Por Airam Fernández, desde Santiago de Chile
El jueves 17 de septiembre en la mañana, los bomberos recibieron el aviso de un incendio y llegaron a un edificio en la Avenida José Joaquín Prieto, en la comuna La Cisterna (Santiago de Chile). En el departamento 318 encontraron dos cuerpos calcinados. Eran Marcelo Cea y Jorge Ruiz, dos activistas gay de 44 y 31 años, que vivían con Valentina, su perrita poodle.
Tenían signos de haber recibido golpes y heridas causadas por un cuchillo, lo que indica participación de terceros. Informes preliminares de la Fiscalía descartan el incendio como el móvil determinante.
Presentes consultó a la Fiscalía Metropolitana Sur, que investiga el caso. Sobre las hipótesis que manejan en la comunidad LGBT, donde cobra fuerza la de un crimen de odio por orientación sexual, el organismo dijo: “No se descarta ninguna tesis”.
Miguel Palacios, fiscal asignado a la investigación, dijo a Presentes que instruyeron a la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) para que se evaluaran diligencias relativas a la recolección de evidencia y su respectivo análisis. Hasta el cierre de esta nota, los informes de autopsia del Servicio Médico Legal no estaban concluidos y la familia de las víctimas no había podido revisarlos. Tampoco los informes planimétricos y bioquímicos del sitio del suceso.
“Fue un crimen homofóbico”
Patricio Rubio, amigo de Jorge, asumió la vocería y las diligencias legales para ayudar a la familia. Expresó a Presentes que la mayoría de la información todavía es confidencial, para no entorpecer la investigación. En la Fiscalía le dijeron que hasta el momento consideran dos variables de posible motivación del crimen: homofobia y robo. También le informaron que descartaron a varias personas consideradas en un principio como sospechosas y que los detectives siguen analizando las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del edificio.
Para Erick Salinas, amigo de Marcelo y encargado de la oficina de diversidad de la municipalidad de La Florida, donde trabajaron juntos, la tesis de un crimen de odio cobra fuerza por la forma en que todo ocurrió: a pura saña. Además de las puñaladas, a Marcelo le sacaron los ojos a golpes.
“Hay que esperar los resultados de las investigaciones. Pero cuesta creer que un simple robo pueda terminar así. Golpes, puñaladas y después prender fuego. Fue tan terrible lo que les hicieron, con tanto ensañamiento, que en el entierro no fue posible tener el cajón abierto. La cara de mi amigo estaba completamente desfigurada. Nadie merece morir así”, dijo a Presentes.
Trabajaban en la creación de una oficina de diversidad
Marcelo y Jorge vivían juntos hace aproximadamente nueve años. En febrero se mudaron a ese departamento que alquilaban en La Cisterna. Sus allegados dicen que fueron pareja durante un tiempo, pero hace ya más de cuatro años decidieron terminar la relación sentimental. Quedaron como amigos, compartiendo la vida con su mascota, además de gastos y trabajo en el mundo del activismo.
Ese jueves, Valentina cumplía años y estaban preparando todo para celebrarla, dijo a Presentes la dueña del departamento, quien pidió el resguardo de su identidad. Además de sus inquilinos, también eran amigos: “Eran excelentes personas, nunca tuvieron problemas con nadie. La perrita era el amor de la vida de ambos, era como su hija”. Valentina tuvo algunas quemaduras, pero sobrevivió al ataque.
Jorge trabajaba como cajero en el supermercado Líder de Puente Alto. Marcelo tenía cáncer y por eso estaba jubilado, pero seguía moviéndose en el mundo del activismo. Juntos trabajaban en la creación de una oficina de la diversidad para la comuna de Puente Alto y en el proceso le ayudaban su amigo Erick Salinas y Sandra Gómez, directora ejecutiva de Alma Libre, una fundación que trabaja con infancias trans.
Mauricio, hermano de Marcelo, dijo a Presentes que también estaba dedicado a cuidar a su madre y a velar por su salud, mientras trabajaba como voluntario en el Hospital Sótero del Río. Ahí conoció a Erick, asistiendo a personas que viven con VIH.
Violencias por prejuicio en septiembre
Poco antes del crimen de Marcelo y Jorge, se documentaron varios ataques y discriminaciones a integrantes de la comunidad LGBT en Chile.
-El 11 de septiembre de 2020, los guardias de un supermercado agredieron e insultaron a una pareja gay por su orientación sexual.
-El 20 de septiembre, un joven gay fue atacado por cinco personas y quedó con heridas graves en su rostro.
-El 21, una pareja de lesbianas de Talca denunció en redes sociales que un vecino las hostigaba y que por eso, la dueña del departamento que alquilaban les pidió el desalojo.
Actualmente, distintas organizaciones de la sociedad civil impulsan una red de trabajo colaborativo para reformar la Ley Antidiscriminación (20.609), también conocida como Ley Zamudio. Buscan generar una ley más acorde a las necesidades de la comunidad LGBT, ante una serie de violencias por prejuicios que aumentan.
Erick, que ha participado en varias mesas de trabajo en este contexto, espera que las modificaciones que se hagan garanticen “que las personas que cometan crímenes de odio no tengan beneficios de ningún tipo”. También espera “un compromiso real” por parte de las autoridades para hacer cumplir la ley, que esto ayude a hacer justicia por el asesinato de su amigo y que estos temas se discutan y se enseñen en los colegios: “Sólo así se podrá cambiar a las generaciones que vienen y evitaremos que sigan ocurriendo estos terribles episodios de violencia como los que vimos en las últimas semanas”.
Fuente Agencia Presentes
General, Homofobia/ Transfobia.
Chile, Comuna La Cisterna, Delitos de Odio, Erick Salinas, Homofobia/Transfobia, Jorge Ruiz, Marcelo Cea, Santiago de Chile
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