Marruecos deja en libertad condicional a dos gays ante la presión internacional
La mala imagen ante el mundo hizo que los dos hombres juzgados por homosexuales tras ser víctimas de linchamiento quedasen en libertad.
El 25 de marzo un vídeo en Internet circulaba sobre la agresión en grupo a los hombres que estaban dentro de un domicilio.
El tribunal mantuvo la condena de penas de cuatro y tres meses de cárcel.
La presión internacional y la mala imagen transmitida ante el mundo hicieron que dos hombres marroquíes, juzgados por su condición homosexual pese a haber sido víctimas de un linchamiento público en Beni Melal (centro del país), quedasen finalmente en libertad condicional.
El tribunal de Beni Melal dejó a ambos hombres en libertad condicional, aunque mantuvo la condena a sendas penas de cuatro y tres meses de cárcel, después de veinte días de suspense y de reprobación internacional.
El pasado 25 de marzo, un vídeo grabado con un teléfono móvil comenzó a circular como la pólvora por la red: en él se veía cómo un grupo de personas asaltan un domicilio particular, sacan a dos hombres de la cama, los golpean e insultan y finalmente los sacan a la calle desnudos y ensangrentados.
“Esta historia se exporta y viaja tan rápido que se ha convertido en nuestro peor embajador ante el mundo. Tal vez no nos damos cuenta, pero estamos siendo juzgados por la opinión mundial”, escribía el pasado fin de semana Karim Bujari en el portal le360.ma. El Código Penal marroquí castiga con penas de hasta tres años de cárcel a quien “cometa actos contra natura con individuos de su mismo sexo”
Efectivamente, este episodio puso a Marruecos en el foco de organizaciones internacionales, desde Human Rights Watch (HRW) a la feminista Femen, que envió a Beni Melal a dos activistas que trataron de desnudarse ante la puerta del tribunal, aunque la policía intervino con presteza e impidió su acción.
Justicia marroquí procesó a las víctimas gays de la agresión antes que a los agresores.
HRW, que envió a un observador al proceso y ha publicado varios comunicados sobre el caso, se escandalizó por el hecho de que la Justicia marroquí procesara a las víctimas de una agresión antes que a los agresores.
“Agredidos, ensangrentados, sacados desnudos a las calles y luego mandados a la cárcel por su vida privada (…) Este veredicto va a desanimar a las víctimas a la hora de buscar justicia y aumentará la probabilidad de delitos de homofobia” en el país, dijo la organización.
La homofobia está en las mismas leyes marroquíes: el artículo 489 del Código Penal marroquí castiga con penas de hasta tres años de cárcel a quien “cometa actos contra natura con individuos de su mismo sexo”, y la actual reforma del código que maneja el gobierno no prevé su eliminación, sino incluso su endurecimiento con multas más cuantiosas.
En Beni Melal, una llamada “Asociación Karama por los derechos humanos” también se ha estado manifestando ante el tribunal, y ha dejado claro que las cosas no se ven igual en Rabat como en el Marruecos profundo.
Los seguidores de Karama pedían precisamente castigo a los homosexuales y clemencia con sus agresores (juzgados en el mismo proceso): “Este veredicto nos sorprende. Sólo puedo explicármelo por la presión de las organizaciones internacionales”, dijo un portavoz de la asociación, sin querer dar su nombre.
No es la primera vez que los jueces marroquíes, en casos relativos a las libertades individuales (homosexuales, conversos al cristianismo, etc.) pronuncian un veredicto duro en primera instancia y luego, ante el ruido generado en el extranjero, rebajan las penas.
El juicio de Beni Melal ha aportado algunas novedades, y la principal es que el abogado defensor de los dos agredidos levantó alto y claro la voz en defensa de la homosexualidad como una opción que no debería ser castigada y pidió derogar el artículo 489, en lugar de negar (como suele ser habitual) la condición homosexual de sus defendidos.
Además, el colectivo Aswat de defensa de los homosexuales ha salido definitivamente del armario y ha enviado a un observador al juicio, redactando su propia valoración de lo sucedido.
Queda, no obstante, la preocupación expresada en numerosos medios por el carácter de la agresión: el allanamiento de un domicilio, la agresión colectiva y la vejación pública en plena calle contra dos seres indefensos. “El proceso de Beni Melal -decía Karim Bujari- interpela a todo el mundo porque también es el de la libertad individual opuesta a la resistencia violenta de la comunidad”.
Fuente Agencias/Cáscara Amarga
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