Los crímenes de odio LGTBfóbicos se duplican en Rusia desde la aprobación de la ley anti-gay
Desde la aprobación de la Ley contra la “Propaganda” Homosexual rusa se han duplicado los crímenes de odio LGTBfóbico.
De los 250 crímenes analizados, 200 corresponden a asesinatos y la mayoría de las víctimas eran hombres gais.
Cuando en junio de 2013 Rusia aprobó la ley que prohibía la “propaganda” homosexual, que si bien sólo condena la difusión de cualquier tipo de promoción de la homosexualidad dirigida a personas menores de edad, también sirve para dar rienda suelta a la discriminación, tal y como constata el hecho de que en menos de un lustro se hayan incrementado notablemente los crímenes de odio contra los miembros del colectivo LGBT.Así, a pesar de que la homosexualidad fue despenalizada en el país en 1993 (pero se siguió considerando una enfermedad mental hasta 1999) el gobierno dio carta blanca a los crímenes de odio.
Eso es lo que se desprende de un estudio realizado por el Centro Independiente de Investigación Social de San Petersburgo (Center for Independent Research) que se acaba de presentar y ha dejado claro que en los últimos 5 años los crímenes de odio contra el colectivo LGTB+ se han duplicado en el país de Putin. Y los datos son muy preocupantes.
Los crímenes LGTBfóbicos no solo se han duplicado sino que de los 250 que se han analizado 200 fueron asesinatos, la mayoría contra hombres gais. Y con 200 asesinatos sobre la mesa sorprende que el número de sentencias por estos crímenes de odio contra personas homosexuales, bisexuales o transexuales, haya crecido tan sólo de 10 en 2010 a 65 en 2015.
Los investigadores son conscientes de que las agresiones son realmente superiores a las denuncias, dado que muchas personas no llegan siquiera a denunciar, no se investigan y no se judicializan ante la pasividad del gobierno para investigar crímenes de odio de esta índole. «No vamos a abrir el caso porque eres un ‘maricón’ (…). Deberías culparte a ti mismo», le contestan la policía a Lyosha Gorshkov, un ex profesor de ciencias políticas, golpeado hasta que pierde el conocimiento cuando se encuentra con sus amigos en un bar. Esta misma pasividad es la que los activistas denunciaban ante el asesinato del periodista Dmitry Tsilikin, silenciado por el gobierno como una «trágica muerte» cuando había sido asesinado en su propia casa por ser homosexual.
¿Por qué ocurre esto? Fácil. Como explica Svetlana Zakharova, de la Russian LGBT Network, tanto la ley anti-gay como la actitud del gobierno (fuertemente influenciado por la Iglesia Ortodoxa) no solo no persiguen estos crímenes si no que alientan a los criminales: “Se han vuelto más agresivos y tienen menos miedo. Parece que, para ellos, el gobierno apoya de alguna manera sus acciones. Muchos de los criminales hablan abiertamente sobre sus crímenes como si fueran actos nobles.”
Amparados en la Ley de Propaganda y gracias al aumento de poder de Vladimir Putin al acercarse a la Iglesia Ortodoxa Rusa, el gobierno ruso ha prohibido sistemáticamente las marchas del orgullo, ha detenido a activistas de los derechos del colectivo LGBT, ha cancelado espectáculos culturales, como el ballet Nureyev, ha sancionado páginas web, ha prohibido el videojuego The Sims 4 o incluso ha llegado a arrestar a turistas. Asimismo, en los últimos meses hemos asistido a la pasividad de las autoridades rusas ante las denuncias de la purga de homosexuales en Chechenia, que ahora aseguran estar investigando.
Hace unos meses el tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo condenó al Kremlin a pagar una indemnización a tres personas multadas por quebrantar la ley contra la “propaganda” homosexual, aclarando que se trata de una ley aleatoria y discriminatoria que sólo ayuda a perpetuar la homofobia.
Fuente | Reuters, vía EstoyBailando/Universogay
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