Un refugiado LGBTQ+ afirma que los abusos homófobos son “habituales” en los centros de detención de inmigrantes
“Como persona LGBTQ+, las amenazas y los peligros internos estaban siempre presentes”.
Un activista nigeriano del colectivo LGBTQ+, que solicitó asilo en el Reino Unido, ha hablado de los peligros “siempre presentes” para los refugiados queer en los centros de detención de inmigrantes.
El activista Joel Mordi se vio obligado a pedir asilo tras organizar el primer Orgullo de Nigeria en 2019, que duró un mes.
Nigeria es un país marcadamente homófobo, donde la homosexualidad se castiga con hasta 14 años de cárcel, y en varias regiones se aplica la pena de muerte para algunos “delitos“.
Pero en lugar de encontrar seguridad en Gran Bretaña, Mordi recibió amenazas homófobas y malos tratos en un centro de detención.
“Había escapado de un país donde mi vida corría peligro para ser recluido en un lugar que no me parecía menos opresivo. El centro de detención de inmigrantes era una prisión en todo menos en el nombre, y el trauma de mis experiencias en Nigeria se vio agravado por las duras condiciones a las que me enfrenté dentro.“
Joel Mordi and Prince William, pictured.
La detención de inmigrantes en el Reino Unido es una práctica muy controvertida que consiste en retener a las personas en centros hasta que se resuelva su situación migratoria.
Los centros suelen ser criticados por sus condiciones carcelarias.
La organización sin ánimo de lucro Detention Action describe la detención como un “abuso fundamental de los derechos humanos” El Reino Unido es el único país de Europa donde la detención de inmigrantes puede ser indefinida.
En un artículo publicado en Dazed, Mordi afirma que se vio obligado a estar “constantemente alerta” y a ocultar su sexualidad por miedo a convertirse en un objetivo. “La falta de apoyo del personal lo empeoró todo. Los servicios de salud mental eran inadecuados y a muchos de nosotros nos dejaron solos para hacer frente a nuestro trauma. Las pesadillas y los ataques de pánico se convirtieron en parte de mi rutina diaria y no parecía haber un final a la vista. Como persona LGBTQ+, las amenazas y los peligros internos estaban siempre presentes“.
Rainbow Migration, organización benéfica que lucha contra la intolerancia de los inmigrantes hacia las personas LGBTQ+, afirma que las personas queer corren un riesgo especial de sufrir intimidación, acoso y aislamiento en los centros de detención de inmigrantes.
“Para las personas LGBTQI+, el impacto puede ser devastador”, afirma la organización benéfica en una petición para poner fin a la detención de migrantes homosexuales. Son intimidados y discriminados por el personal y otras personas que se encuentran dentro. “Nadie debe ser detenido indefinidamente sin saber cuándo podrá ser puesto en libertad. Y ninguna persona LGBTQI+ debe ser encerrada y sometida a acoso y abusos LGBTQIfóbicos“.
Desde que obtuvo el estatuto de refugiado en 2021, Mordi ha sido un firme defensor de los derechos de las personas LGBTQ+ y ha pedido el fin de la detención de inmigrantes, especialmente de las personas LGBTQ+.
“Como persona LGBTQ+, las amenazas y los peligros dentro estaban siempre presentes“, dijo. “La intimidación y el acoso homófobos eran habituales, especialmente por parte de compañeros de detención“.
Mordi afirmó que su viaje de Nigeria al Reino Unido había estado “plagado de desafíos“, pero que, al mismo tiempo, había reforzado su creencia en el activismo y la solidaridad.
Pidió a otros refugiados LGBTQ+ que compartieran sus historias y exigieran un cambio, para ayudar a “trabajar por un futuro en el que nadie tenga que soportar los horrores de la detención”.
A principios de este año, el estudiante de la Universidad de York ganó el prestigioso premio Diana Legacy en reconocimiento a su acción social y su labor humanitaria.
LGTBIfobia de Estado en Nigeria
En Nigeria las relaciones homosexuales se castigan con penas que pueden llegar hasta los 14 años de cárcel o incluso hasta la muerte por lapidación en los 12 estados del norte en los que además se aplica la sharía o ley islámica (el estado de Kaduna, de hecho, es uno de los que aplican en parte de su territorio).
Mientras la Comunidad LGTBI de Nigeria nos da una lección de Orgullo a todos, la última noticia que publicábamos el pasado mayo era que Francia denegaba el asilo a tres personas LGTBI de Nigeria y en enero, era la referente a un hombre azotado 14 veces en un día como “terapia de conversión” por ser gay. En 2018, Adeniyi Raji, un solicitante de asilo en el Reino Unido quien tras rechazar su solicitud de asilo se enfrenta a la deportación a Nigeria anteriormente, Nneka Obazee, que intentaba suicidarse tras ser detenida para ser deportada a su país de origen, Nigeria, donde podría enfrentarse a la cárcel o incluso la muerte por lapidación al ser lesbiana.
Estas noticias lamentablemente no son novedad en el país africano. De hecho, esta redada se suma a otras similares. En septiembre de 2023, 200 personas eran arrestadas y obligadas a desfilar frente a los periodistas mientras la policía nigeriana allana una boda gay
Recientemente, seis personas fueron arrestadas con los mismos cargos. Fue en el estado de Abia, donde de nuevo se enfrentan a penas de cárcel. Hace un año recogíamos en esta página la detención de otras 40 personas tras participar en un evento informativo sobre el VIH. Y en abril de 2017 nos hacíamos eco de la detención de otras 53 personas, acusadas de haber participado en una «boda gay». La mayoría de los detenidos eran jóvenes de entre 20 y 30 años.
Todas estas detenciones se dan bajo el amparo de un Estado que es agente perseguidor. En Nigeria, país con un influyente movimiento evangélico cristiano en el sur y un fuerte apoyo a la ley islámica en el norte, las relaciones homosexuales se castigan con penas que pueden llegar hasta los 14 años de cárcel o incluso hasta la muerte por lapidación en los estados del norte en los que además se aplica la sharía o ley islámica (el estado de Kaduna, de hecho, es uno de los que aplican en parte de su territorio). El pasado mes de abril recogíamos que 53 personas fueron detenidas en el país, acusadas de haber participado en una “boda gay”. La mayoría de los detenidos eran jóvenes de entre 20 y 30 años, que ya prestaron declaración ante el juez y que todavía esperan que se dicte sentencia.
Asímismo cabe recordar que a principios de 2014 el presidente Goodluck Jonathan promulgó una ley, que agrava el tratamiento penal para cualquier actividad relacionada con la realidad LGTB. Desde su entrada en vigor, de hecho, no han cesado de sucederse los actos de barbarie de la población civil contra las personas LGTB de Nigeria, alentados por los líderes políticos y religiosos, que han creado un ambiente de profunda homofobia social. Hemos informado de algunos de estos terribles hechos, aunque es de suponer que la información de la mayoría de este tipo de actos execrables no alcance a los medios de comunicación occidentales.
Así, por ejemplo, en enero de 2014, una multitud de miles de personas rodeaba un tribunal islámico, donde se juzgaba a once hombres acusados de practicar la homosexualidad, exigiendo su ejecución inmediata. Meses después, cuatro de los detenidos, que confesaron los hechos probablemente bajo tortura, fueron condenados a recibir públicamente 15 latigazos y al pago de una multa o un año de prisión. En febrero del mismo año, otra horda enfurecida asaltó los domicilios de doce homosexuales en la capital, Abuja, a quienes terminaron por arrancar de sus casas y golpearles incluso ante las puertas de la comisaría local. En las mismas fechas, en la localidad sureña de Port Harcourt, otros dos homosexuales fueron arrastrados fuera de su hogar y obligados a realizar actos sexuales ante una multitud agresiva.
En enero de 2015, la policía islámica de Kato, una ciudad al norte de Nigeria, comunicaba la detención de doce personas por participar en la celebración de una supuesta boda entre dos personas del mismo sexo. La ley vigente en Nigeria, anteriormente citada, castiga con hasta 14 años de prisión a quienes participen en una ceremonia de unión homosexual. En noviembre 21 estudiantes fueron detenidos acusados de prostitución masculina, según un periódico local.
En marzo de 2016, una turba violenta atacó a 20 jóvenes de quienes sospechaban, por su aspecto afeminado, que eran homosexuales. Todos ellos habían sido arrastrados fuera de sus casas y reunidos para golpearlos sin compasión. La brutal paliza a que les sometieron hizo temer por sus vidas. Ninguna de las víctimas quiso presentar denuncia, por temor a las represalias de sus agresores y por no enfrentarse al estigma de ser considerados homosexuales públicamente. En mayo, seis jóvenes fueron detenidos en Benin City acusados de mantener relaciones sexuales.
En el mes de octubre del mismo año, fue detenido un hombre acusado de mantener relaciones homosexuales, tras negarse a ser víctima de un chantaje. Al parecer, todo fue urdido por una pareja de madre e hijo, que se dedican a extorsionar a homosexuales con la amenaza de denuncia. Tras la negativa, la Policía procedió casi inmediatamente al arresto.
Posteriormente, en diciembre dimos la noticia de que un magistrado del Tribunal de Damaturu, la capital del estado de Yobe, había condenado a cinco hombres a sendos siete años de prisiónpor haber mantenido relaciones sexuales con personas de su mismo sexo.
En abril de 2017, publicamos la detención de 53 personas, a quienes se acusaba de participar en la celebración de una supuesta “boda gay”.
Y en abril del año 2020 nos hacíamos eco de que un Oficial de policía nigeriano bisexual y su compañero estuvieron a punto de ser asesinados por matones.Todo lo que hizo un agente de policía fue presuntamente tener sexo con su pareja masculina en Nigeria, sin embargo, Chibuike Ukazu y su pareja fueron brutalmente golpeados y desnudados por una turba de jóvenes.
Actuaciones de este tipo provocaron que el Parlamento Europeo aprobara en marzo de 2014, con el acuerdo de los principales grupos, una resolución de condena a las leyes homófobas de Uganda y Nigeria. El texto de la resolución solicitaba su derogación y proponía que si no había marcha atrás se suspendiese a los dos países del acuerdo de Cotonú sobre intercambio comercial y asistencia entre la Unión Europea y los estados de África, Caribe y Pacífico.
Sin embargo, la directora del programa africano del Centro Europeo para la Gestión de Políticas de Desarrollo (ECDPM), Faten Aggard-Clerx, muy crítica con lo que considera una postura hipócrita de la Unión Europea, se preguntaba, en referencia a Nigeria, si el organismo europeo está dispuesto a “mantener sus valores a pesar de sus intereses en algunas partes de África”. Aggard-Clerx denunciaba que la Unión Europea no había alzado la voz contra las leyes homófobas aprobadas en Etiopía en 2004, pero sí lo hacía una vez que las condenas por homosexualidad iban a carecer de la posibilidad de indulto. También ponía el ejemplo del presidente de Uganda, Yoweri Museveni, muy criticado por aprobar una ley fuertemente homófoba, pero alabado por su papel en Sudán del Sur.
Parece haber servido de poco, sin embargo. En enero de 2017 nos hacíamos eco de un informe de la organización The Initiative for Equal Rights, que denunciaba hasta 152 graves vulneraciones de los derechos humanos de la población LGTB entre diciembre de 2015 y noviembre de 2016. Evidentemente, se trata de las denuncias que han llegado a conocimiento de las organizaciones de defensa de los derechos humanos. En un país en el que la homosexualidad está fuertemente castigada por el Código Penal y sufre un fortísimo rechazo social, el número real es con seguridad mucho mayor.
Fuente PinkNews/Cristianos Gays
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