Compatibilizar la protección de los derechos fundamentales y la aplicación de castigos por conductas que no pueden considerarse delictivas puede llevar a situaciones tan contradictorias que acaban siendo absurdas. Así está ocurriendo con la detención de un joven gay en Ghana, en el poblado norteño de Bugya. Se llama Yakubu Abdul Kadri y tiene solo 21 años. En las fotos aparece esposado y vestido con ropas de mujer. Según los medios locales, el joven iba a ser linchado por un grupo de vecinos que no aceptan su sexualidad y la policía lo detuvo para mantener la calma y proteger su seguridad y la de su familia. Pero la detención, lejos de ser solo una estratagema, va muy en serio y Yakubu está esperando a conocer qué cargos exactamente se presentarán contra él. La homosexualidad es delito en Ghana. Las relaciones consentidas entre adultos se castigan con tres años de cárcel.

La población de la zona es mayoritariamente musulmana, y los atacantes acusan a Yakubu de ser una mala influencia para los demás jóvenes, ya que le gusta vestirse con ropas femeninas y le acusan de haber tenido relaciones con varios jóvenes de la zona. Liderados por el clérigo islámico Mahamadu Alhassan, muchos vecinos consideran que Yakubu se dedica a reclutar a otros jóvenes para ser gays y amenazan con matarlo si vuelve a poner los pies en su ciudad. La familia ya ha expresado su temor, tanto por su propia situación como por la vida del acusado. Saben que ir a la policía puede acabar empeorando el asunto, dado el estatus ilegal de la homosexualidad.

Colectivos como la Comisión por los Derechos Humanos y la Justicia Administrativa (CHRAJ) ya han denunciado públicamente la situación del joven y de su familia, y han criticado que se están vulnerando sus derechos fundamentales. Desde este colectivo han pedido a la policía protección para la familia y han advertido a los vecinos de que no infrinjan los derechos de la población que consideran gay.

Recientemente otro habitante del mismo distrito de Mamprusi Occidental fue detenido por los vecinos acusado de mantener relaciones sexuales con chicos jóvenes a cambio de regalos. Este acusado, Alhaji Ismael Ridwan, de 35 años de edad, era un miembro prominente de la sociedad y del colectivo musulmán y su arresto causó sorpresa entre la comunidad. El propio Alhaji reconoció los hechos y de momento está bajo vigilancia policial y se le ha impuesto una fianza de 100 euros en espera de que el caso siga avanzando.

Fuente Ragap

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La pelea se produjo sobre las ocho de la madrugada, después de que cerraran las casetas de la feria. Dos efectivos de Protección Civil mediaron en la pelea y auxiliaron a la víctima, de 24 años, que sufre contusiones en el tórax y traumatismo craneoencefálico

Mar García

“Se han ensañado con él. Querían matarlo. Cinco contra uno. Ha sido una paliza brutal”. Así ha descrito Isabel Soto, jefa y coordinadora de Protección Civil en Humilladero, el linchamiento que ha sufrido esta mañana, Jesús.M.M., un joven de 24 años de edad, vecino de Fuente de Piedra. La pelea comenzó a las 8.05 horas en la calle Inmigrante de Humilladero, junto al Ayuntamiento, 30 minutos después de que cerraran las casetas de la feria y de que apagaran las luces del alumbrado. Según contó Soto a este periódico, Jesús y dos amigas, se dirigían hacia la salida del pueblo cuando cinco jóvenes, vecinos del municipio de Alameda, atacaron “sin piedad” a Jesús. Isabel Soto iba en el coche de protección civil, junto a su compañera Matilde Ruiz, jefa de sección de primer auxilios cuando vieron en mitad de la calle que se estaba produciendo un altercado.

“Cuando nos acercamos, dos chicas se abalanzaron al coche pidiendo auxilio y gritando que iban a matar a su amigo”, relató Isabel. “Enseguida paramos el vehículo y mi compañera salió del coche para ayudar al joven quien se introdujo rápidamente, pero no del todo, ya que una pierna se le quedó fuera y los cinco agresores continuaron dándole patadas y puñetazos en el pecho, en la cabeza y en la pierna intentando partírsela”, continuó.

Según la testigo, el joven recibió “muchísimos golpes y muy fuertes, con mucha violencia y maldad. Lo tenían arrinconado”. “Si no hubiésemos llegado, habrían matado al chico”, aseguró. La jefa y coordinadora de Protección Civil en Humilladero señaló que, debido a los golpes continuados, Jesús perdió la conciencia. Fue en ese momento cuando pudieron atender al joven “que convulsionaba y echaba espuma por la boca”, comentó Isabel, quien criticó la desidia de los testigos que estaban presentes en la pelea. “Había mucha gente que miraba la pelea y nadie, ni siquiera los hombres que estaban alrededor, se acercaron para ayudarnos y separar a aquellos chicos de la brutal paliza que estaban dando”, afirmó Isabel.

Inmediatamente después del desvanecimiento, Protección Civil llamó al 112 y a los cinco minutos se personaron la Guardia Civil de Mollina. “No fue tan rápida la asistencia sanitaria ya que la pérdida de conciencia duró unos 15 minutos y la ambulancia tardó entre 20 ó 30 minutos”, aseguró Isabel. Esta tardanza también fue criticada por la madre de Jesús, Teresa Muñoz, quien afirmó que no solo van a denunciar a los agresores, sino también al centro de salud de Mollina por la “excesiva tardanza” hasta Humilladero, que se encuentra a tan solo cinco kilómetros de distancia, y también al Ayuntamiento de esta localidad por no contar con una ambulancia estando en feria y por no tener una presencia policial en las calles.

Jesús M.M. fue trasladado al Hospital Comarcal de Antequera donde le diagnosticaron contusiones torácicas y traumatismo craneoencefálico con pérdida de conciencia debido a la “multitud de patadas recibidas en el tórax y en la cabeza”, indicaron fuentes del centro hospitalario. Tras recibir las pruebas necesarias e indicaciones de los médicos, Jesús firmó el alta voluntaria porque “quiere descansar mejor en su casa”, apuntó la madre del joven, a pesar de no llevar las 12 horas de observación recomendadas.

Según contó la madre, esta disputa se debe a la resolución de un juicio donde ambos estaban implicados por injurias y calumnias. El joven de Alameda lo acusó de difamación tras enterarse de que Jesús iba contando que le había sido infiel a su novia. Por su parte, Jesús lo denunció por agresión en su propia casa donde aún permanecen los restos de la invasión, con el cristal de la puerta roto. “Jesús ganó el juicio hace un mes y por eso, cuando el agresor lo vio en Humilladero, fue en su busca junto a cuatro chicos. Es un delincuente, y como tal tienen que ajusticiarlo porque iban dispuestos a matar a mi hijo”, señaló Teresa quien afirmó que todo esto se debe a la condición sexual de su hijo y a la discriminación que tienen hacia los gays.

Fuente SUR

Homofobia/ Transfobia. Fuente de Piedra, Humilladero, Isabel Soto, Jesús.M.M., Joven, Málaga, Matilde Ruiz, Teresa Muñoz