Homofobia en Canteen, un restaurante de Londres
Si este pasado fin de semana leíamos del desagradable incidente por parte de un empleado de seguridad del Burger King de la Plaza de los Cubos de Madrid hoy leemos algo muy parecido pero en una cadena de restaurantes londinenses y a una pareja de lesbianas.
Esta es la historia de Lydia Cawson y Ruby Jones. Ambas se encontraban en Southbank, en Londres, y quedaron para cenar en el resturante Canteen. Ambas venían de una larga semana, mudanza incluida, con muchos nervios acumulados. En un momento de la cena, Ruby está realmente afectada, así que Lydia, como cualquiera persona haría, se movió de sitio para sentarse cerca de su novia, ya que hasta entonces estaban sentadas una enfrente de la otra.
Para animarla Lydia la rodeó con su brazo, un par de besitos en la mejilla y algún piquito. Nada excesivo. Lydia explica que no vio ningún tipo de reacción entre el resto de clientes. Todo transcurría de forma muy normal. Entonces la encargada del restaurante se acercó a ellas y les pidió que pararan, que el Canteen es un restaurante familiar.
Y eso es lo que más molestó a la pareja. Primero porque no había ningún niño en el restaurante. Y luego, aunque lo hubiera habido ¿qué hubiera importado? Entonces Ruby le preguntó a la encargada si eso era un restaurante familiar o un restaurante homofóbico. Y entonces ya la encargada se echó para atrás. Por supuesto desde la cadena se han disculpado con la pareja y han asegurado que se ha abierto una investigación para llegar al fondo del asunto.
En la entrevista a Lydia, llama la atención como ella cree que Londres no es una ciudad especialmente gay-friendly. Y eso lo dice alguien que vive la ciudad. Que incluso en Soho hay ataques homofóbicos. Y es que para los turistas homosexuales que visitan sólo la parte rosa de la ciudad es fácil sentirse cómodo, pero ¿qué hay del resto de barrios?
Esto es otro punto de vista para demostrarnos que desde la ciudad más pequeña a una de las capitales del mundo, uno puede encontrarse con gestos (si no cosas peores) muy homofóbicos.
Fuente | Evening Standard , vía AmbienteG
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