La banda británica Placebo aprovechó esta semana el escenario en un festival de música en Rabat para protestar en favor de los derechos de los homosexuales en Marruecos
Durante los últimos días, en varios escenarios de Marruecos se ha exigido la despenalización de la homosexualidad. Sin embargo, lejos de cualquier aperturismo LGTB, el Gobierno de Rabat se está enrocando en posturas homófobas e intransigentes. La primera acción fue protagonizada por dos francesas de Femen. Unas horas después, en un concierto, el bajista del grupo musical Placebo, además de lucir la bandera arcoíris en su instrumento, se quitó la camiseta y dejó ver el número “489” tachado, en referencia al artículo del Código Penal marroquí que condena las relaciones homosexuales. Para atajar este tipo de reivindicaciones, la policía ha detenido a una pareja gay que se besaba en público cerca del mausoleo Hasan II en Rabat, en el mismo lugar donde tuvo lugar la protesta de las FEMEN. Los chicos han sido detenidos y están acusados de “atentar contra la moral pública” y el Ministerio del Interior marroquí ha expulsado a una cooperante española por apoyar, según su retorcida explicación, “las causas de la desviación de la moral”. A pesar de estos y otros desagravios (incluidas las expatriaciones de españoles), Mariano Rajoy recibe en Madrid, con todos los honores, al primer ministro de Marruecos y a una nutrida representación de su gobierno. El debate sobre los derechos humanos, sin embargo, ha quedado excluido de la reunión bilateral.
Mano dura contra cualquier reivindicación de los derechos humanos más elementales del colectivo LGTB. Esta es la premisa que ha adoptado el Gobierno de Marruecos ante la sucesión de protestas a favor de la derogación de los artículos 489 y 490 del Código Civil por los que “las relaciones contra natura entre individuos del mismo sexo” están penadas con hasta 3 años de cárcel y 1.000 MAD (unos 90 euros) de multa. El pasado domingo, dos activistas francesas de Femen eran las primeras en llevar a cabo su acción: mientras se besaban entre ellas frente a la Torre Hasán, con sus pechos desnudos, exhibieron en su cuerpo el lema “In Gay we trust” (libre adaptación del conocido ”In God we trust”, lema de los Estados Unidos). Como consecuencia, fueron detenidas y deportadas a Francia.
Placebo llevaba la misma reivindicación al escenario del festival de música Mawazine. Stefan Olsdal, bajista del grupo y cuya pareja es un español, tocó con un instrumento pintado con los colores del arcoíris (emblema LGTB) y lució en su torso el número “489” tachado, aludiendo a la supresión del citado artículo homófobo del Código Penal. El propio Olsdal se encargó de subir una fotografía en su cuenta de Instagram, con la frase :“El artículo 489 condena la homosexualidad en Marruecos. ¡Todavía! Vamos a deshacernos de él. Todo mi amor y apoyo a aquellos que tienen que luchar por su derecho a amar! Paz y amor de Placebo“.Cabe recordar que, además de la declarada homosexualidad de Olsdal, el vocalista Brian Molko es abiertamente bisexual.
El concierto de Placebo en Rabat se enmarca, como decíamos, en el festival Mawazine, que cuenta con el apoyo del rey Mohamed VI. De hecho, varios familiares del monarca y miembros de la casa real siguieron el festival desde las primeras filas, como se ha sabido a través de diversos medios de comunicación. Los pequeños gestos aperturistas por parte de algunos allegados a la realeza, no obstante, chocan de frente con los intereses del gobierno, que se juega su reelección en las próximas elecciones. Con todo, no es la primera vez que en el certamen se despiertan “polémicas” relacionadas con los derechos LGTB o con la “moral” de las actuaciones. Ricky Martin, Elton John o Jennifer Lopez pueden atestiguarlo en ediciones anteriores del mismo festival.
La portavoz española de Femen, Lara Alcázar, fue detenida, según su propia versión, horas antes de la protesta pro LGTB de sus compañeras francesas de organización. La versión oficial de Marruecos es diferente. Las autoridades aseguran que Alcázar fue expulsada de su territorio el pasado 22 de mayo. La activista feminista, por el contrario, mantiene que fue detenida y expulsada el 31 de mayo. En cualquier caso, parece obvio que Alcázar iba a tomar parte de las protestas y que se ha evidenciado el ánimo del Gobierno marroquí de castigar cualquier tipo de manifestación encaminada a favorecer los derechos LGTB. Tampoco hay que menospreciar la idea de que, como cara visible de Femen en España, Lara Alcázar era una posible “sospechosa” de antemano, a la que podría convenir silenciar antes de que hiciera algo que pusiera en aprietos a las autoridades. Para Alcázar, “no fue una detención en sí, sino una eliminación arbitraria de la policía secreta”.
El Ministerio del Interior marroquí califica las protestas de Femen como “actos de hostilidad hacia Marruecos” por parte de aquellos, dice, que son “inelegibles por la sociedad marroquí, con todos sus componentes”. La credibilidad de Marruecos queda en entredicho, sea como fuere, por la detención de una pareja gay que también escogió para besarse, un día después de la reivindicación de Femen, la Torre Hasán (uno de los entornos históricos más prominentes, en el que se haya, además, el mausoleo en el que está enterrado Mohammed V, primer rey del Marruecos independiente, así como su hijo y sucesor Hasan II, progenitor del rey actual).
Y, si cabe, todavía es más flagrante la detención y extradición de la delegada española en Marruecos del Instituto Internacional para la Acción Noviolenta (NOVACT), Laia Villa. En declaraciones a El Mundo, el director de esta organización sostiene que “cuando llegó a casa, a las siete de la tarde, le estaban esperando varios policías en la puerta”. Para entender lo sucedido, en realidad, hay que remontarse al pasado 17 de mayo, Día Mundial contra la homofobia. La embajada de Holanda en Rabat acogió ese día diversos actos a favor de los derechos humanos y de la diversidad sexual, tras su prohibición en espacios públicos por parte de las autoridades marroquíes. Villa y otros cooperantes, así como representantes políticos como, por ejemplo, el embajador de la Unión Europea, participaron con su presencia (todo ello a pesar de que, ahora, la embajada holandesa prefiera mantenerse al margen de polémicas e, incluso, tratar de no ser citada en los medios).
Laia Villa, antes de estos hechos, ya había denunciado meses atrás que “las asociaciones de derechos humanos en Marruecos están viendo una vulneración que no habían presenciado desde 2010”. Estas declaraciones se hacían públicas el pasado mes de febrero, tras lo ocurrido en la sede de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH). Concretamente, la policía marroquí entró a la fuerza en las oficinas de la citada entidad con la finalidad de detener a dos periodistas de France 3 que se encontraban rodando un documental sobre el control y la presión de las autoridades marroquíes sobre organizaciones no gubernamentales como AMDH.
Y es que las autoridades de Marruecos han detenido y expulsado del país a L.V. delegada del Instituto Internacional para la Acción No Violenta (Novact) porque, según ha alegado Rabat, promovía iniciativas contra la «moral pública» y el «desvío» de las buenas costumbres al defender los derechos de la comunidad LGTB. “Cuando llegó a casa, a las siete de la tarde, le estaban esperando varios policías en la puerta”, cuenta el director de Novact.
La ONG española ha explicado en un comunicado que su delegada fue detenida por tres policías de paisano el miércoles, a las 18.30 horas, a las puertas de su domicilio en Rabat. Tras varias horas de interrogatorio, las autoridades marroquíes decidieron expulsarla del país, cumpliendo así una amenaza que ya habían esgrimido en mayo.
Tras su detención, las autoridades la montaron en un coche y la llevaron a Tánger Med, dónde pagaron un ferry hasta Algeciras. Llegó a la ciudad española sin teléfono y sin dinero. “Nos hemos enterado de que estaba en España porque me ha llamado ella misma desde un móvil que ha pedido nada más llegar. Tanto a mí como al Consulado y a la Embajada nos habían informado de que estaría en la Comisaría de la Place Pietri -una plaza de Rabat-“, sigue narrando el director del colectivo español. Sin embargo, cuando llegó allí no había ni rastro de la cooperante española. Leer más…
General, Homofobia/ Transfobia., Islam
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