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Mary E. Hunt: “Todos los curas son cómplices de la crisis de abusos. Necesitamos un nuevo modelo de Iglesia”

Lunes, 17 de septiembre de 2018
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pic-mary-huntLa teóloga pide “deshacernos de los obispos, del clero y tener una Iglesia dirigida por laicos”

No creo que dentro de un año nadie extrañe a un obispo, y no creo que la mayoría de las parroquias extrañaran a un sacerdote”

“Los hombres están solos, a menos que vayan a abrir esto a nuevos modelos serios de comunidades dirigidas por laicos, no simplemente abiertas a ellos. Se acabó el tiempo para ellos”

(Cameron Doody).- Puede que la referente estadounidense de la teología feminista Mary E. Hunt no crea en la Iglesia institucional de abusos y encubrimientos, pero eso no quiere decir que no crea en Dios. Simplemente reconoce, con una lucidez poco habitual, que “estamos madurando en la posmodernidad hacia un tipo diferente de fe”. Por eso -porque es fiel no solo al ejemplo evangélico de Jesucristo sino también a las personas– implora que, desde la jerarquía, se deje florecer a este nuevo modelo de catolicismo que ya ha empezado a brotar.

Sus impresiones, primero, sobre el Congreso de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII que acaba de finalizar.

Lo consideré muy interesante y coherente con el tipo de temas que el grupo ha venido tratando hasta aquí. Estuve aquí en el ’92, y por entonces también trabajamos en lo divino y este tipo de cosas. Creo que se puede ver el desarrollo, el pensamiento de las personas y las expectativas de las personas sobre lo que la religión puede proporcionar, viniendo de la tradición católica: las limitaciones de esa tradición y lo que podemos hacer creativamente para desarrollar otras opciones. Creo que todo esto fue evidente este fin de semana.

Creo que fue muy importante tener la presentación sobre la perspectiva sufí, que fue muy importante tener una persona más joven para la última ponencia… y que fue muy importante tratar tanto el contenido del misticismo como lo que podría significar para las personas. Hubo un hilo conductor, habitual en este grupo, de compromiso serio con la justicia social y también con la espiritualidad.

Yo probablemente nunca había enfocado en estos términos el misticismo o la contemplación o la meditación, se llame cómo se quiera llamar nuestra dimensión espiritual. Pensé que fue muy útil: lo encontré personalmente muy útil y conocí a mucha gente interesante. Las presentaciones me parecieron muy estimulantes.

¿Qué exactamente abordó usted en su presentación?

Le di un título bastante curioso: “El poder del silencio y el trabajo por la justicia”. Cosas que normalmente no se yuxtaponen: o estás comprometido con la espiritualidad o estás haciendo el trabajo de la justicia. Pero mi punto de vista, mi experiencia y mi práctica son que tienen que ser ambos, al mismo tiempo, y traté de explicar, dada la triste situación del catolicismo institucional -y, viniendo de los Estados Unidos, la triste situación de nuestro gobierno- que muchas personas están muy descorazonadas, y es un momento difícil para no tener los recursos habituales a los que la gente suele recurrir en su espiritualidad.

Pero, ¿qué vamos a crear que sea nuevo? También con la Iglesia Católica en los Estados Unidos en ruinas, muchos católicos están buscando algo más, y creo que usando algunas de las raíces de nuestra tradición -Hildegarda de Bingen o Nancy Sylvester, por ejemplo (del Institute for Communal Contemplation and Dialogue)- podemos traer la práctica contemplativa al trabajo de justicia social, e incluir la justicia social en la práctica de la contemplación.

Es contemplación comunitaria: no es simplemente lo que uno hace mirándose al ombligo, sino lo que uno hace acompañado por otras personas tanto físicamente como no físicamente, y traté de describir algunas de las formas en las que eso ocurre.

Volviendo a la idea de la “Iglesia en ruinas”. La crisis del abusos sexuales: ¿cómo llegamos aquí y cómo podemos salir de ella?

No tengo una forma mágica para que podamos salir de eso, pero entiendo cómo llegamos aquí. Creo que hay dos factores principales.

El primero, la duplicidad estudiada que ha sido rampante en la Iglesia Católica. Estoy hablando de la Iglesia en los Estados Unidos y la Iglesia Romana: no quiero decir nada sobre la Iglesia española, aunque considero que hay similitudes en esa situación.

La duplicidad ha crecido en torno a una falsa antropología, que es que de alguna manera hay una diferenciación, una diferenciación degradante, entre las personas.

Una vez que se comienza con una estructura con una división de clérigos-laicos, en la que los clérigos tienen todo el poder y los laicos tienen toda la responsabilidad de hacerla funcionar, y una vez que decidas que solo los hombres pueden ser parte del clero, que los homosexuales no pueden formar parte del clero… Lo que Rosemary Radford Ruether llamó “dualismos jerárquicos”. Que a Dios está por encima del mundo. Que las personas están por encima de los animales. Hombres sobre mujeres. Los blancos sobre las personas de color. Personas heterosexuales sobre personas homosexuales … Una vez que estableces ese hábito de pensar, arrasa.

Elisabeth Schüssler Fiorenza le dio un nombre: “kiriarcado”. Cuando tomas estructuras de racismo, sexismo, xenofobia, disparidades económicas, etc, las pones todo junto y se entrelazan -de modo  que una mujer pobre, negra y lesbiana se encuentre en una situación mucho peor que un hombre blanco heterosexual – una vez que se estructura eso, hay muy pocas salidas.

La relación entre ese “señorismo” y la crisis de abusos sexuales es doble: la ignorancia colosal y culpable de la mayoría de los clérigos sobre la sexualidad en general y los tipos de prohibiciones en la Iglesia. No a la anticoncepción, a la masturbación, a otras formas de sexualidad, a que los sacerdotes practiquen el sexo debido al voto de celibato… Se escenifica eso y los involucrados tendrán que buscar una salida, que en este caso ha sido sexo con niños. Pero es un vertiente solo.

Lo que estamos viendo ahora es el abuso de poder por parte de clérigos con quienes están a su cargo. Seminaristas y otros sacerdotes, como en el caso de Theodore McCarrick. Qué irónico y triste que lo peor que le pueda pasar a este es que se le “reduzca” al estado laical, al igual que el resto de nosotros.

Lo que salió del caso McCarrick fue que no solo estaba acostándose habitualmente con seminaristas, y que el trabajo y el futuro de estos seminaristas dependía de su cumplimiento, sino que todos lo sabían. ¿Cómo podía suceder que este tipo cometiera abusos y que, encima, se llegara a compensaciones extrajudiciales con algunas víctimas?

¿Por qué cree usted?

Es esa duplicidad de la Iglesia. Que la institución protege a los suyos y miente al respecto: hay una falta de transparencia. Y luego están los casos de pedofilia de McCarrick… Alguien tenía que saber algo.

Hay historias sobre McCarrick en Nueva York… Salía a cenar con hombres, los llevaba a un hospital católico donde tenía un piso…

O la casa de mar.

La casa de mar era otro lugar … ¿pero un hospital? Es extraordinario. Mucha gente debe haberlo ayudado a hacerlo, y mientras tanto él está subiendo puestos para convertirse no solo en arzobispo, sino en cardenal, y encima en Washington DC.

Se hizo muy cercano a los ricos y famosos y a la gente en política, y recaudó mucho dinero. Pero ahora, Viganò, el exnuncio papal, ha escrito su alegato… Es una situación complicada, porque hay factores en ambos lados: derecha e izquierda, pro-papa Francisco y anti-papa Francisco … Pero Francisco debe haber sabido algo… Está mintiendo o es estúpido, esas son las únicas dos opciones. Y ahora con la nueva carta de Sandriparece que todos mienten.

Lo que recojo de esto son dos cosas: una, que aparentemente todo esto es “aquí no pasa nada”, todo normal. Si quieres subir de rango, lo haces acostándote con gente. Y dos, que este es un desastre que ha dejado a muchas personas -buenas personas, laicos- con enormes dificultades. Dificultades que se pueden achacar a personas concretas que no hicieron su trabajo correctamente, y que serían despedidos si se tratara de una organización secular. Despedidos y reemplazados, pero no con más obispos que fueron criados en el mismo sistema…

Considero cómplice a cada sacerdote: saben cómo funciona el sistema. Todos son espectadores cómplices en el mejor de los casos. ¡Necesitamos un nuevo sistema! Para deshacernos de los obispos, del clero y tener una Iglesia dirigida por laicos, donde las personas que tengan competencias en áreas particulares formen comités en cada región o diócesis. No creo que dentro de un año nadie extrañe a un obispo, y no creo que la mayoría de las parroquias extrañaran a un sacerdote.

Acabamos de salir de la liturgia final del Congreso, a cargo de la comunidad LGBTIQ … Muy, muy bien hecha, y el papel del sacerdote ordenado fue mínimo en el mejor de los casos. Toda la comunidad participó, y nadie echaba de menos a alguien que usaba túnicas similares a las de Halloween. Creo que estamos madurando en la posmodernidad hacia un tipo diferente de fe.

Pero, ¿por qué hay católicos que siguen resistiéndose a este nuevo modelo de Iglesia?

Creo que hay muchas personas que no piensan en estas cosas para ganarse la vida, como usted y yo, y lo toman como algo que aprendieron cuando eran niños, y para ellos la religión es lo que aprendieron en el colegio. Mucha gente lo deja allí. Y creo que muchas personas simplemente no tienen modelos…

Mi experiencia ha sido, especialmente a la luz de este escándalo -un escándalo de proporciones que no hemos visto antes- que aún no sabemos cuánto costará.

El informe de Filadelfia, un informe de trescientos sacerdotes abusadores y más de mil víctimas -y hecho por el Estado, y no por la Iglesia- dejó en claro que ni siquiera han salido la mitad de los crímenes. Y ahora tenemos 49 estados más que deben hacer sus informes.

Nueva York acaba de citar a todas las diócesis allí, y no creo que ninguna de ellas pueda resistir más. Es la ley que viene a por ellos. Es triste ver que una institución religiosa tenga que ser modificada por el sistema legal, pero vivimos en una sociedad donde la seguridad de los niños o de los trabajadores son ahora valores comunes. Así que mi sensación es que, aunque hay algunos que se resisten -como el Opus Dei y los grupos de extrema derecha que están instrumentalizando esto para sus propósitos, diciendo, por ejemplo, que los homosexuales tienen la culpa, lo cual no es cierto- muchas personas que están en contacto con los valores posmodernos están buscando algo más. Creo que la resistencia se erosionará, especialmente a medida que el panorama financiero se aclare.

No hay dinero en la Iglesia Católica de los Estados Unidos para pagar estos casos de abusos. Verdaderamente, cada diócesis deberá estar en bancarrota. No solo moralmente, sino también financialmente. Y la Iglesia es un negocio, al fin y al cabo. Cuando las personas se den cuenta de que cuando ponen dinero en el cepillo, un porcentaje de eso va a la diócesis, y eso es lo que paga los abogados, y las indemnizaciones a las víctimas… No querrán pagar los honorarios de esos abogados, y no querrán pagar para encubrir. Las personas no son estúpidas: están contentas de compartir, pero no quieren que se aprovechen de ellas.

Votarán con sus carteras.

Eso es.

Y esta Iglesia del futuro… ¿Será ecuménica? Interreligiosa?

Yo esperaría que sí.

Yo pertenezco a un grupo de mujeres-iglesia: “Iglesia de mujeres” (Women Church) es el nombre que se le da a los grupos feministas que se han estado reuniendo durante los últimos treinta años. Entendimos que la palabra ekklesia tiene que ver con la asamblea regular de ciudadanos masculinos libres, y dado que no éramos ciudadanos masculinos libres, solo cuando pones la palabra “mujer” junto a la de “Iglesia” puedes realmente tener algo inclusivo. Es una ironía.

Hemos tenido casas-iglesias pequeñas durante los últimos treinta años, y hay muchas comunidades eucarísticas intencionales … Nuestro grupo de Mujeres-Iglesia tiene mujeres judías, ministras protestantes … Comenzó como un grupo de monjas. Entonces creo que habrá muchas configuraciones nuevas y muchas nuevas formas de adoración.

En WATER, por ejemplo, donde yo trabajo – la Alianza de Mujeres para la Teología, la Ética y el Ritual – cuando tenemos rituales o meditaciones, no hay verificación de identificación en la puerta. Simplemente vienes. Así que esto ya está pasando, pero que la Iglesia Católica Romana como la conocemos vaya a transformarse en esto, nadie puede saberlo, y de todos modos probablemente no en mi vida. Pero la tendencia más general es en esta dirección.

Y su opinión acerca del Papa Francisco. ¿Ha traído aire fresco a la Iglesia? ¿O es más de lo mismo?

Bueno … Recientemente hice una presentación sobre el Papa Francisco desde la perspectiva feminista, en Brasil, en la conferencia de UNISINOS. Y yo era una voz minoritaria: la gente de la conferencia apoyó mucho al Papa, estando allí algunos de sus biógrafos y demás. Pero hice un caso muy fuerte, creo, por que al Papa Francisco se le deba considerar un regalo envenenado, en el mejor de los casos.

Creo que entró en una situación en la que el listón era muy, muy bajo, después de 37 años de Juan Pablo II y Ratzinger… Las personas progresistas, en particular, estaban tan desilusionadas que a Francisco se le veía como algo maravilloso.

Resulta que yo viví en Argentina durante dos años, viviendo y enseñando, en Buenos Aires, durante el tiempo en que él era el superior de la comunidad jesuita. Nunca me encontré con él, y tuvimos un grupo interreligioso, protestantes, judíos y católicos, que se reunieron regularmente para reflexionar sobre la Guerra Sucia: cómo apoyar a los jóvenes, especialmente, que eran parte de la resistencia a la Guerra Sucia… Pero yo nunca vi a un jesuita.

También le seguía [a Bergoglio] en Argentina con la cuestión del matrimonio entre personas del mismo sexo, y al final llegó a un equilibrio jesuítico al decir que tal vez estaría bien tener alianzas domésticas. Bueno, no, Bergoglio: queríamos el matrimonio. Y [Bergoglio] ha sido terrible con respecto a los problemas de las mujeres en todos los ámbitos; hace bromas sobre las suegras, y es en gran medida un producto de su entorno.

Su única fuente feminista es su abuelita Rosita, su abuela Rosa, que ha estado muerta desde hace mucho tiempo. Simplemente no tiene idea de cómo es la mitad de la Iglesia, o tal vez un poco más de la mitad.

Así que he estado decepcionada y frustrada con él desde esa perspectiva. Dicho esto, creo que su trabajo sobre el medio ambiente, sobre la lucha contra la pobreza, la pena de muerte…  en esas cosas estoy completamente de acuerdo con él. Pero en lo que respecta a las cuestiones de las mujeres, en particular – no solo la cuestión de la ordenación, sino también el control de la natalidad y el aborto – sobre cuestiones queer en general… Creo que su declaración “¿Quién soy yo para juzgar?” fue lamentable. A pesar de que la gente hizo lo imposible para elogiarlo.

“Quien soy yo para juzgar…?” Bueno, déjame decirte: tú eres el Papa, eres un católico, eres una persona, eres un pastor … Tu trabajo es juzgar: juzgar dónde está el amor. Así que estaba muy desilusionada con esa afirmación, a pesar de que la mayoría de la gente la veía como una apertura muy importante. Como persona, como católica, como feminista, como mujer, como lesbiana, no quiero la pregunta. Quiero la afirmación. No porque seamos nosotras -tengo una pareja y una hija- sino porque es el amor.

La otra cosa es que hacer esa declaración como jesuita es bastante hipócrita, porque en mi experiencia la Compañía es mayoritariamente gay. Por lo tanto, [Francisco] tiene muchos hermanos gay. Así que al menos podría ser honesto y decir: “Aquí tenemos un problema con la sexualidad, y tenemos que salir de eso”.

No es mi problema, y no voy a arreglarlo para ellos … y de hecho soy muy escéptica de que las mujeres lleguen y sean ordenadas: no quiero ordenar a nadie. Soy muy escéptica de recurrir a personas que no han creado el problema. He visto que esto ya ha pasado: por ejemplo, en una universidad católica, con una presidenta y abogada, intentando arreglar el caso McCarrick. Es una pesadilla que sean estas mujeres las que la tienen que arreglar.

No tengo una solución, y no estoy buscando una solución, más allá de la de amor y cuidado hacia las víctimas y los sobrevivientes [de abusos]. Cualquier cosa que podamos hacer en su nombre es una solución, pero las preguntas institucionales … los hombres están solos, a menos que vayan a abrir esto a nuevos modelos serios de comunidades dirigidas por laicos, no simplemente abiertas a ellos.

Se acabó el tiempo para ellos.

Fuente Religión Digital

 

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Lectio divina desde la vida de laicos y laicas en el mundo.

Jueves, 1 de febrero de 2018
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donde-esta-la-bendicionHay muchos tesoros en la vida monástica que tiene un mensaje para la vida de los laicos en el mundo. Uno de ellos es la Lectio Divina.

Muchos se preguntarán qué puede interesar esa lectura pausada de la Palabra que hacen los monjes y monjas en los scriptorium. Sentados cada uno en su mesa o pupitre, como maduros colegiales. En silencio van desgranando letra a letra el Mensaje que irá calando en el interior de la persona que se expone a una lectura orante que será alimento para el camino de la vida.

Los monjes necesitan ese alimento pero los laicos también. Adentrarse en la LecturaMeditaciónOración y Contemplación de la Palabra de Dios es alimento nutritivo en la vida espiritual y tendrá su expresión en todos los momentos de nuestra vida.

Creo que  hemos de felicitarnos pues parece que estamos en un tiempo de descubrimiento de la Lectio Divina que en otros tiempos era considerada casi en exclusiva para la vida monástica.

Si nos animamos a hacer que sea un espacio que se incorpore a nuestra vida con la misma naturalidad que cualquiera de los actos personales que realizamos en el día: comer, asearnos, dormir o respirar, en determinado momentos reconoceremos que es necesaria para la vida de los laicos también.

Dejar espacio en el ajetreado día de quienes vivimos en el mundo con tantas y tan diversas tareas, preocupaciones, ruido y poco tiempo para nada que no sea lo que está programado como obligatorio, es una compleja aventura que sólo saldrá adelante si el deseo de Dios es sencillo al tiempo que profundo.

Creo que es importante empezar escogiendo un tiempo y un espacio concretos. Esto no es que sea indispensable pero ayuda mucho a adquirir un hábito, al menos al principio.

¿Cuándo y dónde? Eso ya es cosa de cada uno, mirando su jornada y todo lo que ella trae habitualmente. Lo que es seguro es que lo importante es el primer paso, perseverar y un buen día darse cuenta de que se va haciendo camino.

Cuando vamos a pasar unos días en un monasterio vemos que el horario y los espacios propician el clima de oración, meditación, lectio, etc.; pero esto no pasa en el entorno de los laicos. Sin ánimo de copiar el modelo monástico, vemos que es necesario “hacerse un hueco” físico para adentrarse en la oración y la lectio.

Compartiré una experiencia de hace ya muchos años. Sentí profundamente la necesidad de tener un espacio de soledad, silencio… al menos un poco (tenía tres hijos pequeños), en donde poder sentarme y hacer oración. Elegí un rinconcito del dormitorio: puse un par de cojines, uno para sentarme y el otro de respaldo y una vela. Era fácil de poner y quitar según las necesidades de la habitación, pero se convirtió en “mi sitio orante”.

Entendí enseguida que era importante que no sólo yo tuviera claro de qué se trataba mi espacio y mi tiempo con los dos cojines y la vela, habría de ser paciente y esperar que mi entorno familiar lo integrara con normalidad. Tantas veces, nada más sentarme, aparecía una cabecita por la puerta diciendo: “Mamá, puedes venir un momento”. Yo preguntaba: “¿Es muy urgente o puedes esperar diez minutos?”… “¡Vale, me espero!”.

Oración, silencio, soledad, lectio… en nuestra vida de laicos y laicas en el mundo, es alimento nutritivo para quien busca a Dios.

Como decía Guido, el cartujo, en el siglo XII: “Buscad leyendo, y encontraréis meditando; llamad, orando, y se os abrirá por la contemplación”.

Os recomiendo un pequeño libro titulado “Orar con la Lectio Divina- El beso de Dios a su pueblo creyente del abad cisterciense Bernardo Olivera (ocso), Ed. EDIBESA. Es de lectura sencilla y muy práctica.

Publicado en la revista SEGÚN TU PALABRA – Guía para practicar lectio divina sencilla, Nº 110 (enero 2018), págs. 46-47

Mari Paz López Santos

Fuente Fe Adulta

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Un obispo pide a la Iglesia de Brasil abrir el debate para que los laicos puedan presidir la Eucaristía

Viernes, 3 de marzo de 2017
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images“Ojalá los obispos propongan ya soluciones valientes, que nos alejen del clericalismo”

Dom Demetrio Valentini, ante el problema de las comunidades sin Eucaristía y la corresponsabilidad

(Emilia Robles, Proconcil, con información de A12).- Nos ha llegado una interesante exhortación del obispo Dom Demetrio Valentini, con motivo de la reunión de la Asociación Nacional de Presbíteros de Brasil en el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida. En ella, entre otras cuestiones, se retoma el problema de las comunidades sin Eucaristía y de la necesidad de incorporar a los laicos a una nueva forma de ministerio presbiteral. Hemos trabajado mucho sobre la propuesta del obispo Fritz Lobinger, que ustedes recordarán y que guarda una estrecha relación con lo que les exponemos a continuación.

Dom Demetrio Valentini es una de las figuras más valientes del episcopado brasileño, desde que era el obispo encargado de la Pastoral Social y presidente de Cáritas Brasileña. Ahora, como obispo emérito, está  libre para abordar temas congelados, proponer medidas de revisión  sobre disciplinas que se están volviendo obsoletas y  ser fiel a la evolución de la doctrina, como indicaba el gran John Henry Newman. Vive proféticamente en tiempos Francisco, el nuevo clima de una iglesia “semper reformanda”. Así nos lo cuenta Elisangela Caballero

El obispo emérito de Jales, Dom Demetrio Valentini , dijo durante su homilía en el Santuario Nacional de Aparecida, en la mañana del martes (14) que la Iglesia en Brasil necesita reflexionar sobre la cuestión de los católicos que no tienen acceso a la Eucaristía con frecuencia. El obispo sugirió para resolver este problema la elección de laicos comprometidos en la vida de la comunidad para asumir esta tarea de presidir la Eucaristía. El obispo estaba en el santuario debido a la celebración del 25 aniversario de la Asociación Nacional de Presbíteros de Brasil.

“¿Somos una Iglesia que comparte el  pan, o una iglesia que somete a  sus comunidades a la escasez que lleva a su debilidad y a la propia disolución eclesial?”, dijo el obispo, que hizo memoria de un discurso del Papa emérito Benedicto XVI en Aparecida durante el CELAM.

Sin Eucaristía no hay comunidad cristiana. Así fue afirmado solemnemente aquí en esta basílica por el Papa Benedicto XVI en la apertura de la 5ª Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe. Sin Eucaristía no hay comunidad cristiana. Entonces, hace falta ahora comprobar qué consecuencias prácticas extraemos de esta verdad tan importante afirmada por el Papa. Y entonces entra de lleno, de nuevo, la cuestión presbiteral “, instó el obispo emérito.

En el centro de su reflexión, el obispo habló sobre la necesidad de la Iglesia para reflexionar sobre la realidad que afecta a muchas comunidades eclesiales, no sólo en Brasil, sino en muchos lugares del mundo: la falta de presbíteros para presidir la Eucaristía.

“Hoy en día la iglesia necesita escuchar las llamadas de las comunidades que expresan sus necesidades que deben ser atendidas, y ahí entra de nuevo en juego el tema presbiteral. Éste  necesita ser resuelto correctamente y para ello es urgente restaurar la visión ministerial del Vaticano II,dijo.

El asunto ya fue  discutido por los Obispos de Brasil en la Asamblea y por el papa Francisco, pero necesita una mayor implicación y atención por parte de los miembros de la Iglesia, según el obispo, que fue categórico al dar su opinión sobre el tema.

El  papa Francisco con su valor y, al mismo tiempo, prudencia,  solicitó la CNBB que  presentara un proyecto; sería una motivación para que se realizara con rapidez y dedicación. Personalmente, me permito aquí  expresar mi posición, muy consciente del poco peso que puede tener. La vida enseña a relativizar las aspiraciones personales y situarlas en el ámbito más amplio de la historia. No importa si no vemos realizados todos nuestros sueños, sobre todo ahora que como obispo emérito no mando nada. Pero no envío  a otros a decir. Me tomo la libertad de pedir a  la CNBB que agilice la discusión del problema , para que  la  cuestión de poder contar con presbíteros de la comunidad pueda  ir definiendo sus detalles, de manera que podamos organizar y poner en práctica la disposición del papa  Francisco de dar curso a  esta medida,  para que en este asunto que involucra profundamente la vida de la Iglesia, el Papa no se vea tal vez obstaculizado por la fuerza eclesial interna, sino que cuente con el apoyo claro de la CNBB, y en particular de los presbíteros de Brasil representados aquí hoy por la Asociación Nacional de Presbíteros de Brasil “, dijo.

Dom Demetrio llamó a estos laicos “presbíteros de la comunidad, en contrapartida de los “presbíteros diocesanos”.

(Traducción: Emilia Robles)

Agradecemos a Dom Demetrio esta valiente aportación, con la esperanza de que su llamada tenga eco y siga ayudando a generar consensos y a abrir caminos. Y ahora, una reflexión que recoge inquietudes de muchas personas de esta red y que guarda relación con la cuestión de los ministerios

NO HAGAMOS DIFÍCIL LO QUE ES SENCILLO

En la última conferencia de Aparecida (Brasil), organizada por la  Comisión Episcopal de obispos de Latinoamerica y Caribe (CELAM) la llamada de Dios se hace sentir muy claramente.

Estamos llamados a ser discípulos misioneros. Si somos misioneros, pero no somos discípulos, seguidores de Jesús, seremos misioneros proselitistas, de algún conjunto de dogmas momificados (no actualizados), pero no nos sentiremos enviados por Aquel que vino a liberar a los pobres, a hacer que los ciegos vean, que los tullidos echen a andar…

Si somos de verdad discípulos (o al menos lo queremos ser) necesariamente seremos misioneros de una sola Misión: Anunciar el Evangelio, no ninguna doctrina ajena a este.

Desde esta perspectiva todo se aclara y se vuelve sencillo, lo pueden entender hasta los niños.

El Evangelio se vive en una doble dimensión: Jesús de Nazareth y la comunidad que se reúne en SU NOMBRE (no en el de los que dicen “Señor, Señor, sino en el de los que quieren que se haga la Voluntad de Su Padre, así en la Tierra como en el Cielo)

En esta perspectiva, los ministerios también están muy claros. Hay un ministerio principal que es la Diakonía (el servicio) con un ojo en el Evangelio, en el Reino que ha de venir y que de alguna manera ya está aquí y el otro ojo puesto en el pueblo de Dios, en la comunidad concreta.  Todos somos llamados a ese gran ministerio de servicio, que desemboca  en una actitud;  y de aquí se derivan todos los demás ministerios, basados en los dones y carismas que el Espíritu reparte y que siempre tienen que tener una referencia en las demandas y necesidades de la comunidad. Algunos serán ordenados por el obispo y otros serán no ordenados, pero no por ello menos importantes.

Esta comunidad ha de hacerse Eucaristía, en la vida cotidiana y en la celebración. Y ninguna comunidad cristiana puede serlo sin invitarse a vivir a diario y sin celebrar la Eucaristía.

Junto a este gran acontecimiento eucarístico que da centralidad al Misterio de la Vida- Muerte y Resurrección de Jesús y lo conecta con nuestras vidas,  hay otros ministerios que no son sólo de culto, sino que giran en torno a la Palabra, a la Caridad, al acompañamiento comunitario…

El Espíritu reparte sus dones entre los miembros de la comunidad y estos han de ponerse al servicio de la misma. No es posible que haya comunidad sin servidores inspirados por el Espíritu. Por lo tanto, la Iglesia de Jesús es una Iglesia “toda ella ministerial”.

Si bien Jesús fue varón, (también fue judío, en una sociedad de hace 2000 años, hablaba en arameo, usaba sandalias, fue crucificado…) Pablo nos dice que en Cristo no hay hombre ni mujer, célibe ni casado, judío ni gentil… ¿Servirá esto para que de una vez por todas, no se siga discriminando a las mujeres y a los casados en su representación de Cristo, en el que quedan superadas todas las dualidades y limitaciones espacio-temporales?

¿Será que todas las Iglesias cristianas, menos los católicos romanos van a entender esta superación del espacio geográfico- histórico- temporal en el que vivió Jesús de Nazareth?  Iglesia católico romana, que -curiosamente, tan literal en algunos aspectos- no obliga al Papa a casarse y a tener suegra como San Pedro, pero limita el acceso de la mujer a la representación de Cristo, porque alegan que  Jesús fue varón.

A este respecto sólo una consideración. ¿Jesús, fue varón porque Dios se siente más representado a través de los varones, (nos morimos de pena, por la chapuza entonces de nuestro imperfecto Bautismo…) o es que, si hace 2000 años, en Judea, Dios se hubiera encarnado en una mujer, esta hubiera sido excluida y lapidada sólo poner su experiencia en conocimiento de sus convecinos (y no se habrían podido escribir los evangelios)? Sin embargo  Jesús se hace acompañar de su madre, de Magdalena, de María Salomé, es amigo de Marta y María… ¿No son acaso ellas servidoras de la comunidad como los varones, verdaderas discípulas misioneras, como es palpable en el anuncio de la resurrección que hace María Magdalena?

¡Cuidado, con esto, a pesar de nuestro énfasis que peude parecer descarado, fruto de nuestra convicción profunda, respetamos profundamente a quienes hoy dentro de la Iglesia piensan – legítimamente- de otra manera. Durante siglos hemos sido formados así…Y no hacemos una llamada a la desobediencia a lo que la Iglesia disponga en un momento histórico concreto, sino que invocamos el derecho de seguir pensando en voz alta lo que el Espíritu nos inspire; y hacemos una llamada a los teólogos y a las teólogas, biblistas y pastoralistas,  para que sigan legítimamente investigando y reflexionando!

Es legítimo y necesario urgirse a la reflexión crítica, porque ¿de quién es el mandato de  que las comunidades se han de quedar sin poder celebrar la Eucaristía, porque no se encuentran suficientes ministros que quieran ser célibes, imitando supuestamente a Jesús, que – por otros lado- no fue sacerdote del Imperio Romano, era un laico y celebró una única Eucaristía en su vida coincidiendo con su entrega a la Muerte por causa de la Vida más plena para todos, cuya Memoria celebramos ahora en nuestras Eucaristías?

El problema puede ser más acuciante en Brasil, pero también afecta a Europa. ¿Quién ha dicho que se tengan que estar cerrando parroquias en Europa e importando presbíteros de África, insertándose en una cultura y lenguajes que les son extraños y enajenándose de los problemas y necesidades de sus tierras de origen, porque envejecen y se acaban los curas célibes autóctonos?

¿Es que el Espíritu Santo ya no suscita vocaciones de presbíteros y diáconos en las comunidades, como en los tiempos de Pablo, o es que su acción pasa porque en que la Iglesia Católica Romana nos enfrentemos a nuestras propias contradicciones y miserias?

Ojalá los obispos propongan ya soluciones valientes, inspiradas en el Evangelio a la falta de Eucaristía en las comunidades, soluciones que nos alejen del clericalismo y nos ayuden a transitar por los caminos de una Iglesia más participativa y servicial.

Ojalá en el próximo Sínodo, sobre los jóvenes y su discernimiento vocacional, podamos escuchar con más libertad la voz del Espíritu, que derive en una Iglesia verdaderamente renovada, carismática y eucarística. Y algo, muy importante en este camino que es verdaderamente conciliar: que sepamos encontrar consensos, tender puentes, buscar lo que nos une antes de lo que nos divide y ser suficientemente libres para hacer caso al Espíritu más que a nuestras ideologías, temores particulares, o búsquedas de poder y de control.

Como siempre, quedamos abiertos a comentarios y sugerencias sobre el tema.

Fuente Religión Digital

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