Realizado con éxito el primer trasplante de hígado en paciente con VIH
Un equipo de cirujanos de Baltimore realiza con éxito el primer trasplante de hígado entre pacientes con VIH, además de la misma operación con un riñón en otro paciente.
Tres años después de que el gobierno estadounidense aprobara este tipo de operaciones, la Universidad de John Hopkins anuncia que un equipo de cirujanos de Baltimore ha realizado con éxito el primer trasplante de hígado en el mundo de una donante con VIH a un paciente también portador de VIH. También se ha realizado el trasplante de un riñón en las mismas circunstancias, un tipo de operación entre pacientes con VIH que ya se realiza con éxito en Sudáfrica.
«Este es un día muy emocionante para nosotros», asegura en la rueda de prensa Dorry Segev, profesor de cirugía en la facultad de medicina de John Hopkins, quien asegura que «esto podría significar una nueva oportunidad de vivir». Según la profesora adjunta de medicina y oncología de la misma universidad, Christine Durand, este tipo de operaciones conlleva «riesgos únicos», puesto que el paciente receptor se expone a una segunda cepa del virus.
El receptor del riñón llevaba 3 años a la espera de donante y convive desde hace 30 años con el VIH, sufriendo hipertensión, problemas autoinmunes y haber estado en procesos de diálisis. El paciente que ha recibido el hígado llevaba 2 años en lista de espera, sufría de hepatitis C y lleva más de 25 años luchando contra el VIH. Las intervenciones se realizaban hace dos semanas, recuperándose ambos pacientes sin mostrar ningún efecto secundario y a la espera de recibir el alta médica.
Hasta 2013, utilizar órganos de un donante portador de VIH para trasplantes estaba prohibido en los Estados Unidos, pero la escasez de órganos ha llevado a que muchos pacientes fallecieran antes de encontrar un donante apropiado, particularmente aquellos con VIH, mucho más vulnerables. El uso de órganos de personas portadoras podría llegar a salvar unas 1.000 vidas anuales, según precisa el doctor Segev, algo que permite la Ley de Equidad de Órganos y VIH (HOPE Act), promovida desde la propia Universidad John Hopkins.
En cualquier caso, la experiencia en Sudáfrica alerta sobre la necesidad de escoger cuidadosamente la compatibilidad entre donantes y receptores, para evitar el rechazo al órgano, aunque el índice de éxito entre personas portadoras del virus y las no infectadas es muy similar.
Fuente Universogay
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