Archivo

Entradas Etiquetadas ‘Magníficat’

25.9.24. Lutero, Canto a la “merced” de María (Comentario al Magníficat)

Sábado, 28 de septiembre de 2024
Comentarios desactivados en 25.9.24. Lutero, Canto a la “merced” de María (Comentario al Magníficat)

Maria-modelo-discipulado-varones-mujeres_2448065170_16037495_660x371Del blog de Xabier Pikaza:

Se celebró ayer (25 de septiembre), en la Vera Cruz de Salamanca, con presencia de Obispo, religiosos y gente devota (imágenes) la misa de la Merced. Algunas cosas han cambiado, como podrá verse por las fotos. Pero queda para mí el recuerdo de 40 años de celebración de esa fiesta.

Recuerdo en especial un año en el que estaba Eliseo Tourón (1934-1996), hacia el  1993. Leímos juntos el comentario de Lutero al Magnificat y lo aplicamos a la “merced” de la redentora cautivos. Pongo unos apuntes de lo que entonces comentamos y escribimos. 

Como su nombre indica, los protestantes han protestado contra los posibles excesos de una veneración mariana, procedente del Medievo, insistiendo en los tres principios del verdadero cristianismo : Solus Christus, sola Scriptura, sola fides. Tomando  a María como  mediación entre el hombre y Dios, los católicos podían haber corrido el riesgo de presentar a María como sustituto de Jesús o del Espíritu santo. [1]

Pero Lutero fue a su modo un devoto de María, y así lo muestra en su Comentario al Magníficat, que Eliseo y yo comentamos aquel año, en la fiesta de la Merced de la Ver-Cruz de Salamanca.

Lutero, comentario al Magníficat, Traducción de T. Egido:

 Testimonio ejemplar. Lutero: Comentario al Magníficat. El protestantismo tiene, según eso, el valor de insistir  en Cristo, en la Biblia y en la fe de los creyentes. En esa línea me siento “protestante con los protestantes y acepto con gozo algunos elementos de Lutero, en su comentario al Magníficat [2]

Principio teológico: Dios “mira hacia abajo” (In-die-Tiefe), se fije y libera a los insignificante, excluidos y pecadores, de manera que debemos insistir en solus Deus, solus Christus. De esa forma se oponen a Dios a los que que “miran hacia arriba” (herabsehen), buscando poder, gloria y riqueza, la salvación por sí mismos.En este sentido establece Lutero:

“Porque lo mismo que al comienzo de la creación hizo el mundo de la nada (por eso se le llama creador y omnipotente), de la misma forma seguirá actuando hasta el final de los tiempos de tal suerte, que lo inexistente, lo insignificante, lo menospreciado, lo miserable y lo que está muerto lo trueque él en algo precioso, honorable, dichoso y viviente. Y por el contrario, todo lo precioso, honrado, dichoso y viviente lo transforma en nonada, pequeñez y cosa despreciado, miserable y perecedera” (Magnif 178).

– Muchos miran hacia arriba con orgullo. Parece que Lutero ha tenido en cuenta la forma en muchos  teólogos y predicadores de la época consideraban a María  como dechado de de virtudes propias, superior a todos los demás y digna de ser elegida como madre de Dios, separada así de los restantes hombres y mujeres de la tierra, aislada de todos, sin preocuparse de los pobres y excluidos de la tierra, en contra de lo que dice ella misma en su Magníficat, donde se vincula con los pobres y oprimidos de la tierra.

IMG_7751Según Lutero, Dios condena todo lo que hay de orgullo en el hombre, ante todo su pecado, pero también toda su justicia puramente humana, que termina siendo en el fondo una injusticia. En contra de eso, él pone de relieve la humildad” personal y social de María en el Magníficat, que así aparece como auténtica creyente, vinculándose a los pobres y oprimidos del mundo. María aparece así como signo excelso de la necesidad y miseria de los hombres ante Dios.

          Conforme a su visión del Magníficat,  María es para Lutero una mujer evangélica (precursora de la reforma de la Reforma necesaria de la Iglesia). Un hombre o mujer evangélico, cristiano debe recibir por gracia los dones de Dios, sin vanagloriarse de lo que tiene, sin imponerse sobre los demás, estando siempre dispuesto a ofrecer su ayuda a todos, especialmente a los más necesitados, los oprimidos y hambrientos de los que habla en el Magníficat.

          El comentario de Lutero al Magníficat muestra el respeto que él tenía ante María, manteniendo elementos de piedad mariana, de vinculación especial con la madre de Jesús, aunque siempre dentro los límites de la piedad cristiana, fundada en la Biblia. Lutero insistía en la Escritura (sólo la Escritura), sabiendo que ella contiene el más hermoso y profundo testimonio de piedad mariana en el Magníficat, donde  ella está empeñada en ayudar en nombre de Cristo a los más pobres

        Lutero quiere proponer una antropología abierta a María, que pone de relieve la necesidad de salvación del hombre, en sus tres dimensiones (cuerpo, alma y espíritu, cf. 1 Tes 5,23) tal como lo muestra María  cuando habla en el Magníficat de de mi alma y de mi espíritu. Lutero atribuye a María una santidad que no es no parcial sino integral (santidad de cuerpo, de alma, de espíritu), aunque insiste en la importancia del espíritu frente al cuerpo y el alma: componentes: “si el espíritu no está santificado, no habrá en el hombre nada que sea santo“.

Lutero insiste en la santidad del espíritu, que consiste en “una fe pura y sencilla“, en contra de aquellos   que insisten en la “observancia de unas obras de piedad”  separadas de la vida, obras externas, como ayunos, disciplinas, limosnas para el culto, que no interesaban a María. Por eso se eleva en contra de los falsos devotos de María, que buscan obras de piedad externa y no se ocupan de lo que quiere el Magnífica: Dar de comer a los hambrientos, elevar y redimir a los oprimidos

          Lutero recurre a la experiencia de la fe fiducial (=fe como confianza en Dios), que él interpreta de esta forma: “La única fuente de paz consiste en enseñar que ninguna obra, ninguna enseñanza exterior, sino sólo la fe, es decir, la firme esperanza en la invisible gracia que Dios nos ha prometido, acarrea piedad, justificación y santidad“.

          Por otra parte, insistiendo en las palabras de María “porque ha hecho obras grandes en mi“, Lutero pone de relieve el hecho de que la fe del cristiana ha de ser personal, como la de María”:   “no basta con que creas que Dios ha obrado grandes cosas con otros, sino que debes confesar lo que ha realizado contigo, pues de lo contrario ello te verás privado de esta divina acción”.

 Lutero escribe este comentario al Magnificar en  un tiempo de Persecución, cuando  se siente impulsado alimentado por una fe que por una fe y piedad como la del Magníficat.  Él se identifica de alguna forma con María, la madre de Jesús, perseguido por las autoridades  religiosas y políticas, en riesgo de ser encarcelado. En esa situación apela a María, madre de Jesús, como socorro y  ayuda para los oprimidos.  Le tratan como a un proscrito, y sin embargo, él pone su confianza en Dios, como hace María en el Magníficat:

Para la ordenada comprensión de este sagrado cántico, es preciso tener en cuenta que la bienaventurada virgen María habla a partir de una experiencia peculiar por la que el Espíritu Santo le ha iluminado y adoctrinado. Porque es imposible entender correctamente la palabra de Dios, si no es por mediación del Espíritu santo. Ahora bien, nadie puede poseer esta gracia del Espíritu santo, si no es quien la experimenta, la prueba, la siente… 

La santa Virgen ha experimentado en sí misma las maravillas  que Dios ha realizado en (porque ha hecho en mí grandes cosas…), en ella, a pesar de ser ella tan poca cosa, tan insignificante, tan pobre y despreciada. En esa situación de necesidad,  María  ha recibido del Espíritu santo el don precioso y la sabiduría de Dios, descubriendo que  es un Señor que no hace más que ensalzar al que está abajado, abajar al encumbrado y, en pocas palabras, quebrar lo que está fuerte  y reparar lo que está roto” (Magnif. 177).

             En la oración final del Magníficat Lutero no se contenta con pedir a Dios que nos “nos ilumine y nos hable, sino que inflame y viva en el cuerpo y en el alma” como en María (p.204). Tal es la fuerza abrasadora del Espíritu que se muestre en el Magníficat de María. De ahí esa insistencia en la fe fiducial, fe como confianza radical en Dios, para  para que salgan adelante las obras de Dios que hace por uno. Lutero lo aplica a todo creyente como si de él se tratara:

 Tienes que estar convencido, sin duda ni vacilación posible, de la (buena) voluntad de Dios para contigo, y creer con firmeza que contigo quiere Dios realizar cosas grandes”… “Esta fe , como dice Cristo, es capaz de todo (cf. Mc 9,23). Esta es la única fe que justifica, la única que aboca a la experiencia de las obras divinas y, a través de ello, la que impulsa al amor de Dios, a alabarle y engrandecerle con su vida” . 

Lutero ve en María la primera creyente y el más acabado ejemplo de esta riqueza salvífica de la fe fiducialY así la ve también como la más grande de todas la mujeres y hombres creyentes por dos cosas: porque “su alma glorifica al Señor y porque su espíritu se alegra en Dios su Salvador, porque Dios ha hecho en ella la obra más grande: engendrar al Hijo de Dios. En esa línea, Lutero ha comprendido profundamente el significado teológico de la “mirada de Dios” a María (ha mirado la pequeñez de su sierva…). Y en esa línea llega a decir:

lutero_03      María es humilde, pero no se vanagloria de la humildad,  pues la humildad es la mayor de todas las virtudes,  ya que las restantes dependen y dimanan de ella. En realidad, cuando Dios vuelve su rostro hacia alguien para mirarle, allí se está registrando gracia pura, felicidad, y de ello se siguen todos los bienes y todas las obras (Ibid). 

  María no se ha vanagloriado de su humildad ni nadie puede hacerlo sin pecado, en contra de algunos cristianos que se creen grandes  porque son muy humildes, enorgulleciéndose de ello, en contra de lo que hace y dice María  En esa línea, Lutero define la humilitas (humildad) bíblica como expresión de la  crux Christi:

La humilitas no es otra cosa que un ser o estado despreciado, sin apariencias, exactamente igual al estado que se encuentran los pobres, los enfermos, hambrientos, sedientos, los prisioneros y los hombres que sufren y mueren, de la misma forma que se halla Job en medio de las tribulaciones, David arrojado de su reino o Cristo cargado con las miserias de todos los cristianos“.

          María es una discípula modélica de esta escuela de humildad y de la cruz de Cristo. Pertenece al grupo de los cristianos que  son “los pobres de Yahvé“. Lutero ha descubierto anticipadamente este lugar tan importante del Magníficat, como lo hace hoy toda la crítica exegética, añadiendo que los humildes son los pauperes, aflicti, humiliati que (pobres, afligidos, humillados) de los que trata el Sal 116 y otros salmos afines.

          En esta línea, Lutero siente una profunda veneración y fascinación por la maternidad divina de la Virgen con toda la iglesia antigua y medieval. Pero al mismo tiempo siente el temor de que se venere a María como a Dios, en una línea de idolatría pagana, no de piedad cristiana.

          En ese sentido, Lutero afirma la maternidad divina como “la cosa más grande” que Dios ha hecho, como obra y presencia suya (de Dios), defendiendo, al mismo tiempo,  la pequeñez de María que por sí misma no tiene ningún mérito ante Dios, ni alardea de ello. Esta divina paradoja que ve latir en el Magnificat hace que Lutero sea devoto de María y propagador de su grandeza.  Una prueba de Lutero como cantor de la maternidad divina de María lo tenemos en este párrafo inolvidable:

De ahí (de ser madre de Dios) provienen todo honor, toda la felicidad, el ser una persona tan excepcional entre todo el género humano, que nadie se le puede equiparar porque con el Padre celestial ella ha tenido un hijo. ¡Y qué hijo!…. porque quien la llama madre de Dios no puede decirle nada más grande, aunque contasen para alabarle  con tantas lenguas como hojas y hierbas hay en la tierra, estrellas en el firmamento y arenas en el mar”  (Magnif. 191).

Oh, tú, bienaventurada virgen y madre de Dios; que nada e insignificante eres, que despreciada has sido, y, sin embargo, graciosa y abundantemente te ha mirado Dios y ha realizado contigo cosas! Nada de eso has merecido, pero la rica y sobreabundante gracia que Dios ha depositado es mucho más alta y más grande que todos tus méritos. Dichosa tú Desde este momento eres eternamente bienaventurada, porque has hallado un Dios como el tuyo (Magnif 188).

Pidamos a Dios que se nos conceda la correcta inteligencia de este Magnificat: que no se contente con iluminar y hablar a otros, sino que inflame y viva él miemo, en el cuerpo y en el alma. Que Cristo nos lo conceda por la intercesión y la voluntad de su querida madre María. Amén” (Magnif. 304).

cerezo-corazondemaria

Notas

[1] Cf. K. Barth, Adviento, Studium, Madrid 1970, 38-45 (Verheissung, München 1960, 38.44-45).

[2]  Sigo la traducción de Teófanes Egido, Obras de Lutero. El Magníficat, Sígueme  Salamanca 1977, 177-204 (=Magnif), retomando las reflexiones de un trabajo que escribí conEliseo Tourón:  Lutero y el Magnificat de María, Eph. Mar (1994) 371-390. Cf. B. Gherardini, La Madonna in Lutero, Cittá Nuova. Roma 1967.

Biblia, Espiritualidad, Judaísmo , , , ,

Discurso revolucionario de María de Nazaret

Sábado, 8 de enero de 2022
Comentarios desactivados en Discurso revolucionario de María de Nazaret

02_Adv_A-02-MariaDel blog de Faustino Vilabrille:

“Las clases burguesas eclesiásticas y políticas secuestraron el valor y la grandeza de María”

“María fue una mujer de Nazaret, un pueblo despreciado, del que nadie esperaba que saliese algo bueno”

“El canto del Magníficat (Lucas 1,46-55), que contiene uno de los fragmentos más revolucionarios de toda la Biblia”

“Lo que realmente fue María no tiene absolutamente nada que ver con las imágenes que hemos hecho de ella como si perteneciera a la alta burguesía de todos los tiempos”

“Si María viviera hoy, diciendo ahora lo que entonces dijo, sería calificada de revolucionaria, violenta, subversiva, y por supuesto comunista”

Estos días de Navidad, el recuerdo de María de Nazaret recobra un especial  protagonismo. Le dedicamos este comentario con gran afecto y gratitud, presentando una imagen de ella que no es la habitual, pero que creemos que es más coherente con lo que fue la realidad de su vida y con el gran mensaje que nos transmite para la realidad de nuestro tiempo.

Para sacar las mejores conclusiones de la Biblia, tenemos que partir de que no se trata de un libro histórico, aunque recoja numerosos datos históricos, sino que se trata de la transmisión de un mensaje para un proyecto de vida digna y gratificante, basada en la justicia, el amor, la igualdad, la fraternidad, el respeto mutuo, la solidaridad, la paz. Ese es su contenido esencial. Leerla desde este punto de partida nos descubre su extraordinaria riqueza.

Pero para captar bien ese mensaje hay que leerla desde la realidad concreta de cada momento histórico en que nos toca vivir, porque se trata de un libro para la vida.

Pues bien, María fue una mujer de Nazaret, un pueblo despreciado, del que nadie esperaba que saliese algo bueno (Evangelio de Juan 1,46), situado en Galilea, una región pobre, dominada por el imperio romano, sometida a esclavitud, a pobreza, a onerosos impuestos a pagar al César romano. De  hecho, María era una esclava, una mujer sencilla, del pueblo, del sector social considerado más pobre y despreciable. En Caná aparece entre los sirvientes, no entre los sentados a la mesa. La ofrenda que ella y José hicieron al presentar al niño Jesús en el templo, fue la ofrenda de los pobres (Ver Levítico12,8).

DF5E4969-68E8-4F41-AB60-FC96725DE4EFEsto ya nos basta para encuadrar el mensaje de  este comentario: Cuando María acude a casa de su prima Isabel para atenderla y acompañarla en la última etapa de su embarazo, del cual va a nacer Juan Bautista, Isabel se emociona al recibir la visita de su prima, tanto que exclama: así que llegó la voz de tu saludo a mis oídos, saltó de gozo el niño en mi seno”. Esto nos dice bien claro que los sentimientos de la madre se transmiten al niño ya antes de nacer. En este caso fueron sentimientos de alegría, pero si hay mala relación en el matrimonio, malos tratos, tristeza, violencia, o incluso hambre de la madre durante la gestión, como pasa a millares en el Tercer Mundo, todo eso, sin duda también afectará negativamente al niño/a, ya antes de nacer.

Se le atribuye a Napoleón esta frase: “La educación de un niño comienza veinte años antes de su nacimiento, con la educación de sus padres”. Frase certera y lapidaria.

A continuación, en el Evangelio de Lucas, viene la respuesta de María a Isabel, el canto del Magníficat (Lucas 1,46-55), que contiene uno de los fragmentos más revolucionarios de toda la Biblia. María se dirige a Dios diciendo que Dios “desplegó el poder de su brazo para dispersar a los soberbios. Derribó a los poderosos  de sus tronos y ensalzó a los humildes. A los hambrientos los llenó de bienes y a los ricos los despidió vacíos”.

Lo que realmente fue María no tiene absolutamente nada que ver con las imágenes que hemos hecho de ella como si perteneciera a la alta burguesía de todos los tiempos: impoluta, candorosa, ingenua, recatada, pudorosa, con manos de sangre azul y cara angelical…, porque las clases burguesas eclesiásticas y políticas secuestraron el valor y la grandeza de María en su dimensión humana y comprometida, poniendo incluso por delante a la Virgen antes que a María.

Si María viviera hoy, diciendo ahora lo que entonces dijo, sería calificada de revolucionaria, violenta, subversiva, y por supuesto comunista por esas mismas clases burguesas y conservadoras. Por mucho menos de lo que ella dijo, los conservadores político-religiosos de hoy, que incluso se confiesan practicantes, califican públicamente al papa Francisco con esos calificativos, y aun peores.

En tiempos de María, la inmensa mayoría de la gente era muy pobre, esclava, sin los más elementales derechos. Las condiciones de vida de los pobres eran durísimas: se les podía tratar como a cualquier propiedad, regalarlos, venderlos, subastarlos en el mercado, alquilarlos, o incluso matarlos. Eran mercancía, no personas.

El estudio de 2.000 esqueletos exhumados de los cementerios de los barrios periféricos romanos durante 15 años de excavaciones, reflejan que las fracturas de huesos eran muy frecuentes entre los romanos de la clase obrera y otros muchos pertenecen a personas que murieron de cáncer óseo, mal alimentadas, y que era habitual la artritis crónica en hombros, rodillas y espalda, que está presente  en esqueletos de personas que murieron a la temprana edad de 20 años. (Fuente: Periódico del pasado, noticias de prehistoria y arqueología). Otras investigaciones calculan que la vida media de las clases pobres del imperio estaba en torno a los 30 años, pero en las clases altas de Pompeya duplicaba esa  edad.

A2945960-9DF3-4779-98BC-28C0FEC1B398A María, primero, y a Jesús después les tocó vivir esta realidad.  María se clasifica a si misma como esclava; dio a luz en una cuadra y la cuna fue un  pesebre. De hecho, aún hoy, muchas mujeres dan a luz en condiciones similares o aun peores, o tiran a la criatura en un contenedor de basura o viva en el monte, como vimos estos días: ¡A dónde conduce la miseria, la impotencia, la ignorancia o la desesperación! San Pablo dice que Jesús era un esclavo más, pasando por uno de tantos. El propio Jesús dice que no tenía ni siquiera donde reclinar a cabeza. A Jesús llegaban continuamente enfermos de toda clase de enfermedades: ciegos, sordos, paralíticos, leprosos, enfermos mentales, hambrientos. Su respuesta era curarlos y alimentalos a todos. Jesús quería  que todos estuviesen felices y contentos.

En aquel contexto de una sociedad tan injusta, la gran mayoría llena de sufrimientos y penurias, aplastada por el poder del imperio romano y la riqueza de una minoría que lo poseía todo, proclamó Jesús su mensaje de liberación, posicionándose a favor de los pobres y en contra de los ricos y poderosos, proclamando un mensaje de vida y esperanza para todos. Esto se repite constantemente a lo largo de los Evangelios.

Tanto el mensaje de María como el de Jesús, aún hoy, después de más de 2000 años, aun siguen en pleno vigor, pues formamos parte de una sociedad donde el poder y dinero siguen siendo los amos del mundo, con un capitalismo neoliberal feroz que daña a la humanidad y al planeta, y que cada vez acapara más poder y más dinero, haciendo a una minoría inmensamente rica y poderosa, y dejando a una gran mayoría sumida en una mera subsistencia, en la pobreza y la indigencia, agrandando una brecha de desigualdad cada vez mayor entre ricos y pobres generadora de infinitos sufrimientos y penalidades para los más empobrecidos del mundo, lo cual es radicalmente contrario al Reino de Dios que Jesús quiso establecer en este mundo, basado en la justicia, el amor, la igualdad y la fraternidad, la paz y la vida digna para todos.

Sigue, por tanto, siendo necesario lo que dice María: acabar con la riqueza de los ricos y la pobreza de los pobres, bajar de sus tronos a los poderosos y ensalzar a los humildes, llenar de bienes a los hambrientos y despedir a los ricos vacíos. Para María es necesario que se acaben los ricos para que se acaben los pobres. Resulta verdaderamente sorprendete, admirable y conmovedor que María tuviese una visión tan certera y luminosa de la realidad de su tiempo. Ni millones de los que nos decimos cristianos, la tenemos hoy así de clara. La coherencia entre el mensaje de María y el de su hijo Jesús  es verdaderamente admirable.

Lo que no vaya por esa línea trazada por María y por Jesús ciertamente  no es coherente  con el Reino de Dios, que es justicia, igualdad, amor, fraternidad para todos los seres humanos en este mundo. No es coherente con lo que Jesucristo practicó y enseñó. No es coherente con el Dios que María proclamaba.

El Papa Francisco quiere una la Iglesia que retorne al Evangelio, que sea coherente con Jesucristo y su mensaje para el bien inmanente y trascendente de la humanidad. Para ello convoca un nuevo Sínodo. Necesita nuestro apoyo, para que su celebración sea un antes y un después en la vida de la Iglesia, porque otro Mundo y otra Iglesia son necesarios para el bien de la humanidad y del planeta que la sostiene.

3F37129E-096E-45B4-B30D-FD5D0546216B

No depende de nadie, más que de todos nosotros, los seres humanos, hacerlo posible, para que “haya vida y vida en abundancia para todos”. Para eso vino Jesús a la tierra, cuya venida recordamos estos días. María, digna de la mayor admiración y confianza, nos señala el camino.

Feliz Navidad a tod@s.-Faustino

 

Biblia, Espiritualidad , , ,

Magnificat

Sábado, 20 de febrero de 2021
Comentarios desactivados en Magnificat

02_Adv_A-02-Maria

El Magníficat se nos presenta como modelo de oración por sus contenidos y sus aspectos formales: es un cántico de acción de gracias y de alabanza; es memoria de las maravillas llevadas a cabo por Dios; expresión de concreción y de arraigo en la hora presente; mirada proyectada hacia el futuro. Es ejemplo de cómo, al dirigirnos a Dios, debemos conjugar el sentido de la trascendencia absoluta de Dios (él es el Señor, el Omnipotente, el Santo) con el de su sorprendente proximidad (dirige la mirada a los humildes, extiende su misericordia a los que le temen, se acuerda de sus promesas).

En el Magníficat, aquel a quien los teólogos llaman el «Totalmente Otro» se manifiesta muy próximo al hombre: el Dios inaccesible de la zarza ardiente se ha convertido ya en el Enmanuel, en el Dios-con-nosotros, en el seno de la virgen de Nazaret.

*

Capítulo general de los hermanos Siervos de María,
Siervos del Magníficat: el cántico de la Virgen a la vida consagrada,
Publicaciones Claretianas,
Madrid 1997.

1-NB-12.04--200x300

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , ,

Virgen de la Merced, redentora de Cautivos: Derriba a los poderosos, eleva a los oprimidos

Viernes, 25 de septiembre de 2020
Comentarios desactivados en Virgen de la Merced, redentora de Cautivos: Derriba a los poderosos, eleva a los oprimidos

vicentelopezvirgendelamerced01Del blog de xabier Pikaza:

En clave de mujer. Los oprimidos, pobres y cautivos del canto de María

Ayer he definido a la madre de Jesús como Gebira, representante del rey, conforme a la historia del AT. Hoy, día de la Merced, retomo ese motivo desde el canto de liberación de las mujeres fuertes de la Biblia, Myriam (Ex 15), Débora (Jc 5) y Ana (1 Sam 2), que nos introducen con María en el Nuevo Testamento.

Según Lc 1-2, ella es la Gebira, y así proclama el mensaje y proyecto de de su hijo, la inversión (revolución) radical del evangelio (derriba de su trono a los poderosos, enaltece a los oprimidos), en contra del programa sacro/nacional de su “pariente” varón, el sacerdote Zacarías.

Éste es un tema que la exégesis en general no ha destacado, ni la iglesia ha puesto de relieve, quizá por un miedo y espiritualismo poco evangélico, pero es esencial para la Iglesia, como han proclamado mercedarios y mercedarias, a cuya fiesta, que es la mía, quiero unirme con estas reflexiones.

Benedictus y Magníficat.

Son los grandes himnos del evangelio de la infancia de Lc 1-2. (a) El Benedictus es la voz de un sacerdote de Jerusalén, con una ideología más sacral y nacional, centrada en la victoria y libertad del pueblo elegido. (b) El Magníficat es vozde una mujer que mesiánica, que pertenece al grupo de los pobres, con su esperanza y compromiso de una transformación universal, anticipándose a Jesús y ofreciéndole su compromiso de madre y mujer liberadora desde la tradición de Israel.

  imagesEl texto original del Benedictus (Lc 1, 68-69. 71-75)   ofrece la visión privilegiada de una comunidad judeocristiana, vinculada al triunfo mesiánico‒patriarcal del pueblo judío y al culto del templo, en una perspectiva dominante de varones, donde el mundo se divide en amigos (israelitas) y gentes que os/nos odian (enemigos). En este contexto, más que la liberación de pobres y excluidos, importa la salvación del pueblo santo:

‒ Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo (tô laô autou), suscitándonos una fuerza (= cuerno) de salvación, en la casa de David, su siervo; es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian.

‒ Ha realizado la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham; para concedernos que libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos en santidad y en justicia, en su presencia todos nuestros días (Lc 1,68-69.71 y Lc 1, 72-75)[1].

   Así interpreta la salvación en clave nacional, de Israel, laos santo, al que Dios quiere liberar de los enemigos (ekhthrôn: 1, 71.73) y de las manos de aquellos que nos odian (misountôn hêmas: 1, 71), a diferencia del Magníficat que habla de la liberación de los pobres como tales.

Esa visión  resulta lógica en boca de un sacerdote patriarca que ha oficiado en el templo de los levitas, poderosos sacerdotes, que entienden el nacimiento del Mesías desde la perspectiva de los elegidos del pueblo santo (que debían liberarse ante todo de sus enemigos nacionales, entendidos como aquellos que les/nos odian)[2].

59bb613b30259      En esa línea, vinculado Lc 1,32-33 con Lc 1, 68-69.71-75, podemos afirmar que en la primera comunidad judeo‒cristiana había algunos que entendieron a Jesús en términos cercanos a un tipo de celotismo militar, en la línea de Pinjás (cf. Num 25)…

(Las imágenes están tomadas de las pinturas de la Virgen de la Merced que Helios Gómez, militante/gitano andaluz, de Triana/Sevilla, amigo de los pobres, condenado por “anarquista” (en la línea de los sicarios de los que seguiré hablando) y devoto de María, pintó en una celda de la Cárcel Modelo.

Por la dureza de aquella cárcel murió Helios. Pero, enfermo como estaba, por amor de B. Lahoz, mercedario ejemplar. que le regaló una estampa de la Virgen  (pintada por Vicente López, 1772-1852,  Museo de Valencia, arriba ), pintó  una celda/capilla de la Virgen de la Merced, su madre, hermana y amiga, encarcelada como él en la Modelo de Barcelona. Iré poniendo imágenes de esa Celda/Capilla de la Virgen de la Merced, cautiva entre los los cautivos de la terrible Cárcel Modelo de Barcelona.

Estuve y ofrecí una semblanza de Helias en un Congreso que unos amigos organizaron hace algunos años en Barcelona. Busque quien quiera la referencia en Helios Gómez y Pikaza. Cf. RD 30.08.2008, https://www.religiondigital.org/el_blog_de_x-_pikaza/Helios-Virgen-Anarquista-Presos-Carcel_7_921577847.html

Magníficat, canto universal.

             A diferencia de Zacaría, María ha destacado la elevación de los oprimidos y el enriquecimiento de los pobres (anawim) que, mirados en sí mismos, carecen de fronteras religiosas y o nacionales; ella, la mujer oprimida (por mujer y por pobre, como seguirá diciendo el Magníficat) eleva su canto al servicio de la liberación de todos los hambrientos y oprimidos del mundo.

1508157347_364695_1508157619_noticia_normal

  María pasa así del nacionalismo de David (defendido por Zacarías, en el Benedictus) al universalismo de Abraham. Ella no busca una pequeña conversión-salvación nacional de Israel, sino la transformación de la humanidad como tal, superando la oposición de poderosos y oprimidos, ricos y pobres (varones y mujeres, en una línea marcada por la tradición paulina en Gal 3, 28).

  Por eso, ella no puede vincularse a los nacionalistas celotas (como sería Zacarías), insistiendo en la sacralidad de templo y pueblo en cuanto tal (separado de otros pueblos, con un triunfo militar del “cuerno” de David, que “libera” Jerusalén de las manos de los enemigos); ella quiere abrir (compartir) un camino de inversión, revolución y transformación de la humanidad en su conjunto, desde los oprimidos y los pobres.[3].

En ese sentido, ella se sitúa más cerca de los sicarios que de los celotas nobles y nacionalistas (como Zacarías). Su movimiento, de origen proletario o campesino, puede presentarse como una religión laical, centrada en la experiencia del señorío absoluto de Dios y de su libertad, en una línea inspirada por Abraham.

Ciertamente, en los momentos más sangrientos de la rebelión y la guerra contra Roma, muchos sicarios mostraron un aire de dura intransigencia, como portadores de la violencia de los pobres que estalla al fin contra los ricos. Pero en el fondo ellos querían ser representantes de un igualitarismo pacífico de todos los desposeídos, destruyendo los archivos oficiales con los documentos de propiedad de los ricos y, quemando los palacios de los sumos sacerdotes y los nobles herodianos, enriquecidos a costa del pueblo, a fin de que todos pudieran ser hermanos [4].

En esa línea, la parte más antigua del himno de Zacarías sacerdote puede entenderse como expresión de un celotismo sacral,nacionalista y jerárquico, partidario del “cuerno de David”, es decir, de un triunfo político‒religioso de Israel. En contra de eso, María se encuentra espiritualmente más cerca de un tipo de revolución sicaria (pero  no militar), en línea de “salvación” de los pobres, no de triunfo armado de la nación judía.

Ella no era defensora de la guerra militar contra Roma, sino partidaria y portadora de un ideal pacífico (femenino) de revolución universal, igualitaria, partiendo de los hambrientos y oprimidos, un  ideal más fuerte que todas las guerras.  Por eso cuando un tipo de piedad social ha secuestrado la figura de María para anestesiar a los pobres y servir a los ricos está traicionando al evangelio. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Magnificat

Viernes, 16 de junio de 2017
Comentarios desactivados en Magnificat

Del blog Nova Bella:

a_2l6

“…Muchas veces me pregunto

qué hacíamos tú y yo antes de querernos…”

*

Carlos Sahagún

magnificat

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad ,

Lutero y la Virgen María, el Magnificat (con E. Tourón)

Sábado, 5 de noviembre de 2016
Comentarios desactivados en Lutero y la Virgen María, el Magnificat (con E. Tourón)

imagesDel blog de Xabier Pikaza:

Quiero recordar, con cierta anticipación, dos fechas importantes en mi vida. (a) Una es la muerte de mi amigo y colega Eliseo Touron del Pie, hace 20 años. (b) Otra es el quinto centenario del comienzo de la Era Protestante, con M.Lutero (hace quinientos años). Ambas se vinculan en María, y más en concreto en el Magnificat.

1. Eliseo Tourón del Pie falleció el 27 de diciembre de 1996, en plena madurez, siendo decano de la Facultad de Teología de San Dámaso de Madrid, tras unos años de sufrimiento de enfermedad y teología, el que tuve la suerte y privilegio de acompañarle con gran intimidad.

2. Martín Lutero, que era monje agustino, publicó el año 1517 sus famosas tesis la justificación, las indulgencias y la reforma de la Iglesia. Fueron en un plano desafortunadas, por la ruptura que surgió tras ellas. Fueron en otro muy afortunadas, porque abrieron y siguen abriendo un camino de reflexión y reforma para las iglesias (incluso, y en especial, para las de tipo luterano).

Anticipándome a las fechas, quiero recoger hoy un trabajo de Eliseo Tourón sobre El Magnificat en Lutero (Ephemerides Mariologicae 44 (1994) 371-390). Le acompañé a pensarlo e incluso a perfilarlo, de manera que lo considero mío (siendo totalmente suyo). Conservo un borrador texto y así lo quiero publicar (sin notas eruditas), por tres motivos:

a) Por recordar al entrañable amigo y profesor Tourón del Pie, ahora que van a cumplirse los veinte años de su muerte, tras una vida rica en docencia y humanidad en Roma, Poio, Salamanca y Madrid (San Dámaso).

(b) Por anticipar las celebración conjunta de los 500 años de la Reforma Protestante, que no ha culminado todavía, no ha cumplido todas sus promesas, ni ha logrado conducirnos a un diálogo más fuerte, a un compromiso más sincero de todos los cristianos.
imagess
(c) Por retomar con Lutero y Tourón el signo de María, la primer cristiana de la historia. Tourón fue amigo del alma, estudioso de María. Lutero sigue siendo profeta en teología, y así quiero recordarle con Tourón, retomando su comentario al Magnificat de María,Madre de Jesús, el canto de los pequeños que aman a Dios y creen en el poder de su brazo.

Todo lo que sigue es básicamente de Eliseo Tourón de Pie, todo ello quiere ser un recuerdo y homenaje de Lutero. El trabajo es algo complejo, en sus dos primeras partes. El lector menor interesado puede pasarlas por alto, para ir a la tercera donde se expone más cordialmente el “calor mariano” del comentario de Lutero.

LUTERO Y EL MAGNIFICAT DE MARÍA
(E. Tourón del Pie, ApMar 44 (1994) 371-390)

El comentario de Lutero al Magnificat es un comentario bíblico-teológico-espiritual ceñido al texto lucano (cf. Lc 1, 46-55).

Los tres aspectos (bíblico, teológico y espiritual) de su exégesis son inseparables. El primero marca la pauta a los otros dos. Pero no es menos cierto que la postura teológica de Lutero, elaborada a la luz de su experiencia religiosa de la torre (Turmerlebnis) -la experiencia de la sola iustitia Dei por la sola fides en Jesucristo sin las obras de la ley- configurará y condicionará su misma exégesis y espiritualidad. De ella vendrá sus luces y sus sombras, su grandeza y sus límites.

También hay que conceder un margen de confianza a que el texto bíblico hable elocuentemente en Lutero desbordándolo y sorprendiéndolo. Este es el caso del Magnificat que además junta una doble virtud:

— por una parte, se ciñe a la riqueza, expresividad y sobriedad evangélicas del texto neotestamentario tan del gusto de Lutero

— y por otra se combina admirablemente con una piedad evangélica al mismo tiempo que conserva algunas reminiscencias católicas no abandonadas del todo. Esto obliga a verlo como el comentario bíblico mariano de Lutero más representativo, ecuánime y ecuménico de toda la evolución de Lutero sobre María. Punto de partida obligado dentro de su gran teología y cristología soteriológica, pero no inmóvil sino dinámico.

El comentario lo podemos dividir en dos partes, aunque Lutero no haya señalado esas fisuras dado que comenta versículo tras versículo en una lectio continua. En la primera, que corresponde a los primeros versículos, podríamos encontrar los verdaderos principios hermenéuticos que dirigen y orientan su exégesis. Y en la segunda parte que se inicia con la enumeración de las obras de Dios (magnalia Dei), cantadas por María en antítesis y en inversión escatológica con las obras de los hombres soberbios-poderosos-ricos, encontraríamos su aplicación y verificación.

1. Principio teológico: el Dios creador-salvador “mira hacia abajo” (“In-die-Tiefe-sehen”).

Dios se fija en la nada, en lo que está muerto, lo insignificante, menospreciable y pecador. Todo esto lo hace para que se resalte, según Lutero, el solus Deus, solus Christus.

Por el contrario, se opone al principio antropológico del hombre en pecado que “mira hacia arriba”(herabsehen),busca el poder, la gloria, la riqueza , su propia salvación. Todo ello denota soberbia, orgullo, idolatría. Esto corresponde a lo que H. Düffel, uno de los mejores comentaristas luteranos, dice que el comentario del Magnificat está fijado “entre la doctrina teológica luterana de la creación y de la salvación”. No se trata de “una mariología conclusa” (keine abschliessende Mariologie), sino de “un ejemplo de la nada humana” (ein Exempel menschlicher Nichtigkeit) que mira exclusivamente hacia la gracia de Dios.

Asi se pone de manifiesto el primado teológico del solus Deus (Allein Gott) (cf. H. DUEFFEL, Luthers Stellung zur Marienverehrung. (Göttingen 1968) pp. 114 y 127. El comentario del Magníficat se sitúa :” nach der Auffasung Luthers über Gott und die Geschichte und der Stellung von Schöpfungs- und Erlösungwerk” (p.114).

En este sentido establece Lutero :”Porque lo mismo que al comienzo de la creación hizo el mundo de la nada (por eso se le llama creador y omnipotente), de la misma forma seguirá actuando hasta el final de los tiempos de tal suerte, que lo inexistente, lo insignificante, lo menospreciado, lo miserable y lo que está muerto lo trueque él en algo precioso, honorable, dichoso y viviente. Y por el contrario, todo lo precioso, honrado, dichoso y viviente lo transforma en nonada, pequeñez y despreciado, miserable y perecedero” (Magnificat.178).

((Hemos manejado y citamos por la traducción y edición española del Magnificat que se encuentra en las Obras de Lutero, preparadas por Teófanes Egido, Ediciones Sígueme (Salamanca 1977) pp. 177-204. De aquí en adelante aparecerá simplificado el título de la obra: Magnif. y a continuación la página.).

1. INTRODUCCIÓN, SOLO DIOS, SOLO CRISTO. POCO LUGAR PARA MARÍA
Dios mira la bajeza de las criaturas

Para ello aduce Lutero textos de la Escritura (Dan 3,55;Sal 138,6; 113,5-6 etc.) en apoyo como es habitual en él, pero en favor de su doctrina sobre el modo propio de crear Dios de la nada (Nichtigkeit) y de mirar la bajeza (Niedrigkeit) de toda criatura, incluida María. La obra que Dios hizo en ella, la divina maternidad de engendrar a su Hijo, no vino preparada por las virtudes de María ni fue esperada por ella dada su humildad. En el momento en que Dios se fija en ella, por más Virgen pura y humilde que fuera, pertenecía a “una cepa muerta” (el tronco de Jesé):

“Justamente como una cepa muerta, que no dejaba sospechar ni esperar que de ella pudiera brotar un nuevo rey de tan elevado rango. Y precisamente entonces, cuando esta falta de vistosidad había tocado su punto máximo, llega Cristo para nacer de esta menospreciada estirpe, de esta insignificante y pobre mozuela; el renuevo y la flor brotan de una persona a la que las hijas de los señores Anás y Caifás no hubieran creído digna de ser su más humilde criada. De esta suerte las obras y mirada de Dios tienden hacia la bajura, las de los hombres, sólo hacia las alturas” (Magnif. 180).

Muchos miran hacia arriba. Parece que Lutero ha tenido en cuenta la manera con la que teólogos y predicadores de la época consideraban a María como portadora de unas virtudes dignas de ser elegida como madre de Dios y de esperar ella este honor. (Muy en concreto puede ser clara la discrepancia con el comentario de Alanus de Insulis (ca. 1120-1202), discípulo de S. Bernardo de Claraval, al Cantar de los cantares 3,6. Se fijaba en las virtudes de María para ser madre de Cristo. Decía: “Et sicut virga dum in altum erigitur, recta linea dirigitur, sic virgo Maria in altum beatitudinis fuit erecta, et tramite virtutum directa”.En cambio, Lutero destaca la nada y pobreza de María: “solch unansehlich gestalt”, d.h. “…von dem geringen armen dyrnleyn” Maria Christus geboren wird”. Leer más…

Biblia, Espiritualidad, Iglesia Católica, Iglesia Luterana , , ,

Recordatorio

Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.

Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada. no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.

Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.