El tema del Día Internacional de la Mujer – “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible” – celebrado en marzo de 2022 me recordó a la ya fallecida Kamla Bhasin, una icónica científica social, india y feminista socialista por convicción. Su famosa cita se me ha quedado grabada para siempre: “¡Los hombres de calidad no temen a la igualdad!”.
Trabajó con las Naciones Unidas durante 27 años en temas como la igualdad y la justicia de género, los medios de vida sostenibles, el patriarcado, el feminismo, las políticas de identidad y la militarización, y -con un programa de propiedad compartida llamado Sangat, una red feminista- por los derechos humanos.
Mientras preparo las actividades para el próximo Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo de 2023, la primera actividad que se me ocurrió fue escribir a Global Sisters Report sobre el tema del feminismo. Kamla Bhasin dijo: “Conozco a bastantes mujeres que son totalmente patriarcales, que están totalmente en contra de las mujeres; que hacen cosas desagradables a otras mujeres, y he conocido a hombres que han trabajado por los derechos de las mujeres toda su vida. El feminismo no es biológico: el feminismo es una ideología”.
Creo que para que el Día Internacional de la Mujer tenga impacto hay que entender qué es el feminismo.
Según la página web del Día Internacional de la Mujer, “Gloria Steinem, feminista, periodista y activista de renombre mundial, explicó una vez: ‘La historia de la lucha de las mujeres por la igualdad no pertenece a una sola feminista, ni a una sola organización, sino a los esfuerzos colectivos de todas las personas que se preocupan por los derechos humanos’. “
Quiero ir más allá; no sólo trabajar colectivamente por los derechos humanos, sino por los derechos de cada ser. El feminismo exige que acabemos con los estereotipos y la discriminación entre “nosotros” y “ellos” y adoptemos una espiritualidad de “ambos” en la que se valore y celebre la diferencia.
Al educar a sus nueve hijas, mi padre adoptó una postura contracultural a favor de la educación femenina; era una opción feminista que iba contra las corrientes de la sociedad patriarcal. Nos hizo valernos por nosotras mismas, haciendo de la educación una alternativa a la dote.
La crianza familiar y la educación que recibí me hicieron consciente de mi dignidad como persona creada a imagen y semejanza de Dios, y encendieron la chispa divina del feminismo.
Más tarde, mientras servía a los indígenas desfavorecidos, especialmente a las niñas y las mujeres de las remotas zonas tribales de Gujarat, Rajastán, Odisha y Maharashtra; y más tarde, mientras ejercía como presidenta del Consejo de Religiosos de la India en la diócesis de Vasai, fui profundamente consciente de la desigualdad arraigada en la sociedad india y de la actitud discriminatoria hacia las niñas/mujeres.
Por el camino aprendí que el feminismo no consiste en cambiar las manos que sostienen el poder, sino en cambiar la definición del poder.
Existe el malentendido generalizado de que las feministas son contrarias a la iglesia y a los hombres. Que no van regularmente a misa y que reaccionan ante los sacerdotes; que son personas airadas y rebeldes que adoptan una postura de confrontación y que son demasiado críticas y hacen demasiadas preguntas. Algunos tienen aversión incluso al uso de la palabra feminismo. Aunque en realidad las feministas están en contra de la desigualdad y no en contra de los hombres, ¡para muchos la palabra “feminismo” es una mala palabra!
Yo veo el feminismo como pro-iglesia, pro-humanidad y pro-ecología, en resumen, pro-todo ser. Aunque algunas feministas en sus inicios adoptaron posturas antipatriarcales extremas, también es bueno ser conscientes de que quienes quieren aferrarse al patriarcado tienen un gran interés en etiquetar y difamar a todas las feministas.
El feminismo es una visión del mundo. Al ver la vida desde abajo, critica los sistemas construidos sobre el poder de unos pocos y la impotencia de la mayoría. La cosmovisión feminista promueve el pensamiento y la vida compasivos. Es holística y fomenta la conexión íntima con la Madre Tierra. Considera la carne como una bendición.
El feminismo celebra cualquier movimiento que sea no jerárquico, igualitario en cuanto a la distribución de los recursos, el cuidado del planeta y la dignidad de la vida para cada ser, y se centra en promover la paz cósmica.
Una cultura patriarcal entrena a los hombres para ser agresivos y altamente competitivos, por lo que no es de extrañar que tengamos tanta violencia y tantas guerras. Las personas heridas siguen hiriendo a otras, perpetuando así la cadena de violencia. Todos tenemos que pagar un alto precio por ignorar o suprimir la dimensión femenina.
Gloria Steinem dijo: “Una feminista es cualquiera que reconozca la igualdad y la plena humanidad de mujeres y hombres”. El feminismo reclama un equilibrio saludable de lo racional y lo emocional tanto en las mujeres como en los hombres. Definir los sexos por rasgos estereotipados, y limitarlos por motivos físicos a papeles separados, debería sustituirse por la noción de “ser” cósmico.
La diferencia básica entre los sexos es un ejemplo de cómo la naturaleza crea la diversidad. Las feministas son hombres y mujeres con una orientación diferente, con capacidad intelectual y valor heroico para desafiar con audacia a los poderes religiosos y políticos. En una sociedad sexista, las feministas no buscan la igualdad absoluta (que es prácticamente imposible), sino el derecho a ser tratadas en pie de igualdad con los demás seres humanos. El feminismo es una lucha por el reconocimiento del valor de cada ser.
En su libro Corazón de carne, Joan Chittister expone claramente una cosmovisión alternativa:
El feminismo es una nueva visión del mundo… y una espiritualidad, que el mundo y la iglesia ignoran para peligro de todos nosotros y también para sí mismos… [no] se trata simplemente de feminidad. Se trata de otra forma de ver la vida, de otro conjunto de valores destinados a nutrir un planeta moribundo y a rescatar a las personas demasiado tiempo pisoteadas, demasiado tiempo ignoradas, no vistas, invisibles. El feminismo trata de una nueva forma de pensar tanto para las mujeres como para los hombres que están cansados de la carnicería, asqueados por la explotación del planeta, desilusionados por las luchas de poder y buscando… un corazón de carne en un mundo de piedra.
Defender la igualdad y la justicia hará que seamos rechazados, desestimados y amenazados por hombres y mujeres con una mentalidad patriarcal. Sólo los hombres y mujeres con valor, integridad e intelecto contribuirán a salvar la brecha de la desigualdad.
Vandana Shiva, ecofeminista india, activista medioambiental y defensora de la soberanía alimentaria y la antiglobalización dijo: “O defendemos los derechos de las personas y de la tierra, y para ello tenemos que desmantelar los derechos que las corporaciones se han asignado a sí mismas, o las corporaciones destruirán en las próximas tres décadas este planeta, en términos de posibilidades humanas.”
En resumen, el feminismo es un movimiento hacia la igualdad política, económica y social de todos los seres, incluido el medio ambiente.
Si usted es feminista, es un soplo de aire fresco, la vivacidad misma de la vida, y parte de la solución.
Margaret Gonsalves, SFCC
Margaret Gonsalves es una Hermana Para la Comunidad Cristiana y teóloga feminista activa en la Ecclesia de Mujeres de Asia y en el Foro de Teólogas Indígenas. Como fundadora de ANNNI Charitable Trust, trabaja en red en solidaridad con organizaciones no gubernamentales para llevar a cabo programas residenciales gratuitos de inglés intensivo hablado para empoderar a las niñas y mujeres indígenas. Organiza talleres de MADness para poner en práctica los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, así como la espiritualidad de la Laudato Si’ y Fratelli Tutti.
Traducido por Magda Bennásar SFCC y Carmen Notario SFCC de Espiritualidad Integradora Cristiana
Fuente Fe Adulta
General
Corazón de carne, Feminismo, Igualdad, Joan Chittister, Margaret Gonsalves
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