El judoca catalán Marc Fortuny sale públicamente del armario y habla de su proceso de autoaceptación: «No tuve agentes facilitadores»
El judoca catalán Marc Fortuny ha decidido visibilizarse públicamente como gay. Lo ha hecho en al menos dos entrevistas, al diario Marca y a la televisión autonómica catalana, TV3, en las desvela lo complicado que ha sido su proceso de autoaceptación, y denuncia la falta de visibilidad en el deporte masculino de élite. Fortuny, de hecho, ha partido de su propia experiencia para abordar el tema en su trabajo final de grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
Marc Fortuny llegó a ser uno de los mejores judocas españoles en la categoría de -100 kg. Ganó seis medallas en diversos campeonatos de España, fue miembro de la selección española junior y se hizo con otras dos medallas internacionales. Pero hace tres años, tras conquistar el bronce en el Campeonato de España absoluto, dejó de competir. «Necesitaba un parón para reflexionar y dar un paso adelante en el ámbito más personal», ha relatado a Marca. «No culpo a nadie, pero no lo estaba disfrutando. Estaba haciendo lo que toda mi vida había hecho y algunos días parecia una tortura. Se me hacía muy duro. Fue un poco por todo. No terminaba de estar bien. Ya veía que era gay y no sabía cómo gestionarlo. No me veía capaz de seguir compitiendo y estar en el mundo del judo y aceptarme», añade. Fortuny se encontraba por entonces lleno de miedos. Temía, por ejemplo, que sus compañeros lo rechazasen, al ser el judo un deporte en el que hay un gran contacto físico :«Pensaba ‘si se lo digo a mis compañeros a lo mejor alguien se va a creer que cuando haga un combate le estoy tocando o viendo de otra forma’. Luego te das cuenta de que no es así».
Fortuny reconoce el conflicto subjetivo que sentía entre su condición de gay y su visión personal de la masculinidad. «Faltan deportistas gais referentes. Yo no me sentía identificado con los gais que conocía. El más conocido es el más afeminado, el que siempre va con las chicas, que no es algo malo pero no me sentía identificado y no podía dar el paso porque no me veo así», asegura. Fortuny insiste, en este sentido, en la importancia de que existan referentes gais en el deporte de élite: «Hasta que una persona como un futbolista importante salga, la gente no va a cambiar este estigma. Una persona es homosexual y no pierde su masculinidad». No faltarán los que vean plumofobia en estas afirmaciones, pero no seremos nosotros los que hagamos sangre en este momento. Marc Fortuny habla de su vivencia subjetiva y de su proceso de autoaceptación y lucha contra su propia homofobia internalizada (seguramente aún en curso, como sucede con casi todos).
Fortuny, en cualquier caso, tiene toda la razón a la hora de denunciar la escala o nula visibilidad el el deporte de élite masculino: «Que alguien se pregunte, por favor, por qué si en Primera División hay más de 600 jugadores no hay ningún homosexual. Yo no lo entiendo. Solo es estadística. Hay muchos tabúes porque estas personas tienen miedo a no ser queridos por los clubes, porque hay mucha presión». La clave, para él, está en la educación, entendida en sentido amplio, incluyendo la forma de dirigirse a los deportistas. «Es importante cambiar el lenguaje que se usa ya que este, sin querer, condiciona. Por ejemplo, el ‘¡maricón!’ si no entrenas fuerte. A mí ya no me afecta pero en su momento sí (…) ¿Qué es ser maricón? ¿Soy débil? Eso no es así», asegura.
«No tuve agentes facilitadores»
Preguntado por Marca por la razón de que no diera antes el paso de visibilizarse, Fortuny es claro: «No tuve agentes facilitadores. En casa nunca se me había hablado mal del tema pero tampoco como algo normal. No tenía referentes. Ninguna figura. Además fui a un colegio religioso. Allí, indirectamente siempre he sido educado de forma heteronormativa, la figura de hombre y mujer, sin hablar de otras posibilidades. En la universidad, INEF y deporte, tampoco fue fácil. De 150 que éramos en clase, ningún chico había dicho que era gay o al menos que se supiera. Y en judo, a más élite, más difícil. O salía del judo o no era capaz. Ahora me arrepiento pero en ese momento me ahogaba».
Pese a todo, llegó el momento en que el judoca dio el paso. La primera persona del mundo del judo al que lo comentó fue a su maestro, que reaccionó de forma muy positiva. Poco a poco fue ampliando el círculo, y poco a poco se reconcilia consigo mismo: «Puedo ser yo mismo en todo momento sin preocuparme y sin tener que fingir ser una persona que no soy. En distintas situaciones antes, me sentía con la obligación de decir comentarios que realmente no pensaba pero los hacía para no sentirme excluido». Fortuny, además, ha vuelto a disfrutar de la que siempre ha sido su pasión, el judo. Sin duda un elemento de ayuda a la hora de profundizar sobre su propia experiencia ha sido el hecho de que Marc Fortuny, que durante estos años se ha graduado en el INEF de Catalunya, decidiese hacer su trabajo de fin de grado sobre homosexualidad y deporte bajo la dirección de Anna Vilanova, profesora de Sociología e Historia del Deporte en dicho centro. En este enlace puedes acceder al reportaje que TV3 ha dedicado al tema con declaraciones de ambos (en catalán).
Ahora Fortuny recomienda a otras personas en su situación hacer lo mismo: «Siento que he perdido el tiempo. He estado cinco años estando mal conmigo mismo y haciendo cosas a desgana. A esa gente les diría que intentaran evitar todos esos momentos y que den el paso. Solo tenemos una vida y no hemos venido aquí para sufrir, justamente lo contrario, a disfrutar del camino».
Fuente Dosmanzanas
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