El obispo de Bilbao, Mario Iceta denuncia que la propuesta de ley LGBTI de Podemos, “coarta libertades fundamentales”
“Es una proposición que impone una visión antropológica única y excluyente”
“No es una cuestión propiamente de fe. Afecta a todo lo humano, a los más íntimo de su ser”
(José M. Vidal).- Los obispos españoles están muy preocupados por la deriva de la ideología de género, que refleja la proposición de ley de Podemos, admitida por el Parlamento. Mario Iceta, obispo de Bilbao y responsable de la subcomisión de Familia y Vida de la CEE, asegura que la propuesta del partido morado “coarta libertades fundamentales” e “impone una visión antropológica única y excluyente”.
En la última Plenaria, presentó usted, como presidente de la Subcomisión de Familia y Vida de la CEE, un informe a los obispos sobre ideología de género. ¿Cómo fue acogido por sus pares?
La acogida generó interés y preocupación por las implicaciones que esta ideología genera en todos los ámbitos de la vida personal, familiar y social. Es la misma preocupación que constantemente muestra el Papa Francisco al hacer referencia a lo que denomina como colonización ideológica.
¿Es un tema de máxima preocupación para el episcopado? ¿Por qué?
Como le decía anteriormente, es una ideología que va impregnando todos ámbitos y que impone una visión que contrasta profundamente con la realidad, de modo particular con la comprensión de la realidad humana y las consecuencias que de esta comprensión se derivan en todas las esferas personales y sociales.
¿Qué piensa de la propuesta de ley de Podemos, admitida a trámite por el Parlamento?
Es una proposición que impone una visión antropológica única y excluyente que coarta libertades fundamentales como son la libertad de pensamiento, de conciencia, de expresión, de comunicación, de cátedra, de ejercicio libre de la profesión. Se trata de una inmersión integral de todos los ámbitos de la vida personal, familiar y social en esta ideología, considerada como comprensión única de la realidad, que no admite otra comprensión.
¿Qué supone para la Iglesia y para su cosmovisión?
Es una cuestión que va más allá de la Iglesia y su cosmovisión. No es una cuestión propiamente de fe. Afecta a todo lo humano, a lo más íntimo de su ser, a la raíz profunda de la comprensión del ser humano y sus implicaciones sociales y en todos los ámbitos en los que se desenvuelve la experiencia humana. Y por eso mismo, es una cuestión que afecta a los pilares profundos sobre los que se asienta nuestra civilización.
¿En qué consiste la ideología de género, para que lo entendamos todos?
Hablando en clave coloquial, podemos definirla con tres elementos que la constituyen: primero, la irrelevancia de la dimensión personal de la corporalidad. El cuerpo no tendría una significación personal, sino meramente instrumental. Segundo, en este sentido, tampoco se comprende el significado de la diferencia sexual, de su reciprocidad y complementariedad. Esta diferencia sería irrelevante, o al menos, muy secundaria. Tercero, lo decisivo es el “género sentido”, lo que yo siento en cada momento. Se trataría de una realidad cambiante, que se encuentra radicalmente separada de la realidad sexual y corporal. El sentimiento es lo que identifica, lo que constituye y da consistencia a mi propio ser, a mi propia realidad. Yo soy mi sentimiento: esa es la constitución íntima y fundamental de mi ser.
¿Quién la promueve y con qué interes?
El Papa Francisco ya advirtió en Amoris Laetitia 53 la pretensión de una deconstrucción jurídica de la familia que tiende a adoptar formas basadas casi exclusivamente en el paradigma de la autonomía de la voluntad. Es una realidad que aparece en las agendas de organismos internacionales y que desde ahí se promueve en las agendas de instituciones, organismos y asociaciones a nivel nacional y local. Así mismo, es fomentada en los organismos e instituciones gubernativas, sanitarias, educativas, sociales y en los medios de comunicación y redes sociales. En el fondo, se trata de generar una nueva concepción antropológica que redefina al ser humano y, por tanto, que redefina el modo en que se articula la vida civil e institucional. Insisto en que va más allá de la cuestión religiosa. Atañe fundamentalmente a lo humano. Evidentemente esto nos lleva a una concepción distinta de los elementos que definen los fundamentos de la vida social y política y, en último término, de nuestra civilización.
¿Qué pediría a los partidos políticos que van a debatir la propuesta de Podemos en el Parlamento?
Que protejan y promuevan los elementos fundamentales que configuran un orden jurídico justo, que se basa en una antropología adecuada, que hay que comprender y proponer, y que defiendan derechos fundamentales como son la libertad de conciencia, de ideas, de expresión, de cátedra y enseñanza, de educación, y del libre ejercicio de la profesión según la propia conciencia.
Si sale aprobada la propuesta de Podemos, ¿qué va a hacer la Iglesia?
La Iglesia, experta en humanidad, tiene como misión proclamar la verdad acerca del ser humano con independencia de cualquier característica o condicionamiento, defender los derechos de los más empobrecidos y también de las víctimas que generan ideologías de distinto signo que dañan la dignidad humana. Así mismo, la Iglesia defiende los principios fundamentales que configuran una sociedad libre, solidaria y fraterna. Y así lo hace y lo seguirá haciendo.
Fuente Religión Digital
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