Una pareja cristiana del Reino Unido saca a sus hijos del colegio porque este permite que una niña trans vaya con vestido a clase
Una semana después de publicar el caso del adolescente trans inglés de 15 años Leo Etherington (se suicidó tras la negativa de su colegio a reconocer su identidad de género masculina), nos hacemos eco de otra noticia relacionada con los menores trans en el Reino Unido. Nigel y Sally Rowe han saltado a los medios de comunicación al decidir sacar del colegio a sus hijos, de 6 y 8 años, después de que el centro escolar (perteneciente a la anglicana Iglesia de Inglaterra) haya permitido que una niña trans acuda a clase con vestido, de acuerdo a su identidad de género femenina. Los padres tránsfobos alegan que “es un error alentar a los niños muy pequeños a aceptar la transexualidad; los niños son niños y las niñas son niñas” y se defienden de las críticas echando balones fuera: “no creemos que la gente los esté intimidando de ninguna manera por el hecho de ser transexuales”. Sin embargo, no dudan en proclamar que los casos de menores trans “causan confusión” entre el resto de niños, en lugar de asumir que es una cuestión de falta de educación.
Por las respuestas de los Rowe se evidencia que, como les ocurre a la mayoría de LGTBfóbicos, ignoran los problemas a los que se enfrentan los menores trans, acosados por una sociedad todavía poco preparada para brindarles todo el apoyo que necesitan. Según estos padres ingleses, una acción como la que ellos han protagonizado (sacar a sus hijos del colegio porque una niña trans se manifieste conforme a su auténtica ideología de género) no supone perjuicio alguno para los menores trans. Antes al contrario, justifican que “un niño (sic) de 6 años de edad no tiene la capacidad mental para hacer ese tipo de cosas”. En la misma línea, aseveran que “la disforia de género es algo que nosotros, como cristianos, necesitamos abordar con amor y compasión, pero no en la esfera de un ambiente de escuela primaria”.
La solución adoptada por Nigel y Sally Rowe (de 44 y 42 años, respectivamente) ha sido escolarizar a sus hijos en su propia casa, donde podrán instruirlos en sus propias tesis LGTBfóbicas. Asimismo, están preparándose para denunciar al colegio ante la anglicana Iglesia de Inglaterra y tienen la posibilidad de llegar hasta el Tribunal Supremo, que podría revisar judicialmente la aplicación en menores de la Ley de Reconocimiento de Género de 2004 (con consecuencias eventualmente negativas para los menores trans).
Lluvia de críticas a los padres tránsfobos
Por su parte, el director de educación de la Diócesis de Portsmouth, Jeff Williams, ha dejado claro que “las escuelas de la Iglesia de Inglaterra son ambientes inclusivos donde los alumnos aprenden a respetar la diversidad de todo tipo. Como cualquier otra escuela estatal, nuestras escuelas cumplen con los requisitos legales de la Ley de Igualdades de 2010”. Entre otras cosas, prosigue Williams, “esto requiere que las escuelas acepten los deseos de los niños y sus familias con respecto a la identidad de género”, ya que “sería ilegal que cualquiera de nuestras escuelas hiciera lo contrario”.
El mismo responsable de la mencionada diócesis anglicana ha añadido que “porque nuestras escuelas tienen un ‘ethos’ cristiano, también creemos que los niños de todas las religiones y los que no tienen ninguna deben sentirse igualmente bienvenidos, valorados y nutridos como hijos de Dios dentro de nuestras comunidades de aprendizaje”.
El anuncio de Nigel y Sally Rowe también ha merecido críticas en los círculos parlamentarios. La diputada conservadora Anna Soubry y la diputada laborista Stella Creasy son algunas de las voces contrarias a la desescolarización del centro de primaria de los menores, llevada a cabo por los Rowe, acusándoles de enseñar a sus hijos a “odiar”.
Fuente Dosmanzanas
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