Niños y niñas transexuales que desde pequeñitos viven de acuerdo su identidad de género tienen una mejor salud psicológica
Los niños y niñas transexuales que ya desde pequeñitos tienen el apoyo de sus familias para manifestarse y vivir de acuerdo a su identidad de género fuera de un esquema patologizante disfrutan de una salud psicológica equiparable a la otros niños no transexuales, y lo que resulta sin duda más significativo, mejor que la de los niños y niñas trans que no disfrutan de esa situación. Así lo pone de manifiesto un importante estudio publicado en marzo en la revista Pediatrics.
El estudio, cuya autora principal es la doctora Kristina Olson, profesora asociada de Psicología de la Universidad de Washington, valoró la salud mental de 73 niños y niñas transexuales, de entre 3 y 12 años, que cuentan con apoyo social y familiar y que desde el primer momento manifiestan libremente su identidad de género (las autoras del estudio consideran, en este sentido, que coño niños y niñas han completado su “transición social”) comparándola con un grupo control formado por otros 73 niños y niñas no transexuales de su misma edad. En contra de lo que muchos esperarían, los resultados no arrojaron diferencias significativas. El grado de depresión era similar, y solo se detectó un ligero incremento de los síntomas relacionados con la ansiedad que las autoras del estudio consideran marginal.
Los datos contrastan, y esto es posiblemente lo más importante, con los resultados de estudios previos en niños y niñas que fueron diagnosticados en el pasado de trastorno de la identidad de género y en los que no se había completado esta “transición social”, que sí mostraban un aumento significativo de los casos de depresión y ansiedad. Aunque la comparación en este segundo caso no es tan perfecta como la que se puede llevar a cabo con un grupo control, las autoras del estudio consideran que el hecho de que los menores completen su transición social y cuenten con el respaldo de su entorno ejerce un papel protector respecto al desarrollo de psicopatología.
El estudio (cuyo PDF puedes descargar aquí) ha sido posible en el contexto del TransYouth Project, un ambicioso proyecto de investigación psicosocial promovido desde la Universidad de Washington cuyo objetivo es comprender mejor la diversidad de la expresión de género, y va en línea con la evidencia científica más reciente.
Esperemos que este tipo de estudios sirvan para que la realidad de los menores trans sea adecuadamente reconocida y se arbitren de una vez los cambios necesarios a nivel jurídico, social, educativo y sanitario. No está de más recordar que en España, país que cada vez está quedando más atrasado en esta materia (por mucho que leyes autonómicas como la recientemente aprobada en Madrid palíen la situación), hasta el propio Tribunal Supremo, una institución que no se caracteriza precisamente por estar a la la vanguardia del cambio social, acaba de cuestionar hace pocas semanas la constitucionalidad de prohibir que los menores trans vean reconocida su identidad…
Con 7 años, se manifiesta por los derechos de su mejor amigo.
Como bien sabes, en Carolina del Norte no es nada fácil ser gay. Ellos son los abanderados de una de las leyes más homófobas de los últimos años: aquella en la que no permiten a los transexuales ir al baño que les corresponde sino al que señalen sus genitales. En resumen: una chica transexual que aún no se haya operado o que no quiera operarse los genitales, deberá acudir al baño de hombres aunque a ojos de todos sea una mujer.
Este terrible acto de humillación está siendo criticado por todas las personas con dos dedos de frente, y entre ellos se encuentra un niño de 7 años que quiere apoyar a su mejor amiga, una niña de su misma edad que no puede acudir a su baño en el colegio porque así lo ha dictado esta ley llena de transfobia.
“Este es mi hijo en la foto. Se llama McCartney, tiene 7 años. Me pidió que le llevara a esta manifestación porque su mejor amiga es transexual y por temas de privacidad y edad, no pudo acudir. Es completamente consciente de por qué está allí y no solo sabe el mensaje que manda con el cartel, conoce la canción de la que proviene”.
Esto es lo que contaba la orgullosa madre de McCartney, el chico que decidió apoyar a su amiga. No solo eso, su hermana de 5 años también quiso apuntarse a la manifestación y le dio igual que la confundieran con un chico.
Fuente Dosmanzanas/Cromosomax
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