El “brexit”, en clave LGTB: la salida del Reino Unido de la Unión Europea, una mala noticia para el activismo continental
ILGA Europa, la organización “paraguas” que agrupa a los colectivos LGTB más importantes del continente europeo, ha emitido un comunicado de prensa en el que, tras la decisión de la ciudadanía británica de abandonar la Unión Europea, ha hecho un llamamiento a seguir luchando en favor de la igualdad de las personas LGTB en el Reino Unido y el resto de Europa. Y es que el Reino Unido, no lo olvidemos, es hoy día uno de los estados miembros de la Unión Europea más avanzados en materia de derechos LGTB.
El referéndum convocado por David Cameron se saldó con una victoria de los partidarios de abandonar la Unión Europea por cuatro puntos de diferencia (un 52% frente al 48%). Lo hizo, además, con una participación más elevada de lo previsto. La decisión parece haber pillado con el pie cambiado a la clase política de medio mundo, además de a buena parte de analistas y opinadores, desatando además una reacción que en ocasiones ha bordeado la histeria. Y ello a pesar de que el referéndum para decidir sobre la permanencia en la Unión Europea era una de las promesas electorales de Cameron y de que días antes las encuestas ya señalaban la tendencia favorable al brexit, que solo amortiguó el terrible asesinato de la diputada laborista Jo Cox.
Dejando aparte otras importantes consecuencias políticas, económicas y sociales en las que no entraremos, ¿qué supondrá la salida de la Unión Europea para los derechos LGTB en Reino Unido? Es difícil decirlo, pero posiblemente no demasiado, al menos a corto o medio plazo. Si bien es cierto que el resultado supone un reforzamiento de las posiciones mas conservadoras, tradicionalmente asociadas a una mayor oposición a los derechos LGTB, la situación jurídica en Reino Unido se sitúa ya entre las más avanzadas del continente (así lo atestigua el propio barómetro anual de ILGA Europa) y no es previsible que haya marcha atrás a este respecto. De hecho, el mayor impulsor del Brexit, el conservador Boris Johnson (a quienes muchos consideran probable primer ministro en unos meses, tras el anuncio de retirada de Cameron) siempre ha presumido de ser un claro partidario de los derechos LGTB, y de hecho durante su etapa como alcalde de Londres se preocupó muy especialmente de consolidar una buena relación con la comunidad LGTB. Él fue, por ejemplo, uno de los políticos conservadores que más se significó por su apoyo al matrimonio igualitario, un tema en el que hizo causa común con Cameron pese a adivinarse ya como su principal rival en el seno de su partido.
Muy comentada (y ridiculizada por sus adversarios, por cierto) fue la llamada de Boris Johnson al colectivo LGTB para que se unieran a la corriente anti Unión Europea, con el argumento de que un Reino Unido no sometido a las directrices de Bruselas era una mejor garantía para sus derechos. Incluso se llegó a constituir un grupo de apoyo al Brexit formado por seguidores LGTB de Johnson, denominado Out & Proud. “Hicimos campaña asegurando que los derechos LGTB estarían mejor aquí y en el exterior fuera de la Unión Europea. Demostraremos que teníamos razón”, tuiteaba el grupo, tras conocerse el resultado del referéndum:
We campaigned off the back of the idea that LGBT rights would be better both here and abroad outside of the EU. We will prove we were right.
— Out & Proud (@OutandProudUK) 24 de junio de 2016
Sin embargo, sí creemos que la salida del Reino Unido de la Unión Europea es una muy mala noticia para los derechos LGTB en el resto del continente. Una Europa que queda en buena parte huérfana del componente anglosajón, en la que el peso de Alemania -un país cuya clase política se resiste como gato panza arriba a aprobar el matrimonio igualitario- será aún mayor y en la que la homofobia institucional de los estados de Europa del Este tendra menos contrapesos no ofrece, desde luego, un horizonte especialmente halagüeño. Esperamos equivocarnos.
Quizá por eso ILGA Europa ha querido hacer un llamamiento a que la salida de la Unión Europea del Reino Unido no suponga freno al avance de los derechos LGTB en el continente. “En nuestros 20 años de historia, hemos apoyado el esforzado trabajo de nuestros miembros del Reino Unido, y aprendido mucho de ellos a cambio. Por eso, como la red europea de activistas de derechos humanos que somos, lamentamos naturalmente el hecho de que el Reino Unido ya no será una voz para el progreso de la Unión Europea”, se lamenta ILGA Europa en su comunicado, en el que muestra además su preocupación por el debilitamiento del activismo compartido que puede suponer. ILGA Europa pide de hecho que del resultado del referéndum británico se derive “mayor solidaridad, no menos”, y no solo por lo que respecta a los derechos LGTB, sino a otros derechos humanos y a otras organizaciones que lucan por la igualdad.
Veremos si Europa reacciona en la dirección adecuada tras el varapalo británico. Porque mucho se habla de los perjuicios para Reino Unido del brexit, pero poco de la delicada situación en la que esta Europa se encuentra… con y sin brexit.
Fuente Dosmanzanas
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