Los amantes gays de Vicente Aleixandre
Se publica una biografía del premio Nobel donde se detallan sus relaciones homosexuales.
Estas palabras se las dedica el premio Nobel Vicente Aleixandre a su amante, el poeta asturiano Carlos Bousoño, en un libro de reciente publicación titulado “Vicente Aleixandre. La memoria de un hombre está en sus besos”, de Emilio Calderón, primera biografía del escritor andaluz de la generación del 27, donde se habla de su homosexualidad sin tapujos.
En el libro, galardonado con el II Premio Stella Maris de biografías y memorias, se dan detalles de distintos amantes de Aleixandre a lo largo de su vida, como Andrés Acero, José Manuel García Briz y su mecanógrafo Jesús Bocanegra. Pero sin duda la relación que más marcó al premio Nobel fue la de Carlos Bousoño, con el que inició un romance en 1948 a pesar de estar casado este con una alumna puertorriqueña.
Las cartas de amor
Aleixandre amaba con toda el alma como dejan claro las misivas que escribió a Bousoño. Esta es del 24 de marzo de 1948: «Carlitines: qué gusto, voy a escribirte como me de la gana. Libertad: diosa mía. Acabo de recibir tu carta hermosa: dulce, alegre, fresca. Una pura delicia. Ah malísimo: lo que me has dicho [y cantado con tus versos]. Qué chispeante eres, chiquillo. [Borro eso, que era un piropo]. Da gusto decir eso: “piropo”. Me da la gana de decirlo. A Carlitos le digo eso, y mucho más. Porque es guapísimo [¡mentira!] y porque le adoro, y porque es mío y me lo como a amor. A AMOR, qué gusto escribirlo con todas sus letras, y no llamarlo filosofía ni eufemístico circunloquio que le estrujan a uno el alma y le hacen a uno polvo. Pues sí: Te Amo ¿Ves? Lo he dicho y no se ha hundido el firmamento. Soy feliz. Estoy como el nadador por el agua, por el cielo. Carlitos: vente conmigo y vámonos… “a Sevilla por amor”. A donde sea». En la misma carta, el poeta apunta «ay, cómo me desencadeno cuando te amo [que quiere decir a toda hora]».
Este es otro pasaje de una carta de 1948: «El amante, el amado [qué graciosa palabra] es entonces eso: pedazo de cielo arrojado a los brazos de su amor para su con-fusión y su gloria. [¿Quién sabe lo que es gloria, divinidad [sí, divinidad], si no sabe lo que es estar enamorado y tener para él al ser entero que nos enloquece? Yo sé que mi capacidad de amor es inmensa y toda se desencadena para mi Carlitos. Para mi chiquillo. Chiquillo mío, te amo. Te amo: qué hermoso decirlo así, libre, feraz, reidor, latidor. Agresor también […]».
«Oye, Carlitines [qué precioso nombre, Carlitos, niño mío, mi amor, mi dicha, mi locura, mi único destino]. Te querré hasta la muerte. Tú, español mío, chiquillo mío, no te irás nunca. ¿Verdad que nunca? ¿Verdad que no nos separaremos jamás?»
Poema inédito de Vicente Aleixandre
Este poema inédito se lo dedicó Aleixandre a Bousoño:
Bésame en la boca, me dijo el faraón
y yo le di mi cuerpo de varón
Ah, malo,
es un palo,
me dije después.
Qué talle más duro:
es un puro
ciprés.
Un detalle: el beso
era tan mojado
que había que pedir un paraguas.
“¿Me quieres?”, me dijo.
“Hombre, como a un hijo
no hay inconveniente”.
“Pero entonces, fijo,
quiéreme Vicente.
Pero no le quise. Sólo le di por…
fin amablemente
gracias por su amor.
Fuente Cáscara amarga
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