Se afianza la presencia LGTB+ en medios de comunicación y ficción
Queda muchísimo camino por avanzar, pero la diversidad sexual y de género está cada vez más representada en producciones para cine, televisión y prensa, especialmente en el ámbito cultural occidental. Los retrocesos resultan más difíciles de justificar por la industria y nuevos personajes, voces y firmas se alzan en un panorama que poco a poco deja atrás viejos tabús y prejuicios.
Los medios de comunicación y producciones de ficción basan su éxito en cuánto pueden empatizar con la sociedad a la que representan. Para eso es imprescindible que traten las problemáticas de la gente de a pie y reflejen rasgos característicos del ciudadano al que se dirigen. Por ello es cada vez más fácil encontrar en el panorama mediático en general testimonios o personajes en situaciones de pobreza, pertenecientes a minorías étnicas, culturales, con discapacidad, con enfermedades como el cáncer o alzhéimer, portadoras del VIH, de diferentes orígenes o que sencillamente, tienen algo que contar y aportar su propia visión del mundo que nos rodea. El colectivo LGTB+ no es ajeno a esta representación y, pese a contadas excepciones, cada vez se ve más representado en medios de comunicación y producciones de ficción.
Sin ir más lejos, el pasado 13 de febrero -Día Mundial de la Radio- conocíamos la existencia de un original programa de radio en Bolivia que da voz al movimiento LGTB indígena del país. Nación Marica es el nombre de un espacio que se emite semanalmente desde el año 2013 en Radio Líder 97.0 FM, una radio pública de La Paz. En este espacio se tratan sin complejos temas como la doble discriminación que sufren las personas LGTB indígenas, la tendencia cada vez más extendida del colectivo gay a rechazar como parejas sexuales a los individuos con tez más oscura o cómo afecta la crisis económica a este colectivo. Sin duda una visión que pretende distanciarse de lo «gay friendly», tal y como explican sus impulsores Roberto Condori y Edgar Soliz.
En el aspecto mediático también encontramos ejemplos de canales de televisión dirigidos para un público LGTB. El caso más llamativo es el de Logo, este canal que nació en 2005 cuenta con una audiencia potencial de 10 millones de hogares y se caracteriza por emitir un contenido «apto para toda la familia», según sus responsables. Como ejemplo podemos destacar que Logo lleva retransmitiendo el Festival de Eurovisión para Estados Unidos desde el 2016.
Otro servicio centrado en el mercado arcoíris es Here!, un canal de televisión por cable ofertado ahora también como una biblioteca de contenidos que tratan la diversidad sexual y de género. Una mezcla entre canal y plataforma de contenidos al estilo de Netflix o HBO.
Fuera de Estados Unidos encontramos otro ejemplo de canal temático LGTB es el canadiense Out TV, antiguamente denominado PrideVision. El canal ha sufrido diversas crisis económicas y ha pasado por varios propietarios y las últimas noticias aseguran que tras un incremento de audiencia y recaudación tras el auge de la televisión de pago (por cable y satélite) se mantendrá en el aire como mínimo hasta 2020.
Sin embargo, estos canales minoritarios exclusivamente dirigidos al colectivo tienen una repercusión menor en la sociedad que los canales generalistas. Unos canales que también han decidido crear contenidos que reflejen la diversidad social. En las últimas semanas conocíamos que (por fin) las telenovelas mexicanas abrían sus tramas a personajes homosexuales. Un hecho que se ha hecho demasiado de rogar pero que parece haber llegado para quedarse. La serie Amor a muerte ha incluido a la primera pareja lésbica de la televisión mexicana entre sus personajes secundarios. La relación entre Juliana y Valentina se trata ya sin tapujos mostrando apasionados besos entre los dos personajes… Aunque lo suyo les ha costado.
Menos suerte (o no) corre otro de los fenómenos de la televisión mexicana. La pareja formada por Aristóteles y Cuauhtémoc, dos personajes de 15 años más conocidos como Aris y Temo, tiene en vilo a los seguidores de la telenovela Mi marido tiene más familia. Pese a que el romance entre ambos es ya una más que evidenciada realidad, la ficción aún no les premia con su primer beso, algo que los seguidores califican de artificial a estas alturas de la relación entre ambos personajes secundarios. Sin embargo, la expectación general es tal que El Canal de las Estrellas de Televisa ya ha anunciado un spin off en el que los dos personajes pasarán a ser protagonistas
Mientras, en Estados Unidos la Alianza de Gais y Lesbianas Contra la Difamación (GLAAD) analiza anualmente el estado de la representación en la ficción de personajes con diversidad sexual, de género, étnica y de capacidades diversas. Tras el análisis de los datos del último año, el resultado nos deja un cierto sabor agridulce. La televisión y las plataformas de pago suponen la cara de una moneda en la que prácticamente la totalidad de colectivos aumenta su representación. La peor parte se la llevan los asexuales, que aún no tienen representación en las ficciones, y las mujeres, que suponen el 43% de los personajes mientras que en la realidad suponen el 51% de la población.
La cruz de este estudio la encontramos en el cine. Los últimos datos corresponden a las películas estrenadas en Estados Unidos en 2017 y no fueron nada halagüeños. Pese al triunfo mundial de Call Me by Your Name, ese año fue el que menos personajes LGTB mostraron las películas de las principales productoras y distribuidoras desde que la asociación empezó a realizar sus estudios en 2012.
Una tendencia que se revierte fuera de Hollywood. La resaca de los Premios Goya ha permitido que miles de personas disfruten de la película Carmen y Lola, que narra el romance entre dos chicas de etnia gitana. El cine paraguayo también aporta su granito de arena con la aclamada Las herederas, una historia sobre dos mujeres de alta clase social que tras enviudar ven cómo las herencias recibidas no les aseguran seguir perteneciendo a la élite económica. Merece la pena destacar, en este sentido, que América Latina se ha convertido en estos últimos años en fuente inagotable de excelentes películas de trama LGTB. Ayer mismo comentábamos cómo las tres últimas ediciones de los premios Teddy, galardón que la Berlinale concede a la mejor película de temática LGTB presentada en cualquiera de sus secciones, han premiado en su categoría principal a Breve historia del planeta verde (Argentina), Tinta Bruta (Brasil) y Una mujer fantástica (Chile). Esta última consiguió el Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 2018.
Fuente Domanzanas
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