Delaware se convierte en el 14º estado norteamericano en prohibir las «terapias» reparadoras o de conversión en menores de edad
El estado de Delaware se ha convertido en el 14º del país (sin contar a Washington D.C., la capital federal) en vetar las «terapias» reparadoras o de conversión en menores de edad. Intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas y contra las ya antes se han pronunciado numerosas organizaciones profesionales. Otros países del mundo también han aprobado o discuten su prohibición.
El texto de la ley, que se puede consultar aquí, es similar a las normas aprobadas en otros estados norteamericanos. Prohíbe el uso de las «terapias» reparadoras o de conversión en menores, así como dirigirlos a consultas que las practiquen en otros estados. Los profesionales sanitarios (médicos, psicólogos u otros) que lleven a cabo estas prácticas en menores o las publiciten como efectivas se enfrentarán a sanciones que pueden acarrear la pérdida de su licencia. A diferencia por ejemplo de la ley aprobada en Hawái, el texto de Delaware no prohíbe explícitamente la publicidad de las «terapias», salvo la de carácter institucional.
La norma fue aprobada por el Senado del estado en mayo y por la Cámara de Representantes en junio, gracias al control demócrata de la legislatura. El gobernador, el también demócrata John Carney, firmó este lunes la ley, que entró inmediatamente en vigor. Los legisladores rechazaron la enmienda introducida por el representante republicano Richard Collins para permitir el uso de las «terapias» bajo petición.
Con Delaware, el uso de este tipo de intervenciones en menores de edad ha sido ya prohibido en catorce estados norteamericanos, además de en la capital federal. California fue el primero en hacerlo en 2012, no sin controversia. Le siguieron el también estado de Nueva Jersey (varios meses después), Washington D.C. (cuyo Consejo legislativo aprobó la norma por unanimidad en 2014) y los estados de Oregon, Illinois, Vermont, Nuevo México, Rhode Island, Nevada, Connecticut y Washington, Hawái y Maryland. Varias ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares. Además, el pasado 8 de junio, el gobernador republicano de New Hampshire, Chris Sununu, firmaba una ley similar a la de Delaware y que entrará en vigor el 1 de enero de 2019. Hay además varias ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares.
Cabe señalar además que California ya ha iniciado el proceso parlamentario para prohibir este tipo de intervenciones también en adultos. En este caso, el foco se pone sobre el hecho de que suponen un fraude a los consumidores.
En Europa, Malta fue pionera
En Europa la pionera ha sido Malta, que aprobó una ley en este sentido en diciembre de 2016. Hace unos meses informábamos de cómo Irlanda y el Reino Unido también están dando pasos en la misma dirección. A principios de este mes, el Gobierno británico anunció un Plan de Acción LGTB que contempla la prohibición total de las «terapias» reparadoras, que califica de «prácticas aberrantes». En España, mientras tanto, la prohibición de este tipo de intervenciones ha sido ya contemplada en varias normas autonómicas y es una de las disposiciones que prevé la futura ley en favor de la igualdad y no discriminación de las personas LGTBI, actualmente en discusión en el Congreso de los Diputados (aunque el PP intentó “colar” una proposición alternativa, en forma de enmienda a la totalidad, que por ejemplo contemplaba este aspecto).
En cualquier caso, merece la pena recordar que el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de todo el país, emitía hace ahora un año un comunicado en el que recordaba que las intervenciones que prometen “curar” la homosexualidad carecen de fundamento. No es ninguna novedad, pero en estos momentos en los que la promoción de este tipo de intervenciones parece reverdecer en nuestro país (casos recientes como el de la “terapeuta” Elena Lorenzo o las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen así parecen indicarlo) toda aclaración es bienvenida. Mientras, el año pasado sufrimos un seminario sobre “ayudar a cambiar sentimientos homosexuales”. En todos los casos, nuestros amigos de HazteOir estuvieron ahí apoyando a los homófobos…
Mientras tanto, el Parlamento Europeo ha exigido la prohibición de estas terapias.
“No” rotundo de los especialistas a las “terapias” reparadoras.
“Terapias” reparadoras: no solo inútiles, también peligrosas
La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. Precisamente en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.
Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
Fuente Dosmanzanas/Cristianos Gays
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