Francisco: “Las parejas homosexuales tienen derecho a estar cubiertas legalmente”
El pontífice da un paso al cambiar el “quién soy para juzgar” con el que respondió a unos periodistas y propone en un documental “una ley de convivencia civil”
“Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible por eso”
Migrantes y refugiados, pobres, abuso sexual a menores, papel de la mujer… son otros de los aspectos que se abordan en ‘Francesco’
“Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible por eso”. El Papa Francisco defendió “una ley de convivencia civil” para las parejas homosexuales, que “tienen derecho a estar cubiertos legalmente”, en el documental ‘Francesco’, dirigido por el cineasta ruso Evgeny Afineevsky y que se ha presentado hoy en el festival de cine de Roma.
Se trata de la primera ocasión en la que el Papa hace una propuesta tan reveladora, y que va mucho más allá de aquel “¿Quién soy yo para juzgar?“ con el que respondió a una pregunta sobre la Iglesia y los homosexuales durante un vuelo papal.
Un cambio drástico en la postura del Vaticano
El respaldo papal a las uniones civiles entre personas del mismo sexo representa un cambio drástico en la postura oficial del Vaticano (y de sus predecesores) al respecto. Las palabras del pontífice se recogen en un fragmento del documental que reflexiona sobre el cuidado pastoral para lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
“Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil. Tienen derecho a estar cubiertos legalmente”, recalcó el Papa Francisco. “Yo defendí eso”. Su biógrafo, Austen Ivereigh, recuerda que cuando el Papa era arzobispo de Buenos Aires se opuso a la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, pero se mostró a favor de una ley que regulase las uniones en una votación celebrada en el seno de la Conferencia Episcopal Argentina (que perdió). “Lo hizo porque cree que deben respetarse los derechos básicos como poder heredar, visitar al otro en el hospital… Es una cuestión de justicia civil. Esa fue su posición matizada, pero perdió el voto con los otros obispos”, recuerda el autor de El gran reformador, la biografía de referencia sobre Francisco.
Es la primera vez, sin embargo, que Francisco muestra un apoyo tan nítido y directo a este tipo de uniones desde que fue nombrado Papa en 2013. Además, la referencia explícita a la “familia” profundiza más en un concepto hasta ahora tabú para la Iglesia en relación con la convivencia entre personas homosexuales. La cita puede generar dudas, pero no está en la agenda del Vaticano aprobar, en ningún caso, la adopción de hijos en las parejas homosexuales.
Las leyes de unión civil entre personas del mismo sexo ya existen en la mayoría de países europeos. Pero Francisco pide que se promuevan refiriéndose, se supone, a los lugares donde todavía no existen. La nacionalidad rusa de su entrevistador, además, hace suponer que el Papa piensa en lugares donde los homosexuales son perseguidos.
La posición de Francisco sobre la integración de los homosexuales en la Iglesia ha sido siempre algo ambigua, pero mucho más avanzada que la de sus predecesores. La primera vez que habló de ello como Pontífice fue en un el vuelo de vuelta de su viaje a Brasil en 2013. Entonces dijo: “Si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”. Explicó también que dicha orientación sexual no era un pecado, aunque matizó que sí lo eran los actos.
Más adelante, además, en unas polémicas declaraciones, aconsejó llevar a los niños homosexuales al psicólogo. “Todo el mundo tiene derecho a tener un crío, venga como venga. Comprendo que genere dolor si es homosexual, pero nunca se echa del hogar a alguien porque tenga tendencia homosexual. Cuando la persona es muy pequeña y muestra síntomas raros, puede ir a un psicólogo para que vea a qué se debe eso”, señaló en una entrevista en La Sexta.
La posición oficial del Vaticano respecto a las uniones civiles entre personas del mismo sexo seguía siendo la que se estableció en 2003 durante el pontificado de Juan Pablo II. Entonces, la Congregación para la Doctrina de la Fe, que dirigía el futuro papa Joseph Ratzinger, publicó un documento bajo el título “Las consideraciones en lo concerniente a las propuestas de dar reconocimiento legal a las uniones entre personas homosexuales”. “La Iglesia enseña que el respeto por las personas homosexuales no puede conducir de ninguna manera a la aprobación de la conducta homosexual o en el reconocimiento legal de las uniones homosexuales”.
La declaración, que llega en un momento de profunda división ideológica, sorprende por el formato en que se produce. Lucetta Scaraffia, historiadora y experta en asuntos sociales y de la mujer en la Iglesia cree que “es parte de su proceso de apertura”. “Es algo importante. Hay que recordar todos los partidos católicos que han hecho una guerra contra esto. Supongo que creará problemas dentro de la Iglesia y en el mundo político. Quizá hacía falta hacerlo de forma más detallada y transitoria, es como si faltase un pasaje hasta llegar aquí”, opina. Un método, sin embargo, habitual en este papado.
El documental, que se estrenará en América este fin de semana, muestra las aproximaciones pastorales de Bergoglio ante distintos problemas sociales. Junto al Papa, aparecen en el filme otras figuras de colaboradores del Papa, entre los que destaca el cardenal Tagle. Migrantes y refugiados, pobres, abuso sexual a menores, papel de la mujer… son otros de los aspectos que se abordan en ‘Francesco’.
En la película se muestra el testimonio de una pareja de hombres italiano que querían llevar a sus hijos a la parroquia. “Él no mencionó cuál era su opinión sobre mi familia. Probablemente él está siguiendo la doctrina en este punto”, dijo el hombre, al tiempo que elogió al Papa por una disposición y una actitud de acogida y aliento.
La imagen de una plaza de San Pedro lluviosa y vacía por la pandemia de coronavirus y un solitario Francisco dirigiéndose al centro es la poderosa metáfora con la que el director nominado al Óscar Evgeny Afineevsky arranca su último documental, una mirada muy cinematográfica sobre la personalidad y las acciones del papa argentino.
“Francesco”, que se estrenó este miércoles en el Festival de Cine de Roma, es un documental dedicado a “una Humanidad que crea dramas y desastres, y a él, que con humildad y sabiduría, trata de guiarnos para construir un futuro mejor”, dice Afineevsky en entrevista con Efe.
“Yo no lo veo como un documental sobre el papa, es un documental sobre todos nosotros, toda la Humanidad que crea desastres, agrede al medio ambiente, monta todas estas guerras que hacen huir a migrantes, crea el abuso sexual, que no solo lo hay en la Iglesia, también en Hollywood”, asegura el director.
“Él trata de ayudarnos a navegar, a cambiar, mostrándonos que estamos ante una línea roja” y que debemos elegir entre “ser víctimas de nuestro pasado o héroes de nuestro futuro”, añade.
El director, afincado en EEUU, nominado al Óscar al mejor documental en 2016 con “Winter on fire: Ukraine’s Fight for Freedom” sobre la revolución del Maidán, y a tres Emmy por “Cries from Syria” en 2017, ha tardado casi tres años en filmar esta cinta, que durante dos horas recorre el pensamiento y experiencias de Bergoglio, a través de sus viajes, testimonios de personalidades y amigos y con el hilo conductor de contundentes palabras del papa.
“Me he reunido con él unas cinco veces, siempre en función de su agenda, hemos tenido también dos entrevistas a cámara”, cuenta el director, que grabó las últimas tomas justamente durante la pandemia el pasado junio.
Su documental quiere ser como “una ducha fría”, mostrar al mundo que “estamos en cierto punto en el que debemos reevaluar nuestras acciones, recordar que lo que puede ocurrir es el Armagedón”, insiste, pues como dice Francisco: “la Humanidad vive una crisis que no es solamente económica y financiera, también es ecológica, educativa, moral, humana”.
Afineevsky no pretende mostrar a Francisco como una celebridad. “A diferencia de la película de Win Wenders de hace un par de años, es importante para mi no mostrarlo ni como un papa ni como el rey del universo, sino como una persona humilde: hago esto, intento ayudaros, mostraros los desastres que vosotros, como humanidad estáis haciendo, intentemos dejar de cometer errores, cuidar el medio ambiente, ser hermanos, terminar con el odio”.
Las mismas ideas que Francisco puso sobre el papel en su tercera y reciente encíclica “Fratelli Tutti” (Hermanos todos).
“Él pone su trabajo y sus pensamientos en su encíclica, yo pongo mi trabajo y mis ideas y mi manera de contar historias como director de documentales, hago un monumento cinematográfico dedicado a nosotros, que creamos drama y desastres, y a él, que le gusta ir a la línea del frente”.
Con imágenes conmovedoras de sus viajes -como su visita al campo de refugiados de Lesbos- y frases de gran impacto –“quien piensa solo en hacer muros y no puentes no es cristiano”, “no hay santo sin pecado ni pecador sin futuro“- el cineasta muestra a un hombre “que llora con la Humanidad”, como dice uno de los entrevistados, el padre franciscano Michael Perry.
En el documental, el director de 48 años, nacido en Kazán (antigua Unión Soviética), que creció en Israel y después emigró a Estados Unidos, no aborda cuestiones religiosas, sino las ideas del papa sobre los grandes desafíos de nuestro tiempo. “Para mi que no soy católico, que soy judío y nacido como ateo en Rusia, era importante mostrar al mundo que yo, con mi perspectiva no religiosa puedo ver lo que este hombre hace y cómo nos inspira”, señala.
Por eso optó por una película “que pueda ser vista por jóvenes y mayores, por diferentes grupos sociales, creyentes y no. Traté de crear una historia cinematográfica que puede se entendida por gente sencilla y gente muy cultivada, algo que pueda quedar después de nosotros y pueda educar a la gente”.
Curiosamente, la elección del argentino Jorge Bergoglio como papa en marzo de 2013 aparece casi al final. “Tradicionalmente, todas las películas sobre el papa empiezan por su nombramiento, pero yo quiero enfatizar que no hago un filme sobre el papa, quería mostrar ese contraste” empezando con la plaza vacía en junio de 2020 y la plaza abarrotada en marzo de 2013, para hacer pensar al espectador acerca de todo lo que ha sucedido.
“Intento decir a la gente que es importante aprender de nuestros errores, como hace él…un líder y un hombre que no tiene miedo de arrodillarse y decir lo siento”. “Bergoglio, y eso es lo fascinante, sigue abierto a aprender de sus errores, de la gente que le rodea”, afirma.
Uno de esos errores, que luego el papa reconoció, es cuando en 2018 no creyó a las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes en Chile y les pidió pruebas enfadado, pero poco después pidió perdón, recibió a las víctimas en Roma e hizo dimitir a los obispos chilenos.
“Solo dos meses después de la cumbre de los abusos de febrero de 2019 se vieron los primeros frutos, la nueva ley vaticana que obliga a denunciarlos y poco después se abolió el secreto pontificio”, subraya Afineevsky, que incluye entre las entrevistas del documental a víctimas de estos abusos, como el activista chileno Juan Carlos Cruz.
También se muestra al jesuita Bergoglio en Buenos Aires antes de ser papa, gracias a imágenes antiguas – sentado en el transporte público, por ejemplo- y testimonios de sus allegados y amigos, como uno de sus sobrinos, el padre Pepe, el rabino Skorka, o el imam Omar Abboud, además del premio Nobel Pérez Esquivel o Estela de Carloto, de las abuelas de plaza de Mayo. “Para mi era importante conocerlo antes de que fuera papa, para entender su carácter y lo que le motivó a ponerse en primera línea, porque va en su personalidad ponerse en primera fila en cualquier desastre”, asegura el realizador.
El drama de los migrantes está muy presente con imágenes conmovedoras del papa en Lampedusa o en el campo de Lesbos, en Grecia, y el propio Bergoglio, de origen italiano, habla de su “sangre migrante”. “Yo también soy emigrante”, cuenta Afineevsky, que coincide con él en que se debe acoger, pero también integrar a esa gente.
“Estuve en la frontera entre México y EEUU y pienso: la audiencia de EEUU olvida quien limpia nuestras casas, la gente de México, quién trabaja en la construcción cuando vamos contra ellos. Sí, debe haber ciertas reglas, pero eso no significa desunir familias, ponerlas en celdas”, afirma.
La cinta cuenta con entrevistas con el papa emérito Benedicto XVI, el cardenal filipino Tagle, el presidente Sarkissian de Armenia -donde Francisco habló de genocidio causando el enfado de Turquía- entre otras.
El realizador recibe hoy jueves en el Vaticano de manos de Rosetta Sannelli, su creadora, el premio Kineo Pelìcula para la Humanidad, que tradicionalmente se entrega en el festival de Venecia, y que se otorga a quienes promueven temas sociales y humanitarios. Ello porque “Francesco” ilustra el pensamiento y la obra de este papa “volcánico e imparable”, una personalidad de gran profundidad a nivel mundial, independientemente de sus creencias o juicios personales”, señala el fallo.
Fuente Religión Digital/Agencias
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