado inocente pocos días antes de suicidarse.

De raíces portorriqueñas e hijo de un atleta condecorado, Hernández crece en Bristol, Connecticut, en un entorno hostil y violento del que escapa cuando, a los 17 años de edad, consigue graduarse y mudarse a la Universidad de Florida como reclutado estrella del equipo de fútbol americano. Huir de un determinado entorno no quiere decir que no te lleves los problemas contigo y en su primer año en la universidad se ve involucrado en una agresión al portero de un establecimiento de ocio y un ataque armado contra dos individuos, además de dar positivo en algunas pruebas contra el dopaje, lo que no impide que se convierta en poco tiempo en una de las estrellas de los New England Patriots.

Su cuerpo sin vida es encontrado poco después de las 3 de la madrugada del pasado 19 de abril, ahorcado con una sábana que habría amarrado a los barrotes de la ventana de su celda del Centro Penitenciario Souza-Baranowski, en Shirley, tras bloquear el acceso a la celda con diferentes objetos. Estaba confinado sólo en una celda al no ser considerado susceptible de cometer suicidio por ser un «reo religioso». Se da la circunstancia de que ese mismo día, el presidente Donald Trump se reune con el que había sido su equipo, después de ganar la Super Bowl. Si bien a nadie sorprende que dejara una nota de suicidio a la que era su prometida, Shayanna Jenkins-Hernández, y otra a su hija de 4 años de edad, Avielle, lo que no ha dejado indiferente a nadie es que hubiera una tercera nota dirigida al que se considera su compañero sentimental en prisión, lo que deja al descubierto su condición de bisexual.

Una revelación que ha pasado a ser considerada el motivo del asesinato de Lloyd, quien podría haberle amenazado con delatar su bisexualidad a su prometida, puesto que sabía que lo era desde adolescente, habiendo mantenido una relación secreta con Ryan McDonnell, un antiguo compañero de secundaria con quien se habría ido en unas vacaciones a Costa Rica, lo que habría supuesto una fricción en la relación con su prometida. Se investiga ahora si hubiera sido este el posible motivo que le hubiera llevado a disparar a Lloyd, a la vista de que los últimos movimientos de dinero en su cuenta antes de producirse el arresto, no sólo indican que habría repartido su dinero con su prometida y su hija, sino también con una tercera persona, cuya identidad no se habría confirmado pero se sospecha que sea McDonnell, a quien cede la mayor parte de su dinero y con quien habría seguido manteniendo una relación estrecha mientras estaba ya en la cárcel.

Al parecer, estaba a punto de salir a la luz un informe en el que se revelaba su condición de bisexual, aunque no parece ser esta la causa de su suicidio, puesto que ya habría estado repartiendo sus pertenencias entre otros reclusos semanas antes de que se quitara la vida. Hay evidencias que apuntan a que la causa del suicidio habría sido el uso de drogas para paliar un posible trauma producido por el conocido como Síndrome postconmoción cerebral, lo que señalaría a la NFL como causante involuntaria de su suicidio, además de ser indirectamente causantes de la muerte de Lloyd, ante la exposición de su orientación sexual que habría supuesto el final de su carrera deportiva en la NFL.

Fuente Universogay

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