Ernesto Cardenal: el adiós del cura poeta que nunca se supo arrodillar
“Toda el alma convertida en mirada
y la de Él
se confunden
como si Él
estuviera
dentro de tus pupilas.”*
Ernesto Cardenal,
Vida en el amor
Una noticia que me entristece, por su falta, pero que me alegra porque, personalmente creo que Ernesto, el gran poeta, escultor y místico, contemplativo y revolucionario, a quien conocí en su casa de Nicaragua tras visitar Solentiname, cuna de la Misa Campesina Nicaragüense, de la pintura primitivista y del que conservo una escultura que preside un lugar central en nuestra casa… está ahora inmerso en ese espacio cósmico al que cantó y que se inserta en Dios…
Hace casi dos años escribía en esta página que una de mis más felices experiencias fue poder orar en la iglesia de Nuestra Señora de Solentiname, en el lago Nicaragua/Cocibolca donde se cantó por primera vez esta misa, respirar el aire del archipiélago, hablar con Ernesto Cardenal… y ver cómo un colibrí aleteaba… Gracias Ernesto por la poesía que tanto me ha acompañado y por tu testimonio cristiano, místico y revolucionario
Muere Ernesto Cardenal, sacerdote, político poeta, el alma de Nicaragua
La catedral de Managua acogerá su funeral, y será enterrado en Solentiname
El sacerdote y ex ministro de Cultura sandinista murió anteanoche a los 95 años. Uno de los líderes de la Teología de la Liberación, fue perseguido por Juan Pablo II y rehabilitado por Francisco, y se convirtió en el mayor crítico de Daniel Ortega
‘Ernesto Cardenal: poeta del universo’, por Gioconda Belli
‘Despedida a mi vecino’, por Sergio Ramírez
La imagen dio la vuelta al mundo, y fue el símbolo de lo inflexible de un pontificado. El 4 de marzo de 1983, Juan Pablo II llegaba a Nicaragua, y su ministro de Cultura, el sacerdote y poeta Ernesto Cardenal, lo recibió arrodillado. Con gesto duro y el dedo índice señalándole, Wojtyla reprendió públicamente al religioso por formar parte (también su hermano Fernando, otro sacerdote) del Gobierno sandinista.
El Papa que odiaba a los comunistas no podía soportar a dos curas, integrantes de la Teología de la Liberación, formando parte de un Gobierno ‘rojo’. “Usted debe regularizar su situación”, le amonestó Wojtyla. Cardenal sólo pudo callar, sonreír, y seguir hacia adelante. Ese cura arrodillado, que jamás postró sus ideas, acaba de morir, a los 95 años, en Managua.
Ernesto Cardenal nunca fue un cura al uso. Poeta, político, intelectual reconocido en todo el mundo, fue condenado por el Vaticano pocos meses después de aquella visita de Wojtyla, y debió esperar 35 años para ser rehabilitado por la Iglesia. Tuvo que ser Francisco, el primer Papa latinoamericano, quien volviera a permitirle celebrar la Eucaristía.
“Cuentan que tras la bala
se oyó una voz
Era Dios que gritaba
¡Revolución!
A revisar la sotana
mi general
que en la guerrilla cabe
un sacristán
Lo clavaron con balas
en una cruz
lo llamaron bandido
como a Jesús” (Daniel Viglietti a Camilo Torres)Hasta siempre Ernesto Cardenal pic.twitter.com/3JEkKEb1xW
— Pablo Iglesias (@PabloIglesias) March 1, 2020
Un guía moral
Las condolencias no tardaron en llegar. El también escritor nicaragüense, y premio Cervantes 2017, Sergio Ramírez, afirmaba que “al morir Ernesto Cardenal (pierdo a un hermano mayor, amigo entrañable y vecino de muchos años, un guía moral, un modelo literario, y con él se va parte esencial de mi propia historia”.
La muerte fue anunciada por su compañera, la poetisa Gioconda Belli. “Les escribo para avisarles que Ernesto Cardenal, nuestro gran poeta, acaba de morir a sus 95 años, después de una vida de entrega a la poesía y la lucha por la libertad y la justicia”, afirmó Belli, añadiendo que el poeta será enterrado en la comunidad que él mismo fundó, Solentiname, e invitó al pueblo nicaragüense a participar, este lunes, en el funeral en la catedral de Managua en la Catedral de Managua.
Adiós al amigo, Ernesto Cardenal, quien ahora puede cantar su Salmo 15 delante de Dios: “No hay dicha fuera de ti. Yo no rindo culto a las estrellas de cine, ni a los líderes políticos y no adoro dictadores”. pic.twitter.com/AGW9UuC6sU
— Silvio José Báez (@silviojbaez) March 1, 2020
No adoro dictadores
Por su parte, el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, que según algunas fuentes dio la extrema unción a Cardenal, dio su último adiós al amigo, Ernesto Cardenal, quien ahora puede cantar su Salmo 15 delante de Dios: ‘No hay dicha fuera de ti. Yo no rindo culto a las estrellas de cine, ni a los líderes políticos y no adoro dictadores’”.
“Mi poesía tiene un compromiso social y político, mejor dicho, revolucionario. He sido poeta, sacerdote y revolucionario”, se definió en 2012, al ser reconocido con el Premio Iberoamericano de Poesía Reina Sofía.
Merton y Solentiname
Nacido el 20 de enero de 1925 en Granada, en el seno de una de las familias más respetables del país, el futuro sacerdote creció en una de las casonas más emblemáticas de la capital conservadora de Nicaragua. Aunque su familia había decidido para él la carrera de Derecho, su familia se rindió ante su vocación literaria, viajando a México y Estados Unidos. Sin embargo, en 1957, Ernesto Cardenal ingresaba en el monasterio trapense de Gethsemaní, en Kentucky. Allí el religioso conoció a su mayor influencia literaria: Thomas Merton, quien fue su maestro de novicios. Su influencia fue decisiva para la fundación de la comunidad de Solentiname, donde será enterrado esta semana.
Al morir Ernesto Cardenal (1925-2020) pierdo a un hermano mayor, amigo entrañable y vecino de muchos años, un guía moral, un modelo literario, y con él se va parte esencial de mi propia historia.
Foto de Daniel Mordzinski pic.twitter.com/8ZRXKLpIEr
— Sergio Ramírez (@sergioramirezm) March 1, 2020
Solentiname se convirtió, desde su fundación en 1966 en un refugio para los líderes guerrilleros que luchaban contra la dictadura de Somoza. Tras el triunfo de la revolución en 1979, Cardenal fue nombrado ministro de Cultura, cargo en el que permaneció hasta 1987. Su hermano Fernando fue titular de Educación hasta 1990.
“Mi fe es en Cristo, no en el Vaticano”
“El cristianismo tal como lo vemos en el Vaticano, no es el que Cristo quiso para la iglesia; pero mi fe es en Cristo, no en el Vaticano; si el Vaticano se aparta de Cristo, yo sigo con Cristo”, explicaba Cardenal a la BBC en 2007. Sin embargo, la llegada de Francisco y su idea de Iglesia pobre y para los pobres volvió a acercar al teólogo a la cúpula vaticana. Y si Juan Pablo II le condenó, Bergoglio rehabilitó al poeta revolucionario.
Qué inmensa pena. El cosmos se te quedará pequeño, compañero… Fallece el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, figura clave de la Teología de la Liberación https://t.co/mQPhsGZtaj a través de @elpais_cultura
— Fernando San Martín (@fsanmartin2014) March 1, 2020
No ocurrió lo mismo en lo político. Desencantado por la corrupción sandinista, Cardenal se apartó de Daniel Ortega, convirtiéndose en su mayor crítico después de su regreso al poder en 2007. De hecho, los últimos meses del poeta estuvieron marcados por una creciente persecución. Hace justo un año, el sacerdote trapense exigió la salida de Ortega y de su mujer, Rosario Murillo. “Queremos simplemente que la pareja presidencial se vaya, no hay nada que dialogar (…). Ellos deberían saber lo que está pasando sin que yo se los diga. No tengo libertad para decirlo, no hay libertad de ninguna clase. Cualquiera puede sufrir la represión. Ni yo estaría libre tampoco”.
Sin embargo, al conocerse el fallecimiento del poeta, el Gobierno ha decretado tres días de duelo nacional, calificando a Cardenal de “gloria y orgullo” de Nicaragua.
#URGENTE El Presidente de #Nicaragua Daniel Ortega al conocer la noticia del fallecimiento del Ilustre Poeta nicaragüense, Ernesto Cardenal, declara 3 días de duelo nacional.#UnidosEnVictorias pic.twitter.com/KXRGzYABKM
— (@FloryCantoX) March 1, 2020
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“Todas las cosas se aman. La naturaleza toda tiende hacia un tú. Todos los seres vivos están en comunión unos con otros. El fenómeno del mimetismo hermana a todas las plantas y animales y cosas: hay insectos que imitan a las flores y flores que imitan insectos, animales que imitan el agua o las rocas o la arena del desierto o la nieve o los bosques o a los otros animales. Y todos los seres vivos se aman y se comen unos a otros en ese vasto proceso del nacimiento y del crecimiento y de la reproducción y de la muerte.”
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Ernesto Cardenal.
Vida en el amor.***
Fuente Religión Digital
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