Suecia: examen psiquiátrico para el adolescente que mató a un hombre gay y le retorció una serpiente muerta en el cuello
Conmoción en la ciudad sueca de Gotemburgo (la segunda más poblada del país, después de Estocolmo) tras el terrible asesinato a un hombre homosexual de 54 años en su domicilio. Al parecer, el autor del crimen y su cómplice, dos adolescentes sin techo, pretendían cometer un robo en la vivienda y acabaron vejando y matando a la víctima, que compartía piso con su pareja sentimental. Aunque los hechos ocurrieron el pasado mes de junio, el caso se encuentra en pleno proceso judicial. El cómplice pasará 3 meses en un centro de menores y, posteriormente, será deportado. El autor principal del crimen homófobo tendrá que someterse a pruebas psiquiátricas, por orden judicial, antes de que se dicte sentencia contra él.
El asesino, de 16 años, y su compinche, del que no ha trascendido su edad exacta, son dos jóvenes marroquíes que habían transitado por distintos países europeos. Ambos carecían de recursos económicos y hasta el momento en el que se produjo la matanza dormían a la intemperie. Los muchachos se habrían propuesto robar en el apartamento de la víctima, en el distrito gotemburgués de Bergsjön. Pero no se conformaron con el robo y acabaron torturando al inquilino, motivados por su orientación homosexual. Una de las pruebas incriminatorias se encontraba en el móvil del asesino: un vídeo en el que aparece lanzándole toda clase de proclamas e improperios homófobos, en el escenario del crimen, con la víctima maniatada.
Los imputados han realizado hasta el momento distintas declaraciones contradictorias. En un primer momento aseguraron no tener relación alguna con el asesinato, aunque debido a las evidencias de su implicación, han acabado reconociendo que sí hubo episodios de violencia, aunque alegan que fue “en defensa propia”. Algo que, por otra parte, parece poco probable atendiendo a la información de la que disponen la policía y el tribunal. Y es que, además del robo y el asesinato, los agresores habrían vestido a la víctima con ropa de mujer. Asimismo, su cuerpo fue encontrado con el cuello y las muñecas maniatados y con otros signos de violencia física.
Burlarse de la víctima
Según el autor principal del crimen, una mujer les habría ofrecido en un parque que les acompañaran a su casa, donde les entregaría ropa limpia y comida. Siguiendo esta versión, los jóvenes habrían descubierto que era un hombre vestido de mujer al llegar al domicilio y este les habría solicitado mantener un encuentro sexual no deseado por ellos. Sin embargo, a la fiscalía no le parece una historia demasiado creíble, ya que el novio de la víctima ha negado reiteradamente que su pareja se hubiera travestido nunca durante su relación de muchos años. “Quisieron burlarse de él”, ha asegurado el novio del fallecido en este sentido. El móvil del robo, por otra parte, parece confirmarse al incautarse la policía de una gran variedad de pertenencias tales como prendas de vestir, joyas, teléfonos móviles y otros objetos de valor del apartamento del hombre asesinado.
Los agresores no han podido proporcionar a las autoridades una explicación razonable sobre el vídeo que encontraron en el móvil del principal acusado, ni tampoco por qué a la víctima le habían retorcido el cuello, una vez ya fallecido, con una serpiente muerta. Sobre el reptil, el agresor solo pudo aducir ante el juez que “¿cómo iba yo a ponerla ahí, con mis propias manos, si me dan mucho miedo [las serpientes]?”. Para la fiscal Lotta Nielsen este “es un crimen de odio, es un asalto sin sentido y es un asesinato brutal”.
La respuesta no es la xenofobia
Un informe oficial de las autoridades suecas revela que los jóvenes marroquíes que sobreviven en las calles del país, por lo general, provienen de circunstancias muy difíciles. A menudo vivían también a la intemperie en su país de origen, y suelen recorrer varios países europeos antes de llegar a Suecia. La mayoría de los delitos que registra la policía a manos de estos jóvenes están relacionados con la compra-venta o el abuso de sustancias estupefacientes y la necesidad de obtener dinero para su supervivencia. Estos jóvenes “son particularmente vulnerables a la delincuencia”.
Esto no significa que, ni mucho menos, crímenes homófobos como el que recogemos en este post carezcan de importancia o que no deban ser castigados judicialmente. Sin embargo, la criminalización de todo un colectivo de inmigrantes no es la respuesta más adecuada. En este sentido, en Suecia la derecha xenóbofa está experimentando un progresivo crecimiento (igual como ocurre en otros países europeos) y podría utilizar trágicos hechos como este asesinato para justificar su discurso racista.
En julio de 2015,nos hacíamos eco del fracaso de la “marcha del Orgullo” por un barrio de mayoría musulmana de Estocolmo, organizada por afines a la formación populista y antiinmigración Demócratas de Suecia (SD). Una convocatoria que apenas logró reunir una veintena de personas y que contó con el rechazo de los colectivos LGTB. Los activistas consideraron la concentración como una provocación sin sentido y denunciaron la hipocresía del SD, un partido contrario a la adopción homoparental y al mal llamado “lobby gay”, pero que no duda en erigirse en primer defensor de la igualdad LGTB, supuestamente en peligro por la presencia de personas de origen extranjero en Suecia.
Fuente Dosmanzanas
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