Dos políticos de Massachusets promueven la prohibición de la defensa del «gay panic» a nivel nacional
Un senador y un congresista de Massachusetts, ambos demócratas, promueven una ley mediante la que se prohíbe el uso de las denominadas defensas del «gay panic» y «trans panic» en cualquier tribunal federal de los Estados Unidos.
La denominada defensa de «gay panic» es utilizada habitualmente por un acusado en casos de agresiones y asesinato, quien alega haberse sentido amenazado por una insinuación sexual por otra persona de su mismo sexo, justificando de esta manera el uso de la violencia en defensa propia. Prohibida en California, Illinois y Rhode Island, sigue siendo una defensa legal en el resto de los Estados Unidos, como también lo está la denominada defensa «t rans panic», que se utiliza cuando el agresor alega desconocer que iba a mantener relaciones sexuales con una persona de su mismo género hasta el momento del coito. Un senador, Edward Markey, y un congresista, Joe Kennedy, ambos demócratas de Massachusetts, promueven desde este mes un proyecto de ley denominado Ley de Prohibición de la Defensa del Pánico Gay y Trans con el objetivo de anular estas estrategias de defensa a nivel nacional.
Según el proyecto de ley presentado por Marke y Kennedy, este tipo de defensas «pretenden disculpar parcial o completamente delitos como el asesinato y la agresión sobre la base de que la orientación sexual o la identidad de género de las víctimas es una provocación suficiente para la reacción violenta del acusado». Según un informe de 2016 del Instituto Williams de la Ley de la UCLA, este tipo de estrategias de defensa homofóbicas se han utilizado en la mitad de los estados de la unión desde la década de los sesenta, siendo utilizadas siempre para reducir los cargos a los que se enfrentaban los acusados, a pesar de que «ningún estado reconoce las defensas del pánico gay y trans como defensas independientes bajo sus respectivos códigos penales».
«Las defensas legales del pánico gay y trans reflejan un miedo irracional y una intolerancia hacia la comunidad LGBTQ y corroen la legitimidad de los enjuiciamientos federales (…). Estas defensas deben estar prohibidas para garantizar que todos los estadounidenses sean tratados con dignidad y humanidad en nuestro sistema de justicia», defiende el senador Markey a través de un comunicado, mientras que el congresista Kennedy sostiene que «asesinar o agredir a alguien debido a su orientación sexual o su identidad de género no es una defensa, sino un delito de odio». Ambos han defendido en una declaración conjunta que «las lagunas legales escritas en nuestras leyes que buscan justificar los ataques violentos contra nuestros vecinos homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales nunca deberían haber existido en primer lugar».
La propuesta de Markey y Kennedy está apoyada por 10 congresistas de la Cámara de Representantes y 5 miembros del Senado. De aprobarse esta Ley de Prohibición de la Defensa del Pánico Gay y Trans, el Congreso estaría dando un paso que la comunidad legal ha estado solicitando durante años. En 2013, por ejemplo, la American Bar Association aprueba una resolución que insta a los legisladores a «tomar medidas legislativas para reducir la disponibilidad y efectividad de las defensas de ‘pánico gay’ y ‘pánico trans’».
«Históricamente hemos visto las defensas de pánico utilizadas como caballo de Troya para tratar de llevar a los tribunales los prejuicios sociales y el odio contra las personas LGBTQ, y especialmente las mujeres transgénero y los homosexuales, en un esfuerzo por justificar tipos de violencia que simplemente no son justificables (…). Prohibir explícitamente esta práctica contribuirá en gran medida a proteger a los sobrevivientes y a los amigos y familiares de las víctimas mientras se relacionan con el sistema legal penal en un período profundamente doloroso de sus vidas», declara Yacka-Bible, director de comunicaciones en GLAAD.
Asimismo, D’Arcy Kemnitz, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Abogados LGBT, declara en un comunicado que estas defensas «han sido durante mucho tiempo un símbolo de pensamiento peligroso y obsoleto (…). La orientación sexual de un individuo o la identidad/expresión de género nunca deberían justificar un ataque violento o asesinato. Decir lo contrario envía un mensaje a la comunidad LGBT de que sus vidas son intrínsecamente menos valoradas. La continua concesión de estas defensas es un fracaso del sistema de justicia».
Fuente Universogay
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