“¿Y ahora? Recuérdame”, documental sobre la realidad actual del sida.
Hubo un tiempo en que el sida era “esa enfermedad que mataba homosexuales en América”. Así lo cuenta el realizador portugués Joaquim Pinto en el documental “¿Y ahora? Recuérdame“, un testimonio de su lucha diaria contra el virus y una invitación a la reconciliación del hombre y su naturaleza.
Él lo llama, parafraseando a Marguerite Duras, un “pesimismo alegre”. Justo cuando le diagnosticaron la enfermedad, a mediados de los 90, empezaban los primeros tratamientos eficaces. “Una situación límite de ese tipo te hace repensar toda tu vida”, asegura.
Junto a su pareja, Nuno Leonell, coprotagonista y corealizador, se compraron un terreno en un pueblecito al norte de Lisboa y se dedicaron a cultivarlo. Allí transcurre prácticamente toda la película, salvo los viajes puntuales de Pinto a Madrid para recibir un tratamiento experimental contra la hepatitis C.
“¿Y ahora? Recuérdame” es la crónica de un año de tratamiento y de la convivencia con su pareja y sus perros. El director, que desarrolló una primera etapa profesional como sonidista con directores como Raoul Ruiz o Manoel de Oliveira, comparte sus vivencias a modo de diario íntimo.
“El impulso para hacer este filme viene de constatar una situación generalizada de discriminación con las personas con VIH y hepatitis C y que nadie dé la cara por estas cuestiones“, explica Pinto, de visita en Madrid con motivo del estreno del filme en la Cineteca del Matadero.
“Creo que el hecho de exponerse públicamente facilita que otros lo hagan”, añade el realizador, que ha sufrido en carne propia la discriminación que aún conlleva, dice, no solo esta enfermedad, sino también la homosexualidad, al menos en su país. “Cuando me diagnosticaron la enfermedad, pese a que ya había tratamientos eficaces, el 80 % de mis conocidos, no digo amigos más cercanos, desaparecieron“, relata. “Las enfermedades no son sólo cuestiones clínicas, son construcciones sociales. Y en Portugal está clarísimo, la gente no asume su condición porque tiene miedo, miedo a ser echada de su trabajo, a la relación con la familia, con su medio social“.
En su caso, la enfermedad ha abierto la puerta a una profunda reflexión sobre “el estado de alienación” de la sociedad occidental. “Vivimos en un mundo esquizofrénico: por un lado, la gente quiere conectar con aquello que cree que es la naturaleza, pero otro nadie quiere prescindir de toda una serie de comodidades”, señala. “Cuando nacemos, todos tenemos una conexión directa con la naturaleza. La sociedad, la cultura, tienen una serie de mecanismos que nos separan de esa predisposición. Esa idea actual de ‘vamos a salvar la naturaleza’ parte de un presupuesto falso, que nosotros somos algo separado de ella“, sostiene. “Lo primero que tenemos que hacer es entender que somos parte de lo mismo y que lo que destruimos supone también una autodestrucción”. “Si uno pretende ser mínimamente consciente de lo que pasa hoy en día, es difícil ser optimista. Una actitud mínimamente despierta solo puede ser pesimista. Pero hay dos tipos de pesimismo, uno nihilista y uno positivo, que es aquel que te lleva a reaccionar, a tomar una decisión, aunque no sepas muy bien para qué va a servir“.
Además de Madrid, ¿Y ahora? Recuérdame podrá verse ya en cines de Barcelona, Vigo, Santiago de Compostela, Majadahonda (Madrid) y Palma de Mallorca, entre otras ciudades por confirmar.
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