Solicitantes de asilo por causas de género: los otros refugiados
Los solicitantes de asilo por motivo de género son un colectivo invisibilizado en la mayoría de medios de comunicación, a pesar de tener los mismos derechos que aquellas personas perseguidas por cualquier otro motivo.
Mutilación genital, matrimonios forzosos, rechazo por identidad de género, redes de trata de personas… Miles de solicitantes de asilo huyen de sus países cada año para poder vivir su condición sexual o identidad de género libremente, o al menos, sin amenazas de muerte. Aunque son miles, se trata de un colectivo invisibilizado, algo que ha denunciado la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) durante el encuentro “Personas refugiadas y solicitantes de asilo por motivos de género. Realidad y tratamiento informativo”. “Las personas refugiadas por motivos de género tienen el mismo derecho a solicitar asilo y obtener la misma protección que las personas que huyen de un conflicto armado” ha sido el principal reclamo. En el encuentro, la coordinadora del Área Jurídica de CEAR, Paloma Favieres, reclama mejoras en el acceso al asilo de estas personas, sobre todo “en los puestos fronterizos y CIE”, para dotarles de mayores garantías.
En España, la ley recoge el derecho a solicitar asilo por causas de género o identidad sexual pero con una serie de matices que excluyen, por ejemplo, a los ciudadanos comunitarios o a personas que procedan de un país catalogado como “seguro”. Esto supone una traba para la comunidad LGTB procedente de países en los que, a pesar de no estar perseguida la homosexualidad, tampoco sus gobiernos protegen a estas personas”. Según datos de ACNUR, cerca de 1,2 millones de niños y niñas son víctimas de trata anualmente; un 80% de las personas con las que se trafica son mujeres y niñas; la mutilación genital femenina afecta a 3 millones de niñas actualmente en 28 países de África, Asia y Oriente Medio; una de cada tres mujeres en el mundo ha sido golpeada, maltratada u obligada a mantener relaciones sexuales a lo largo de su vida y entre los 15 y los 44 años de edad, se produce el mismo número de muertes de mujeres por actos de violencia que por cáncer. El proceso de solicitud de asilo es todo un calvario para estas personas: humillaciones en los países de tránsito, la ruptura con su anterior vida y desconfianza en las personas y la justicia. “Cada día que me levanto, tengo que reinventarme”, lamenta una refugiada colombiana.
En 2015, en España, se registraron 14.881 solicitudes de asilo por motivo de género, según CEAR. Como señalan Patricia Bárcena, representante de coordinadores territoriales de CEAR y Leire Lasa, equipo de Incidencia y Participación Social en CEAR Euskadi, lo que hace falta en España es “formación, mecanismos de identificación, medidas específicas en centros de acogida, medidas para evitar prejuicios, estereotipos sociales o preguntas intrusivas, ofensivas”. Pero lo que más echan de menos es la “falta voluntad política para trasformar un sistema heteropatriarcal que hace aguas ante la realidad que viven tantas mujeres y personas no normativizadas y para protegerlas”. “Concienciar y proteger” son las claves para acabar con esto.
Fuente Cáscara Amarga
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