Comentarios desactivados en Polémica en Australia por una petición online que pide “tolerancia” hacia el colectivo LGTB
Una petición online para exigir al gobierno australiano medidas contra el bullying LGTBfóbico en las escuelas enfada a la comunidad LGTB por incluir la palabra “tolerancia”.
Hace unos meses una chica que salía en Cazamariposas la lió al poner un tweet en el que se quejaba del “exceso de tolerancia” que había en los emoticonos del Whatsapp. “¿De verdad es necesario este exceso de tolerancia?“, se preguntaba Eli Martín. ¿Alguien se va a sentir ofendido si no tiene su propio emoji?, continuaba la mujer cisgénero blanca que sale por la tele.
Ese mensaje fomentaba precisamente la intolerancia, pero es que, además, el colectivo LGTB no necesita la “tolerancia” de nadie, sino la “aceptación”. Que son dos cosas muy diferentes.
Pues lo mismo le ha pasado a Ben Grubb, un señor de Sydney que ha publicado una petición online en forma de carta abierta en la que exige al primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, que dedique seis millones de dólares australianos a un programa para proteger a los menores LGTB del bullying en las escuelas.
La carta contaba con el apoyo de varios famosos como Guy Pearce o Troye Sivan, e incluso el Australian Christian Lobby dijo que la petición le parecía bien, aunque con cautela. Lo cual es bastante llamativo porque la carta buscaba promover el apoyo a la iniciativa Safe Schools, que más de una vez se ha encontrado con la oposición de los grupos religiosos. Así que ¿por qué la petición le gusta a todo el mundo menos al colectivo LGTB? Pues por esta frase:
No se equivoque con nuestra petición: no buscamos un programa que busque la aprobación de la forma en que viven ciertos miembros de nuestra sociedad. Buscamos el respeto y la tolerancia mutua.
“A mí me toleraron en el colegio y déjame que te diga una cosa: es una mierda“, escribía una chica en Twitter.
i’m not the first to say this but like, we’ve been tolerated for years? i was tolerated at school, and let me tell you: it sucks.
Leanne Donnelly, la madre de una adolescente trans de Sydney, explicaba a la SBS que “Me suena a que se supone que tengo que ir suplicando a la gente que sea tolerante con la existencia de mi hija. La igualdad y la aceptación son el punto de partida, no hay que rebajarlo a la tolerancia.”
Algunas personas criticaron que hubiera varios famosos apoyando esa carta, lo que llevó a algunos como la humorista y cantante Em Rusciano a explicar que cuando ella apoyó la iniciativa la carta en la que se hablaba de “tolerancia” no estaba incluida.
@armyluisyenking I didn’t sign a https://t.co/oDJzzEGAsL petition. I signed a piece of paper that said I support safe schools. THAT LETTER was not attached.
Visto lo que se ha liado, el propio Ben Grubb ha tenido que escribir una disculpa a la comunidad explicando que tras mucho meditar el contenido de la carta se retiró la palabra “aceptación” y se sustituyó por “tolerancia” por consejo de un grupo de legisladores de Canberra que creyeron que así sería más fácil que un gobierno de derechas apoyara la iniciativa: “Es una decisión de la que me arrepiento profundamente y por la que pido disculpas. Pido disculpas a las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexo; muchos de los cuales me han dicho que al hacer eso la carta representaba los puntos de vista más conservadores.”
Por si eres de los que aún creen que la “tolerancia” no es mala, este twittero te lo explica muy sencillamente:
Tolerance: “You’re gross but I’ll refrain from bashing you.”
Acceptance: “You’re a bit different and that’s cool.”
Comentarios desactivados en El arzobispo anglicano australiano Glenn Davies, cree que la sociedad está siendo “acosada” a favor del matrimonio gay
Un arzobispo de Sidney, en Australia, ha condenado el posible reconocimiento del derecho de las parejas homosexuales a contraer matrimonio en el país oceánico, defendiendo que si tal derecho es reconocido en la región es debido al “acoso” al que estarían sometiendo a los ciudadanos las organizaciones que están trabajando por los derechos civiles de la población de lesbianas, gays y bisexuales.
Glenn Davies, arzobispo de la Iglesia Anglicana en Sidney, ha publicado un artículo de opinión en el diario The Australian con el objetivo de condenar el posible avance del país oceánico hacia el reconocimiento del derecho de las parejas homosexuales a contraer matrimonio, defendiendo que si tal derecho es reconocido será debido a que los activistas LGTB han “vendido una mentira” a los ciudadanos“, así como a un supuesto “acoso” ejercido por dichos activistas contra los ciudadanos, los políticos y las empresas.
El arzobispo de la Iglesia Anglicana en Sidney ha manifestado en su artículo de opinión que los activistas LGTB que están trabajando arduamente para conseguir que el primer ministro Malcolm Turnbull apruebe el matrimonio entre personas del mismo sexo no son más que “una panda de matones”.
“La campaña por el reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo en este país no está navegando en una balsa con los colores del arco iris. Lo está haciendo en una barcaza repleta de matones“, ha manifestado el arzobispo de la Iglesia Anglicana en Sidney.
El líder religioso ha expresado que el hecho de que la mayoría de las principales compañías australianas se hayan mostrado a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo se debe a que “el mundo corporativo está siendo presionado a favor de esa causa”.
“Demuestra un lamentable estado el hecho de que los ejecutivos de algunas de las empresas más grandes estén siendo demasiado débiles para resistir los ataques de una minoría estridente a través de plataformas de medios sociales. Esa es la forma en la que se vende la diversidad”, ha manifestado el arzobispo de la Iglesia Anglicana en Sidney para contrarrestar la fuerza de los activistas que promueven la legalización del matrimonio igualitario en la región.
Comentarios desactivados en Australia: diputados conservadores plantean un referéndum por correo sobre el matrimonio igualitario
El Gobierno liberal-conservador del primer ministro Malcolm Turnbull no ceja en su empeño de postergar la apertura del matrimonio para todas las parejas de Australia. Después de que la oposición tumbara en el Senado el proyecto de ley para permitir un referéndum sobre la cuestión, por considerarlo innecesario y divisivo, los de Turnbull plantean ahora que la consulta se realice por correo y de forma voluntaria. Pretenden así sortear la firme negativa de laboristas y verdes a que los derechos de una minoría se decidan en plebiscito.
Nueva vuelta de tuerca en el inacabable debate sobre la igualdad matrimonial en Australia. A la negativa de la oposición a apoyar la convocatoria de un referéndum como quiere el primer ministro, siguió la rebelión de un grupo de sus propios diputados, harto de dilaciones, que no logró sin embargo ningún avance. La última propuesta de los liberal-conservadores es convertir el plebiscito en una consulta por correo, de carácter voluntario (el voto en Australia es obligatorio). Confían de esta manera en sortear el veto del Senado, donde carecen de mayoría. Esta forma de participación, aseguran, no necesitaría la aprobación de una ley para su puesta en marcha.
La oposición y los activistas LGTB rechazan de plano este plan, que por otra parte deja abiertos interrogantes como qué sectores se movilizarían en la votación postal o si el resultado sería vinculante también en el caso de que ganara el “no”. Para Alex Greenwich, de Australian Marriage Equality, se trata de una “estratagema desesperada” del partido de Turnbull para imponer su criterio, después de que la cámara alta tumbara el referéndum. Incluso el poder económico se ha puesto del lado de la igualdad. La semana pasada, veinte directivos de grandes empresas australianas pidieron en una carta la aprobación parlamentaria del matrimonio igualitario.
Nada de ello ha doblegado por ahora al Gobierno. El ministro de Inmigración, Peter Dutton, reaccionó airadamente instando a los empresarios a dejarse de “tonterías políticamente correctas”. Menos beligerante pero igual de firme, el primer ministro Turnbull se reafirmó en su empeño de impedir una votación libre en el Parlamento sin que previamente se haya celebrado un plebiscito, en la forma que sea. Un compromiso con el sector más reaccionario de su partido que pretende mantener a pesar de las crecientes voces dentro de su propia formación que le piden que dé un paso adelante.
En una situación de bloqueo como la actual, en la que la oposición rechaza el referéndum por innecesario y divisivo, estos críticos reclaman que el Partido Liberal deje de ser una barrera para la igualdad matrimonial. Pero los sectores más conservadores de la formación de Turnbull no piensan ceder fácilmente. El mes pasado, el ex primer ministro Tony Abbott instaba a su sucesor a mantener su promesa de campaña y no cambiar la ley sin antes celebrar un referéndum. Otros diputados de este sector inmovilista se sumaron a su petición de “no traicionar a los votantes” e intentar convencer a los laboristas de que la consulta es la mejor solución.
La oposición, sin embargo, insiste en reclamar una votación libre de disciplinas de partido en el Parlamento para aprobar por fin la medida, toda vez que existe una mayoría clara de diputados y senadores favorables a la misma. “Qué ‘traición’ tan justa y sensata sería, primer ministro”, tuiteaba hace unas semanas el senador Derryn Hinch. El líder laborista, Bill Shorten, también opina que “no hay razones para retrasar” la decisión que debe tomar Turnbull. El primer ministro llegó a amenazar en octubre del año pasado con dejar el asunto en vía muerta en lo que queda de legislatura.
Comentarios desactivados en Australia: diputados conservadores exigen la aprobación del matrimonio igualitario por la vía parlamentaria
Tras unas semanas de relativa calma, se reactiva el debate sobre la apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo en Australia. El primer ministro Malcolm Turnbull, partidario de celebrar un referéndum, se enfrenta a la rebelión de un grupo de diputados de su propio partido, que exigen una votación parlamentaria libre de disciplinas de partido. Mientras, los activistas han encontrado una forma original de hacer campaña por la igualdad.
Continúa la incertidumbre en el interminable debate sobre el matrimonio igualitario en Australia. Tras la negativa de la oposición laborista a apoyar la convocatoria de un referéndum como quiere el primer ministro, ahora es un grupo de sus propios diputados el que se rebela contra los planes de Turnbull. Su objetivo es que una vez que pase la fecha prevista inicialmente para la consulta (el 11 de febrero) sin que esta se haya celebrado, los liberal-conservadores revisen su postura y permitan un voto libre en el Parlamento sobre el asunto.
En una situación de bloqueo como la actual, en la que la oposición rechaza el referéndum por innecesario y divisivo, los críticos reclaman que el Partido Liberal deje de ser una barrera para la igualdad matrimonial. Pero los sectores más conservadores de la formación no piensan ceder fácilmente. El ex primer ministro Tony Abbott ha instado a su sucesor a mantener su promesa de campaña y no cambiar la ley sin antes celebrar un referéndum. Otros diputados de este sector inmovilista se han sumado a su petición de “no traicionar a los votantes” e intentar convencer a los laboristas de que la consulta es la mejor solución.
La oposición, sin embargo, insiste en reclamar una votación libre de disciplinas de partido en el Parlamento para aprobar por fin la medida, toda vez que existe una mayoría clara de diputados y senadores favorables a la misma. “Qué ‘traición’ tan justa y sensata sería, primer ministro”, tuiteaba el senador Derryn Hinch. El líder laborista, Bill Shorten, opina que “no hay razones para retrasar” la decisión que debe tomar Turnbull. El primer ministro llegó a amenazar con dejar el asunto en vía muerta en lo que queda de legislatura.
Los activistas inician una campaña de envío de faxes
Mientras continúa el agotador debate político, los miembros de Equality Campaign han lanzado una campaña de envío de faxes a los diputados para pedirles que apoyen una votación parlamentaria libre sobre el matrimonio igualitario. Los activistas han elegido este formato para incrementar la implicación de los destinatarios con las historias que les van a hacer llegar y porque se da el caso de que cada diputado cuenta con un equipo de fax, cuyos números son públicos. Desde Equality Campaign piensan que esta táctica será más efectiva para concienciar a los legisladores más recalcitrantes e intentar hacerlos cambiar de opinión, que la de enviar grandes cantidades de correos electrónicos. Y es que no sería la primera vez que un político cambia de posición sobre esta cuestión al conocer una historia personal. Veremos si es suficiente.
Comentarios desactivados en Australia: un chico de 13 años se quita la vida en plena campaña ultraconservadora contra un plan de prevención del acoso homófobo
El odio homófobo se ha cobrado una nueva víctima. Tyrone Unsworth, un chico de 13 años, se ha quitado la vida después de sufrir acoso homófobo durante años por parte de otros chicos de su edad en Brisbane (Australia). La noticia resulta aún más terrible si se tiene en cuenta que sucede después de que grupos ultraconservadores hayan lanzado (y con bastante éxito) su propia campaña de acoso contra el programa Safe Schools, cuyo objetivo es combatir el bullying LGTBfóbico en las escuelas.
Con sólo 13 años de edad, Tyrone Unsworth, se quitaba la vida el lunes, 21 de noviembre, después de ser víctima del acoso y la intimidación desde que tenía 5 años de edad debido a su orientación sexual, según asegura su madre, Amanda Unsworth, afirmando que en los últimos años las presiones se habían vuelto más maliciosas. La policía de Brisbane, en el estado australiano de Queensland, está investigando el incidente.
“Tyrone terminó siendo gay y mucha gente empezó a molestarle. Era un chico muy femenino, le encantaba la moda y el maquillaje, y los otros chicos no paraban de meterse con él, le llamaban gay-boy, maricón, mariquita; así ha sido, de forma constante, desde que iba a 5º curso”, declaraba su madre, Amanda Unsworth, a The Courier Mail (Tyrone se encontraba ahora en 7º curso, el último año de la educación primaria en el sistema educativo australiano). “Quería ser veterinario o diseñador cuando fuera mayor, y su frase favorita era ‘Los palos y las piedras romperán mis huesos, pero las palabras nunca podrán hacerme daño’. Pero sí pudieron con él”, añadía. Se trata, para los que no la conozcan, de una frase hecha en inglés (“sticks and stones may break my bones but words will never hurt me”), que se usa precisamente para advertir a los niños de que no hagan caso de los insultos que reciben. A algunos quizá les suene también porque ha sido utilizada en la letra de varias canciones.
La muerte de Tyrone llega apenas un mes después de que su madre denunciara que su hijo había sido agredido físicamente fuera del recinto escolar con la estaca de una valla por otro alumno del mismo centro. Un incidente por el que Tyrone tuvo que ser ingresado en el hospital, necesitando cirugía en el rostro. Después de este incidente, la señora Unsworth se persona en el centro de enseñanza secundario de su hijo, el Instituto Aspley State, para transmitir su preocupación por el acoso al que estaba siendo sometido.
Jacquinta Miller, la directora de la Aspley State High School, la escuela a la que acudía Tyrone, ha negado por su parte tener conocimiento de que el chico estuviera siendo acosado en la escuela, asegurando que si él o su familia se hubiesen quejado se habrían tomado medidas. “No tuvimos informes sobre el acoso, la verdad es que tratamos de trabajar con las familias para resolver estos complejos problemas. Me siento tan triste y lamento que no tuviéramos la oportunidad de ayudar a este joven”, asegura Miller, afirmando que habrían tomado cartas en el asunto si la familia hubiera acudido antes a ellos. “La seguridad y el bienestar de todos los alumnos de nuestra escuela es nuestra principal prioridad y por eso no toleramos el acoso en ninguna de sus formas”, se ha permitido incluso declarar. Palabras que se nos antojan hipócritas si se tiene en cuenta que Tyrone fue salvajemente agredido por un compañero (es cierto que fuera de los límites de la escuela) hace menos de un mes, requiriendo hospitalización y cirugía después de ser golpeado en la mandíbula con el tablón de una cerca.
“Cuando salió del hospital era un chico diferente. Repetía constantemente ‘No quiero ir a la escuela, no quiero terminar de vuelta al hospital'”, declara Twiggy Jones, la abuela de Tyrone, que asegura que su nieto siempre había sido un niño feliz. El funeral de Tyrone será el 1 de diciembre, para el que su madre ha pedido a todos los que tengan la intención de asistir que vayan con ropa de colores brillantes.
La Coalición para la Seguridad en las Escuelas de Australia extendió su pésame por la muerte de Tyrone Unsworth, señalando que su caso es una prueba del impacto de la intimidación y la discriminación a la que se enfrentan todos los jóvenes LGBT en Australia. Según un informe, el 75 % de los jóvenes homosexuales, de edades comprendidas entre los 14 y los 21 años, han experimentado alguna forma de intimidación o abuso homofóbico debido por su orientación sexual, de los que un 80 % asegura haberlos sufrido en el período escolar.
Campaña ultraconservadora contra el programa Safe Schools
No se trata, por desgracia, del primer suicidio de un niño o de un adolescente LGTB que recogemos en Cristianos Gayss. Hay además otros muchos que ni siquiera saltan la barrera de los medios. Pero si en este caso la noticia nos resulta especialmente estremecedora es porque el sucidio de Tyrone coincide con una feroz campaña que los grupos ultraconservadores australianos están llevando a cabo contra Safe Schools, un programa de prevención del acoso escolar por LGTBfobia. Una polémica que por otra parte no es posible desvincular de todo del enrarecido clima de discusión sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Australia.
Safe Schools es un programa promovido por Safe Schools Coalition Australia que se puso en marcha en el estado de Victoria en 2010, y que se extendió a toda Australia en 2013. El programa provee de recursos sobre diversidad afectivo-sexual a las escuelas, con el objeto de garantizar un entorno seguro a los estudiantes LGTB. Sin embargo, pronto comenzó a suscitar críticas entre grupos ultraconservadores, como Australian Christian Lobby (una organización similar, por mencionar un ejemplo cercano, a la española HazteOír). Críticas que encontraron eco, por ejemplo, en The Australian, diario conservador propiedad del magnate Rupert Murdoch. Hace unos meses las críticas subieron de tono, e incluso el diputado conservador George Christensen llegó a acusar al programa en el Parlamento de Australia de exponer a los menores a material pornográfico y lo relacionó con la pederastia.
De hecho, el gobierno federal australiano, sometido a las presiones del sector más derechista de la coalición conservadora que lo sustenta, decidió finalmente someter al programa a importantes restricciones, como limitarlo a los cursos de secundaria, prohibir el uso de recursos externos y obligar a que los padres den su consentimiento firmado para que los alumnos participen. Medidas que en la práctica suponen el fin del programa tal y como fue concebido, y que ha hecho que al menos dos gobiernos, los del Territorio de la Capital Australiana (donde se localiza Canberra, la capital federal) y los del estado de Victoria, donde nació precisamente el programa, hayan decidido tomarlo bajo su control y financiarlo para asegurar su mantenimiento. Ambos territorios están gobernados por el Partido Laborista.
Comentarios desactivados en El primer ministro australiano, vetado en el Mardi Gras de Sidney
Turnbull y su mujer, Lucy, en el Mardi Gras de 2016
Hace unos meses, en marzo, el primer ministro australiano Malcolm Turnbull se presentó en el Mardi Gras de Sydney .
Aunque Turnbull ya había asistido en otras ocasiones a la celebración que organiza la comunidad LGTB en la ciudad, era la primera vez que un Primer Ministro acudía a la misma. Unos porque les parecía fenomenal y otros porque les parecía fatal. Sus socios de gobierno, los conservadores, dijeron que era un movimiento “peligroso”.
“Éste es un evento al que Lucy y yo hemos acudido durante muchos, muchos años. Creo que es un evento maravilloso en Sydney y nos encanta estar aquí. Estaremos aquí para ver el comienzo del desfile, no iremos a la fiesta; normalmente nos recogemos pronto pero seguro que todo el que se quede se lo pasará genial“, dijo Turnbull a la prensa que estaba allí congregada.
Pues el año que viene Turnbull lo va a tener complicado si quiere ir al Mardi Gras porque los organizadores han decidido no invitarle. Aunque, todo sea dicho, el año pasado tampoco le invitaron.
Turnbull, que en la guía que se publicó este año sobre el Mardi Grass escribió un texto diciendo que “no podemos olvidar la historia del Mardi Gras y la incipiente necesidad de promover la inclusión y de llevar la igualdad a todos los australianos… ha sido el responsable de uno de los mayores fiascos de la política homófoba mundial: el plebiscito sobre el matrimonio igualitario que casi se celebra en Australia. Aunque parece que él personalmente está a favor de legislar el matrimonio intentó no cabrear a sus socios de gobierno (los conservadores) promoviendo la idea de que lo mejor para el país era que la gente votara en un referéndum. Un referéndum injusto (la mayoría nunca debe votar sobre los derechos de la minoría) y carísimo (200 millones de dólares australianos) que el senado del país tumbó hace unos días.
Después de que el senado se cargara el referéndum, Turnbull informó de que, aunque en su momento aseguraba que si el referéndum decía que la gente quería matrimonio igualitario se aprobaría sin problema en el parlamento, ahora dice que su gobierno no tiene planes de avanzar en el tema.
Es probable que por eso los organizadores del Mardi Gras han aprobado una moción presentado por uno de sus miembros que decía que no creía que “un primer ministro que nos niega la igualdad deba ser recibido como invitado oficial en nuestro desfile.” Y, por supuesto, la moción fue aprobada. De paso aprovecharon para aclarar que en el último Mardi Gras los organizadores no invitaron a Turnbull, al parecer apareció allí porque fue invitado por una cadena de televisión.
Comentarios desactivados en Rechazado el referéndum sobre el matrimonio igualitario en Australia
¿Pero es que se pueden someter los derechos fundamentales a referendum?
Colectivos LGTB demandan que las distintas fuerzas políticas trabajen para aprobar el matrimonio igualitario sin someterlo a ningún tipo de plebiscito.
La propuesta de plebiscito que estaba programado para celebrarse en febrero del próximo año fue rechazada por 33 votos en contra frente a 29 a favor.
El proyecto de ley que proponía una votación nacional sobre la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo fue rechazado el lunes en la cámara alta del Parlamento, Senado, de Australia, lo que podría retrasar uniones legales durante años
La Cámara Alta del Parlamento australiano en una votación ajustada, el órgano político ha decidido rechazar una iniciativa para llevar a referéndum la lagalización del matrimonio igualitario, lo que podría suponer un retraso de varios años en una de las demandas más importantes para el activismo LGTB aussi.
La coalición liberal-nacional había presentado este proyecto para que lxs australianxs decidiesen sobre la legalización del matrimonio igualitario, pero la Cámara Alta ha terminado tumbando la propuesta en una ajustada votación. Para aprobar el proyecto de ley se requería el apoyo de algunos legisladores de la oposición, porque la coalición liberal-nacional de Turnbull solo tiene mayoría en la cámara baja del Parlamento y no en la cámara alta (Senado).
La decisión supone un varapalo para el propio Malcolm Turnbull, primer ministro del país. La coalición liderada por Turnbull consiguió pasar por el filtro del Parlamento donde tiene la mayoría, pero la propuesta fue finalmente rechazada en el Senado por 33 votos en contra frente a los 29 políticos que votaron a favor.
El líder de la oposición laborista, Bill Shorten, anunció el rechazo de su grupo a la pretensión del primer ministro de celebrar un referéndum en febrero del año próximo. El Gobierno liberal-conservador amenaza con un encallamiento del asunto en lo que queda de legislatura. La oposición laborista, que ya había mostrado su descontento con la celebración de una consulta “cara y divisiva”, confirmó su voto negativo a la propuesta de plebiscito cuando esta llegase al Senado. Los Verdes, que cuentan con 9 senadores, ya habían anunciado que votarían en contra y, como los de Shorten, son partidarios de la tramitación directa por el Parlamento. El líder laborista advirtió de los efectos dañinos, en particular para los jóvenes LGTB, la campaña de un referéndum sobre sus derechos. Si se celebrara la consulta, el Gobierno tendría que subvencionar con la misma cantidad de dinero a los partidarios del “sí” y del “no”. El otro temor de los partidos de la oposición, así como de los activistas LGTB, es que la movilización de los sectores homófobos de la sociedad australiana junto con una escasa participación provocaran una victoria del “no” en la votación.
El opositor Partido Laborista ha argumentado que someter esta cuestión a referéndum generaría un espinoso debate social y, en cambio, ha abogado por que la decisión recaiga íntegramente en el Parlamento. Una solución que daría a los laboristas el derecho exclusivo de decidir sobre el matrimonio igualitario puesto que tienen mayoría en el Senado. “El plebiscito es innecesario, caro y divisivo”, argumenta Shorten. “Hay una vía mejor y más rápida para hacer realidad la igualdad matrimonial. El Parlamento debería hacer su trabajo y pactar una ley de igualdad matrimonial, sobre la que todos los partidos tuvieran libertad de voto”. Las estimaciones de los costes que conllevaría la celebración de la consulta varían entre los 160 millones de dólares australianos (unos 108 millones de euros) que contempla el presupuesto en vigor hasta los 250 millones (168 millones de euros) que estiman otras fuentes. Pero el verdadero temor de los laboristas, así como de los activistas LGTB, es que la movilización de los sectores homófobos de la sociedad australiana junto con una escasa participación se tradujeran en un voto negativo en el referéndum. Pero la lucha sigue con el incansable trabajo de las asociaciones LGTB que ya han anunciado que seguirán luchando por alcanzar este derecho y un mayoritario apoyo por parte de la población australiana.
El fiscal general de Australia, George Brandis había advertido que una derrota podría retrasar el matrimonio entre personas del mismo sexo en el país en los próximos años. “Ahora que la legislación sobre el plebiscito está muerta, llamamos de nuevo a los partidarios de la igualdad de matrimonio en todos los partidos políticos a trabajar juntos para encontrar una vía”, dijo Alex Greenwich, copresidente del grupo de derechos por el matrimonio igualitario de Australia.
Solo ha habido tres plebiscitos en la historia de Australia, dos relacionados con el servicio militar obligatorio durante la Primera Guerra Mundial, y uno para elegir una canción nacional en 1977.
Una sociedad favorable con líderes contrarios la igualdad
El debate sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Australia viene de muy lejos. Ya antes de las elecciones de 2013, que dieron la victoria a Tony Abbott, fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía, y durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que ya en su congreso nacional de 2011 el partido incorporaba la defensa del matrimonio igualitario a su ideario. Ideario que Gillard se encargó de convertir en papel mojado al imponer que los legisladores laboristas –cuyos votos eran todos necesarios, debido a lo ajustado de su mayoría– tuvieran libertad de voto. Una libertad que Tony Abbott negó entonces a los suyos y que desembocó en el fracaso de la iniciativa. De la mano de Gillard, Australia perdía una primera oportunidad histórica.
La impopularidad de Gillard llevó a Kevin Rudd a arrebatarle el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro (mediante una maniobra similar a la que luego destronó a Abbott, y que a su vez antes había utilizado Gillard para sustituir a Rudd). Ya por entonces Rudd se había convertido en defensor del matrimonio igualitario, pese a que su anterior etapa como primer ministro se caracterizó también por un rechazo frontal. Pero la sustitución de Gillard no evitó la derrota laborista, y, tras las elecciones, Abbott (un católico conservador fuertemente opuesto al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana) se convertía en primer ministro. Su victoria alejó las expectativas de aprobación, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del matrimonio igualitario, y de hecho ya desde el principio el propio Abbott reconoció que en el futuro le resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia. Lo consiguió… pero el empeño contribuyó a la gran bajada de popularidad que finalmente acabó por costarle el puesto y ser sustituido por Malcolm Turnbull.
Comentarios desactivados en Australia: la oposición laborista rechaza la propuesta de referéndum sobre matrimonio igualitario
Bill Shorten
Continúa la situación de bloqueo en el interminable debate sobre la apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo en Australia. El líder de la oposición laborista, Bill Shorten, anunció este martes el rechazo de su grupo a la pretensión del primer ministro de celebrar un referéndum en febrero del año próximo. El Gobierno liberal-conservador amenaza con un encallamiento del asunto en lo que queda de legislatura.
Como avanzábamos el mes pasado, la contienda política sobre el matrimonio igualitario en Australia está llevando el asunto hacia una situación de impasse, a pesar de existir una mayoría tanto social como parlamentaria favorable a la medida. El primer ministro Malcolm Turnbull presentaba ante la Cámara de Representantes un proyecto de ley para autorizar la convocatoria de un referéndum en febrero de 2017. La pregunta propuesta era: “¿Debería cambiarse la ley para permitir a las parejas del mismo sexo casarse?”.
La oposición laborista, que ya había mostrado su descontento con la celebración de una consulta “cara y divisiva”, confirmó este lunes su voto negativo a la propuesta de plebiscito cuando esta llegue al Senado. Los Verdes, que cuentan con 9 senadores, ya habían anunciado que votarían en contra y, como los de Shorten, son partidarios de la tramitación directa por el Parlamento. El líder laborista advirtió de los efectos dañinos, en particular para los jóvenes LGTB, la campaña de un referéndum sobre sus derechos. Si se celebrara la consulta, el Gobierno tendría que subvencionar con la misma cantidad de dinero a los partidarios del “sí” y del “no”. El otro temor de los partidos de la oposición, así como de los activistas LGTB, es que la movilización de los sectores homófobos de la sociedad australiana junto con una escasa participación provocaran una victoria del “no” en la votación.
El primer ministro no ha adelantado si proseguirá la tramitación de la propuesta de referéndum en la cámara alta, dada su probable derrota. Turnbull ha advertido, eso sí, de la posibilidad de que todo el proceso legislativo hacia la igualdad matrimonial entre en vía muerta durante el resto de la legislatura si no se permite la consulta. Y es que el acuerdo entre laboristas, verdes y otros grupos en el Senado, donde la coalición de Gobierno carece de mayoría, haría fracasar sus planes de someter la medida a votación popular.
Ahora, el principal partido de la oposición (que hasta hace pocos años mantenía una posición ambivalente sobre una posible aprobación del matrimonio igualitario) continuará presionando al primer ministro para que permita un voto libre de los proyectos de ley sobre la materia que ya se han presentado en la Cámara de Representantes. Un empeño que se antoja complicado, toda vez que el referéndum fue la solución de compromiso a la que llegaron los partidarios (entre los que se encuentra el propio Turnbull) y los detractores de la igualdad LGTB en el seno de la coalición liberal-conservadora. La consulta, sin embargo, cuenta con el rechazo mayoritario de la sociedad australiana, a tenor de una encuesta reciente. Seguiremos con atención los acontecimientos.
El pasado mes de septiembre se publicaba una encuesta en la que el 62 % de los participantes de declaraba a favor de la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en Australia. En contra se mostraba el 32 %, mientras que el 6 % se abstenía de opinar. Pero los porcentajes cambiaban cuando se preguntaba cuál era la vía que consideraban idónea para aprobarlo. Tan solo el 39 % creía que era necesario un referéndum, tal como propone incansablemente el primer ministro Malcolm Turnbull, mientras que un 48 % apoyaba la estricta vía parlamentaria, que es por lo que aboga la mayoría de la oposición. El 13 % restante se mostraba indeciso.
Una encuesta anterior revelaba que el apoyo al matrimonio igualitario es mayoritario entre los australianos de todas las confesiones religiosas. Entre los cristianos, el 53 % se declaraba favorable y el 41 % opuesto. El 62 % de los miembros de otras confesiones se mostraba a favor, frente al 30 % contrario. El porcentaje era mayor aún entre quienes no pertenecen a ninguna religión: un 67 % de partidarios a la igualdad LGTB y un 24 % opuestos.
Lo cierto es que este apoyo mayoritario al matrimonio entre personas del mismo sexo también se da entre los propios miembros del Parlamento australiano, aunque los intereses partidistas puedan llevar el asunto a una situación de impasse de difícil solución. El primer ministro, el liberal-conservador Malcolm Turnbull, se sigue aferrando a la convocatoria de un referéndum al respecto, que tendría lugar en febrero del próximo año, al ser la solución de compromiso a la que se aferra para mantener el apoyo de sus correligionarios, divididos entre partidarios y opuestos.
La oposición de laboristas y verdes, por su parte, se plantea bloquear la convocatoria de plebiscito en el Senado, donde son mayoría, mientras presentan proyectos de ley en el Parlamento, vía que creen idónea. Alegan para ello que, además de ser su labor como parlamentarios, así se ahorraría el coste de la consulta popular —estimado en 160 millones de dólares australianos (unos 108 millones de euros)—, y además se evitaría la confrontación entre australianos y la creación de un clima en el que los sectores más visceralmente homófobos acaparasen toda la atención. También existe el temor de que la movilización de esos sectores homófobos, junto con una escasa participación, se pueda traducir en un voto negativo en el referéndum.
Kylie Minogue no se casará hasta que todas las parejas puedan hacerlo
Entre los australianos partidarios de la aprobación del matrimonio igualitario está por cierto la conocida cantante Kylie Minogue, que no ha dudado en prestar su apoyo a la campaña Say I Do Under promovida por los colectivos LGTB.
Kylie ha declarado además que no contraerá matrimonio con su novio, el actor inglés Joshua Sasse, hasta que todas las parejas australianas, incluidas las del mismo sexo, puedan ejercer ese derecho.
Miles de australianos salen a la calle para apoyar el matrimonio igualitario
Miles de de personas han expresado este fin de semana en las calles de Melbourne y Sidney su respaldo a la legalización directa del matrimonio igualitario y contra el plan del Gobierno australiano para someter la cuestión a un referéndum previo.
A lo largo del fin de semana las calles de Melbourne y Sidney se han llenado de color y proclamas a favor del colectivo LGTB, mostrando que la mayor parte de la población del país está a favor del matrimonio igualitario.
Es más, las movilizaciones ciudadanas apoyan una legalización directa de este tipo de uniones y se han mostrado en contra del plan del Gobierno australiano que quiere someter la cuestión a un referéndum previo cuya fecha se situaría en el mes de febrero de 2017.
Los defensores del matrimonio igualitario alegan que el plebiscito sobre la legalización convocado por la coalición conservadora que se encuentra en el Gobierno australiano supondría un fuerte gasto para las arcas del país (se ha estimado un coste de unos 100 millones de euros), además de que podría incentivar un contra-movimiento homófobo.
Las manifestaciones vuelven a poner de manifiesto la división entre la política y la población australiana respecto a esta cuestión. Las uniones del mismo sexo están viviendo un segundo empuje tras las masivas manifestaciones que se produjeron en 2015 alentadas por el trabajo del activismo.
Las movilizaciones se han llevado a cabo sin ningún tipo de contratiempo. Miles de personas se reunieron de manera pacífica con un mensaje apoyado por la mayoría de la población. Y es que según las últimas encuestas, el 72% de lxs australianxs esta a favor de la legalización del matrimonio igualitario.
Comentarios desactivados en Australia: la obstinación del primer ministro por el referéndum pone en peligro la aprobación del matrimonio igualitario
Malcolm Turnbull
El debate político sobre el matrimonio igualitario en Australia está llevando el asunto hacia una situación de impasse. Mientras el primer ministro Malcolm Turnbull se aferra a la convocatoria de un referéndum, la oposición pierde la paciencia y presenta sus propios proyectos de ley para aprobar la medida por la vía parlamentaria sin la dilación y los costes que conlleva la consulta.
Interminable juego de ping-pong en la política australiana sobre la igualdad matrimonial. Las elecciones del pasado julio revalidaron la victoria de la coalición liberal-conservadora del primer ministro Turnbull, si bien con menor margen del esperado: el Senado, de hecho, quedó en manos de la oposición. En cuanto logró formar Gobierno, Turnbull rompió su promesa de celebrar el referéndum sobre la apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo antes de fin de año, relegándolo para comienzos del año que viene. Y ello a pesar de la alusión del vicepresidente estadounidense Joe Biden, durante una visita al país austral, a pasar de las palabras a los hechos en materia de derechos LGTB.
La falta de avances sobre una medida que cuenta con un amplio respaldo de la sociedad australiana (a tenor de todas las encuestas) y con una mayoría de parlamentarios a favor está llevando a la impaciencia a los activistas y a la oposición. Los Verdes, que cuentan con 9 senadores, anunciaron la semana pasada que votarían en contra del proyecto de ley del grupo liberal para autorizar el referéndum sobre el matrimonio igualitario. En su lugar se mostraron partidarios de la tramitación directa por el Parlamento. Cuando los laboristas, el principal grupo de la oposición, también mostraron su rechazo a la consulta, los de Turnbull amenazaron con hacer encallar el asunto durante el resto de la legislatura. Y es que el acuerdo entre laboristas, verdes y otros grupos en la cámara alta haría fracasar los planes del primer ministro de someter el asunto a votación popular.
La situación en los últimos días es de incertidumbre. El líder laborista Bill Shorten calificó el plebiscito el domingo pasado como “la segunda mejor opción”, sin descartar por tanto dar su apoyo finalmente al Gobierno en su empeño. Al mismo tiempo, acusaba a Turnbull de “debilidad” por no ser capaz de imponer la libertad de voto en su grupo parlamentario debido a la división entre favorables y contrarios a la medida y a su precaria mayoría de solo un diputado en la Cámara de Representantes. A pesar de que el primer ministro está a favor del matrimonio igualitario, la celebración del referéndum es la solución de compromiso a la que se aferra para mantener el apoyo de sus correligionarios. El portavoz del Gobierno, por su parte, tampoco descartó eliminar la disciplina de voto de su grupo parlamentario, al tiempo que calificaba a los laboristas de ser “los malos” por oponerse a la consulta.
Bill Shorten
“El plebiscito es innecesario, caro y divisivo”, argumenta Shorten. “Hay una vía mejor y más rápida para hacer realidad la igualdad matrimonial. El Parlamento debería hacer su trabajo y pactar una ley de igualdad matrimonial, sobre la que todos los partidos tuvieran libertad de voto”. Las estimaciones de los costes que conllevaría la celebración de la consulta varían entre los 160 millones de dólares australianos (unos 108 millones de euros) que contempla el presupuesto en vigor hasta los 250 millones (168 millones de euros) que estiman otras fuentes. Pero el verdadero temor de los laboristas, así como de los activistas LGTB, es que la movilización de los sectores homófobos de la sociedad australiana junto con una escasa participación se tradujeran en un voto negativo en el referéndum.
Así las cosas, los grupos de la oposición han movido ficha esta semana presentando varios proyectos de ley sobre matrimonio igualitario, que el laborista Shorten espera consolidar en uno solo común. La situación, por tanto, sigue siendo incierta: mientras que el portavoz verde Adam Bandt cree que antes de fin de año se podrían celebrar las primeras bodas entre personas del mismo sexo, los liberales del primer ministro Turnbull persisten en sus planes de llevar a cabo la consulta popular en febrero del próximo año. Los activistas de Australian Marriage Equality, a la vista del panorama, han mantenido contactos con representantes de todos los partidos parlamentarios para pedirles que trabajen juntos para encontrar cuanto antes una solución al bloqueo.
Comentarios desactivados en Biden, vicepresidente de Estados Unidos, espolea al Gobierno australiano por el matrimonio igualitario: “Hablar es fácil”
Durante una visita oficial al país, el vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden ha animado al Gobierno de Australia a pasar de las palabras a los hechos en lo que se refiere a la igualdad LGTB. El viaje de Biden se produce pocas semanas después de que la coalición liberal-conservadora liderada por Malcolm Turnbull ganara las elecciones por la mínima con su promesa de celebrar un referéndum sobre el matrimonio igualitario.
El panorama político se aclara en Australia tras un periodo de incertidumbre por los ajustados resultados de las elecciones federales del pasado 2 de julio. El sistema electoral preferencial, vigente en el país, complica el escrutinio, por lo que hasta el 11 de julio no se conoció el ganador de las elecciones. Finalmente, la Coalición Liberal-Nacional del actual primer ministro logró una ajustada mayoría absoluta con 76 de los 150 escaños de la Cámara de Representantes australiana (14 menos que en la anterior legislatura).
La visita oficial del vicepresidente estadounidense Biden llegó, por tanto, con la situación política ya encarrilada. El mandatario norteamericano pronunció en Sídney un inesperado discurso a favor de la igualdad LGTB. Biden alabó la reciente aprobación de sendas normativas en los estados de Nueva Gales del Sur y Victoria para anular las condenas por homosexualidad de la época en la que estaba penada.
El vicepresidente de Estados Unidos mostró su “orgullo” por las conquistas alcanzadas en su país durante la presidencia de Barack Obama y, en referencia a los lazos con Australia, añadió: “Además de compartir los mismos valores, entendemos que hablar es fácil”. Una alusión que se puede leer como un acicate al Gobierno australiano para que no demore más la adopción de medidas como el matrimonio igualitario con la promesa de un referéndum. En ese sentido se puede entender también la referencia a “defender nuestros valores, hacer realidad los cambios que queremos ver en el mundo”.
Y es que la reelección de Turnbull significa que los planes para celebrar dicha consulta siguen adelante. Los laboristas habían pedido una votación parlamentaria, alertando contra lo costoso y divisivo que resultaría un referéndum, cuando además los representantes partidarios del matrimonio igualitario ya eran mayoría en ambas cámaras del Parlamento de la anterior legislatura. El líder laborista Bill Shorten prometió, unos días antes de las elecciones, que la apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo sería la primera medida de un Gobierno presidido por él.
Pero el primer ministro ha tenido que lidiar con la parte de su partido más reacia a la igualdad LGTB y el compromiso alcanzado fue el referéndum. El pasado mayo se hizo pública una partida presupuestaria de 160 millones de dólares australianos (unos 104 millones de euros) para cubrir los costes del mismo. Turnbull afirmaba, a pocos días de las elecciones, que convocaría la consulta antes de fin de año y que hará campaña por el “sí”. Tras conocerse su reelección, matizaba sus palabras y se comprometía a que la votación se celebre “lo antes posible”.
Comentarios desactivados en El primer ministro australiano anuncia que el referéndum sobre el matrimonio igualitario se celebrará antes del fin de año
Se confirma lo que ya adelantó el fiscal general de Australia, pero el Gobierno no acababa de aclarar: el referéndum sobre la introducción del matrimonio igualitario se celebrará antes de fin de año si el gobernante Partido Liberal del primer ministro Malcolm Turnbull gana las elecciones del próximo 2 de julio. La oposición laborista sigue oponiéndose a la consulta y reclama su aprobación por la vía parlamentaria.
Sin grandes novedades en Australia. La discusión sobre el matrimonio igualitario sigue siendo incierta, porque a pesar de que los representantes partidarios del matrimonio igualitario ya son mayoría en ambas cámaras del Parlamento, el primer ministro Turnbull sigue apostando por la consulta no vinculante como paso previo para iniciar el trámite. El Senado, por su parte, ya hizo el año pasado una petición formal para no demorar más el tema. El pasado mayo se hizo pública una partida presupuestaria de 160 millones de dólares australianos (unos 104 millones de euros) para cubrir los costes del referéndum.
El pasado mes de marzo, el fiscal general, George Brandis, afirmaba que el plebiscito se celebraría en este año, “al poco tiempo de iniciarse la andadura del nuevo Parlamento”. Si el resultado fuera afirmativo, como apuntan las encuestas, Brandis no tiene duda de que el legislativo aprobaría rápidamente el matrimonio igualitario. Solo un día después, la portavoz de Gobierno matizaba las palabras del fiscal general y aseguraba que el primer ministro mantiene sus planes de plantear el referéndum tan pronto como sea posible tras las elecciones, pero en cualquier caso ya en 2017.
A pocos días de las próximas elecciones, Turnbull confirma el anuncio del fiscal general: si es reelegido primer ministro, convocará la consulta antes de fin de año. Durante su participación en un programa de televisión, una espectadora le inquirió sobre la necesidad de celebrar el referéndum, recordando el coste de la medida y el hecho de que el papel de los representantes elegidos al Parlamento es el de aprobar leyes.
El primer ministro se escudó en la diversidad de opiniones en el seno de su Gobierno y en el conservador Partido Liberal, al que pertenece, para seguir adelante con el plebiscito. “Soy el primer ministro pero no soy el dictador”, afirmó, para justificar la medida como un equilibrio entre los partidarios (como el propio Turnbull) y los detractores del matrimonio igualitario. El gobernante añadió que el referéndum tendría lugar a la mayor brevedad tras las elecciones y que hará campaña por el sí.
Por parte de la oposición laborista, se mantiene la postura contraria a la consulta. La portavoz Penny Wong aseguró que si su partido asume el Gobierno tras las elecciones, presentará un proyecto de ley para abrir el matrimonio a las parejas del mismo sexo, son un referéndum previo. El líder de los laboristas Bill Shorten advirtió del carácter divisivo de un plebiscito de este tipo, que podría fomentar la homofobia, e instó al primer ministro a permitir una votación libre en el Parlamento. Veremos lo que ocurre en un escenario en el que se prevé un resultado ajustado para los distintos partidos y coaliciones, con bajadas de los mayoritarios y fuertes subidas de los emergentes.
Una sociedad favorable con líderes contrarios la igualdad
El debate sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Australia viene de muy lejos. Ya antes de las elecciones de 2013, que dieron la victoria a Tony Abbott, fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía, y durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que ya en su congreso nacional de 2011 el partido incorporaba la defensa del matrimonio igualitario a su ideario. Ideario que Gillard se encargó de convertir en papel mojado al imponer que los legisladores laboristas –cuyos votos eran todos necesarios, debido a lo ajustado de su mayoría– tuvieran libertad de voto. Una libertad que Tony Abbott negó entonces a los suyos y que desembocó en el fracaso de la iniciativa. De la mano de Gillard, Australia perdía una primera oportunidad histórica.
La impopularidad de Gillard llevó a Kevin Rudd a arrebatarle el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro (mediante una maniobra similar a la que luego destronó a Abbott, y que a su vez antes había utilizado Gillard para sustituir a Rudd). Ya por entonces Rudd se había convertido en defensor del matrimonio igualitario, pese a que su anterior etapa como primer ministro se caracterizó también por un rechazo frontal. Pero la sustitución de Gillard no evitó la derrota laborista, y, tras las elecciones, Abbott (un católico conservador fuertemente opuesto al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana) se convertía en primer ministro. Su victoria alejó las expectativas de aprobación, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del matrimonio igualitario, y de hecho ya desde el principio el propio Abbott reconoció que en el futuro le resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia. Lo consiguió… pero el empeño contribuyó a la gran bajada de popularidad que finalmente acabó por costarle el puesto y ser sustituido por Malcolm Turnbull.
Comentarios desactivados en El Gobierno de Australia anuncia una costosa partida presupuestaria para el referéndum sobre matrimonio igualitario
Continúan los planes para llevar a cabo un referéndum sobre el matrimonio igualitario en Australia. El Gobierno ha anunciado una partida presupuestaria de 160 millones de dólares australianos (unos 104 millones de euros) para cubrir los costes de un plebiscito que los activistas consideran innecesario y divisivo. El primer ministro Malcolm Turnbull, favorable a la medida, se muestra optimista sobre el resultado.
La discusión sobre el matrimonio igualitario en Australia ha superado la pugna entre partidarios y detractores para centrarse en la conveniencia o no de celebrar un referéndum sobre el asunto. Un importante paso adelante en el que ha sido decisiva la sustitución, en septiembre del año pasado, del homófobo Tony Abbott por el actual primer ministro Turnbull, favorable a la igualdad. La situación, con todo, sigue siendo incierta: a pesar de que los representantes partidarios del matrimonio igualitario ya son mayoría en ambas cámaras del Parlamento, el jefe del Gobierno sigue apostando por la consulta no vinculante como paso previo para iniciar el trámite. El Senado, por su parte, ya hizo el año pasado una petición formal para no demorar más el tema.
El pasado mes de marzo, el fiscal general, George Brandis, afirmaba que el plebiscito se celebraría en este año, “al poco tiempo de iniciarse la andadura del nuevo Parlamento”. Si el resultado fuera afirmativo, como apuntan las encuestas, Brandis no tiene duda de que el legislativo aprobaría rápidamente el matrimonio igualitario. Solo un día después, la portavoz de Gobierno matizaba las palabras del fiscal general y aseguraba que el primer ministro mantiene sus planes de plantear el referéndum tan pronto como sea posible tras las elecciones, pero en cualquier caso ya en 2017.
Ahora, el Gobierno ha hecho pública la partida presupuestaria reservada a la celebración de la consulta en los ejercicios de 2016 y 2017: 160 millones de dólares australianos, unos 104 millones de euros. El anuncio despeja el camino hacia el plebiscito, que no tiene fecha aún y sigue sin convencer a la oposición y a los activistas. Rodney Croome, de Australian Marriage Equality, ha hecho el enésimo llamamiento a Turnbull para abandonar la costosa medida y aprobar el matrimonio igualitario por la vía legislativa, toda vez que tiene garantizada la mayoría del Parlamento.
Pero el primer ministro no tiene intención de variar el guion establecido y hace unos días defendió la celebración del referéndum por ser un compromiso adquirido por el anterior Gobierno. Turnbull reveló que votará a favor de la igualdad matrimonial y que espera que el resultado refleje un apoyo mayoritario a la medida. “No es probable que salgas decepcionada”, respondió cuando una periodista le preguntó si debería empezar a comprar regalos de boda…
Una sociedad favorable con líderes contrarios la igualdad
El debate sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Australia viene de muy lejos. Ya antes de las elecciones de 2013, que dieron la victoria a Tony Abbott, fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía, y durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que ya en su congreso nacional de 2011 el partido incorporaba la defensa del matrimonio igualitario a su ideario. Ideario que Gillard se encargó de convertir en papel mojado al imponer que los legisladores laboristas –cuyos votos eran todos necesarios, debido a lo ajustado de su mayoría– tuvieran libertad de voto. Una libertad que Tony Abbott negó entonces a los suyos y que desembocó en el fracaso de la iniciativa. De la mano de Gillard, Australia perdía una primera oportunidad histórica.
La impopularidad de Gillard llevó a Kevin Rudd a arrebatarle el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro (mediante una maniobra similar a la que luego destronó a Abbott, y que a su vez antes había utilizado Gillard para sustituir a Rudd). Ya por entonces Rudd se había convertido en defensor del matrimonio igualitario, pese a que su anterior etapa como primer ministro se caracterizó también por un rechazo frontal. Pero la sustitución de Gillard no evitó la derrota laborista, y, tras las elecciones, Abbott (un católico conservador fuertemente opuesto al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana) se convertía en primer ministro. Su victoria alejó las expectativas de aprobación, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del matrimonio igualitario, y de hecho ya desde el principio el propio Abbott reconoció que en el futuro le resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia. Lo consiguió… pero el empeño contribuyó a la gran bajada de popularidad que finalmente acabó por costarle el puesto y ser sustituido por Malcolm Turnbull.
Comentarios desactivados en El fiscal general de Australia anuncia un referéndum sobre el matrimonio igualitario antes de fin de año
Nuevo rifirrafe en la carrera de obstáculos hacia el matrimonio igualitario en Australia. El fiscal general George Brandis aseguró el sábado pasado que el referéndum anunciado sobre la medida se celebraría a finales de este año, justo después de las elecciones generales del próximo otoño. El primer ministro Malcolm Turnbull, aunque se posiciona a favor, ha rechazado comprometer una fecha concreta. La oposición, mientras tanto, sigue pidiendo la aprobación de la igualdad matrimonial mediante la vía parlamentaria.
La discusión sobre el matrimonio igualitario en Australia ha pasado de la pugna entre partidarios y detractores al debate sobre su aprobación por plebiscito o por votación parlamentaria. Un importante paso adelante en el que ha sido decisiva la sustitución, en septiembre del año pasado, del homófobo Tony Abbott por el actual primer ministro Turnbull, favorable a la igualdad. La situación, con todo, sigue siendo incierta: a pesar de que los representantes partidarios del matrimonio igualitario ya son mayoría en ambas cámaras del Parlamento, el jefe del Gobierno sigue apostando por el referéndum no vinculante como paso previo para iniciar el trámite. El Senado, de hecho, ya hizo el año pasado una petición formal para no demorar más el tema.
Buena muestra del clima de incertidumbre es el cruce de declaraciones de este fin de semana. El sábado, el fiscal general (que en Australia suele ser un miembro del Gobierno) afirmaba que el plebiscito se celebraría en este año, “al poco tiempo de iniciarse la andadura del nuevo parlamento”. Si el resultado fuera afirmativo, como apuntan las encuestas, Brandis no tiene duda de que el legislativo aprobaría rápidamente el matrimonio igualitario. El fiscal general mostró su apoyo al mismo: “Tratar a las personas LGTB con igualdad es, creo, uno de los valores fundamentales de la sociedad australiana moderna”.
Solo un día después, la portavoz de Gobierno matizaba las palabras de Brandis y declaraba que el primer ministro mantiene sus planes de plantear el referéndum tan pronto como sea posible tras las elecciones, pero en cualquier caso ya en 2017. El líder de la oposición laborista Bill Shorten ha criticado la división en el seno del Gobierno sobre la cuestión, mientras que el responsable de Los Verdes Richard Di Natale volvió a pedir la tramitación del matrimonio igualitario por la vía parlamentaria antes de los comicios. Turnbull, que ha sido el primer jefe del Gobierno en asistir al Mardi Gras de Sídney (uno de los principales eventos anuales de la comunidad LGTB en Australia), no parece tener intención de cambiar su posición.
Una sociedad favorable con líderes contrarios la igualdad
El debate sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Australia viene de muy lejos. Ya antes de las elecciones de 2013, que dieron la victoria a Abbott, fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía, y durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que ya en su congreso nacional de 2011 el partido incorporaba la defensa del matrimonio igualitario a su ideario. Ideario que Gillard se encargó de convertir en papel mojado al imponer que los legisladores laboristas –cuyos votos eran todos necesarios, debido a lo ajustado de su mayoría– tuvieran libertad de voto. Una libertad que Tony Abbott negó entonces a los suyos y que desembocó en el fracaso de la iniciativa. De la mano de Gillard, Australia perdía una primera oportunidad histórica.
La impopularidad de Gillard llevó a Kevin Rudd a arrebatarle el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro (mediante una maniobra similar a la que ahora ha destronado a Abbott, y que a su vez antes había utilizado Gillard para sustituir a Rudd). Ya por entonces Rudd se había convertido en defensor del matrimonio igualitario, pese a que su anterior etapa como primer ministro se caracterizó también por un rechazo frontal. Pero la sustitución de Gillard no evitó la derrota laborista, y tras las elecciones Abbott (un católico conservador fuertemente opuesto al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana) se convertía en primer ministro. Su victoria alejó las expectativas de aprobación, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del matrimonio igualitario, y de hecho ya desde el principio el propio Abbott reconoció que en el futuro le resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia. Lo consiguió… pero el empeño contribuyó a la gran bajada de popularidad que finalmente acabó por costarle el puesto.
Sin embargo, la parálisis en la tramitación del matrimonio igualitario en Australia continúa, y la oposición pierde la paciencia. El nuevo primer ministro Malcolm Turnbull, que había despertado esperanzas por su posición favorable, no ha cambiado sin embargo los planes de su predecesor de posponer la decisión hasta la celebración de un referéndum sobre la igualdad matrimonial en 2017. Y ello a pesar de las voces que alertan de lo costosa y divisiva que sería una consulta de esta naturaleza, que califican de innecesaria. Por ello, el Senado australiano le pidió a finales del pasado 2015 que no se demore más y tramite ya un proyecto de ley en el Parlamento con libertad de voto para todos los diputados. Esperemos que el cada vez más claro y evidente apoyo de todos los sectores de la sociedad australiana a la tramitación inmediata de una ley de matrimonio igualitario dé sus frutos, y la igualdad de derechos de la población LGTB no sufra más dilaciones.
Comentarios desactivados en La mayoría de los diputados y senadores de Australia votaría a favor del matrimonio igualitario
Según Australian Marriage Equality, los representantes políticos australianos partidarios del matrimonio igualitario ya superarían a los contrarios en ambas cámaras del Parlamento, por lo que, de instarse un proyecto de ley al respecto y permitir la libertad de voto, el matrimonio entre personas del mismo sexo sería aprobado por mayoría tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. El primer ministro, Malcolm Turnbull, insiste, sin embargo, en la fórmula del referéndum, que tendría lugar en 2017, aunque cada vez hay más críticas a ese procedimiento, que se contempla como inútilmente oneroso y divisorio entre la población. Entre los críticos, la mayoría de los votantes del distrito electoral que representa el propio Turnbull, que en un 63 % se declararan partidarios de la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en vía parlamentaria.
Malcolm Turnbull, miembro del Partido Liberal y primer ministro de Australia desde septiembre de2015, parece hallarse atado, en lo que respecta al matrimonio igualitario, por los compromisos de su antecesor y correligionario, el claramente LGTBfobo Tony Abbott, que bloqueó una y otra vez cualquier intento por aprobarlo. Poco antes de su cese, Abbott planteó la celebración de un referéndum en 2017, tras las nuevas elecciones, propuesta que muchos vieron como un mecanismo más de dilación.
La presión es tanto política como social. Australian Marriage Equality, grupo que lucha por la aprobación del matrimonio igualitario, comunicaba los resultados de un estudio, según el cual habría una mayoría de representantes políticos en ambas cámaras que votarían a favor de la igualdad de derechos para las parejas del mismo sexo. Siempre se había sospechado que, de darse libertad de voto, existiría esa mayoría, pero ahora se ofrecen datos concretos. Sumando las declaraciones públicas efectuadas por los representantes, más otras recogidas confidencialmente por Australian Marriage Equality, en la Cámara de Representantes votarían a favor del matrimonio igualitario 76 de los 150 diputados. En el Senado, lo harían 41 de los 76 senadores. Y estas serían las cifras más conservadoras.
Son cada vez más las voces que critican un plebiscito que sería oneroso para arcas públicas australianas, pues su coste se calcula en 160 millones de dólares australianos (104 millones de euros, 113 millones de dólares estadounidenses). También se estima que empañaría la próxima campaña electoral, en vez de ser un asunto ya zanjado y fuera del debate político. Además, se teme que se cree un innecesario clima de división, alentado por la minoría social LGTBfoba. Los propios votantes del distrito electoral del primer ministro Turnbull se muestran ampliamente partidarios no solo de la aprobación del matrimonio igualitario, sino de que se efectúe mediante trámite meramente parlamentario. Así lo consideraba el 63 % de los electores del distrito de Wentworth, donde concurre Turnbull, según las últimas encuestas.
Rodney Crome, director de Australian Marriage Equality, estima que “Malcolm Turnbull sabía desde el principio que el referéndum es un intento caro y divisivo de retrasar el matrimonio igualitario, y ahora está claro que sus propios electores están de acuerdo con eso. La postura actual del primer ministro de apoyar el plebiscito está fuera de sintonía con su electorado, y sus votantes quieren que dé un vuelco a la política de Tony Abbott de retrasar el matrimonio igualitario”.
El líder de la oposición, el laborista Bill Shorten, afirma con contundencia que Turnbull está simplemente dando largas al asunto, y que “a quien queremos en el tema del matrimonio igualitario es el viejo Malcolm Turnbull, no al nuevo Malcolm Turnbull”.
Desde el ala más conservadora del Partido Liberal, figuras como Eric Abetz y Cory Bernardi han afirmado que, dado que el referéndum no sería legalmente vinculante, no se debería legislar el matrimonio igualitario aunque los ciudadanos australianos lo votasen favorablemente. El propio ex primer ministro Tony Abbott ha viajado hasta los Estados Unidos para ofrecer una conferencia en defensa de la familia tradicional, invitado por Alliance Defending Freedom, un grupo fuertemente LGTBfobo que no solo aboga por la derogación del matrimonio igualitario en los Estados Unidos, sino que incluso propone que se vuelva a penalizar la homosexualidad.
El primer ministro Turnbull ha tenido que salir al paso de las declaraciones de Abetz y Bernardi, asegurando que “si la mayoría de las ciudadanos con derecho a voto votan a favor de ello en el referéndum, se legalizará el matrimonio entre personas del mismo sexo”.
Una sociedad favorable con líderes contrarios la igualdad
El debate sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Australia viene de muy lejos. Ya antes de las elecciones de 2013, que dieron la victoria a Abbott, fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía, y durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que ya en su congreso nacional de 2011 el partido incorporaba la defensa del matrimonio igualitario a su ideario. Ideario que Gillard se encargó de convertir en papel mojado al imponer que los legisladores laboristas –cuyos votos eran todos necesarios, debido a lo ajustado de su mayoría– tuvieran libertad de voto. Una libertad que Tony Abbott negó entonces a los suyos y que desembocó en el fracaso de la iniciativa. De la mano de Gillard, Australia perdía una primera oportunidad histórica.
La impopularidad de Gillard llevó a Kevin Rudd a arrebatarle el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro (mediante una maniobra similar a la que ahora ha destronado a Abbott, y que a su vez antes había utilizado Gillard para sustituir a Rudd). Ya por entonces Rudd se había convertido en defensor del matrimonio igualitario, pese a que su anterior etapa como primer ministro se caracterizó también por un rechazo frontal. Pero la sustitución de Gillard no evitó la derrota laborista, y tras las elecciones Abbott (un católico conservador fuertemente opuesto al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana) se convertía en primer ministro. Su victoria alejó las expectativas de aprobación, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del matrimonio igualitario, y de hecho ya desde el principio el propio Abbott reconoció que en el futuro le resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia. Lo consiguió… pero el empeño contribuyó a la gran bajada de popularidad que finalmente acabó por costarle el puesto.
Sin embargo, la parálisis en la tramitación del matrimonio igualitario en Australia continúa, y la oposición pierde la paciencia. El nuevo primer ministro Malcolm Turnbull, que había despertado esperanzas por su posición favorable, no ha cambiado sin embargo los planes de su predecesor de posponer la decisión hasta la celebración de un referéndum sobre la igualdad matrimonial en 2017. Por ello, el Senado australiano le pidió a finales del pasado 2015 que no se demore más y tramite ya un proyecto de ley en el Parlamento con libertad de voto para todos los diputados. Esperemos que el cada vez más claro y evidente apoyo de todos los sectores de la sociedad australiana a la tramitación inmediata de una ley de matrimonio igualitario dé sus frutos, y la igualdad de derechos de la población LGTB no sufra más dilaciones.
Comentarios desactivados en El estado australiano de Tasmania se disculpará formalmente por su antigua legislación homófoba
El estado de Tasmania (formado por la isla homónima y otras islas adyacentes, todas ellas al sureste del país) es el primer territorio australiano que se disculpa formalmente por la legislación que penalizó las relaciones homosexuales hasta 1997. El gobierno estatal ha anunciado que introducirá una nueva ley en 2016 para restaurar la imagen de todas las personas afectadas por la vieja ley discriminatoria. En este sentido, además de las disculpas, a las víctimas de la injusta homofobia institucional y legal se les retirarán los antecedentes existentes por esta circunstancia. Por el momento no se conocen muchos más detalles sobre la futura ley y tampoco se ha especificado si habrá indemnización económica para los afectados (lo que parece poco probable).
Durante años, la legislación homófoba de Tasmania fue la más dura de entre las llamadas “democracias occidentales”. Nada menos que hasta 21 años de prisión por mantener relaciones gais. También se persiguió lo que la ley llamaba “travestismo”. La ley de reparación de las víctimas prevé contemplar, igualmente, a estas víctimas. Asimismo, este estado fue el último de toda Australia en descriminalizar las relaciones consentidas entre dos hombres (lo hizo en el año 1997; hace menos de dos décadas).
La Fiscal General del Estado, Vanessa Goodwin, ha manifestado que “la legislación asegurará que cualquier individuo procesado en virtud de estos delitos ya no sufrirá angustia ni estará en desventaja, por antecedentes penales, en relación con los viajes, el empleo y el voluntariado”.
Por su parte, uno de los líderes históricos LGTB de Tasmania, Roodney Croome, ha mostrado su satisfacción a través de su cuenta de Twitter: “es una gran noticia que [el Gobierno de Tasmania] permita que los expedientes de sexo gay sean borrados y se disculpe con las víctimas de las leyes anti-gay”. Hasta el momento, otros cuatro estados ya han aprobado leyes eliminación de antecedentes penales, pero ninguno ha ofrecido disculpas a las víctimas injustamente detenidas.
Great news that TasGov will allow gay sex records to be expunged & apologise to victims of fmr anti-gay laws. Apology will be natnl 1st!
Paradójicamente, con el paso de los años, Tasmania ha pasado de ser un territorio retrógrado a uno de los más progresistas en materia LGTB. En agosto de 2012, tal y como publicaba dosmanzanas, el Gobierno estatal anunció si Australia no daba luz verde el matrimonio igualitario a nivel federal, lo haría por su cuenta. Solo un mes después, la cámara baja del Parlamento de Tasmania aprobaba un proyecto de ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, aunque luego la cámara alta lo rechazó por un estrecho margen.
Comentarios desactivados en Australia: el Senado pide al nuevo primer ministro que no posponga más la aprobación del matrimonio igualitario
Sigue la parálisis en la tramitación del matrimonio igualitario en Australia, y la oposición pierde la paciencia. El nuevo primer ministro Malcolm Turnbull, que había despertado esperanzas por su posición favorable, no ha cambiado sin embargo los planes de su predecesor de posponer la decisión hasta la celebración de un referéndum sobre la igualdad matrimonial en 2017. El Senado australiano le ha pedido que no se demore más y tramite ya un proyecto de ley en el Parlamento con libertad de voto para todos los diputados.
Dado el juego de mayorías existente hoy en Australia, ello ponía fin a la esperanza de ver aprobado el matrimonio igualitario durante la presente legislatura. El anuncio de un proyecto de ley presentado por diputados de varios partidos, incluyendo por primera vez a la coalición liberal-conservadora, quedaba así en agua de borrajas. Abbott imponía además la tesis (contraria a la opinión que el mismo defendía meses atrás) de que todo cambio en la materia debería producirse mediante un referéndum, convocado en una fecha por definir pero en cualquier caso posterior a las próximas elecciones generales de 2017.
Apenas un mes después de aquello, el liderazgo de Abbott se desplomaba. En pocas horas, y prácticamente por sorpresa, Abbott se veía obligado a convocar una votación entre sus parlamentarios para decidir sobre su liderazgo. Malcolm Turnbull daba un paso adelante, dimitía como ministro y retaba a Abbott, con éxito: 54 parlamentarios le apoyaron, frente a 44 que permanecieron fieles a Abbott. El nuevo primer ministro, favorable a que los liberales tengan libertad de voto para apoyar el matrimonio igualitario, ha decidido sin embargo adherirse a la hoja de ruta de Abbott y mantener el referéndum como paso previo para aprobar la medida.
Mientras tanto, el Senado (controlado por la oposición) ha aprobado una moción para pedir a Turnbull que no posponga el proceso hasta 2017 e inicie ya la tramitación parlamentaria, toda vez que las encuestas dejan claro que una amplia mayoría de australianos es favorable al matrimonio igualitario. Los senadores de la oposición argumentan que no está justificado mantener a miles de parejas y familias en la incertidumbre legal, cuando la solución está en manos del primer ministro y prácticamente se reduce a que este otorgue libertad de voto a sus correligionarios.
“Los australianos no quieren otra encuesta de opinión sobre este asunto, quieren que el Parlamento legisle”, afirmaba el senador de Los Verdes Robert Simms, que calificaba la opción del referéndum de “divisiva y costosa”. El activista Erin McCallum, de Australian Marriage Equality, aseguraba por su parte que si se permitiera un voto libre de disciplina partidista en la Cámara de Representantes, solo haría falta convencer a seis diputados para conseguir la mayoría necesaria. “Sabemos que es una meta alcanzable si nos unimos y alzamos nuestras voces”, aseguró.
Una sociedad favorable con líderes contrarios la igualdad
El debate sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Australia viene de muy lejos. Ya antes de las elecciones de 2013, que dieron la victoria a Abbott, fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía, y durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que ya en su congreso nacional de 2011 el partido incorporaba la defensa del matrimonio igualitario a su ideario. Ideario que Gillard se encargó de convertir en papel mojado al imponer que los legisladores laboristas –cuyos votos eran todos necesarios, debido a lo ajustado de su mayoría– tuvieran libertad de voto. Una libertad que Tony Abbott negó entonces a los suyos y que desembocó en el fracaso de la iniciativa. De la mano de Gillard, Australia perdía una primera oportunidad histórica.
La impopularidad de Gillard llevó a Kevin Rudd a arrebatarle el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro (mediante una maniobra similar a la que ahora ha destronado a Abbott, y que a su vez antes había utilizado Gillard para sustituir a Rudd). Ya por entonces Rudd se había convertido en defensor del matrimonio igualitario, pese a que su anterior etapa como primer ministro se caracterizó también por un rechazo frontal. Pero la sustitución de Gillard no evitó la derrota laborista, y tras las elecciones Abbott (un católico conservador fuertemente opuesto al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana) se convertía en primer ministro. Su victoria alejó las expectativas de aprobación, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del matrimonio igualitario, y de hecho ya desde el principio el propio Abbott reconoció que en el futuro le resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia. Lo consiguió… pero el empeño contribuyó a la gran bajada de popularidad que finalmente acabó por costarle el puesto.
Comentarios desactivados en Los liberales australianos se deshacen por sorpresa del homófobo Tony Abbott y colocan a un primer ministro favorable al matrimonio igualitario
Inesperada pero excelente noticia la que se acaba de producir en Australia, donde por tercera vez consecutiva el partido gobernante se desembaraza de un primer ministro debido a su baja popularidad. La víctima es en esta ocasión Tony Abbott, que había hecho de su oposición al matrimonio igualitario una de sus señas de identidad. Le sustituye en el cargo Malcolm Turnbull, hasta ahora ministro de Comunicaciones, en lo personal favorable al matrimonio igualitario y que en el pasado se ha mostrado partidario de que diputados y senadores voten libremente sobre la medida. Los colectivos LGTB australianos, sabedores de que su oposición frontal al matrimonio igualitario ha sido una de las razones –no la única– del descrédito de Abbott, vuelven a tener esperanza.
Abbott imponía además la tesis (contraria a la opinión que el mismo defendía meses atrás) de que todo cambio en la materia debería producirse mediante un referéndum, convocado en una fecha por definir pero en cualquier caso posterior a las próximas elecciones generales.
Apenas un mes después de aquello, el liderazgo de Abbott ha acabado por desplomarse. Los motivos son variados. Sin duda uno de los principales es la pobre percepción de la marcha de la economía, pero no hay duda ninguna de que el desgaste que a los liberales les está suponiendo el apoyar la posición ultramontana de Abbott sobre el matrimonio ha contribuido también. En pocas horas, y prácticamente por sorpresa, Abbott se veía obligado a convocar una votación entre sus parlamentarios para decidir sobre su liderazgo. Malcolm Turnbull daba un paso adelante, dimitía como ministro y retaba a Abbott, con éxito: 54 parlamentarios le apoyaban, frente a 44 que permanecían fieles a Abbott.
Una sociedad favorable con líderes contrarios la igualdad
El debate sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Australia viene de muy lejos. Ya antes de las elecciones de 2013, que dieron la victoria a Abbott, fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía, y durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que ya en su congreso nacional de 2011 el partido incorporaba la defensa del matrimonio igualitario a su ideario. Ideario que Gillard se encargó de convertir en papel mojado al imponer que los legisladores laboristas –cuyos votos eran todos necesarios, debido a lo ajustado de su mayoría– tuvieran libertad de voto. Una libertad que Tony Abbott negó entonces a los suyos y que desembocó en el fracaso de la iniciativa. De la mano de Gillard, Australia perdía una primera oportunidad histórica.
La impopularidad de Gillard llevó a Kevin Rudd a arrebatarle el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro (mediante una maniobra similar a la que ahora ha destronado a Abbott, y que a su vez antes había utilizado Gillard para sustituir a Rudd) . Ya por entonces Rudd se había convertido en defensor del matrimonio igualitario, pese a que su anterior etapa como primer ministro se caracterizó también por un rechazo frontal. Pero la sustitución de Gillard no evitó la derrota laborista, y tras las elecciones Abbott (un católico conservador fuertemente opuesto al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana) se convertía en primer ministro. Su victoria alejó las expectativas de aprobación, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del matrimonio igualitario, y de hecho ya desde el principio el propio Abbott reconoció que en el futuro le resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia. Lo consiguió… pero su empeño le ha costado el puesto.
Expectación ante el próximo futuro
El cambio acaba de producirse, y aún es pronto para calibrar su alcance en materia LGTB. Malcolm Turnbull aún no se ha pronunciado sobre cuáles son sus intenciones sobre el matrimonio igualitario, y si respetará lo decidido en agosto. Lo que sí es seguro es que entonces ministro de Comunicaciones fue uno de los que con más ahínco defendió que los liberales tuvieran libertad de voto, asegurando que si así fuera él votaría a favor. Nosotros mismos recogíamos en abril una declaraciones suyas en ese sentido, cuando aún nada de lo que ha sucedido ahora era previsible.
Parecería poco congruente que siguiera adelante con las intenciones de Abbott de resolver el tema con un referéndum de fecha incierta, sobre todo cuando parece claro que esa ha sido una de las cusas de su desgaste. Todo es posible, no obstante, en un país cuya clase política –a izquierda y a derecha– ha demostrado durante años ser mucho más homófoba que sus propios votantes.
Comentarios desactivados en Un conservador desafía al gobierno de Australia al proponer el matrimonio homosexual
“Seremos una nación dividida si continuamos permitiendo la discriminación en los matrimonios basada en la sexualidad de las personas”, añadió.
Pese a la disciplina de voto impuesta la pasada semana por el primer ministro ultraderechista Tony Abbott, considerado el dirigente más conservador que ha gobernado Australia en las últimas décadas , finalmente ha sido uno de sus diputados, Warren Entsch -más conocido como el Cocodrilo Dundee del Parlamento australiano- quien, a título personal y con amplio apoyo de la oposición , ha optado por romper la directriz presentando un controvertido proyecto de ley que mina un poco más la popularidad del jefe de Gobierno: un texto que promueve el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Entsch ha presentado este lunes ante la Cámara Baja, a título personal, un borrador de ley que permite los matrimonios entre parejas “sea cual sea su sexo, orientación sexual, identidad de género o condición intersexual”, y que de ser aprobado acabaría con la actual Ley de Matrimonio australiana, que sólo contempla uniones entre hombre y mujer.
Durante su discurso, Entsch aseguró que su proyecto de ley está diseñado para promover una Australia más inclusiva. ” Ser gay no es una opción vital “, dijo en el Parlamento. “Seremos una nación dividida si continuamos permitiendo la discriminación en los matrimonios basada en la sexualidad de las personas”, añadió.
Aunque él mismo reconoce las escasas posibilidades de éxito de su propuesta a causa de la disciplina de voto impuesta por Abbott sobre los diputados de la Coalición Nacional Liberal, en el poder, no se puede descartar que algunos legisladores se salten la prohibición para votar en conciencia. Desde la oposición, liderada por el Partido Laborista, la postura oficial es favorable al proyecto de ley pero sus diputados gozarán de libertad de voto, como ocurre con otras facciones minoritarias como Los Verdes.
La opinión pública va en la dirección marcada por el antiguo criador de cocodrilos y actual diputado conservador Entsch. Una encuesta elaborada por la agencia Ipsos y publicada por medios australianos revela que el 69% de la población apoya las uniones homosexuales, lo cual implica un incremento de 12 puntos respecto al apoyo social existente en 2011. Entre los votantes de la Coalición encuestados, el 53% es favorable a modificar la legislación actual. El 25% de los encuestados se opone a las uniones entre personas del mismo sexo.
Las cifras revelan cómo tras el debate se esconde otro muy diferente: el apoyo a Tony Abbott, un ex seminarista que hasta ahora se expresaba en t érminos categóricos contra el matrimonio gay. Como se leía en el editorial de The Australian, “el voto sobre el matrimonio no va sobre los gays australianos, sino sobre nuestros nerviosos diputados luchando con sus conciencias anquilosadas”.
La misma encuesta de Ipsos arrojaba datos negativos para el Gobierno de Abbott: el 54% de los encuestados mostraban su apoyo al Partido Laborista, frente al 46% que se declara partidario de la coalición derechista en el poder . El 41% de los encuestados manifestaba preferir al veterano ministro Malcolm Turnbull, partidario de las uniones entre personas del mismo sexo, sobre Tony Abbott. Turnbull fue reemplazado por Abbott como líder del Partido Liberal en 2009.
Promete un referéndum post-electoral El líder del opositor Partido Laborista, Bill Shorten, se ha comprometido a legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo si se alza con la victoria electoral en los comicios previstos para el próximo año; Abbott, por su parte, ha asegurado que facilitará un referéndum después de los próximos comicios para permitir que la sociedad se exprese sobre las uniones gays. Por su parte, Turnbull estimó que dicha consulta debería celebrarse antes de los comicios, previstos para septiembre de 2016. “Sería mejor si el matrimonio entre personas del mismo sexo no fuera un asunto polémico en las próximas elecciones”, escribió en su cuenta de Twitter. “Hay diferencias de opinión y de conciencia sinceras en toda la comunidad y a ambos lados del espectro político, y es mejor tratar con asuntos como éste al margen del jaleo de una campaña electoral “.
Comentarios desactivados en Australia se moviliza por el matrimonio igualitario ante su posible tramitación parlamentaria en las próximas semanas
El pasado mes de julio, avanzábamos la iniciativa parlamentaria para la aprobación del matrimonio igualitario en Australia. En las próximas semanas, se prevé que el Parlamento someta a debate y a votación el proyecto de ley, en el que han participado representantes liberales, laboristas, verdes e independientes. Un proyecto que, sin embargo, cuenta con la oposición del primer ministro, el liberal Tony Abbott. Ante este panorama político, miles de activistas y ciudadanos de todo el país han participado en distintas manifestaciones, a lo largo del fin de semana, para visibilizar el apoyo a la igualdad. El aeropuerto de Canberra, de capital privado, se ha iluminado con los colores del arcoíris y luce el lema de la campaña nacional de Australian Marriage Equality: #WeCanDoThis. El recinto aeroportuario recibe así a los diputados federales que llegan a la capital para debatir sobre el matrimonio entre personas homosexuales.
Las calles de Sídney, Hobart, Brisbane, Melbourne o Perth han acogido, entre otras ciudades, distintas marchas y acciones en favor del matrimonio igualitario. El activismo LGTB de Australia, consciente de lo mucho que se juega en estos momentos, se está movilizando para visibilizar sus reivindicaciones y concienciar a los parlamentarios de cara al debate y a la votación de la ley que permitiría las uniones entre personas del mismo sexo. En los últimos años, la sociedad australiana ha evolucionado, mayoritariamente, hacia posturas inclusivas e igualitarias. Si en 2004 solo un 33 % de la población era partidaria de las bodas entre personas homosexuales, en la actualidad el apoyo ha ascendido hasta el 72 %.
En declaraciones a ‘Same Same’, un medio LGTB australiano, los organizadores de la marcha de Sídney aseguraban que si “ganamos la igualdad de matrimonio en Irlanda y en los Estados Unidos, también podemos ganar aquí”. Por su parte, los activistas de Brisbane advierten de que “si todos los años de campaña nos han enseñado algo es que no hay garantías cuando se trata de los grandes partidos y tenemos que mantener la presión”. Precisamente, por este último motivo (ejercer presión) se han sucedido este fin de semana las marchas igualitarias en distintas ciudades del país. En todas ellas, se ha leído un manifiesto y los participantes han recorrido los centros de los cascos urbanos, elevando sus mensajes por la inclusión legislativa.
Antes de que finalice agosto, está previsto que la Cámara de Representantes de Australia (el equivalente al Congreso de los Diputados) aborde el proyecto de ley sobre el matrimonio igualitario, en el que han participado representantes de las distintas fuerzas políticas australianas (liberales, laboristas, verdes e independientes). Cabe recordar que el primer ministro, Tony Abbott, perteneciente a la Coalición Liberal-Nacional, no ha escondido su oposición a la ley igualitaria. Todavía está en el aire si su postura contraria condicionará el voto de los ministros del Gobierno o, si por el contrario, estos votarán en libertad de conciencia. Para que el texto legislativo obtenga la luz verde es necesario que sea aprobado por la Cámara de Representantes y ratificado, posteriormente, por el Senado. Si la propuesta de ley consigue llegar a la Cámara Alta (Senado), según los últimos cálculos de The Guardian, el resultado podría llegar a depender de tan solo dos votos.
Guiño del aeropuerto de Canberra
Al activismo LGTB de Australia también se ha sumado el respaldo de otros sectores sociales como el empresarial. Uno de los apoyos más sonados ha sido el del aeropuerto de la capital política del país. El recinto aeroportuario se ha engalanado con los colores de la bandera del arcoíris (emblema LGTB), en forma de luces nocturnas, y ha instalado, con grandes letras, el lema de la campaña nacional de Australian Marriage Equality: #WeCanDoThis. Es su forma de dar la bienvenida a los diputados que, en las próximas semanas, tendrán la posibilidad de conseguir una sociedad más justa e igualitaria.
El aeropuerto es una institución de capital privado, controlado por la familia Snow. Uno de los hermanos, Tom Snow, contrajo matrimonio el año pasado con su marido Brooke Horne en Nueva Zelanda. En la actualidad, la pareja tiene tres hijos. Stephen Byron, director gerente del aeropuerto, defiende que con estas acciones pretenden mostrar su rechazo a la discriminación “ridícula” en contra de las parejas del mismo sexo. Byron ha instado al parlamento a actuar y a que sea “cuanto antes, mejor”, ya que se trata de “un problema que trasciende a la política”.
El activismo LGTB, por su parte, ha alabado esta iniciativa. En palabras de Rodney Croome, uno de los integrantes de Australian Marriage Equality , “el respaldo de las empresas, que normalmente no se involucran en temas sociales, muestra la fuerza de la sensibilidad en la comunidad australiana en el apoyo de la igualdad de matrimonio”. Además, Croome ha añadido que empresas como esta “saben que el matrimonio igualitario no es solo lo que hay que hacer, sino que también es popular entre su personal y clientes”.
Batalla entre partidarios y detractores en TV
Como suele pasar en casi todas las sociedades que plantean avanzar en los derechos de las personas LGTB, en Australia no han faltado las voces representativas de los grupos más reaccionarios. En junio publicábamos la hilarante noticia de una pareja australiana que amenazaba con divorciarse en caso de aprobarse el matrimonio igualitario. Una historia que se convirtió en viral y que fue respondida con toca clase de memes y respuestas humorísticas. Incluso se creó un grupo de Facebook para celebrar su divorcio. No obstante, es digno de mención el hecho de que muchas parejas australianas se niegan a oír textos LGTBfobos en sus bodas, como recogimos hace una semana en dosmanzanas.
La última acción de los sectores conservadores ha sido la puesta en marcha de una campaña de televisión homófoba. Marriage Alliance asevera que “la aprobación no es tan simple como piensa”. Asimismo, plantean preguntas de la siguiente calaña: “¿cómo va a afectar a los niños?”, “¿cómo va a afectar a la educación sexual en las escuelas?” o “¿qué derechos puede perder usted?”. Dos canales, Chanel 7 y Chanel 10, se han negado a emitir el spot de Marriage Alliance, mientras que Foxtel y Chanel 9 la han aceptado en espacios muy selectivos. A continuación, podéis ver el vídeo del citado anuncio homófobo:
En el extremo contrario, Australian Marriage Equality también ha desarrollado una campaña de televisión, que no ha contado hasta el momento con el impedimento de ningún canal. Para mantener su continuidad, la organización LGTB ha abierto, en una página de financiación colectiva, una llamada a las donaciones ciudadanas. El objetivo es recaudar 20.000 dólares australianos (en el momento de publicar esta noticia se habían obtenido 9.575). En el spot en favor de la igualdad aparecen rostros populares en Australia tales como los de Hugo Weaving, Julia Morris, Julie Goodwin, o de jugadores del St Kilda y el Hawthorn, entre otros. Os dejamos con los spots de Australian Marriage Equality:
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