Archivo

Entradas Etiquetadas ‘María’

María, pequeña María…

Jueves, 8 de septiembre de 2016
Comentarios desactivados en María, pequeña María…

En la Festividad de la Natividad de María. Del blog de la Communion Béthanie:

arabidafa2rl0

“Cualquiera que sean nuestros estados de vida y de responsabilidades,

estamos totalmente envueltos en la maternidad dulce de María,

que cumple para nosotros los mismos hechos que toda madre prodiga a sus hijos:

ama, vela, protege, intercede…

Como la pequeña Teresa de Lisieux, ama siempre más a María,

y, siempre más también,  has de saber hacerla amar.

Qué, por ella, traigas a tus hermanos a Cristo Jesús.”

*

Su Santidad Juan XXIII

cerezo-corazondemaria

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , , ,

El difícil todo

Domingo, 17 de julio de 2016
Comentarios desactivados en El difícil todo

ec5049af-cfdb-40f7-8076-fb37dec72607

EL DIFICIL TODO

Tan sólo mejor
que la mejor parte
que escogió Maria,
el difícil todo.

Acoger el Verbo
dándose al servicio.
Vigilar Su Ausencia,
gritando su nombre.
Descubrir Su rostro
en todos los rostros.

Hacer del silencio
la mayor escucha.
Traducir en actos
las Sagradas Letras.

Combatir amando.
Morir por la vida,
luchando en la paz.

Derribar los troncos
con las viejas armas
quebradas de ira,
forradas de flores.

Cantar sobre el mundo
el Advenimiento
que el mundo reclama
quizá sin saberlo.

El difícil todo
que supo escoger
la otra María…

*

Pedro Casaldáliga

***

 

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.

Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.

Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:

“Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.”

Pero el Señor le contestó:

“Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.”

*

Lucas 10, 38-42

***

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , ,

Encuentro de Jesús y María camino del calvario

Viernes, 25 de marzo de 2016
Comentarios desactivados en Encuentro de Jesús y María camino del calvario

image_content_3596628_20150909153010Carmen Herrero Martínez, Fraternidad Monástica de Jerusalén, soeurcarmen@gemail.com
Tenerife

ECLESALIA, 25/03/16.- «Vosotros, todos los que pasáis por el camino, mirad y ved si hay dolor semejante al dolor que me atormenta» (Lm 1, 12). Estas palabras de la Santas Escrituras, se las podemos aplicar hoy a la Madre Dolorosa, la Madre del Redentor del mundo, Jesús.

En el camino hacia el Calvario Jesús se encuentra con María, su madre; y María se encuentra con Jesús, su hijo amado, su predilecto, salido de sus entrañas. El intercambio de midas es intenso, profundo, lleno de amor y de ternura; desde el silencio amante y compasivo. La mirada es el lenguaje más profundo e intimo entre os seres que se quieren. En este encuentro no hay palabras, la sola palabra es la mutua mirada que expresan el dolor intenso y profundo que hijo y madre viven. El dolor de la madre por su hijo ajusticiado, llevado al suplicio de la muerte, sin causa alguna; es profundo, indecible. El inocente, es condenado por los culpables, y la madre conocedora de la mentira que traman, asume desde la fe y el abandono el designo del Padre. La profecía de Simeón se ha cumplido: “una espada traspasará tu alma” (Lc 2, 35). Pero María, mujer de fe y esperanza, asume este momento, desde la certeza de que la muerte no es el final para su hijo. ¿Cómo va a morir el que es la Vida? No, ¡esto es un absurdo! ¡Poderoso como es Dios, él vendrá en su ayuda!

«No temas María, Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin” (Lc 1,32). Estas palabras, se las había dicho el ángel a María, y ella cree contra toda esperanza. Y desde esta certeza y esperanza, María, con su tierna mirada, infunde en su hijo, ánimo, fortaleza y confianza en el Padre que es quien sostiene su vida y dirige la historia de la salvación. María confía y adora el plan del Padre, aunque humanamente no lo comprenda. En medio de la profunda soledad de la Pasión de Jesús, María ofrece a su Hijo un bálsamo de ternura y una fidelidad incondicional. Madre e hijo están íntimamente unidos y nada podrá impedirles de llevar a cabo la voluntad del Padre. María dijo “Hágase en mí según tu palabra” y el hijo: “Heme aquí, Señor, para hacer tu voluntad” Y madre e hijo serán files hasta el extremos a este palabra dada.

Si el corazón de María está traspasado por la lanza del dolor, no es menos el dolor que atraviesa el corazón del Hijo, al ver a su madre tan afligida y sumergida en tan profundo dolor. El verdadero amor hace suyo el dolor del ser amado. Y este es el caso de Jesús y María: cada uno hace propio el dolor del otro. Madre e hijo se funden en un mismo hágase tu voluntad, ofrecido al Padre por la salvación del género humano. María al decir Fiat en la Anunciación, María asumió con todas las consecuencia, la historia de su propio hijo, haciéndola suya. Porque María es madre, sufre profundamente; y quiere abraza y llevar la cruz junto con su divino Condenado en el camino hacia el calvario. Pero no solamente abraza a Jesús, sino que en su corazón, abraza a los hombres y mujeres de todos los tiempos. Sintamos, pues, mirados con ternura y acompañados por María, nuestra Madre.

La Iglesia llama a María: “corredentora con Cristo”, porque, de alguna manera, ella también murió en la cruz con su Hijo. No de una manera cruenta; pero sí de una manera mística. María, recorrió el camino del calvario y estuvo al pie de la cruz acompañando a su hijo amado, haciendo suya la pasión y muerte del hijo, salido de sus entraña. La pasión del hijo es la pasión de la madre. Y la muerte del hijo es la muerte de la madre.

Señor, Jesús, como María tu madre, también nosotros queremos acompañarte, ofrecerte nuestra compañía y nuestro tierno amor, estando a tu lado en este camino en el que el dolor te desfigura y la cruz te aplasta.

En ti, también queremos acompañar a tantos hermanos y hermanas que el dolor los tiene hundidos, desfigurados, sin poderse levantar ni mirar al horizonte, sin encontrar una mirada que les dé fortaleza para seguir caminando. Para ellos te pedimos la fe y la esperanza, y una Madre buena que les mire con amor y les acompañe en su sufrimiento. Y a Ti, María, Madre del Fiat, del Amén, concédenos tu fe y confianza en los planes de Dios, Padre, aunque no siempre los comprendamos. Y consuela a tantas madres como sufren las “pasión” de sus hijos y ayúdales a llevar la cruz con tu presencia amante

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Biblia, Espiritualidad , , , ,

¿Optimismo o esperanza?

Jueves, 28 de enero de 2016
Comentarios desactivados en ¿Optimismo o esperanza?

Del blog de Henry Nouwen:

tumblr_nagz0zhrrx1rodzixo1_1280

 

“El optimismo y la esperanza son actitudes radicalmente distintas. El optimismo es la expectativa de que las cosas -el tiempo, las relaciones humanas, la economía, la situación política, etc.- mejorarán. La esperanza es confiar en que Dios cumplirá sus promesas para con nosotros y que, al hacerlo, nos llevará a la verdadera libertad. El optimismo nos habla de cambios concretos en el futuro. La persona con esperanza vive el momento con la conciencia y la confianza de que todo en la vida está en buenas manos.

Todos los grandes guías espirituales de la historia han sido personas con esperanza. Abraham, Moisés, Ruth, María, Rumi, Ghandi, Dorothy Day. Todos vivieron con una promesa en sus corazones que los guió hacia el futuro, sin necesidad de saber exactamente cómo sería. Vivamos nosotros también con esperanza”

*
Henri Nouwen
rocazen - copia
***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , , , , , , ,

Santa María Madre de Dios. Viernes 01 de Enero de 2016

Viernes, 1 de enero de 2016
Comentarios desactivados en Santa María Madre de Dios. Viernes 01 de Enero de 2016

De Koinonia:

0108

 

 

Números 6,22-27

Invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré

El Señor habló a Moisés:

“Di a Aarón y a sus hijos: Ésta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas:

“El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
El Señor se fije en ti
y te conceda la paz”.

Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré.”

Salmo responsorial: 66

El Señor tenga piedad y nos bendiga.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R.

Gálatas 4,4-7

Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer

Hermanos:

Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción. Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama: “¡Abbá! (Padre).” Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Lucas 2,16-21

Encontraron a María y a José, y al niño.

A los ocho días, le pusieron por nombre JesúsEn aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho.

Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

*

Homilía de Monseñor Romero sobre los textos litúrgicos de hoy
(1 de enero de 1978)

Amados hermanos, amados radio-oyentes:

Con el saludo bíblico que Dios mandaba cuando se dirigía a su pueblo, ya que los cristianos hoy somos el Israel espiritual de Dios, somos el pueblo de Dios, y para nosotros es este precioso augurio de Año Nuevo: “El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz”, no podía hacerse un saludo más oportuno y espléndido para el año nuevo que estas palabras que la Biblia pone a nuestra consideración esta mañana, y al mismo tiempo unir a esta buena voluntad de Dios la presencia de María, la Virgen Madre.

Hay una fiesta oficial de la Iglesia en honor de María y es hoy, 1º de enero. Ocho días después de dar a luz al Redentor del mundo la Iglesia quiere llamar la atención de todos sus hijos para celebrar la solemnidad de Santa María, Madre de Dios. Así se inicia el año bajo la bendición directa de Dios y bajo este título que es toda una inspiración de confianza en el poder de la Virgen, por ser de Dios. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Los sabores de María

Viernes, 1 de enero de 2016
Comentarios desactivados en Los sabores de María

1163590193_0Juan Yzuel
Zaragoza.

ECLESALIA, 23/12/15.- Vivimos un renacimiento de la gastronomía como arte y como dimensión esencial de toda cultura humana. Siempre hemos tenido la buena mesa como un placer esencial, pero actualmente vivimos la democratización de la alta cocina a través de la televisión. El mensaje es: en cada uno de nosotros, hay un chef en potencia esperando ser despertado… Sólo necesitamos una cosa: experimentar nuevas sensaciones gustativas, estar dispuestos a romper los tabúes culinarios y mezclar ingredientes que antes eran pensados como absolutamente opuestos, redescubrir sabores, darnos cuenta de que queda mucho aún por inventar. Y nuestra cocina, antes un lugar de sal, pimienta, ajo, aceite y vinagre, se ve invadida por decenas de botellitas con especias diversas, aromas exóticos y hierbas de nuestros montes que hasta hace poco habían quedado relegadas a las herboristerías.

Pero, para hallar nuevos mundos de sabor, hay que “deconstruir” nuestra memoria de sabores, educada y condicionada desde la más tierna infancia. Allí se nos dijo lo que estaba bueno, lo que estaba malo, lo que no se podía comer y lo que estaba reservado a momentos o personas especiales. Sólo cuando nos hemos enfrentado, en los viajes por todo el mundo, a culturas diferentes, hemos aprendido que el mundo de los sabores es muchos más amplio y rico de lo que nunca imaginamos.

Hay cinco sabores básicos: dulce, salado, amargo, ácido y umami. Este último se ha ido incorporando en la última década al catálogo que los niños aprenden en la escuela, pero aún no ha llegado a la cultura general de los adultos. Por ello, quedémonos por ahora con nuestros cuatro sabores principales.

El problema que hemos tenido es que se han extendido, sobre todo, dos sabores principales en nuestra cultura, el dulce y el salado. Casi todo está excesivamente azucarado o cubierto de sal. Esto no nos permite apreciar muchas veces el aroma de los frutos secos poco manipulados, el sabor de la carne en su propio jugo, el ácido natural de los cítricos o gusto fuerte del café solo y no edulcorado.

¿A qué me sabe esto?

En mis talleres de escritura del Diario personal me gusta proponer analogías sensitivas de nuestras experiencias. Si aquella mañana fuera un paisaje, ¿de qué paisaje se trataría? ¿O qué canción elegiríamos para asociarla con lo que pasó aquella tarde en el hospital? ¿Cuál es el olor primordial que parece flotar en esta memoria? También propongo sabores, que definamos nuestras experiencias vitales por el gusto. Esto descoloca al escritor, pues normalmente hacemos comparaciones visuales o auditivas con más facilidad que con sabores y los olores. ¿Qué sabor tenía ese día de tu cumpleaños? ¿Qué sabor domina en esta experiencia que estás describiendo? ¿Qué sabor me evoca esta persona tan importante en mi vida? ¿A qué me sabe, por ejemplo, mi hermano, mi padre, mi madre…? Cuando pienso en ella, ¿qué sabor fundamental me recuerda?

¿A qué me sabe María?

Vamos a aplicar esta exploración de sabores a María de Nazaret, madre de Jesús y madre nuestra. Para empezar, hemos de darnos cuenta de que muchas veces tenemos tan metida en nuestra memoria de sabores una forma exageradamente edulcorada de la Virgen, una versión dulzona y acaramelada que olvida, enmascara y oculta los ricos matices de una personalidad inabarcable. Para redescubrirla en todo su sabor, habremos de volver a los evangelios. Naturalmente, hay muchos textos sobre María que los exégetas analizan con lupa porque la María de Nazaret histórica no debió ser exactamente igual a la que vemos en el evangelio. No entraremos ahora en esas sutilezas; nos quedaremos con el retrato evangélico sencillo, el del pueblo llano.

DULCE

Posiblemente es el sabor fundamental de María. Como madre, evoca en nosotros la dulzura, el cariño, las caricias, el amor incondicional. María se muestra dulce en los evangelios: en Belén, junto a Jesús recién nacido, arropado y amamantado por su madre. En Ain Karén, cuidando a su prima. En Caná, preocupándose por la fiesta y la alegría de los recién casados. En Pentecostés, llenándose del vino dulce del Espíritu que alegra el corazón. María es alegría, servicio, acogida, amabilidad… Las letanías del Rosario la reconocen así: Causa de nuestra alegría, Madre amable, Madre del amor, refugio de los pecadores, estrella de los mares, esperanza nuestra,… Celebramos el “Dulce Nombre de María”. Infinidad de canciones la cantan en este sabor: “María tú, que velas junto a mí… enséñame a vivir con ritma alegre de juventud” (Gabaraín); “Madre de los hijos pobres” o “María, la madre buena” (Kairoi) nos invitan a acercarnos al amor materno de María.

María vive la alegría y la expresa. El Magníficat es todo una revelación de esa dulzura interior. Lo analizaremos en sus diferentes sabores, pero se arranca con la alegría: ¡Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador!

SALADO

La expresión “persona salada” incluye, en español, el ser graciosa, chistosa, divertida, chisposa,… Vemos a María como persona con encanto, que llega a ver a su prima y se arranca por soleares cantando al Señor su Magníficat. La podemos imaginar moviéndose por la casa prodigándose en este servicio, llenando la vivienda de vida y optimismo, de pasión y energía. También se necesita tener salero para resolver el problema de Caná de Galilea. “¡Ea, no tienen vino! Hay que hacer algo… Venga, Jesús, que tú puedes ayudar si quieres…”

Hay canciones como “María, Música de Dios” (Kairoi) que canta a esta mujer salada que comunica la alegría. “Madre de los jóvenes” (Gabaraín) nos habla de las tristezas de la juventud, de los peligros y la soledad de los adolescentes, pero que María puede sacarnos de las tristezas: “¡Ven, María a nuestra soledad,… a tantas esperanzas que se han muerto, a nuestro caminar sin ilusión…!

La sal nos recuerda también a las lágrimas. Y María tiene su ración de tristeza en los evangelios: ver a su hijo recién nacido en un establo porque no había para ellos dónde quedarse; contemplar a su pequeña familia huyendo a Egipto; buscar a su hijo con inquietud durante tres días en Jerusalén; verlo insultado y ensangrentado en las calles de Jerusalén camino del Calvario; contemplarlo en la cruz, pobre, desnudo, sufriente…; tenerlo frío y muerto en sus brazos al ser descolgado de la cruz… Se necesita un mar de lágrimas para vivir todas estas experiencias.

Si la María dulce es el primer tema de canciones de María, la María de las lágrimas es el segundo. La Salve nos recuerda que caminamos por un valle de lágrimas. “Hoy he vuelto” (Gabaraín) canta la nostalgia por la infancia; “Pienso en ti” (Matéu) nos dice que caminamos tristes sin María.

Por otro lado, la sal es la analogía elegida por Jesús en el evangelio para simbolizar que debemos ser sal de la tierra para que esta no se corrompa. María, como madre, fue sal con su propio hijo, sembrando en su corazón una forma de mirar al mundo que evitaba el nacionalismo, el extremismo, el machismo, el sexismo y todas las ideologías que ensucian la mirada limpia de un niño. María estuvo entre los apóstoles como sal, para que no se desvirtuara el mensaje del Maestro ni la esperanza en que su promesa se cumpliría. De allí que recibiera el encargo de Jesús crucificado “cuida de tu hijo” y formara parte de aquella primera iglesia a la que el Espíritu Santo animó en Pentecostés. No tenemos documentación sobre el papel de María entre los apóstoles, pero seguro que fue muy importante. Además del testimonio de su presencia en Pentecostés, está la tradición joánica de haber vivido con San Juan en Éfeso, y la jacobea de su aparición en Zaragoza, apoyando, animando, dando “rasmia”, como decimos en Aragón.

AMARGO

La amargura la tenía María garantizada en cuanto dijo “sí” en la anunciación del ángel Gabriel. Por si no lo tenía claro, así se lo aseguró Simeón: “Los bendijo y dijo a María, la madre: —Mira, éste está colocado de modo que todos en Israel o caigan o se levanten; será una bandera discutida  y así quedarán patentes los pensamientos de todos. En cuanto a ti, una espada te atravesará el corazón”. (Lc 2,34-35) María, guardaba todas estas cosas en el corazón (2,19), las meditaba y, a veces, las sufría en silencio, sin aspavientos, con serenidad. Fue amargo tener que ver que José sospechaba de ella y hasta hizo planes de repudiarla en secreto. Fue amargo tener que huir a Egipto, como lo es todo proceso de emigración forzosa. Fue difícil encajar las respuestas desconcertantes de Jesús (en el templo, en Cafarnaúm…) que parecen dar a entender que su Madre no es tan importante en su vida como lo es Dios o su Pueblo. ¡Es la experiencia de tantas madres de religiosos, religiosas, misioneros, cooperantes y locos del evangelio! Es la mezcla agridulce de saberse bendecida por un hijo especial, maravilloso, pero que no le dará las seguridades ni las alegrías pacíficas y sencillas que otro tipo de hijo le habría dado. María experimentará esa espada que atraviesa el alma al ver a Jesús en su pasión y muerte.

María vive su experiencia de amargura desde el silencio y la meditación. De igual manera que exteriorizaba su alegría, es parca en su lamento y su llanto. Lucas repite dos veces en el capítulo 2 que María guardaba todo esto en su corazón. Ni siquiera los artistas la han presentado en un gemido desesperado. Una de las obras más sublimes de la historia de la escultura es la Pietá de Miguel Ángel. Allí, María muestra dolor, pero no desesperación. Su amargura es mitigada por su gran confianza en el poder del amor del Padre.

María vive la amargura desde la salida hacia el otro, para cuidarlo y animarlo. De allí nace la petición de Jesús: “Mujer, he ahí a tu hijo”. María se sacude su propia amargura para dar consuelo, apoyo, paz, confianza… También desde la valentía. Se enfrenta a los problemas con resolución, sin evitar los conflictos.

Las letanías del Rosario no pueden dejar de bendecir a María en este trance: Consoladora de los afligidos, auxilio de los cristianos, reina de los mártires… Canciones como “Tú estás cerca” (Kairoi) canta el hecho de que María vive cerca del dolor de los hombres y mujeres. Muchas canciones están dedicadas a Nuestra Señora de los Dolores, como “Dolorosa” (Espinosa), “Madre de los creyentes” (Palazón), “Madre de todos los hombre” (Espinosa), “María, madre del dolor, das tu corazón al pie de la cruz” (Kairoi), “Quiero decir que sí” (Luis Alfredo)… Yo mismo compuse una canción para los presos de la cárcel de Rickers Island, en Nueva York, titulada “Señora de la prisión” con esta temática. Si la dulce María es la fuente de himnos de alabanza y María la salerosa de cantos de amor, María dolorosa es la fuente de las baladas, de la explicación detallada de nuestras dificultades y dudas y del camino largo e incierto pero, a la vez, alumbrado por la fe.

ÁCIDO

El ácido es un sabor unido a todo lo que limpia hasta el hueso y levanta las postillas, lo que hace salir el mal y lo sana de raíz, lo que quita la podredumbre y señala la fuente de la injusticia y la corrupción. Es el sabor de la crítica, de la denuncia, de la indignación, del descontento, de la manifestación en la calle, de la rebelión y de la lucha contra el tirano y el opresor. Es el sabor del visionario, del profeta, del rebelde.

María nos sorprende con este sabor en el Magníficat:

«Él hizo proezas con su brazo:
dispersó a los soberbios de corazón,
derribó del trono a los poderosos
y enalteció a los humildes,
a los hambrientos los colmó de bienes
y a los ricos los despidió vacíos
Lc1,51-53

María hace así una afilada crítica social. Con acidez asegura que los poderosos, los famosos, los prestigiosos, los saciados, los adinerados, los escandalosamente ricos… nada tienen que ver con lo que Dios quiere. El Magníficat es un cántico judío; no hay atisbo todavía de cristianismo en él. María canta todavía desde el Antiguo Testamento, desde la teología de la promesa mesiánica que comienza a despuntar en esta joven muchacha de Nazaret. La promesa se ha hecho realidad. Sólo ella e Isabel lo saben. El Mesías no nacerá de entre los poderosos y los sabios, sino de entre los humildes y pequeños. No será rico ni buscará el poder y la influencia, sino que dejará que el mismo poder de Dios actúe en él. Y vendrá a instaurar un nuevo orden, basado en la fraternidad y la igualdad.

María la ácida, la activista, la revolucionaria, no está ahora en las grandes basílicas, sino en los barrios pobres y embrutecidos, en las largas horas de trabajo bajo el sol en los inmensos terrenos expropiados por las multinacionales, en las chozas de las mujeres agredidas sexualmente en las guerras africanas, en las luchas por los derechos de las mujeres en los países patriarcales y machistas, entre las abuelas de la Plaza de Mayo, en los círculos de silencio de quienes quieren acabar con la violencia sexista. María se hace así cercana al cambio y la causa del “otro mundo es posible”. Se hace voluntaria de una ONG, cooperante en un campo de refugiados, maestra en un barrio marginal, educadora en un piso de acogida para niños de la calle, médica que lucha incansablemente contra el ébola, guerrillera ecologista en el Rainbow Warrior de Greenpeace, analista de seguridad que denuncia el atropello de los derechos y libertades de todos y todas, abogada laboralista, enamorada de las causa de los últimos pueblos indios del Amazonas…

Su acidez le hace tomar partido, optar por los marginados, haciendo una opción preferencial por los pobres. No acepta ni la indiferencia ni la neutralidad ante lo injusto y lo inhumano. Es la Madre de todos, y como tal opta sobre todo por sus hijos más débiles y vulnerables. Es un amor duro, tajante, claro. No puede admitir en su casa el desorden del hambre, de la miseria, de la desigualdad, del abandono…

María la contestataria, la profetisa, es la más cantada por la Teología de la Liberación. Los poemas de Casaldáliga hablan de ella así. Su “Señora de Guadalupe” es una María que no se queda en el dolor pasivo, sino que sale a luchar por la justicia y la dignidad. Entre las canciones con esperanza ácida, con terca confianza en el compromiso, está “Mientras recorres la vida” (Gabaraín) y el más reciente proyecto artístico de varias cantantes: “Nuestra señora de los indignados”. Algunas canciones de Domingo Pérez, Pepe Laguna (Anawin), Vicente Morales (Brotes de Olivo), canta así a María. Un ejemplo claro: “Romance guadalupano”, de Domingo Pérez, con la letra de Pedro Casaldáliga.

Redescubrir los sabores de María

En las últimas décadas muchos cristianos hemos echado a María de nuestra oración y de la Eucaristía, donde durante siglos tuvo un lugar inapropiado y exagerado. Es tiempo de redescubrir sus sabores y saber combinarlos adecuadamente, encontrando el toque justo, como en la alta cocina. Es importante hacerlo también por razones ecuménicas, dado que el exceso de “salazón” mariano dificultó el diálogo durante siglos. Ni tanto, ni tan poco. La religiosidad popular necesita redescubrir otros sabores de María. Ella fue el regalo que nos dio Jesús y la puerta que han usado mucho para encontrarse con Él. Está allí, dispuesta a servir, como siempre. Gracias, Madre. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

*alcierzo.com

Biblia, Espiritualidad , , , ,

“Diálogos resucitadores”, por Juan Masiá sj

Domingo, 12 de abril de 2015
Comentarios desactivados en “Diálogos resucitadores”, por Juan Masiá sj

passion-book-img19-zDe su blog Vivir y pensar en la Frontera:

Palabras de vida, en los evangelios, para estos días de Pascua: palabras resucitadoras, con energía, y resucitantes, con esperanza. Releamos, en la tradición del evangelio según la comunidad de Juan, estas conversaciones de resurrección con El Que Vive:

Ya estás resucitada.

-¿Estás seguro, Maestro? ¿Resucitará mi hermano Lázaro en el último día? –No, Marta, en el último día no, sino ahora. Ya va camino de la vida verdadera.

– ¿Y yo, Maestro, resucitaré yo también?

-Tú también has muerto, Marta, tú y tu hermana María ya estáis resucitadas, porque yo soy Resurrección y se hace Cristo quien se vacía de sí para vivir en Mí, en la resurrección yo soy vosotros y vosotras sois yo en el abrazo del Espíritu de Vida (Jn 11, 18-27).

Dejadlo partir, que va hacia la vida.

Jesús, levantando los ojos al cielo, oró así:

Gracias, Abba, por escucharme. Gracias porque acoges en tu seno a Lázaro y que viva para siempre. Me dan ganas de gritar de gozo al despedirle hacia Tí, aunque no lo van a entender quienes me rodean”.

Y Jesús gritó: “Lázaro, sal fuera”.

Marta, asustada, miró al interior de la tumba, donde el cadáver envuelto en sudario, no se movía”.

“Desatadlo”, gritó Jesús.

De nuevo, Marta y los familiares asustados:

-¿Es que quieres que lo desenterremos?

–No, Marta, no habéis entendido nada, ¿qué hacéis mirando ahí dentro?

-Mirad hacia arriba, allá entre las nubes, dijo María señalando hacia lo alto.

Difuminada entre jirones de nube se divisaba una figura blanca que se despojaba del sudario y se perdía adentrándose más allá del azul.

Jesús sonrió a María y mirando hacia las alturas dijo a los ángeles: -Desatadlo, que se sumerja en la Danza de la Vida (perijorésis trinitaria, cantaban en la Patrística).

Luego, volviéndose a Marta y familiares les dijo: -No os empeñéis en retenerlo aquí en esta vida, dejadlo que se vaya, dejadlo partir hacia la Vida de la vida (Jn 11, 38-44).

Suéltame y escucha. Mira con el corazón y toca con tu espíritu.

–Qué alegría, Rabbuní, que estás vivo. Ya les dije yo a Pedro y compañía lo del sepulcro vacío, y no me creyeron, dijo María abrazándose a Jesús.

-Suéltame, María. No me puedo quedar aquí contigo, me voy al seno de Abba. –Pero eso es demasiado lejos y, aunque busque por internet y te vea por skype, no te toco…

–No es cuestión de ver y tocar, María, a la vida de la resurrección se entra por el oído. Escucha, mujer, escucha, que mi voz no viene desde fuera, sino desde dentro de tí, cuando estás ya en Mí resucitada…

–Ahora comprendo, Rabbuní, ya puede decirle a Juan y Pedro que, escuchándote, he visto con los oídos del corazón a la Vida de la vida; he escuchado con los ojos de la fe a mi amor; he visto al Señor en persona y me ha dicho esto y esto… (Jn 20, 1-18).

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , ,

Todo estaba pendiente de tu boca…

Miércoles, 25 de marzo de 2015
Comentarios desactivados en Todo estaba pendiente de tu boca…

En la solemnidad de la Anunciación o de la Encarnación del Señor:

annunciation_didling

NIÑA DEL SÍ

Todo estaba pendiente de tu boca.
Igual que si los hombres, de golpe, se sintieran
con la vida en las manos, detenida,
como un reloj callado y a la espera.

Como si Dios tuviera que esperar un permiso…

Tu palabra sería la segunda palabra
y ella recrearía el mundo estropeado
como un juguete muerto que volviera a latir súbitamente.
Tú pondrías en marcha, otra vez, la ternura.

Orilla virginal de la palabra, niña del sí preñada con el Verbo,
sin la más leve sombra de no, toda en el Día.
Dios encontraba en ti, desde el primer albor de tus latidos,
la respuesta cabal a su pregunta
sobre la Nada en flor…
Tú lo hacías dichoso desde el Tiempo.
Tu corazón se abría como una playa humilde, sin diques fabricados,
y en la arena sumisa de tu carne el mar de Dios entraba enteramente.

Niña del sí, perfecto en la alabanza como una palma de Cadés invicta;
jugoso en la alegría rebrotada, como la vid primera;
pequeño como el viento de un párpado caído, y poderoso
como el clamor del Génesis.

Niña del sí desnudo, como un tallo de lirio
bajo el filo implacable de la Gloria…
Cuanto más cerca de la Luz vivías,
más en la noche de la Fe topabas, a oscuras, con la Luz,
y más hondas raíces te arrancaba tu sí, ¡niña del sí más lleno!
Tú diste más que nadie, cuando más recibías,
infinita de seno y de esperanza.
¡Tú creíste por todos los que creen y aceptaste por todos…!
Creías con los ojos y con las manos mismas, y hasta a golpes de aliento
tropezaba tu fe con la Presencia en carne cotidiana.
Tú aceptabas a Dios en su miseria, conocida al detalle, día a día:
en las especies torpes del vagido
y en las especies del sudor cansado
y en el peso vencido de la muerte…

¡Rehén de la victoria de la Gracia, fianza de la tierra contra el Cielo,
gavilla de cordera, presentada y encinta!
Porque has dicho que sí,
Dios empieza otra vez, con tu permiso, niña del sí, María.
Las alas de Gabriel abren el arco por donde pasa entera la Gloria de Yahvé.
El arca de tu seno, de madera de cedros incorrupta, viene con el Ungido.
La Primavera acecha detrás de Nazaret, regada por el llanto,
y sobre las banderas blancas de los almendros
el trino de tu voz rompe en el júbilo, humildemente solo.

*

Pedro Casaldáliga

(Lucas 1,26-38)

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , ,

Decir No.

Lunes, 9 de febrero de 2015
Comentarios desactivados en Decir No.

Del blog de la Communion Béthanie:

issue4_4

 No sé decir “no”… No logro decir “no“.

¡Cuántas veces oímos estas expresiones o las utilizamos nosotros mismos! ¿Será que hemos sido educados para decir “sí”? La tradición cristiana, desde los numerosos “sí” de la Biblia, sean los de la llamada a la vocación profética como el “sí” de María en la Anunciación todavía nos forma hoy.

Por eso, me gusta mucho el encuentro de Jesús con este hombre invitado a seguirle, el que “se fue todo triste porque tenía grandes bienes”.  A su manera, supo, pudo decir “no”. Veo allí el signo de la libertad que suscita Jesús en cada uno de sus interlocutores. No es un gurú. No fuerza a nadie a seguirle. ¡Frente a su mensaje, deja a cada uno la posibilidad de decir “sí” o “no”!

Posiblemente tenemos en mente que decir “sí” es más fácil, es menos arriesgado. Esto parece más gratificante porque se debe complacer al otro. ¿En realidad ¿no es la pendiente fácil para cultivar tu propia satisfacción y mimar tu “yo”?

¿Decir “sí” no es querer cueste lo que cueste, ser querido por todo el mundo? Ilusión pura, muy ciertamente. Ser amado, por todos es no ser querido por nadie, es perder tu personalidad. Ciertamente el miedo a decir “no” viene del miedo a cortar las relaciones. ¡Queremos vivir tanto la fusión que el “sí” es más tranquilizador! Como si se pudiese estar en armonía con todo el mundo.

Al contrario, decir “no” es querer instaurar una relación en un clima de verdad que nos libra de engaños, relaciones falsas que no resisten al tiempo. Decir “no” es, también, afirmar la propia personalidad; ser el “autor” de tí mismo.

Es más bien el miedo a confrontarse, a decirse de verdad lo que conduce a la pérdida de la relación. El intercambio y el debate hacen la riqueza de la confrontación. Son el lugar privilegiado para medir nuestras propias capacidades, para tomar nota de nuestras propias convicciones como para domar nuestras debilidades. De la confrontación nace un mejor encuentro con uno mismo.

¿No es un camino exigente: toma en consideración la diferencia?

¿No es esto lo que conduce a “hacer la verdad “?

¿Estamos dispuestos a escuchar a alguien decirnos “no”?

¿Estamos en suficiente armonía con nosotros mismos para decir “no”?

*

Texto encontrado en una iglesia

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , , , ,

María, mujer. Carne de Dios: Persona.

Lunes, 5 de enero de 2015
Comentarios desactivados en María, mujer. Carne de Dios: Persona.

luz-arco-irisDel blog de Xabier Pikaza:

La figura “sagrada” de María ha venido acompañando de manera poderosa a los cristianos a lo largo de casi dos mil años, y lo sigue haciendo de un modo especial en el tiempo de la Navidad, pues ella aparece como elemento esencial del misterio de la encarnación.

Históricamente, María ha sido un elemento clave en el despliegue de cristianismo helenista y romano, en la conversión de los pueblos germanos y eslavos, en la reconquista cristiana de España y en la evangelización de América, es decir, en el imaginario espiritual del occidente católico. Pero la situación parece estar cambiando, pues llega un tiempo de crisis, de visión distinta de la mujer y de la vida.

Por eso es necesario replantear el tema, para descubrir de nuevo el puesto de María en la Encarnación de Dios, desde un contexto de diálogo con las religiones y de nueva comprensión de la existencia humana, partiendo una vez más de las raíces de la revelación bíblica.

Así lo haré en estas reflexiones (casi) finales de la Navidad, poniendo de relieve el sentido de la encarnación, que nos permite hablar de María como La Virgen de la Carne de Dios, en su realidad concreta de mujer creyente que dialoga con el mismo Dios, es decir, como persona.

imagesNo es carne de cañón para la muerte, ni cuerpo al servicio de un varón dominador, ni simple tierra abonada para un ideal desencarnado de sacralidad. María es carne-mujer, persona que dialoga con Dios y con los hombres, sujeto de su propia historia entendida como encarnación de Dios.

Ella puede aparecer así, en la liturgia y en el compromiso de la Iglesia como signo y condensación de una humanidad (mujer/varón) que dialoga con Dios, como un arco-iris de promesa, frente al riesgo de diluvio que sigue amenazando nuestra historia (Gen 6-9).

1. Santa María de la crisis

Ahora, a comienzos del tercer milenio, las cosas han empezado a cambiar poderosamente, de manera que está en juego no sólo la figura de la Madre de Dios, sino todo el misterio cristiano. En este contexto podemos evocar varias rupturas y problemas

1. Ruptura sacral. ¿Un cristianismo sin mujer divina? Muchos piensan que la devoción a María significa una especie de vuelta al paganismo. Su culto ha sido una regresión, una especie de retorno a los poderes sagrados de la naturaleza, que el judaísmo había superado ya. Jesús sería presencia y revelación de Dios por lo que ha hecho: por su anuncio de reino y su entrega a favor de los excluidos del sistema, por su muerte y su resurrección, como un hombre concreto (este hombre). María, en cambio, sería sagrada por su misma condición femenina y materna, es decir, por su naturaleza y no por lo que ha hecho como persona. Por eso, algunos afirman que sería mejor quedarse sólo con Jesús, sin María, en línea protestante.

2. Ruptura familiar. ¿Un cristianismo sin madre? Muchos consideran a María como refugio psicológico, una necesidad infantil del hombre-niño que quiere volver a los brazos de la madre. Su figura habría servido para mantener a muchos hombres y mujeres detenidos en un infantilismo. En esa línea, la devoción mariana sería un signo residual y casi folklórico de infantilismo y de imposición psicológica, que el hombre maduro y creador de nuestro tiempo debería superar. Puede haber algo cierto en esa visión, pero no podemos olvidar el hecho de que el ser humano sigue conservando a lo largo de su vida unos rasgos de niño (neotenia), que le llevan a entender a Dios como Padre (Abba), conforme a la experiencia y palabra de Jesús. De todas formas, sería preciso plantear mejor el sentido de María-Madre.

3. Ruptura femenina: Santa María, la Mujer. Muchos afirman que la devoción mariana ha sido una reacción compensatoria normal frente al predominio de lo masculino. En contra de la mujer esclavizada de este mundo (y para justificar su esclavitud real), los hombres habrían elevado así la figura de María como madre celeste y mujer bella, cariñosa, cercana. Según eso, ella representaría una especie de carencia femenina. Por eso, una vez que el problema femenino quedara básicamente resuelto, de manera que no existen diferencias entre varones y mujeres, la figura de María sería innecesaria. Tampoco esta objeción parece concluyente, pero debe tenerse en cuenta.

4. Ruptura cultural: Folklore. La figura de María sigue siendo importante para muchísimos cristianos, pues su historia está vinculada a tradiciones venerables, propias de imágenes milagrosas y santuarios famosos. Pero muchos de esos santuarios desaparecen o se convierten en centros de folklore. El patrimonio mariano de la iglesia puede convertirse en arte, que miles y millones de personas visitan cada año en romerías y exposiciones de arte, vinculadas al mar y a la montaña (Montserrat, Aránzazu), a la fuente-río y a la roca (Fuensanta, Pilar), al árbol y la cuerva (Virgen del Olivo o del Pino, Covadonga)… En esta línea se sitúan, de un modo especial, las fiestas patronales de pueblos y lugares. Algo de eso puede existir, de manera que para entender la función de María es preciso volver al evangelio.

5. Ruptura imaginaria: Apariciones. El culto a la virgen María está vinculado, al menos desde la Edad Media, a una tradición, casi siempre idéntica, de apariciones (especialmente dirigidas a niños y pastores) e imágenes sagradas (escondidas hace tiempo y luego encontradas, bajadas del cielo etc.). La mayor parte de los santuarios marianos antiguos tienen una ‘leyenda’ fundacional, que habla de revelaciones sobrenaturales, que de algún modo expanden y actualizan (e incluso transforman) la revelación del Nuevo Testamento, desde el “ayate” celeste de Guadalupe (México, 1531), la imagen “Aparecida” del río (Brasil, 1717), o las “revelaciones” de Lourdes (Francia, 1854) y Fátima (Portugal, 1917). Es significativo el hecho de que el Magisterio de la Iglesia católica, tan reacio en otros casos a dejarse llevar por mensajes y ‘revelaciones’ particulares, haya aceptado en estos y otros casos una providencia especial de María, la Madre de Jesús, en el despliegue de la vida cristiana de sus comunidades. Pero hay muchos cristianos que piensan que este tipo de culto mariano fundado en apariciones puede ser por evangélico.

Estas y otras rupturas nos obligan a replantear el lugar y función de María dentro de la iglesia, en el comienzo del tercer milenio. Son muchos los que piensan que ella representa el pasado, la devoción de un tiempo antiguo, marcado por una minoría de edad. Pues bien, el hombre que alcanza su madurez con la Ilustración, y que se atreve a pensar (Kant) y a transformar la sociedad desde sus propias capacidades racionales (Marx) no tendría ya necesidad de este tipo de Madre.

La mariología sería un refugio infantil, propio de reprimidos o miedosos. El hombre moderno, creador de sí mismo, no sentirá la necesidad de Madre. En contra de eso, quiero decir que la figura de María sigue siendo muy importante para entender el nacimiento y vida de Jesús

.

2. Santa María de la Biblia, una mujer judía

El primer punto de referencia de la mariología sigue siendo la historia y teología de Israel, que ha superado el plano de la sacralidad cósmica, para situarse en el nivel de las mujeres-madres y amigas, creadoras de historia en un nivel humano. En ese contexto debemos recordar que María ha sido y sigue siendo una judía. Desde ese trasfondo podemos evocar cuatro temas que nos ayudan a entender la figura de María, con su trasfondo histórico y simbólico para interpretarla .

‒ Crítica a la Madre-Diosa (Asheras). La historia de Israel ha estado en gran parte definida por la lucha en contra de la diosa. El judaísmo asume la figura del Dios semita (El, Elohim), pero le quita su carácter sexual, señorío engendrador, vinculado a los cultos de la naturaleza (Baal); desde ese fondo, ha luchado en contra de la figura divina femenina, tanto de Ashera (esposa de Él), como de Isthar-Astherté-Anat (esposa de Baal). En esa línea podemos resumir la historia religiosa de Israel diciendo que el judaísmo ha rechazado al Dios-Toro engendrador (El/Baal) y a su consorte (Ashera/Astarté), para situar en su lugar al Dios Yahvé . Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Santa María Madre de Dios. Jueves 01 de Enero de 2015

Jueves, 1 de enero de 2015
Comentarios desactivados en Santa María Madre de Dios. Jueves 01 de Enero de 2015

De Koinonia:

0108

 

 

Números 6,22-27

Invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré

El Señor habló a Moisés:

“Di a Aarón y a sus hijos: Ésta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas:

“El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
El Señor se fije en ti
y te conceda la paz”.

Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré.”

Salmo responsorial: 66

El Señor tenga piedad y nos bendiga.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R.

Gálatas 4,4-7

Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer

Hermanos:

Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción. Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama: “¡Abbá! (Padre).” Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Lucas 2,16-21

Encontraron a María y a José, y al niño.

A los ocho días, le pusieron por nombre JesúsEn aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho.

Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

*

Homilía de Monseñor Romero sobre los textos litúrgicos de hoy
(1 de enero de 1978)

Amados hermanos, amados radio-oyentes:

Con el saludo bíblico que Dios mandaba cuando se dirigía a su pueblo, ya que los cristianos hoy somos el Israel espiritual de Dios, somos el pueblo de Dios, y para nosotros es este precioso augurio de Año Nuevo: “El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz”, no podía hacerse un saludo más oportuno y espléndido para el año nuevo que estas palabras que la Biblia pone a nuestra consideración esta mañana, y al mismo tiempo unir a esta buena voluntad de Dios la presencia de María, la Virgen Madre.

Hay una fiesta oficial de la Iglesia en honor de María y es hoy, 1º de enero. Ocho días después de dar a luz al Redentor del mundo la Iglesia quiere llamar la atención de todos sus hijos para celebrar la solemnidad de Santa María, Madre de Dios. Así se inicia el año bajo la bendición directa de Dios y bajo este título que es toda una inspiración de confianza en el poder de la Virgen, por ser de Dios. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

“Una gran familia”, por Gema Juan OCD

Miércoles, 31 de diciembre de 2014
Comentarios desactivados en “Una gran familia”, por Gema Juan OCD

15873186599_4a47509696_mEchando una vista atrás, hacia lo acontecido en este año que hoy acaba y mirando hacia el nuevo que comienza… Un sugerente artículo que hemos leído en su blog Juntos Andemos:

Los evangelios fueron escritos para transmitir una buena noticia y –como diría Juan en el suyo– para despertar la fe y dar vida. Pero, a veces, inquietan profundamente. Nada que ver con la angustia o la tristeza, sino con el impulso y la fuerza que da descubrir las huellas de Jesús.

Son textos capaces de despertar los sentimientos más profundos del ser humano y hacerle mover en la dirección de la luz. Teresa de Jesús decía que siempre los había preferido a otras lecturas espirituales y, consciente de la alegría y el valor que de ahí venía, exclamó: «¡Bendito sea el que nos convida que vamos a beber en su Evangelio!».

El relato evangélico que cuenta que María y José, con un niño recién nacido, tuvieron que huir a Egipto –un texto muy dado a las leyendas y a la imaginación– despierta algo de inquietud. Egipto era la tierra donde solían refugiarse quienes huían de la tiranía en Palestina… era lo que hoy son los países del primer mundo, adonde huyen quienes se refugian de las innumerables tiranías del siglo presente.

Teresa de Jesús se hacía eco del sufrimiento que había vivido la familia de Jesús, recordando la casi invisible presencia de José, que sostenía a la familia. Y Teresa de Lisieux se preguntaba: «¿Por qué no fueron transportados a Egipto en virtud de un milagro?… ¡cuántas penas, cuántas decepciones! ¡Cuántas veces se le habrán hecho reproches al bueno de san José!».

Al volver a este evangelio es casi imposible no pensar en lo que sucede en la actualidad… o bien, al ver lo que sucede en este siglo XXI, es inevitable volverse al evangelio a buscar luz. Porque la desazón que suscita el presente puede apagar su malestar en la inquietud que despierta el evangelio.

Teresa había comprendido que los evangelios muestran quién es Jesús y que con Él se puede dar una respuesta a los males del mundo: «Este Señor nuestro es por quien nos vienen todos los bienes. Él le enseñará. Mirando su vida, es el mejor dechado». La vida de Jesús es un pozo de bondad, sabiduría y esperanza.

Y en un poemita, Teresa había escrito: «Vino del cielo a la tierra para quitar nuestra guerra». El camino de vida que abre Jesús es un cambio de dirección hacia lo más humano, es creer que las cosas pueden cambiar, si no se sofoca el Espíritu que Dios da, que no es «un Espíritu cobarde, sino un Espíritu de energía, amor y buen juicio» —como decía Pablo.

La vida de Jesús estuvo llena de inconvenientes y dificultades desde el principio, como la de tantísimos seres humanos. Por eso, la Buena Noticia que Él es, se agranda al comprender su proximidad, su identificación con los menos favorecidos en el mundo. Y desvela cómo se deshace cualquier distancia con Dios.

Teresa de Jesús percibió esa proximidad y se sintió sacudida, dándose cuenta de que ella no se hacía tan «próxima», como Jesús. Decía: «No hace Él diferencia de Él a nosotros; mas hacémosla nosotros, para no nos dar cada día por Él».

Y entendió que lo que borraba las distancias con Dios era el amor: «Si amamos a Dios no se puede saber, aunque hay indicios grandes para entender que le amamos; mas el amor del prójimo, sí. Y estad ciertas que mientras más en éste os viereis aprovechadas, más lo estáis en el amor de Dios».

La huida de Egipto evoca las innumerables huidas que causan las opresiones de este mundo, donde los que tienen –decía Teresa– sucumben a la tentación de «procurar más y más». Y aún añadió: «Así es este mundo, que él nos da bien a entender sus desvaríos si no estuviésemos ciegos».

Y la estremecedora imagen de unos inmigrantes intentando saltar la valla de Melilla, mientras algunas personas juegan en un campo de golf, evoca otra imagen impresionante: aquella en la que Jesús, colgado ya de la cruz, veía cómo se repartían sus cosas o se reían de Él, los que estaban por allí.

Ni los golfistas ni los transeúntes del Gólgota tienen mayor responsabilidad que quienes no aparecen en esas escenas. Unos y otros son como los personajes de una escena evangélica, al término de la cual reaparece la pregunta fundamental: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?».

El Jesús del Gólgota es aquel niño que tuvo que emigrar con sus padres a Egipto, pero también un hombre tierno que despertó la alegría de los más sencillos y la esperanza de tantos desechados en el Israel del siglo I. Su vida no fue fácil, pero lo que aviva todo eso no es dolor y, menos aún culpa, sino una gran esperanza: la confianza de que Él alienta otra vida posible.

El gran reto que plantea Teresa de Jesús es: «¿Cómo haré mi condición que conforme con la suya?». La condición de Jesús es la que «no hace diferencia», la que no excluye, ni rechaza… ni deporta a los huidos, ni tasa su número por conveniencias económicas*. La condición de Jesús es la acogida, la disponibilidad y la fraternidad.

Nadie ha dicho que todo eso sea sencillo, ni personal ni socialmente, pero como decía Teresa: «La medida del poder llevar gran cruz o pequeña es la del amor… si le tenéis, procurad no sean palabras de cumplimiento las que decís a tan gran Señor, sino esforzaos a pasar lo que su Majestad quisiere». Y lo que Dios quiere es una gran familia, una fraternidad sin fronteras.

*Merece la pena leer el comunicado que Caritas, la CEE, Confer y Justicia y Paz han hecho conjuntamente: http://www.confer.es/noticias/comunicado-devoluciones-2014

Espiritualidad , , , , ,

Isa ibn Maryam. María, la Navidad del Islam

Miércoles, 24 de diciembre de 2014
Comentarios desactivados en Isa ibn Maryam. María, la Navidad del Islam

isa_maryamDel blog de Xabier Pikaza:

A diferencia de la Pascua (que sigue siendo una fiesta “interior” de los cristianos), la Navidad se ha convertido o puede convertirse fiesta universal que de un modo o de otro pueden aceptar todos los hombres y mujeres que “creen” en el misterio de la vida, entendida como don de Dios y simbolizada en una madre y un niño.

Esto sucede de un modo especial en el Islam, que acepta y desarrolla los diversos “milagros de la Navidad” (virginidad biológica de María, prodigios de Jesús niño…), pero sin reconocer aquello que para los cristianos es el único “milagro” verdadero: La encarnación de Dios.

‒ Para muchos cristianos actuales, los aspectos milagrosos del nacimiento e infancia, en sentido literal (biológico), resultan menos importantes e incluso contraproducentes: no son base de la fe, ni tienen carácter salvador, sino que sirven para confesar simbólicamente el origen divino de Jesús, de un modo que, en algún sentido, puede aplicarse a todos los creyentes (cf. Jn 1, 13), en unión a Jesús.

El Islam, en cambio, acentúa los rasgos más físicos y “maravillosos” de la Navidad de Jesús: La virginidad biológica de su madre, los prodigios que acompañaron a su nacimiento (la palmera que baja, el niño recién nacido que habla etc.). De todas formas, en el fondo de esos “milagros”, el Corán ha visto la “providencia” de Dios que se revela (aunque sin encarnarse) por la concepción y parto milagroso de María.

El islam conoce a María a través de algunos apócrifos judeocristianos, que han recogido y ampliado los relatos de la infancia, especialmente los relacionados con la maternidad virginal de María. Ellos sirven al Corán para destacar el sometimiento de María como verdadera musulmana, resaltando, al mismo tiempo, la exigencia y valor de su virginidad, entendida básicamente como expresión de fidelidad a Dios, como Mujer, en paralelo a Muhammad/Mahoma, que recibe el Corán (Palabra) de Dios en forma tambien virginal.

El Corán nos sitúa ante la Navidad de los apócrifos (en la línea del Protoevangelio de Santiago, del Evangelio de la Infancia del Salvador o del Evangelio árabe de Mateo), que destacan la infancia y milagros de Jesús, partiendo de su nacimiento maravilloso… Pero deja a un lado (o rechaza) la Navidad del Nacimiento/encarnación de Dios

Virgin_Mary_and_Jesus_(old_Persian_miniature)Así lo quiero desarrollar en esta postal. Los lectores amigos pueden quedarse en la mitad del texto. La segunda parte o excurso, tomado de un texto ya clásico, podrá servir para aquellos que quieran profundizar en el tema. Buena preparación, musulmana y cristiana, para la Navidad.

LOS MILAGROS Y EL MILAGRO DE LA NAVIDAD

He dicho que el Islam destaca el aspecto “biológico” de la virginidad materna de María, en la Navidad de Jesús, pero en ese fondo ha de situarse también la providencia especial de María, que es paralela a la de Mahoma-Muhammad. Ambos han concebido y dado a luz de un modo virginal: María a Jesús, Muhammad al Corán.

‒ Revelación de Dios por María y por Muhammad. Dios ha revelado su poder por María, haciéndola madre virginal de Jesús, que era portador de su Espíritu y de su Palabra. De esa forma, Dios ha expresado por ella su más honda potencia creadora; por eso, su sometimiento a la acción del Espíritu de Dios y el hecho de que ella será madre virginal de Jesús (por un milagro físico-biológico, sin intervención de varón) son signos fuertes de providencia divina (Corán 3, 33-37), conforme a la palabra de Dios que le dice “Te ha escogido y purificado. Te ha escogido entre todas las mujeres del universo” (Corán 3, 42). Pues bien, de un modo semejante, Dios ha escogido a Muhammad para revelar por medio de él su Corán.

‒ María y Muhammad son receptores de la Palabra de Dios. María ha sido Virgen por milagro especial de Dios, mujer que concibe sin varón… Éste es el “milagro” más importante del Islam, que apenas conoce otros milagros, ni les da importancia (a no ser el de Muhammad que recibe por “milagro” el Corán de Dios. . María ha dado a luz a Jesús, como la tierra primera engendró a Adán. Su virginidad es testimonio privilegiado de la acción de Dios que ejerce su poder sobre la historia (por medio de Gabriel, gran ángel).

‒ Dos milagros, una Navidad… Éstos son los dos “milagros” del Islam: El de María que concibe sin varón, porque recibe en su seno de mujer la “palabra” de Dios; el de Muhammad que recibe la revelación-Palabra de Dios (Corán) sin intervención de cultura humana. En esa línea, María acoge sumisa la palabra de Dios, como verdadera musulmana. De un modo semejante actuará Muhammad, recibiendo de un modo virginal el Corán a través de la revelación del Gabriel.

MARÍA Y LA NAVIDAD DE JESÚS, UN ELEMENTO IMPORTANTE DEL ISLAM

La concepción y nacimiento virginal de Jesús por medio de María son para el Islam una parte del misterio de la acción divina, y deberían haber suscitado la fe de los judíos, pero ellos no creyeron (3, 42-48; 19, 16-26). De igual manera, la revelación del Corán a Muhammad debe servir de signo para los creyentes.

‒ Jesús-niño defendió milagrosamente (hablando tras haber nacido) la virginidad de su madre, proclamando la grandeza de Dios, y actuó después como su enviado, realizando milagros y anunciando el evangelio para los judíos. Resulta significativa la importancia que el Corán ha dado al Jesús niño, a quien presenta como portador de un mensaje de Dios: conoce las cosas sin necesidad de haber aprendido, hace milagros antes de haber crecido. Así confirma el poder de Dios, que actúa por él, pidiendo sumisión a los judíos (3, 49-53; 19, 27-36).

‒ Jesús-adulto realizó milagros y fue profeta para los judíos: curó a ciegos y leprosos, resucitó muertos, ofreció pan a los hambrientos. Dios quería convertir a los judíos a través de sus milagros (cf. 5, 110-111). Pero estos se han negado, queriendo matar a Jesús. Pues bien, este Jesús rechazado es paradigma o ejemplo para Mahoma, también rechazado por los judíos de Medina. Pero hay una diferencia: Mahoma triunfó, revelando el Corán e instaurando la comunidad de sometidos; Jesús, en cambio, no pudo hacerlo, en el fondo ha fracasado.

De todas formas, ni María ni Muhammad (ni Jesús) valen por sí mismos (no son encarnación de Dios), sino que valen sólo como receptores de una Palabra de Dios, que expresa plenamente en el Corán. Al fin sólo importa Dios y su Corán. Ciertamente, Jesús ha sido un profeta y, enviado de Dios (cf. 4, 171; 19, 30), de tal manera que Muhammad ha podido presentarle como Espíritu y Palabra (Rûh y Kalima) que vienen de Dios (cf. 3, 45; 5, 171).

Jesús nace del Espíritu de Dios (es decir, de Gabriel) por medio de María (cf. 2, 87.252; 5, 110; 16, 2.102 etc.); lo mismo que el Corán ha nacido (ha sido revelado) por Gabriel, a través de Muhammad. Pero ni Jesús vale en sí mismo, ni María, ni Muhammad. Es único grande es Dios. María se ha limitado a escuchar la Palabra de Dios, obedeciendo de un modo sumiso, de forma que por sí misma nada puede.

Pero en su sentido más profundo, Jesús es sólo una función de Dios (no encarnación de Dios). Por eso, cuanto más se acentúe su grandeza (es Palabra o Espíritu divino), más desaparece su persona, más se niega su aportación humana; el único que importa es Dios, no Jesús, que es sólo un hombre en quien actúa la Palabra y Espíritu de Dios, que realiza de esa forma sus milagros. Lo mismo sucede con Muhammad, que tampoco tiene importancia por sí mismo, sino sólo como transmisor de la Palabra de Dios que es el Corán. Leer más…

Biblia, Espiritualidad, Islam , , , , , , ,

“Un anuncio sorprendente”. 4 Domingo de Adviento – B (Lucas 1,26-38)

Domingo, 21 de diciembre de 2014
Comentarios desactivados en “Un anuncio sorprendente”. 4 Domingo de Adviento – B (Lucas 1,26-38)

04advientoB4cerezoLucas narra el anuncio del nacimiento de Jesús en estrecho paralelismo con el del Bautista. El contraste entre ambas escenas es tan sorprendente que nos permite entrever con luces nuevas el Misterio del Dios encarnado en Jesús.

El anuncio del nacimiento del Bautista sucede en «Jerusalén», la grandiosa capital de Israel, centro político y religioso del pueblo judío. El nacimiento de Jesús se anuncia en un pueblo desconocido de las montañas de Galilea. Una aldea sin relieve alguno, llamada «Nazaret», de donde nadie espera que pueda salir nada bueno. Años más tarde, estos pueblos humildes acogerán el mensaje de Jesús anunciando la bondad de Dios. Jerusalén por el contrario lo rechazará. Casi siempre, son los pequeños e insignificantes los que mejor entienden y acogen al Dios encarnado en Jesús.

El anuncio del nacimiento del Bautista tiene lugar en el espacio sagrado del «templo». El de Jesús en una casa pobre de una «aldea». Jesús se hará presente allí donde las gentes viven, trabajan, gozan y sufren. Vive entre ellos aliviando el sufrimiento y ofreciendo el perdón del Padre. Dios se ha hecho carne, no para permanecer en los templos, sino para «poner su morada entre los hombres» y compartir nuestra vida.

El anuncio del nacimiento del Bautista lo escucha un «varón» venerable, el sacerdote Zacarías, durante una solemne celebración ritual. El de Jesús se le hace a María, una «joven» de unos doce años. No se indica dónde está ni qué está haciendo. ¿A quién puede interesar el trabajo de una mujer? Sin embargo, Jesús, el Hijo de Dios encarnado, mirará a las mujeres de manera diferente, defenderá su dignidad y las acogerá entre sus discípulos.

Por último, del Bautista se anuncia que nacerá de Zacarías e Isabel, una pareja estéril, bendecida por Dios. De Jesús se dice algo absolutamente nuevo. El Mesías nacerá de María, una joven virgen. El Espíritu de Dios estará en el origen de su aparición en el mundo. Por eso, «será llamado Hijo de Dios». El Salvador del mundo no nace como fruto del amor de unos esposos que se quieren mutuamente. Nace como fruto del Amor de Dios a toda la humanidad. Jesús no es un regalo que nos hacen María y José. Es un regalo que nos hace Dios.

José Antonio Pagola

Ver en la web

Biblia, Espiritualidad , , , , , , ,

“Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo”. Domingo 21 de diciembre de 2014. Domingo 4º de Adviento.

Domingo, 21 de diciembre de 2014
Comentarios desactivados en “Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo”. Domingo 21 de diciembre de 2014. Domingo 4º de Adviento.

Leído en Koinonia:

122512Samuel 7,1-5.8b-12.14a.16: El reino de David durará por siempre en la presencia del Señor.
Salmo responsorial: 88: Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Romanos 16,25-27: El misterio, mantenido en secreto durante siglos, ahora se ha manifestado.
Lucas 1,26-38: Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo

 

La lectura del segundo libro de Samuel nos cuenta que, deseando David edificarle una casa Yahvé en Jerusalén, Yahvé dirigió la palabra al profeta Natán, para comunicarle que no sería David quien le edificaría una casa a Yahvé, sino que Yahvé le edificaría una casa a David. En aquellos tiempos «casa» se entendía de varias maneras, como Templo, como morada, o como descendencia. Esta profecía quiere decir es que Dios le dará una descendencia a David, es decir, la permanencia del linaje de David sobre el trono de Israel. Esta es la promesa que hace Yahvé a David y que la tradición posterior interpretará en relación con el Mesías como hijo-descendiente de David. La primitiva Iglesia entendió estas palabras en relación con Jesús como el verdadero Mesías. Mateo y Lucas se esfuerzan en presentar en sus genealogías a Jesús como descendiente de David, y varias veces se le llama Hijo de David. Es claro, Jesús es el Mesías esperado, en él se cumplen las promesas de Dios.

En los versículos que hemos leído del largísimo salmo 88 están dispuestos en la liturgia para mostrarnos la relación de Jesús con Dios. El salmo es un himno al Creador seguido de un oráculo mesiánico. En este oráculo el salmista pone en boca de Dios estas palabras: yo lo nombraré mi primogénito, altísimo entre los reyes de la tierra. Se refiere al Mesías, al salvador esperado, pero que nosotros como cristianos lo leemos claramente referido a Jesús. Él es el Hijo, la primicia por la que todos seremos salvados, el primogénito entre todos los hombres. Por su predicación, por su sencillez y servicio a los más pequeños, por su sí incondicional a Dios hasta la muerte, Dios lo resucitó haciéndolo altísimo entre los reyes de la tierra.

La segunda lectura tomada de la carta de Pablo a los Romanos nos presenta una oración de alabanza a Dios (doxología) con la que concluye toda la carta. La oración está dirigida a Jesucristo, en él cual se revela el misterio que Dios había mantenido oculto por siglos, pero que ahora, gracias a la Escritura y la predicación del mismo Jesucristo fue dado a conocer a todos, pero especialmente a los gentiles para la obediencia de la fe. Finaliza con una bendición tomada de las costumbres judías. Reconocemos que el misterio oculto por los siglos, es Jesús mismo que ahora nos revela el rostro del Padre y que se convierte en salvación para de todos los hombres.

En el evangelio leemos el anuncio del ángel a María del nacimiento de Jesús, que la convierte en la primera discípula y evangelizada: escucha la palabra de Dios, es capaz de reconocer que la acción de Dios pasa por los más pequeños y humildes. María era una mujer joven y pobre de un pueblo muy pequeño del norte del país. Ella recibe el anuncio del ángel, que la sorprende pero que sabe reconocer la acción de Dios en el anuncio. Le dice sí a Dios. A diferencia de Zacarías el signo que pide María no parte de la incredulidad, sino de la necesidad de poner por obra las palabras del ángel.

El evangelista Lucas pone de manera consecutiva el anuncio a Zacarías y el anuncio a María para resaltar que la acción de Dios se manifiesta fuera del Templo, fuera del lugar sagrado, en medio de los pobres y abandonados, como lo es María triplemente excluida por ser mujer, por ser pobre y por ser joven. Y es en ese lugar de marginación y pobreza donde el proyecto de Dios para la humanidad va a fructificar, por medio del sí consciente de María y de todos los que se identifican con ella.

El niño que nacerá de María será el Salvador, el Mesías, un «Hijo de Dios». Dios se hace ser humano en la persona de Jesús para que siendo como él, los seres humanos seamos semejantes a Dios. Pero no lo hace en contra de la voluntad de los hombres. María, con su «sí» al proyecto de Dios, introduce a Jesús en la historia, haciéndose hombre pobre y creyente.

Adviento es tiempo de preparación, de espera de la fiesta de la Natividad, de la manifestación del Mesías. Participar de esta fiesta es asumir la misma dinámica de María que le dice sí a Dios, y la misma actitud de Dios que se hace pobre para nuestra salvación en la persona de Jesús de Nazaret. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Dom. 21 XI 14. “Adviento. Sólo una mujer, una mujer con varón”

Domingo, 21 de diciembre de 2014
Comentarios desactivados en Dom. 21 XI 14. “Adviento. Sólo una mujer, una mujer con varón”

165Anunciación de  Raúl Berzosa

Del blog de Xabier Pikaza:

Domingo 4º Adviento. Lc 1, 26-38. María ha dialogado con Dios (que se le muestra a través de Gabriel) y, en el interior de ese diálogo, se atreve a preguntarle a Dios (¿cómo será eso…?) y Dios le responde diciéndole su Palabra, dándole a su Hijo.

Dios no se impone, no avasalla, sino que dialoga. Busca un interlocutor humano para ser (nacer como) Dios en la tierra, y necesita la palabra de María, una mujer, para que su Hijo nazca…

En ese momento decisivo la mujer ha de actuar como persona, es decir, con autonomía, pudiendo afirmar “no conozco varón”, para añadir que ella misma tiene una palabra, que puede vincularse a la Palabra de Dios.

De esta palabra de Mujer depende la Palabra de Dios, y en esa línea, en este final de Adviento, descubrimos a María como mujer autónoma, amorosa, libre y decidida, capaz de poner su vida al servicio de la Vida de Dios.

Desde ese fondo quiero comentar la parte final del pasaje bíblico (Lc 1, 26-38) que la liturgia presenta como texto clave del Adviento, ofreciendo algunas consideraciones sobre el diálogo de Dios con María, centrándome en Lc 1, 34: No conozco varón (para dejar abierta la relación de María con José y con Jesús).

the-nativity-story-5-1280[1]Sólo a partir de ese fondo negativo (no conozco varón) podrá expresarse, en un segundo momento, el principio positivo integrador donde María aparece ante sí misma y ante Dios como persona. Ya no podrá decir “no conozco varón”, sino que conoce a José como varón y padre de su Hijo (del Hijo de Dios), tal como suponen de forma sorprendente los evangelios de Mateo y Lucas al poner de relieve la función de José en el principio de la historia de Jesús. María será en ese momento, tanto en Mt 1-2 como en Lc 2, una como mujer con varón, persona dual.

En ese contexto habiendo dicho que María se alza sola ante Dios, dialogando con él, debemos añadir que ella recibe y educa a Jesús como “mujer con varón”. Así conocemos (=nos conocemos) y así somos al amarnos (sin amarnos no seríamos), de manera que Dios mismo puede nacer en nuestra vida.

Esta mujer María del primer adviento que no conoce varón abre el camino para un conocimiento más alto de varón y de mujer que sea acogida y engendramiento de Dios, como indica ya el segundo adviento, la segunda imagen o icono de Jesús con María y José.

María no dialoga ya sólo con un ángel de Dios, sin varones (como en el primer icono), sino que dialoga con Dios compartiendo la vida del mismo Dios (Jesús, el hijo) en compañía de un hombre, que es José. Para educar a Jesús, hijo de Dios (hijo suyo) María ha dialogado en intimidad creadora con ese hombre, hijo de David, de manera que el niño (siendo de Dios) aparece en la imagen y en la experiencia de la Iglesia como Hijo de ambos.

Dios no nace allí donde falta el conocimiento humano (de varón o de mujer), sino allí donde ese conocimiento siendo palabra de intimidad total con Dios (como seguirá diciendo esta postal), se abre en forma de diálogo activo de un hombre y una mujer (María y José) que acogen y educan en humanidad (es decir, en divinidad) al mismo Hijo Eterno de Dios que es Jesús. Las reflexiones que siguen son un balbuceo de esa experiencia insondable que ilumina la vida de los creyentes cada Adviento-Navidad

Lucas 1,26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.” Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.

El ángel le dijo: “No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le podrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.” Y María dijo al ángel: “¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?”

El ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.” María contestó: “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.” Y la dejó el ángel.

– 1,34. Objeción de María. Más allá de la obra del varón

Dios pide a María su compromiso de persona al decirle concebirás, introduciendo en ella una fuente de vida y compromiso que ella debe asumir en forma personal. El ángel le ha indicado que su hijo será hijo de David… Es evidente que ella tiene que pensarlo, interpretarlo, repitiendo de forma distinta el proceso de Eva en Gen 3.

Es como si en este contexto más hondo de vida el varón (antes Adán, ahora José) quedara al margen, no pudiera decir ni decidir lo más excelso. Es ella, la mujer (antes Eva, ahora María) quien decide. Esta es la raíz, el momento fundante de todo realidad humana: la más alta acción se entiende así como concepción.

La primera respuesta de María parece devolvernos al espacio de los varones. Es como si ella no pudiera, no quisiera. Le han educado diciendo que el surgimiento mesiánico es cosa de engendradores varones, creadores de estirpe y familia sobre el mundo, de profetas y guerreros victoriosos. Ellos son quienes deben asumir la responsabilidad y resolverla. Por eso responde diciendo que está sola, prometida a un marido pero sola. Desde su pequeñez de mujer sin voz en aquel mundo, pregunta:

¿Cómo sucederá esto,
pues no conozco varón? (1, 34).

Sin entrar en la multitud de interpretaciones de esta respuesta, muchas de ellas positivas y convergentes, quiero situar el tema sobre el fondo de esperanza y deseos de una mujer como María. Ante el despliegue de Dios que le promete un niño, en perspectiva de cumplimiento mesiánico, (en la línea de todo el pensamiento y teología israelita) ella eleva su dificultad diciendo: ¿dónde está el varón?

Tiene que pensar así, tiene que decirlo. No se mueve en un nivel de paganismo en el que dioses y humanos cohabitan y engendran; no es filósofa de tipo filoniano, experta en engendramientos interiores (Dios que suscita un valor espiritual dentro del alma, en clave de contemplación). Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Tres mensajeros, tres promesas y un misterio. Domingo 4º de Adviento. Ciclo B

Domingo, 21 de diciembre de 2014
Comentarios desactivados en Tres mensajeros, tres promesas y un misterio. Domingo 4º de Adviento. Ciclo B

anunciacion_ustungDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

Primer mensajero (Natán) y primera promesa (a David)

                Al final de numerosas aventuras, David se ha convertido en rey del Norte y del Sur, de Israel y Judá. Ha conquistado una ciudad, Jebús (Jerusalén) que le servirá de capital. Se ha construido un palacio. Y ahí es donde comienzan los problemas. Mientras se aloja cómodamente en sus salas, le avergüenza ver que el arca de Dios, símbolo de la presencia del Señor, está al aire libre, protegida por una simple tienda de campaña. Decide entonces construirle una casa, un templo. El profeta Natán está de acuerdo. Dios, no. Será Él quien le construya a David una casa, una dinastía. A su heredero lo tratará como un padre a su hijo. “Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre”.

Lectura del segundo libro de Samuel 7,1-5. 8b-12. 14a.16

Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán:

̶  Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.

Natán respondió al rey:

̶  Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.

Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor:

̶  Ve y dile a mi siervo David: “Así dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, te haré grande y te daré una dinastía. Y, cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré el trono de su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre.”

Segundo mensajero (Gabriel) y segunda promesa (a Israel)

El evangelio es tan conocido que necesita poco comentario. Pero a veces se pasa por alto el fuerte contenido político de las palabras del ángel a María cuando habla de Jesús: «Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Si tenemos en cuenta que «Hijo del Altísimo» no significa «Segunda persona de la Santísima Trinidad» sino que es un título del rey de Israel, las palabras de Gabriel repiten insistentemente la idea de la realeza de Jesús. Pero su reino no es universal, se limita a «la casa de Jacob».

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo:

̶  Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú eres entre las mujeres.

Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:

̶  No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

Y María dijo al ángel:

̶  ¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?

El ángel le contestó:

̶  El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.

María contestó:

̶  Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.

Y la dejó el ángel.

Tercer mensajero (Pablo) y tercera promesa (al mundo entero)

                Pablo no ha visitado todavía Roma cuando escribe su carta a los romanos. Pero tiene una larga experiencia de apostolado y de reflexión. Sobre todo, ha tenido una experiencia fundamental en el momento de su vocación: el Mesías Jesús no ha sido destinado por Dios sólo al pueblo de Israel, sino a todas las naciones.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 16,25-27

Hermanos: Al que puede fortaleceros según el Evangelio que yo proclamo, predicando a Cristo Jesús, revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora en los escritos proféticos, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe al Dios, único sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

El misterio

Desde David hasta Pablo se recorre un largo camino y la perspectiva se abre de modo asombroso: lo que comenzó siendo la promesa a un rey, más tarde un pueblo, termina siendo la promesa al mundo entero. Como dice la segunda lectura, esta es la “revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos”.

Tres reacciones a tres mensajeros

                ¿Cómo reaccionan los interesados antes los mensajes que reciben?

                La respuesta de David no la recoge la lectura, pero es una extensa oración de alabanza y acción de gracias por la promesa que Dios le hace (2 Samuel 7,18-29).

                María reacciona con aceptación y fe. No imagina los momentos tan duros que tendrá que aceptar por causa de Jesús (“una esperada te atravesará el alma”) ni la cantidad de fe que necesitaría cuando vea a su hijo criticado y condenado por terrorista y blasfemo.

                La reacción de Pablo, la que desea inculcar a sus lectores romanos, es cantar la sabiduría y la gloria de Dios a través de Jesucristo.

Tres reacciones muy adecuadas para vivir estos días previos a la Navidad.

Biblia, Espiritualidad , , , , , ,

Oración a Nuestra Señora del Adviento

Lunes, 15 de diciembre de 2014
Comentarios desactivados en Oración a Nuestra Señora del Adviento

Del blog de la Communion Béthanie:

notre-dame-de-l-avent

Oh, María, eres la primera,
que has vivido el Adviento,
la alegre espera de tu Hijo.

Estabas allí, cuando Juan,
el hijo de Elisabeth,
lo reconoció y saludó
desde el seno de su madre.

Meditaste en tu corazón
las palabras del profeta Isaías donde ya
se esbozaba el rostro de tu hijo.

Tú has visto la confusión de José
transformarse en alegría cuando le fue revelado
el misterio que llevabas.
Te invito pues, oh María, en mi Adviento.

Acompáñame cada día,
que tu fe me ayude a penetrar el misterio de tu Hijo;
qué tu esperanza haga de mi un vigilante,
qué tu alegría habite mis días como un traje de fiesta.

Marie del Adviento,
gracias por estar aquí, tú mi hermana en la Fe,
tú la madre de mi Dios.

*
Georges Madore.

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , ,

Blanca Portillo: ‘Me resulta más creíble esta María que la de las estampas’

Lunes, 8 de diciembre de 2014
Comentarios desactivados en Blanca Portillo: ‘Me resulta más creíble esta María que la de las estampas’

Portillo--644x362Hoy… una María humanada, una de las nuestras… se acerca en esta obra de teatro… Interesante entrevista con Blanca Portillo que ofrece El Mundo, y dos enlaces para conocer la obra y el autor…

‘Ella guardaba todas estas cosas en su corazón’, dice la Biblia sobre la Virgen. Esas ‘cosas’ necesitaban una voz como la de la actriz madrileña en ‘El testamento de María’

‘El testamento de María’, del escritor gay irlandés Tóibín.

Colm Tóibín: “Viví en el epicentro del dolor de María. No quisiera volver nunca”

«El testamento de María»: Otro Evangelio

 

Llega Blanca Portillo (Madrid, 1963) puntual pero “agotada”, dice, a la puerta del Teatro Valle-Inclán donde representa ‘El testamento de María’, de Colm Tóibín, hasta el 21 de diciembre. Son las 16.30, aún no ha comido y desde las siete de la mañana está grabando la serie ‘El chiringuito‘ (Telecinco). No se queja. Son los gajes de un oficio que ama sobre todas las cosas. Y hay que ver lo que se le nota.

Portillo está soberbia en ‘El testamento de María’, bajo la dirección de Agustí Villaronga. No es una opinión; es un hecho si tenemos en cuenta el aplauso unánime de la crítica y el aplauso interminable con el que cada día termina su representación. Ella no tiene esa conciencia de éxito desbocado. O no la da por sabida, más bien. La modestia le alcanza para no atreverse a saludar a alguien que conoce “por si no se acuerda de mí”. ¿Acordarse de ella? Hablamos con Blanca Portillo, una actriz absolutamente inolvidable.

Está soberbia en ‘El testamento de María’. ¿Es consciente de ello?
.
No, yo no tengo una conciencia muy clara del resultado final. Cuando estoy haciéndolo no tengo conciencia de lo que se ve al final; no estoy muy segura. Tengo más conciencia del camino que hago a lo largo del espectáculo que del resultado.
el-testamento-de-maria_06-foto-Josep-Aznar.
¿Es su mejor trabajo?
.
Siempre tengo la sensación de que el último, por eso de ir escalando cada vez la montaña más alta, es el que mejor me ha salido. Y en este caso es una sensación muy clara. Igual por el proceso, porque ha sido muy hermoso, muy fácil. Porque lo he pasado bien, porque comulgo con él, porque me apasiona… Creo que he invertido toda la experiencia anterior.
.
Empezó este proyecto diciendo que no le gustaban los monólogos… ¿Y ahora?
.
No me gustaban y me siguen sin gustar (Se ríe). Me parece que un monólogo es muy solitario, aunque he descubierto que aquí el espectador te hace la mitad del trabajo, pero echo de menos el trabajo con los compañeros. Éste es un caso muy particular. No me he podido negar a hacerlo porque me enamoró desde que lo leí, pero la idea de los monólogos me resulta muy solitaria.
.
¿Cómo llegó a sus manos la obra?
.
Pues un día estaba sentada una terraza que hay en el lateral del Teatro Español y en la mesa de al lado se sentaron Agustí Villaronga y Javier Pérez Santana, el productor. No me atreví a acercarme porque pensé que Agustí no se iba a acordar de mí. Pero yo veía que me miraban y yo les miraba a ellos… Y al día siguiente me llamó Javier y me dijo que venían del Español de proponerles un texto que querían que hiciera. Lo leí esa misma noche, lloré muchísimo, me emocioné, y al día siguiente le llamé y le dije: “Dejo todo y me voy a hacerlo”.
.
¿Se lo propusieron primero al Español?
.
Sí, estaban buscando una coproducción, tenían el Grec, y había que buscar un teatro en Madrid. Hablamos con diferentes personas y, finalmente, Ernesto Caballero y el CDN no lo dudaron ni un segundo. Directamente dijeron: “Adelante”. Y yo lo agradezco profundamente.
.
¿Qué le conmueve tanto del texto?
.
La idea de una mujer colocada en un lugar tan intocable; la santa por excelencia, la madre de las madres, la perfección… y de pronto descubrirle un lado tan humano… La medida de su sufrimiento, que en los textos religiosos no aparece… Transitar por ese dolor, que ella lo explique y lo viva, que ella describa lo que vio y lo que sintió, en los ojos de una madre me pareció conmovedor por completo.
.
35466_2En la obra, lo que a ella le duele es, como a cualquier madre, los desplantes de su hijo.
.
Eso tiene que ser terrible. Yo no soy madre, pero eso te hace ver las cosas desde dos lugares distintos: el sufrimiento de la madre, por supuesto, y a mí me coloca como hija, de cuántas veces hemos despreciado los sentimientos de nuestros padres. Ellos sufren de manera desmedida. El hijo tenía derecho a hacer lo que quería, pero la madre tenía derecho a sufrir.
.
¿Se planteó en algún momento que la obra podría ser ofensiva para alguien?
.
Sí me asustó al principio. Me llegaron noticias de que en Nueva York había causado cierto rechazo, pero este espectáculo es muy diferente al de Nueva York. Teníamos un cierto temor de que los creyentes se pudieran sentir ofendidos, pero me ha contado gente muy creyente que pensaba que la Virgen debió pasar ese dolor, ese miedo y esa rabia. Más allá de que haya pasajes de la función que no coinciden con los Evangelios, la obra ayuda a ver las cosas desde un lugar que ni habían imaginado.
.
¿Cómo ha sido trabajar con un director novel, aunque es un cineasta experimentado?
Pues ha sido muy fácil. Es un hombre con una sensibilidad enorme. No hay tanta diferencia entre dirigir actores para el teatro o para el cine. Había estudiado mucho el texto, había creado en su cabeza el personaje y nos entendimos perfectamente. A la semana y media teníamos tres cuartas partes de la función.
.
Ahora que también es directora, ¿hay que dirigirla mucho como actriz?
.
Sí, hay que dirigirme. Yo suelto todo lo que tengo y el director va eligiendo y afinando. Cuando actúo, y soy sobre todo actriz, no tengo ningún conflicto con la directora que llevo dentro. En todo caso favorece a la hora de actuar porque te da la visión general.
.
¿Qué es lo que más le cuesta decir de este texto tan hermoso y tan duro?
.
Todas las partes que tienen que ver con la sensación de abandono de ella; cada vez que siente que su hijo se le va. Y luego conjugar texto, verdad y actividad física… Hacer esas tres cosas juntas sin que se peguen entre ellas. Ideológica y verbalmente ese texto es muy potente, poéticamente es muy bello… Llegar a decirlo como se merece y hacer toda esa cantidad de cosas que hago es muy difícil.
.
María es un personaje lleno de ternura.
.
Es una ternura particular, porque no es nada blanda. Buscando mis referentes, hay en mi familia un abuela que nos adoraba, pero no era nada blandita. Era muy fuerte y su afecto era profundísimo. Agustí me dijo que era esa ternura; tiene que ver mucho con un sentimiento de inmensa protección hacia su hijo.
.
La propia María adora a una diosa…
.
Eso es un juego muy lindo. Es bastante lógico que ella no sea cristiana porque todo acaba de suceder. María, tal y como nosotros la concebimos, tiene algo ancestral de la madre tierra, de la mujer que no se entiende, que no pregunta, que abraza, que alimenta. Y ella busca en Artemisa lo mismo. Todos necesitamos que haya alguien que nos cuida.
.
¿Es usted creyente?
.
No, no lo soy. Creo en el ser humano por encima de todo, por eso me resulta más creíble esta María que la de las estampas. Esta mujer me hace sentir bastante mejor, creo que me podría comprender con facilidad.
.
Podría ser la madre de cualquier apóstol de la no violencia…
.
O de la violencia incluso. No olvidemos que, cuando Jesús aparece, abandera un movimiento casi de transgresión política y se monta una gran revuelta.

@EstherAlvarado

Cine/TV/Videos, General , , , , , , ,

El Dios que se hace hombre

Sábado, 6 de diciembre de 2014
Comentarios desactivados en El Dios que se hace hombre

Del blog de la Communion Béthanie:

Father And Son  (3)

No temo a Dios que se hace hombre,
Dios frágil y vulnerable, niño.
Temo mucho más al hombre que se hace Dios,
violento, bárbaro, despiadado.
Pero está lleno de ternura y de misericordia,
el Dios que se hace a hombre.
El Padre nos ofrece su vida, la vida de su Hijo único.

No es una fábula, es la realidad.
Tan real como un niño en carne y en hueso.
Se llama Jesús, este niño,
nacido de María “en el tiempo de Herodes”.

¿ Crees esto?
¿Vas a guardar mucho tiempo tu corazón blindado,
y a convocar a Dios al tribunal de lo posible,
donde ocupa un escaño tu pequeña razón llena de suficiencia?
¿Quieres dejarte hacer un corazón de niño
para aumentar el tamaño del misterio?

*

Fuente: www.prier.be

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , , , , ,

Recordatorio

Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.

Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada. no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.

Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.