Fernando Savater “no ve” incitación al odio en el autobús de HazteOír
La Complutense de Madrid invita a HazteOir y a Vox a una charla sobre “Libertad de Expresión”
Hace mucho tiempo que definir a Savater como “intelectual de izquierdas” es sencillamente imposible... Y sobre lo dicho por el arzobispo de Madrid, sus últimas palabras en las que Osoro, afirma sobre la transexualidad que “La Iglesia respeta todas las posiciones”, anulan las anteriormente más “respetuosas”…
No hay nada ofensivo en el autobús de HazteOír y todo se reduce a una polémica entre dos grupos equivalentes. Así sentencia Fernando Savater sobre la campaña tránsfoba promovida por el colectivo ultraconservador. Con estas palabras, Savater vuelve a pronunciarse en contra de las posiciones de los colectivos LGTB como ya hizo en el pasado.
En declaraciones a La Tribuna del País Vasco, Fernando Savater ha querido aportar su opinión a la controversia sobre el autobús de HazteOír. Y lo hace, en primer lugar, negando que suponga incitación al odio. No aporta para ilustrar su posición argumentos de expertos en acoso a niños y niñas trans en los colegios, ni se molesta en recabar los testimonios de sus familias, ni siquiera se detiene a considerar el efecto que en ellos o en sus potenciales acosadores pueda tener una campaña organizada de negación explícita de la realidad trans infantil. A Savater le basta con su personal parecer: “No veo la incitación al odio por ninguna parte”.
Savater considera, eso sí, que el lema del autobús expresa “desacuerdo” con los postulados de la llamada “ideología de género”, “pero estar en desacuerdo no implica odiar a aquel del que se discrepa ni incitar al odio contra él”, añade. Obvia, en cambio, que el mensaje del autobús se refiere a menores en situación de grave vulnerabilidad, y que el mensaje original no se limitaba a expresar “desacuerdo” sino a negar la existencia de niños y niñas cuya identidad de género no se corresponde con su sexo biológico y señalar que son precisamente los otros los que quieren “engañar”. Como mera descripción de los hechos, el texto de Savater resulta, como mínimo, discutible.
Pero Savater se queda ahí, pues de hecho parece creer que todo se reduce a dos grupos equivalentes: por un lado, las organizaciones LGTB y de defensa de los derechos de los menores trans, por otro, los contrarios, entre los que incluye a HazteOír como uno más (habría que objetarle quizá el dato de que hasta el mismo arzobispo de Madrid ha querido distanciarse de esta campaña, pero esto es ya otro tema): “A mí no me gusta ninguna de las dos campañas, porque no son temas para pasear por las ciudades de ese modo y mucho menos dirigiéndose a niños. En ambos casos, los lemas son simplezas para fanáticos. Pero si se acepta la campaña de apoyo a la transexualidad no hay mas remedio que aceptar también la contraria, so pena de practicar la libertad de expresión solo con las opiniones que compartimos”. De nuevo, Savater pasa por encima del hecho de que en esas dos “opiniones” hay una diferencia importante: unos defienden a un colectivo vulnerable y su derecho a la identidad (y un filósofo como Savater debería saber lo importante que es este derecho, como debe saberlo cualquiera que esté al tanto de los debates recientes en filosofía política) y otros niegan la mayor de sus vivencias y reivindicaciones.
Savater añade además una crítica expresa a los colectivos LGTB que han protestado por la campaña, al asegurar que la libertad de expresión puede estar en peligro por “grupos de presión ideológica especialmente susceptibles y camorristas”.
Una historia previa de oposición a las reivindicaciones LGTB
Como el lector posiblemente habrá apreciado nos resulta muy difícil mantener la objetividad en el caso de Fernando Savater, que ya en ocasiones anteriores se han pronunciado abiertamente en contra de las reivindicaciones de los colectivos sobre igualdad legal para las personas LGTB. Y no hace falta remontarse a sus artículos contrarios a la ley de matrimonio igualitario. La última vez que lo hizo fue hace poco más de un año, cuando en las páginas de El País se pronunciaba en contra de la homoparentalidad (el autor de esta entrada le respondía en forma de carta en esta misma página).
Las palabras de Savater no pasarían de anécdota si no se tratara de alguien con proyección pública y cierto prestigio intelectual entre el gran público. El autor de esta entrada, que también ha estudiado filosofía, lamenta que otros filósofos (y en especial filósofas) queden en un segundo plano y muchas personas solo sean capaces de nombrar a Savater cuando se les pregunta por esta particular dedicación. Pero guste o no Savater cuenta con muchos más altavoces mediáticos que otros pensadores, por lo que sus palabras tienen un eco mucho mayor.
Ya en el pasado las declaraciones de Savater han sido utilizadas por la derecha mediática como ejemplo de “intelectual de izquierdas” que coincide con sus postulados. No será el autor de esta entrada quien le niegue su derecho a expresarse. Lo que sí haré es pedirle que la próxima vez sea un poco más fiel a su responsabilidad de filósofo: que se informe, que busque datos reales y no se limite a expresar sus meras impresiones, y que por favor se dé cuenta de que detrás de muchas polémicas mediáticas hay personas reales y vulnerables. Solo eso.
Fuente Dosmanzanas
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